Si tratamos de recopilar una buena selección de películas para ver y volver a ver en esta época, no podemos olvidarnos de 'Plácido' la película española de Berlanga.
Podríamos considerarla nuestra particular 'Qué bello es vivir', si bien con un punto de mayor acidez, qué duda cabe, pero lo que no ha lugar a dudas es la grandiosidad de esta película, a pesar de haber rebasado el medio siglo y realizarse en unas condiciones políticas y sociales muy difíciles para este país.
Con toda seguridad, los censores del movimiento debieron de mirar con lupa esta cinta, dada la vocación republicana de la familia del director; y si finalmente consideraron que su temática no era perversa, sencillamente, se equivocaron porque Berlanga caricaturiza de manera extraordinaria la hipocresía social de la época, muy patente en fechas navideñas.
Estamos ante una película navideña, pero también ante una película crítica con un momento histórico concreto, en la que los ricos actúan como ricos y los pobres lo son de solemnidad; sin embargo, siempre hay una forma fácil de engañar las conciencias: sentando a un pobre a comer en la mesa del rico el día de Nochebuena (la película se desarrolla a lo largo de ese día especial, lo que demuestra la maestría del director), una especie de acción de gracias a la española.
Pero no debemos perdernos muchos más detalles de la misma. De hecho, se trata de una película con muchas perspectivas.
Destaco particularmente ese carrusel infinito de personajes y el hecho de que cada uno sostenga su propio discurso desde el principio hasta el final a pesar del caos. Un mérito que hay que atribuir no sólo al director, que también es coguionista, sino a ese proverbial elenco de actores -la mayoría ya desaparecidos- que hacen que este cine coral adquiera una calidad sin igual. Pocas películas a nivel internacional, incluso, consiguen este efecto.
Otro elemento que el espectador ha de valorar es la perfecta dicción de los actores, que es algo que se echa en falta hoy día en las nuevas generaciones. Una dicción forjada en las tablas de los teatros y que en el cine se agradece.
Por esos motivos y por muchos otros, no podemos dejar de ver 'Plácido' en estas fechas, película que particularmente considero el buque insignia de las películas navideñas patrias.