08 junio 2011

LA UE APRIETA..Y AHOGA




La Comisión Europea no desea intervenir a España de la misma manera que lo ha hecho con Irlanda, Grecia y Portugal, pero sí le está pareciendo bien intervenirnos a pequeños sorbos, como esa gota de agua que a base de pequeños golpeteos acaba horadando la dura piedra.
Los analistas afirman que la economía española es demasiado grande y compleja para ser intervenida, pero pocas opiniones se refieren al hecho de que intervenir España supondría eliminar de la lista a uno de los países que más aporta al fondo de rescate.
Por tanto, la solución que esgrime la Unión Europea es ir sugiriéndonos –para después dictarnos- pequeños ajustes, que unidos se convertirán en uno mayúsculo que, obviamente, saldrá del escuálido bolsillo de los españoles de a pie, como ya está ocurriendo en los países intervenidos. Realmente, produce hartazgo e indignación que todas las medidas de ajuste que se les ocurren en Bruselas sean para meter en cintura al ciudadano y jamás para perjudicar al gran capital, a los bancos, ni tan siquiera a la casta política. Ya aviso Julio Anguita que lo que se estaba construyendo era la Europa de los mercaderes no de los ciudadanos, pero claro lo dijo un iluminado y no era conveniente tener en cuenta tales ocurrencias.

Mientras tanto en este extraño país gozamos de un sistema de autonomías único en el mundo (habrá que preguntarse por qué no lo ha imitado nadie) que gastan y despilfarran como si su reino no fuera de este mundo, mientras que el gobierno central del Estado es incapaz de detener esa orgía financiera.
Lo que pueda ocurrir a partir de ahora con los nuevos ajustes y la reducción del déficit será algo que conoceremos cuando veamos el importe de la nómina -para quien la tenga por entonces la subida de los tributos. Pero apuesto mi fe –que ni siquiera ya poseo- que habrá más ajustes y las víctimas seguirán siendo los mismos (y las mismas, para no soliviantar a la Pajín). Al tiempo.

07 junio 2011

LA MONARQUÍA BAJA A LA ACERA


Caricatura debida al genial Kikelin

Hace unos días, la mayoría de la prensa, alineada o libre, se hacía eco de un hecho muy extraordinario e inusual: el pleno debate que el príncipe tuvo con una ciudadana en algún lugar de Pamplona, que lejos de ir a aplaudir a los herederos y gritar guapa a la princesa súbdita (algo que seguramente desconocía porque, probablemente, porque no suele ver TeleCirco), solicitó un referéndum para poder decidir si optamos por la monarquía o por la república.
Yo, particularmente opino que esta ciudadana no estaba exenta de razón porque siempre he defendido que con anterioridad a votar a favor o no de la Constitución de 1978, se debería de haber preguntado a los ciudadanos sobre qué forma de Estado se elegía: monarquía o república, ya que la primera iba en el paquete constitucional, curiosamente, junto a muchas instituciones herederas de la Constitución republicana de 1931, como es por ejemplo el Título I y VIII de la Constitución o el Tribunal Constitucional -que fue llamado en la II República Tribunal de Garantías Constitucionales-. Sin embargo, no es objeto de esta entrada analizar estas cuestiones sino comentar esta noticia ciertamente curiosa.
Y digo curiosa porque la visión de la monarquía bajándose a hablar con el pueblo en plena calle no es una imagen que pudiéramos imaginarnos algunos años atrás, por lo que algo está cambiando, aunque no sabemos muy bien en qué dirección.
La primera impresión que tuve cuando tuve acceso a esta información -lógicamente en un confidencial- es que todo aparecía invertido: la súbdita se dirige cómodamente al coche oficial y el heredero se pone el mono de trabajo para defender su institución, su casta y, por qué no decirlo, sus privilegios, que disfrutándolos ya desde la cuna, verdaderamente los ostentará en un futuro no demasiado largo, dada la edad del Jefe del Estado, su padre.
Y, claro, mientras ese momento no llegue (y parecer ser que ya no es tan seguro como sí lo era hace algunos lustros) no tendrá más remedio que bajar del escenario y defender su posición en las aceras, en el mismo nivel en el que a duras penas subsiste el pueblo, es decir, sus súbditos.
No obstante, todo este tipo de acciones "campechanas" podrían ser no otra cosa que acciones de marketing bien medidas por la fontanería fina de La Zarzuela para ganarse el favor del pueblo. El tiempo dirá. Lo que sí está claro es que las instituciones que duran y duran como es el caso de Iglesia y la Monarquía (también ocurre con la prostitución -sin ánimo de mezclar-, pero no se trata aún de una institución) han podido perpetuarse porque han sabido adaptarse a los tiempos en cualquier época histórica.
Sin embargo, no me acabó de gustar la forma que tuvo el futuro monarca -esperemos que no- de zanjar un debate que probablemente tenía perdido: has tenido tu minuto de gloria, espetó a la ciudadana. ¿Utilizó la prepotencia, la ironía, la soberbia? ¿O sencillamente quería ya salir como fuera de esa embarazosa situación que él mismo provocó?

05 junio 2011

VI CARRERA FUERZAS ARMADAS "LAS DOS COLINAS" (5/6/2011)




EL RECORRIDO


Esa imagen que preside esta entrada es bucólica. E histórica. No en vano en ella aparece una de las maravillas de la humanidad-la octava-. Me refiero a la Alhambra. Y justo enfrente, uno de los barrios más simbólicos de España -tal vez del mundo-, habitado durante siglos por la civilización musulmana. Me refiero al Albaicín. La Alhambra se construyó en el siglo XI, pero la datación del Albaicin se alarga desde la época ibero-romana, según vestigios arqueológicos hallados, aunque fue en la época Nazarí cuando alcanzó su mayor esplendor.

Sinceramente, si el hipotético lector no es de Granada y aún no ha visitado ambos elementos arquitectónicos no debería pensarlo dos veces. Un buen plan, sin duda, podría ser elegir la fecha de celebración de la prueba de fondo "Las dos colinas" organizada por las Fuerzas Armadas y que se celebra anualmente. No obstante, aconsejando esas visitas obligadas, no seré yo quien aconseje hacer esta prueba porque jamás aconsejo a nadie correr nada ya que dependerá mucho de la forma física de cada uno, si bien alguien se anima a hacer esa ruta turística-deportiva he de advertir que se trata de una prueba muy dura. Durísima.

Me lo decía Mario mientras recogíamos el dorsal. Pero Órgiva es más dura, le espetaba yo, a pesar de que sí he hecho Órgiva en tres ocasiones y aún no había hecho ni una sola vez ésta de las dos colinas (porque ¿cómo iba a ser más dura que Órgiva pensaba yo para mí mismo). Pero Mario con su objetividad y laconismo habitual, sin barroquismo alguno, sonriendo dijo: sí, ésta es mucho más dura.

Y ahora comprendo que no debí infravalorar su aseveración tajante. Es lo que tiene no haber corrido nunca una prueba y sin embargo opinar de ella.

Amigos corredores aprended mi lección: ¡jamás valoréis una prueba hasta que no hayáis pisado la meta!



SUBIDA A LA ALHAMBRA POR LA CUESTA DE GOMÉREZ


La dureza de esta prueba no estriba tan sólo en las terribles cuestas de la Alhambra, Sacromonte y Albaicin sino en la imposibilidad de vaticinarlas.

Uno corre en Órgiva o en Alhama, incluso, en La Ragua, y sabe que toca subir y toca bajar y, normalmente, toda esta adversa orografía de subidas y bajadas está ordenada y organizada. Pero en la prueba de fondo de "Las dos colinas", no es posible vaticinar cuando subes ni cuando bajas porque es algo que conoces segundos antes de iniciar el ascenso o el descenso.

Además, los ascensos son verdaderos ascensos y los descensos verdaderos descensos. Sin medias tintas. Y entre medias toda una pléyade de cortas pero durísimas subidas y de cortas pero vertiginosas bajadas. Es decir que en un tramo de un kilómetro es posible subir tres o cuatro cuestas y bajar ese mismo número, sin que exista terreno llano en ningún momento. Así es el Albaicin. Así es la Alhambra. De hecho, tal y como reclama el nombre de la prueba, corres en dos colinas, urbanizadas, pero colinas a fin de cuentas.


MI CONCURSO

Como decía era la primera vez que corría esta prueba y, como ayer decía a mi Álter por SMS, es algoimperdonable siendo de esta tierra y viviendo en esta tierra. Probablemente, en años anteriores existiera coincidencia con otras pruebas del Circuito, pero es probable que en algún lugar de mi interior me resistiera a hacerlo.

La organización afirmaba que existían 12900 metros, pero una ligera consulta de varios forerunner nos convenció que ninguna marcaba más de 12600. El mío marcó 12400, por lo que, en mi caso, debería ir lo más rápido posible para no traspasar el umbral de la hora, y aunque eso no era importante, al final pude conseguirlo. Comprendí que lo conseguiría cuando un poco antes de afrontar la bajada de Calderería Nueva el cronómetro estaba por debajo de los 50 minutos al paso por el décimo kilómetro, algo que me sorprendió toda vez que no era muy factible, dado el terreno ascendente, conseguir una media inferior a 5 minutos el mil. Finalmente el ritmo fue de 4'48'', gracias, principalmente, al descenso de esa media en tramos más asequibles.

De todas formas he de admitir que no he tenido en ningún momento las buenas sensaciones de Órgiva, principalmente, por el terreno tan cambiante y escarpado, si bien las buenas o las malas sensaciones tienen más relación con las sensaciones puramente interiores y hoy no han sido demasiado buenas. Probablemente debido a que no soy un corredor que acostumbre a trabajar las cuestas de manera específica. Las supero con garantías si se encuentran en algún lugar de la ruta y, en ocasiones, suelo buscar rutas que las contengan, pero no es un terreno en el que me sienta especialmente cómodo.



LA CUESTA DE LOS CHINOS


Aunque tampoco en las bajadas. Éstas, son generalmente bienvenidas -sobre todo si antes ha habido alguna subida-, pero no es un terreno que me emocione. De hecho, la bajada de la Cuesta de los Chinos -que deja la Alhambra para penetrar en el bajo Albaicin- ha podido ser, sin ningún lugar a dudas, la más desastrosa que haya podido hacer jamás. Seguramente que me adelantaron hasta los sorprendidos turistas que encontramos por el camino. Y, lógicamente, si no bajas bien pierdes tiempo, sin que eso signifique que recuperes lo sufrido en la subida anterior.

Pero hablando de recuperar, huelga decir que la recuperación en esta prueba es un elemento clave. Una subida agónica puede dar al traste con un mejor ritmo en el siguiente terreno, sea llano o sea descenso. Llegar muy tocado al final de una de las múltiples cuestas, en esta prueba puede ser la tumba del corredor.



LA CUESTA DE GOMÉREZ


Sin embargo, he de decir que a pesar de la subida agónica en algunos tramos, recuperé bien en todo momento, con la excepción de la subida a la Alhambra a través de la cuesta de Gomérez, en la que me costó algo más recuperar.

Prueba muy bien organizada, gracias a aluvión de personal de la organización, compuesto por militares, protección civil y policía local del Ayuntamiento de Granada. Esa organización es clave en esta prueba ya que pocas cuentan con tantos atajos y encrucijadas. Sin el posicionamiento de personal en todas esas encrucijadas el corredor podría perderse sin remedio por ese mal de callejuelas de que está compuesto, principalmente, el Albaicin.

Por tanto, corriendo en esta prueba nos encontramos ante: belleza, historia, arte, sudor, sufrimiento, y es posible que algunos casos lágrimas. Sin embargo, es una prueba que hay que hacer. Sin más remedio. Pero correr o no, a pesar de esa belleza, es algo que dejo a la elección del corredor porque hay que estar en un buen nivel físico si se quiere alcanzar la meta.

03 junio 2011

BUENAS SENSACIONES


En Órgiva me sentí bien en todo momento


Tras la prueba de Órgiva, el pasado domingo 29 de mayo, comprendí que tenía buenas sensaciones, a pesar de la dureza del recorrido.
Me había mantenido en tiempos similares a los de las dos participaciones anteriores, pero las sensaciones eran otras y la certeza de no haber ido al cien por cien de mis posibilidades mejoraron las sensaciones aún más. Por tanto, corriendo con esos datos la relación con este deporte es aún mejor, si cabe.
El próximo domingo correré por primera vez la prueba de “Las dos colinas”, organizada por las Fuerzas Armadas. Es curioso, pero a pesar de vivir en la ciudad nazarí y tratarse de una bonita prueba que atraviesa los dos lugares más simbólicos de la ciudad, la Alhambra y el Albaicín, jamás la he corrido. Seguramente por coincidir con otras pruebas del Circuito de Diputación.
Pero este año, Alejandro, nuestro mentor en el club Caja Rural nos ha inscrito en bloque; y ha hecho bien porque muchos teníamos ganas de correr esta prueba y quienes ya lo habían hecho tenían gana de repetirla. Por tanto, si nada se tuerce allí estaremos subiendo esas dos colinas que tanta fama universal dan a Granada.
Sin embargo, he optado por no cargarme de kilómetros esta semana, sobre todo si consideramos que la prueba del domingo pasado fue dura y fuerte correctivo para la musculatura. Tampoco he querido centrarme de forma particular en cuestas porque no estoy muy seguro si he descansado lo necesario. No obstante, si estoy haciendo sesiones suaves principalmente, aunque he alternado lo suave con rodajes más rápidos como fue el caso del jueves por la tarde. Esa tarde el entrenamiento me arrojó algunas dudas sobre si estaba realmente recuperado o no. La tarde anterior tan sólo rodé durante nueve kilómetros a un ritmo suave –tan sólo el último kilómetro fue fuerte- y, a pesar de sentir las piernas rígidas no me encontraba particularmente cansado. Pero al día siguiente –el jueves- rodé durante cinco kilómetros como lo haría un zombi recién salido de su tumba: torpe en los pasos y demasiado rígido. Además el sudor era pastoso y la condición física en general bastante penosa, algo que me llevó a detenerme durante el trayecto. Sin embargo, a partir del kilómetro cinco hubo una mutación orgánica y a partir de ahí todo eran parabienes y bondades en mi físico: rodaba fácil y ligero al tiempo que devoraba kilómetros sin esfuerzo y en total armonía. Un nuevo misterio que añadir a este complejo e incierto deporte.

02 junio 2011

IRÓNICA REGENARACIÓN DEL PSOE


Tras el batacazo electoral en las pasadas elecciones locales y autonómicas que accedieron por la vía del artículo 143 de la Constitución, el PSOE ha decidido regenerarse de una manera muy particular.
Evidentemente todo el mundo esperaba un congreso y algunos de sus miembros más destacados así lo solicitaron, pero no, finalmente han optado por unas primarias totalmente descafeinadas, de esas a las que acostumbra el partido en el gobierno simulando democracia interna. Pero no la hay y, en la práctica, la mecánica es muy similar a la del dedazo que utiliza el PP, pero al menos éstos no se esconden ni disimulan.
Y de esa irónica regeneración se va a encargar la cúpula del partido del 82, aquel construido a la imagen y semejanza de su líder, ahora convertido en un acaudalado señor que gestiona fondos de inversión, como los grandes magnates.
Pues sí, esa regeneración tiene nombre y apellido: Alfredo Rubalcaba, pero llamémosle Alfredo a secas, como a él le gusta. Y no dudo de su capacidad política –de hecho, es probablemente el mejor político con que cuenta el PSOE- si entendemos por ésta la que te permite baldear bien todos los terrenos de este otrora noble arte de engañar sin parecerlo.
Por tanto, ¿de qué regeneración está hablando este partido? Tan sólo faltaría que a sus huestes de futuro se unieran Chaves y Zarrías. Se ve que esta gente quiere autoinmolarse en el partido una vez inmolado el Estado con su pésima gestión.
Pero lo peor de todo no es eso. Lo peor es que la negativa a adelantar las elecciones generales para liquidar un gobierno en el que su cabeza se encuentra secuestrado en la Moncloa, culminará con diez meses de campaña electoral sufragada por todos los españoles. De hecho, el pasado jueves Rubalcaba aprovechando lo de la crisis del pepino se acercó a Almería para desde allí dar un salto a Sevilla en avión oficial militar para hacer campaña de partido con su desquiciado amigo Griñán el enterrador de Andalucía.
En fin, el PSOE.

29 mayo 2011

NULA TRANSPARENCIA DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA


¿Tenemos la monarquía que nos merecemos? Probablemente sí. Porque resulta no ya que estemos de acuerdo o no estemos de acuerdo con este sistema -es una forma de Estado a fin de cuentas- o con el sistema tan camuflado con que penetró en la democracia -no hay que olvidar que no se votó monarquía sí, monarquía no, sino una Constitución que ya la tenía contenida-. Pero el problema no es sólo ese sino la puesta en escena de los miembros de esta familia e inherentemente el silencio acerca de sus actos por parte de todos los medios de comunicación importantes -sólo en Internet se alzan críticas contra esta institución-.
Una institución podrá gustar más o menos. Podremos estar más o menos satisfechos con ella, pero en democracia es fundamental la transparencia tanto personal como económica e institucional de los miembros que asumen esa institución. Transparencia que deja mucho que desear en muchas instituciones democráticas pero que no existe en el caso de la monarquía española, como sí existe en la de los países europeos que la ostentan.
Todos hemos asistido a los rumores -periodismo de investigación, incluso- sobre los negocios del yerno del Rey, Iñaki Urdangarin, o a los del propio Rey pero inmediatamente todo se ha tapado sin que los ciudadanos tengamos un conocimiento exacto sobre qué hay de verdad o de mentira en todo ello. Pero, incluso, hay otras cuestiones menores que al menos al quien firma este artículo le chocan: la inoportunidad de las apariciones públicas de determinados miembros de la monarquía, muchas de ellas sin que vengan a cuento. Por ejemplo, el sábado por la noche, con ocasión de la final de la Copa de Europa de Clubes en Wembley. Por allí apareció el Príncipe Felipe -media hora antes del comienzo del partido porque se ve que no le afectan los atascos o las horas perdidas en los aeropuertos- para ocupar un lugar de honor en el palco junto a otras autoridades políticas y deportivas.
Allí se encontraban el Alcalde en funciones del Ayuntamiento de Barcelona y el Presidente de la Generalitat catalana, algo que puede parecerme lógico porque, en definitiva, son representantes de la ciudad y comunidad autónoma que representa el FC Barcelona, pero me pregunto y pregunto (incluso estoy pensando en hacer esa consulta a la propia Casa Real por la vía del Derecho de Petición): ¿A quién representaba en ese partido el Príncipe Felipe, estando como estaba el Secretario de Estado para el Deporte en representación del Gobierno de la nación? ¿Cómo fueron sufragados esos gastos si se entienden que no representaba a nadie? ¿Por qué estaba el representante de la monarquía española y no había ningún miembro de la monarquía británica, sobre todo, si consideramos que había un equipo inglés y se jugaba en terreno británico?
Muchos interrogantes que no se disipan porque no existe una transparencia propia de la democracia.
Y, claro, luego habrá quien se raje las vestiduras si cada vez hay ciudadanos más indignados.

26 mayo 2011

MIRANDO A ÓRGIVA



Hay pruebas a las que no puedes acudir a la ligera dada su dificultad. Una de ellas es la del próximo domingo en Órgiva. Diecinueve kilómetros de subida y bajada, repartidos en un cincuenta por ciento aproximadamente, con algunos falsos llanos de por medio. De hecho, se trata de subir a Lanjarón desde Órgiva y volver a Órgiva por la misma ruta que no es otra que la carretera local que une ambas localidades de la Alpujarra granadina.
En esta prueba mucha gente sufre mucho más bajando que subiendo por un motivo básico: el corredor adapta un ritmo voluntario en la subida y puede controlar en todo momento si ir más rápido o ir más lento en función de su estado de forma; sin embargo, la bajada no forma parte de la voluntad ya que es el mismo terreno el que te arrastra y lo hace imprimiendo a las piernas mayor velocidad y, está claro, que esa mayor velocidad es necesario que vaya precedida de un buen estado aeróbico que asuma sin dificutad ese mayor ritmo. Para evitar esa velocidad, es muy común que nos vayamos frenando al no poder aguantar el ritmo natural de bajada, por lo que ocurra una cosa u ocurra la contraria, el corredor acaba siempre pagándolo. De ahí, las enormes pájaras que se producen, principalmente, en la bajada.
A mí me ocurrió en una de las ediciones que he corrido esta prueba, que creo ha sido en dos ocasiones. En aquella ocasión subí con bastante buenas sensaciones, a buen ritmo, pero la bajada se me atragantó de una manera bestial; de hecho a falta de tres kilómetros para llegar a Órgiva ya apenas tenía fuerzas y no podía comprender el porqué de aquella pájara. Posteriormente medité y comprendí el motivo, que es el que acabo de exponer.
Por tanto, mucho cuidado en la bajada y mucha moderación, también, en la subida. Un aviso que se hace especial, principalmente, a quienes corráis esta prueba por primera vez, que es cuando se suele pagar la novatada.
En otro orden de cosas, comenté que no sería hasta el jueves o viernes cuando decidiera tomar la decisión de correr esta prueba, en función de cómo se encontrará el abductor izquierdo. He hecho los deberes y no he corrido desde la prueba de Huétor Tájar, pero sí he estirado la zona.
En la tarde del jueves decidí probar en un circuito ciertamente quebrado y duro, provisto de algunas cuestas y todo ha funcionado perfectamente. De hecho, ni he sentido molestias en la zona afectada.
Además, he puesto especial interés en las subidas y he llegado a la conclusión que subo sin demasiados problemas y en la bajada pienso seguir el consejo técnico de acortar la pisada, es decir, que el pie pise en una linea imaginaria a la altura de las caderas o, bien, que no sea fácil ver los cordones de la zapatilla si miras al suelo. Lo importante es que la bajada imprima cierta rapidez a las piernas pero que la zancada no sea larga.
Y es que hay que hacer todo lo posible para hacer esta prueba que pasa por ser, probablemente, la más vistosa del Circuito, no sólo ya por el entorno sino por su propia puesta en escena y dureza.
Allí nos veremos si todo marcha como ha marchado esta tarde.

23 mayo 2011

LA TRAVESÍA DEL DESIERTO Y OTRAS CUESTIONES ELECTORALES



La democracia, a veces, aunque no con demasiada frecuencia, tiene esos extraños efectos que acaban produciendo circunstancias muy coherentes y necesarias.
Un partido político puede lanzarse durante años, es más, lustros a una vorágine de mal gobierno, despropósitos, corruptelas, prebendas, mangoneos, engaños y otras iniquidades varias y no pasar nada. El electorado domito acaba siempre votándole y ese partido político desprovisto de escrúpulos multiplica por dos o por tres todos esos desarreglos hasta llevarlos a una enésima escandalera que de tan ruidosa acaba por escuchar ese electorado domito. Y es eso lo que ha pasado con el PSOE, partido histórico y avezado en manejar las instituciones con la experiencia y el descaro que le dicta su enorme presencia social y política.
Pero dicen los escritos antiguos que hasta los más soberbios se ven abocados a peregrinar por el desierto en búsqueda humilde del paraíso perdido que jamás creían poder perder, porque era suyo como el aire que respiran.
Y, curiosamente, eso lo ha querido la democracia que es como un reo silente y pendenciero que acaba por guillotinar cabezas si éstas lucen un corona arrogante y soberbia.
Además, el buen efecto que tiene esta travesía es que el ser arrogante y soberbio, una vez encuentre el camino de vuelta, ya jamás podrá llevar a cabo esas mismas acciones que le han provocado el destierro. Deberá de cambiar, hacerse más humilde, arrojar la corona dorada al fuego...

Y es que el PSOE ya llevaba tiempo pasándose de rosca, siendo ignominioso con la sociedad dormida. Ya le había perdido el respeto a los ciudadanos y se había entregado a una bacanal de desgobierno y despropósito. Y, claro, así no se puede gobernar, algo de lo que, incluso, se han percatado muchos miles de ciudadanos sumisos y silentes como la brisa en la oscura noche.
Sin embargo, podrían aún en las altas sedes socialistas no darse cuenta de lo que les está pidiendo el pueblo: en primer lugar, que se vayan unos cuantos lustros; en segundo, que renueven el chavismo, al zarrismo, el pajinismo, el blanquismo, el guiñanismo, que alejen como un cáliz todos esos caretos molestos a la vista y al sentido común que tanto daño están haciendo a la sociedad y a su partido mismo.
El PP podría llegar a cometer los mismos errores -si no es que ya no los está cometiendo en Valencia y otros lugares de política fácil-, pero de eso tendrán que tomar buena nota ellos mismos. Tan sólo bastaría con que se asomarán al balcón y observarán como el enemigo político va dando tumbos por ese proceloso desierto.

¿Y EL ESPÍRITU DEL 15M?

Mucho me temo que ni los que se están yendo ni los que están llegando entenderán este movimiento. Probablemente, sea el mismo movimiento el que está sudando tinta para entenderse a sí mismo, algo lógico y atribuible a la desvertebración que otorga todo sistema asambleario. Pero yo creo que el mensaje es claro y diáfano: este movimiento está dando duros toques a todos los partidos políticos, pero es probable que exista demasiada sordera entre los padres de la patria y sólo escuchen lo que les cuentan sus asesores de imagen.
He leído en muchos medios que el 15M no ha tenido repercusión en las urnas y no he podido más que sorprenderme por ese torpe análisis, porque ¿cómo un movimiento apolítico puede tener incidencia en otro político? Nada de eso. De lo que se trata es de comprender que esa voz no es la del votante habitual (a pesar de haber sido la elección con mayor número de votos en blanco y nulos, que algún significado ha de tener) sino la voz de una sociedad latente que con ánimo de portavocía -se extenderá sin duda- está reclamando que el político al uso deje ya de lado sus enormes privilegios y mire para el pueblo. Pero mucho me temo que no escucharán y de aquí a poco se volverán a sorprender con manifestaciones más duras y contudentes. De hecho, esta misma mañana cuando leía en la prensa que Doñaleticiarepublicana estaba muy ocupada eligiendo nuevos modelitos me preguntaba a mi mismo: ¿se habrá enterado la Casa Real -que es la Jefatura del Estado--, de algo? Una muestra muy clara de lo difícil que se hace escuchar cuando uno cree que sus altas torres jamás serán alcanzadas. Pero eso mismo pensó el rey Príamo de Troya.

21 mayo 2011

XIV PRUEBA DE FONDO "EL ESPÁRRAGO" VILLA DE HUÉTOR TÁJAR (21/5/2011)



Poco que contar sobre la prueba de Huétor Tájar. Pero sí mucho que reflexionar.
Poco que contar en lo personal, porque sabía que el cansancio de los últimos entrenos (somos lo que entrenamos) unido a ese dolor en el abductor izquierdo harían de esta prueba un trámite. Un entrenamiento cualificado, eso sí. Pero sí, mucho que reflexionar porque es muy meritoria la congregación enorme de corredores en esta prueba (unos 800 la finalizaron) -algo que se está produciendo desde los últimos años-, a pesar de celebrarse en un día y una hora un tanto heterodoxa, que dicho sea de paso a quien esto suscribe le gusta más que el domingo por la mañana.
Sin duda, muchos son los motivos que convierten a esta prueba en peculiar dentro del Circuito de Diputación. El día y la hora, el curioso recorrido, la sorpresa de la climatología debida a las fechas en las que estamos y debida, también, a la peculiar zona. De hecho, Huétor Tájar, un pueblo que gracias a la alta producción de espárrago es próspero, se encuentra incrustado en una especie de hoya, que, como bien decían los alumnos de los cursos que impartí allí hace no mucho tiempo, provoca que el frío sea muy gélido y el calor muy caluroso, algo húmedo por la presencia del río Genil que cruza amplio y hermoso la localidad del poniente granadino.
En lo particular, tan sólo decir que corriendo a un ritmo aeróbico tranquilo de 4'29'' el mil de media me sentí bastante cómodo, a pesar de las persistentes molestias en el abductor izquierdo, que iban a más a medida que pasaban los kilómetros o forzaba (de hecho, algún kilómetro con mejor terreno el ritmo se fue a 4'16''). De ahí que a nivel consciente -y probablemente también a nivel inconsciente- fuí prudente a lo largo de los diez kilómetros, bien medidos, de la prueba. Pero también sentí debilidad y cansancio. La misma debilidad y cansancio que estaba ya percibiendo en los últimos entrenamientos. Mucho más acusada a partir del kilómetro ocho. Claros síntomas de necesitar un descanso que provocará, probablemente, el sacrificio de la dura prueba del próximo domingo en Órgiva. Habrá que observar cómo transcurre la semana y sólo decidiré a partir del viernes. Por lo pronto no correré hasta el jueves, aunque sí estiraré y electroestimularé. Decía al principio que mucho que reflexionar. Y anunciaba que el primer motivo de reflexión era la enorme aluvión de corredores como comentábamos Ángel - de Caja Rural- y yo antes de la prueba.
Además otra honda reflexión, que al menos a mí me sugiere comprobar cómo el corredor habitual muestra la capacidad de centrarse en su mundo, a pesar de que el mundo que existe a su alrededor como ciudadano es tan intenso, cambiante e inquietante: una jornada de reflexión muy particular la vivida en España, con miles de personas ocupando calles y plazas de las grandes ciudades.
Lógicamente, el corredor no puede ser ajeno a ello (es más, es parte de ello: como ciudadano) y, sin embargo, nada consigue distraerle de su tarea, de su carrera, de sus entrenos, de su pequeño gran mundo.
En todo ello pensaba cuando me dirigía a la zona de salida. De hecho, escuché a corredores comentar entre ellos lo que está ocurriendo en España en estos días, pero lo hacían mientras calentaban o preparaban el cronómetro para iniciar la salida. Sin duda, algo muy extraordinario.
Y es que en esto de correr existen muchas cosas extraordinarias. E, incluso, a veces, surrealistas.

20 mayo 2011

EL DILEMA DE VOTAR (IDEAL 20/5/2011)



Me he mojado. A nivel físico e intelectual. De la primera forma lo hice el pasado jueves cuando un auténtico diluvio cayó sobre mi cabeza a lo largo y ancho del entrenamiento de doce kilómetros que realicé ese día. De la segunda, hoy, en el artículo que me publica Ideal que, curiosamente, tiene una teórica coincidente en parte con lo que denuncia el movimiento 15M, si bien es un artículo que lo tenía prácticamente redactado con bastante anterioridad.
Por si no lo hubierais leído en papel, con él os dejo.


EL DILEMA DE VOTAR


Entramos en la primera parte de una sucesión de elecciones que alargará su sombra hasta el año próximo. Y es tan negativa la imagen del sistema de partidos y de los políticos que el ciudadano sensato no sabe si hipotecar el sistema electoral no acudiendo a votar o, por el contrario, afianzar el mismo sistema de partidos que rechaza acudiendo a votar. Es una grave dualidad, un hondo dilema.

En una sociedad democrática avanzada –y suponemos que en ese grupo nos encontramos- el protagonismo de los políticos no debería ser tan pertinaz. Una sociedad democrática avanzada debería de reflejarse en su sociedad civil, en sus universidades, en sus intelectuales, en su avance tecnológico, en el trabajo y en el esfuerzo de la ciudadanía... y, por supuesto, la clase política debería pasar a un segundo plano. O a un tercero.

Pero no pasa a un segundo o tercer plano porque nuestra clase política no es una parte más de nuestra sociedad sino una casta muy diferenciada, retroalimentada en su esencia y sostenida en ese sistema electoral que potencia las listas cerradas y los pactos tácitos y expresos entre partidos. Son ejemplares de una misma especie que porfía por mantener sus privilegios, como cualquier casta orgullosa.

La otra especie, el ciudadano, está harta de comprobar cómo los partidos políticos simulan combatir la corrupción que anida en su seno con acusaciones hacia la de los otros que siempre a sus ojos es más grande y más corrupta si aquí se acepta la redundancia. Y, claro, cabe preguntarse si el tejemaneje de los partidos políticos es algo en sí aislado en nuestra imperfecta sociedad o si, por el contrario, no es más que un reflejo y una síntesis de nuestra forma y modo de interpretar la vida. De hecho, esta segunda tesis no sería demasiado descabellada si observamos la sociedad que nos circunda.

Por ejemplo, que compruebe el hipotético lector cómo se manipula la legalidad a su alrededor. Compruebe y analice –por ejemplo- las últimas reuniones de su comunidad de propietarios y podrá deducir cómo la legalidad casi nunca se cumple y siempre prospera la propuesta o acción ilegal de algún vecino ante el escandaloso silencio de los demás. Compruebe las últimas medidas tomadas en su municipio. O la manipulación de los estatutos en su club, peña, o asociación a la que pertenece. Y si eso es así en pequeñas parcelas de poder qué no ocurrirá en las grandes, sobre todo en esas en las que, además, se entremezclan los asuntos de estado con las artimañas políticas y los intereses económicos.

Es evidente que en nuestra sociedad la ley nace con vocación de incumplimiento, que es una tradición muy latina, pero es muy moderno, muy europeo poseer leyes que regulen cada una de las facetas de la convivencia. Curiosamente, de vez en cuando, algunas de esas normas se cumplen, aunque no en vano ya que casi siempre suele haber algún interés confeso o inconfensable detrás de ese férreo cumplimiento.

Pero debemos de abonarnos al optimismo y no pensar que todo está perdido, de hecho, hay gente honesta que trabaja en la sombra cada día para que las cosas no se deterioren cada vez más. Incluso en los partidos. Incluso en los pequeños territorios de poder diarios. Sin embargo, ese descomunal trabajo en la sombra no es más que la excepción que confirma la regla o tal vez la razón de que aún podamos contarnos entre los pretendidos países democráticos.

17 mayo 2011

EL JUEGO DE LAS CASTAS POLÍTICAS




Con la manifestación del pasado 14 de mayo en Sevilla, los funcionarios y laborales de toda Andalucía, de alguna manera, estábamos adelantando el revulsivo generado por las masivas manifestaciones del movimiento 15M iniciado por la plataforma ¡Democracia real, ya! en todas las ciudades españolas. De hecho, son dos azotes bestiales dados a la casta política en un intervalo de algo más de veinticuatro horas que todo político avispado debería advertir.

De hecho, los empleados públicos auténticos ya llevan meses atizando las conciencias de esta silente y dormida Andalucía, pero muy pocos han advertido que las reivindicaciones ya no se pueden considerar solamente profesionales porque las pancartas anuncian cada vez más lemas de denuncia contra el despilfarro, el enchufismo corrupto, el nepotismo, el desvío de fondos públicos y otras perlas recién cultivadas.

De ahí la importancia de esa decena de miles de manifestantes el pasado 14 de mayo por una Sevilla que también desea cambiar de signo político el próximo día 22.

Importancia porque ya no era tan necesaria aquella ingente cantidad de asistentes de la manifestación anterior sino una concienciada representación de servidores públicos que cada vez desean con más ahínco hacer ver a la sociedad que el PSOE está desmantelando no ya la función pública -que es algo que podría pasar desapercibido para la ciudadanía- sino todo un sistema público general para iniciar un sistema basado en el clientelismo, los privilegios y el nepotismo. De esa forma se lo explicaba a una aspirante a periodista venida desde Madrid para interesarse por este movimiento sin precedentes en España.

Efectivamente. Tras conocer todo el tejemaneje de la Junta de Andalucía - y lo que aún está por conocer- hay que llegar a la conclusión que lo que se está tejiendo en Andalucía desde hace años no es otra cosa que un "bolcheviquismo" basado en la política de partido, que superada ya la etapa del omnímodo poder de sus dirigentes busca con precipitación el acomodo de miembros del partido, familia y afines, que es una forma de actuar muy común en las dictaduras políticas que ordenan y mandan en base a los dictados del partido.

Pero es posible que todo esto lo hayamos detenido a tiempo los servidores públicos, por lo que el movimiento 15M ratifica lo que ya está barruntando una gran parte de la ciudadanía: que la casta política lleva mucho tiempo trabajando para sus propios intereses.

Quienes vivimos en democracia solemos olvidar con relativa facilidad que las libertades no son inherentes al sistema constitucional sino que es necesario trabajar a diario para mantenerlas. Olvidamos con facilidad que esta democracia se basa en un sistema de representación indirecto y en una monarquía hereditaria y que los representantes públicos nunca están a la altura de las circunstancias. De hecho, los escasos acuerdos y mejoras que se legislan siempre son las que buscan una mayor consolidación de sus privilegios.

Y es que olvidamos fácilmente que en las reglas de juego de las élites políticas, desde Roma -o tal vez desde Grecia- jamás tiene cabida el pueblo, que no es más que un instrumento para adquirir intereses. Eso se ha maquillado con los años, pero no ha cambiado.

Luego, ¿no es eso lo que vienen denunciando los funcionarios y laborales de la Junta de Andalucía? ¿No es eso lo que está denunciando la plataforma ¡democracia real, ya!?

UN VIAJE A PARÍS (I)

Existen ciudades que pueden ser contadas y otras que tiene que ser visitadas para poder contarse. Entre estas últimas está París.      No es...