José Antonio, Rocio, Jesús y Gregorio -de espaldas-.
Minutos antes de la salida de la prueba de Loja.Foto enviada por Gregorio
No es algo que ignore, pero en Loja, en esta mañana primaveral como pocas en los últimos días, he vuelto a reinventar los conceptos del correr como actividad intrínseca a la existencia misma; el correr para disfrutar; el correr para mantenerse alejado de problemas relacionados con el sedentarismo...el correr para sentirnos vivos. Es probable que haya influido en esas sensaciones la excelencia del ambiente y la conexión total que tenemos con él. Toda esa cantidad de caras conocidas que coincidimos cada dos o tres semanas en algún pueblo de la provincia. Sabedor, además, que para cada persona de las que allí nos presentamos, el correr tiene una función distinta, una motivación personal diferente, porque diferentes somos en esencia.
Pensando en eso he comprendido que este deporte popular pasa por ser, quizá, el que cuenta con mayor dosis de apuesta personal al tiempo que es una excelente explosión de colectividad, solidaridad y -por qué no- democracia.
Hombres y mujeres de muy distintas condiciones, ideas y pensamientos que dedican una mañana de domingo a trotar por calles, plazas y carreteras, sin otra pretensión que hacer deporte.
Y cada prueba atesora sus propias historias personales y encierra motivaciones ocultas: una persona que hoy comienza a correr; una pareja recién estrenada que corren por primera vez una prueba de competición; un atleta que vuelve al redil después de años de tabaco, alcohol y mala alimentación; otro que vuelve tras meses de fastidiosas lesiones. Todo un mosaico de motivaciones que se aupan en cada calle y en cada cuesta. Eso es algo grande, qué duda cabe.
Prueba de fondo de Albolote. Justo detrás de quien esto suscribe,
obsérvese a Mario, Gregorio y Víctor. Transcurría el km. 5.
Foto: Deporte Integral
Y amparado por esa filosofía he corrido hoy en Loja. Embutido en todo momento en unas sensaciones previstas para disfrutar. Con ganas de hacer kilómetros tras el duro test de Sevilla. De manera que en la prueba de Loja de esta mañana, quizá, he disfrutado más que en casi ninguna otra.
Acompañados por una excelente mañana repleta de luz para la ciudad del poniente granadino nos dirigimos personas bien avenidas: José Palma (José del Oliver), Paco ( el compae Paco) y quien esto firma (allí nos encontramos con Jesús Lens y Rocio, Gregorio, Victor, José Manuel y un número considerable de miembros de mi club, Caja Rural). En animada conversación. Cada uno buscando sus sensaciones, siendo la vuelta un trasunto de la ida pero con más de 11 kilómetros entre las piernas, en nueva y renovada conversación tras una buena cerveza en ruta.
Y quizá todo ese ambiente relajado y ceremonioso, ese ambiente de amistad y afición común, unido a mi interés de correr con una suavidad mantenida, ha hecho que las sensaciones a lo largo y ancho de toda la carrera hayan sido de las mejores que recuerdo; que esas temibles cuestas no hayan sido más que unas leves inclinaciones del terreno, y que esos kilómetros fueran pasando raudos y sencillos. Sin necesidad de buscar tiempos ni optar por sufrimiento innecesario.
Cuando subía cuestas o cuando llaneaba percibía respiraciones muy agitadas a mi alrededor y sabía que mucha gente iba sufriendo, algo por lo que he pasado en infinidad de ocasiones pero no esta mañana.
Recuerdo que a los pocos días de acabar el Maratón de Madrid, en 2007 hice la prueba de Huétor Tajar y no fui capaz de buscar el disfrute pos maratoniano, de manera que sufrí lo indecible y penetré en una pájara de inciertas consecuencias. Luego comprendí que confundí el nivel adquirido en un maratón con ir demasiado rápido en una prueba infinitamente más corta. Y lo pagué.
Ahora, con mi segunda maratón acabada he visto las cosas de otra forma: dos semanas sin correr ni un metro y planificar la siguiente prueba - ésta de hoy- como un entrenamiento suave. Objetivo cumplido. Un suave ritmo de 4,40 el mil que ha posibilitado el encuentro con el correr más cotidiano.
A partir de ahora toca crecer, pero para seguir disfrutando de este bello deporte, que nos da más que le entregamos.
Y ahora, ¿ qué tal si os dejo con un impresionante live de Iron Maiden. el "Fear of the dark":