15 octubre 2009

Fear of the dark, de Iron Maiden

El concierto que ofrecieron en el mítico Rock in Río en 2001 los chicos de Iron Maiden es de los que crean afición al Heavy Metal ¿Pero quién no ha vibrado con su legendaria "Fear of the dark", uno de los temas puesto en escena en este magno festival por los pupilos de Eddy?:

13 octubre 2009

LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES (LA PELÍCULA)


Reconozco que tenía reticencias para ver la versión cinematográfica del primer tomo de Millennium, "Los hombres que no amaban a las mujeres", si bien podría ser peor el remedio que la enfermedad ya que siempre acabas por leer y escuchar opiniones. De ahí que quisiera tener una idea directa.
Decía que acumulaba reticencias porque es un libro muy gráfico. Un libro en el que es posible imaginar rostros y lugares. Lugares comunes que te atrapan a lo largo de las casi 700 páginas de la novela de Stieg Larsson. Había visto algún trailer, pero no me lanzaba a ver la película. Así, que estando ya en DVD, no he podido sucumbir a la tentación.
Y, finalmente, exclamé de alivio: es la película que yo hubiera hecho si fuera director y supiera dirigir cine.
Una película que no me ha defraudado en absoluto. Es más, al verla resolví una de las ecuaciones que más me inquietaban: ¿cómo introducir en una película de metraje standard un denso libro, con un denso argumento, con densos detalles? Pero el director, Niels Arden Opley, lo ha conseguido, si bien ha debido dejarse importantes en el camino. Es lógico.
A mí, Lisbeth Salander siempre me ha parecido una persona enormemente integra, con una alta dosis de honestidad y un alto sentido de la moral y la ética. Una persona completamente anarquista en sus hábitos más personales y en su concepción del mundo, pero congruente con el mundo que le rodea, aspectos éstos que la hacen más sensata si cabe. Hace lo que tiene que hacer y no escatima esfuerzos. Deja a la gente en paz, pero se venga salvajemente de quien le ha hecho o le hace daño. Pero, lógicamente, hay que tener un enorme arrojo para ello.
Es algo en lo que pensé cuando acabé de leer el libro y es algo que he vuelto a ratificar ahora que he visto la película.
Por su parte el personaje de Mikael Blomkvist me ha tenido que ir convenciendo poco a poco, hasta no tener más remedio que aceptar que es el personaje que yo hubiera creado. Inicialmente no me convenció en absoluto: no era la cara que le suponía, ni los gestos que le imaginaba. Ahora bien, su penetración en la esencia del periodista tenaz y honesto me convenció a lo largo del film.
Sin embargo, algo me ha trastocado mi visión inicial: el patriarca del imperio Vanger, Henrik, que pasa en la película por ser un encantador octogenario, en el libro es una persona que desde la buena intención muestra un lado maquiavélico y manipulador. Manipuló al periodista y eso no era nada fácil. No es una manipulación egoísta, pero es el clásico multimillonario que siempre consigue lo que quiere, previsto de una buena billetera, claro.
Pero nada más cuento de la peli, que seguramente habrá quien habiendo leído el libro, aún no la haya visto. Película que aconsejo encarecidamente ver. Principalmente, para quienes hayan leído el primer volumen de "Millennium".

12 octubre 2009

ENCRUCIJADA


El Dr. Sheehan fue un corredor por encima de cualquier cosa. Muy admirado por nuestro amigo Paco Montoro y por todos nosotros.

Me siento corredor. A pesar de que apenas piso los caminos y las carreteras y que toda mi ropa técnica y zapatillas están cayendo en la inanición, me sigo sintiendo corredor. Porque quiero seguir creyendo que volveré a los caminos.
Cuando clausuré "Diario de un corredor" y meditaba en hacer realidad este blog que ahora leéis, recuperé del archivo aquel conocido blog y le denominé: "Vuelvo a los caminos", aunque finalmente no lo publiqué. Y, recuerdo que lo hice en un momento en el que me encontraba tocado -probablemente de los gemelos, no falla-, y necesitaba contar que estaba intentando volver. Y ahora, de nuevo, pienso en aquellos momentos.
Me sigo sintiendo corredor pero, también, cada vez más ciclista, con toda la carga de respeto que ha de contener esa denominación y a pesar de que nada he hecho encima de la bici..bueno sí: caerme en tres ocasiones. De hecho, tuvo que pasar mucho tiempo y recorrer muchos kilómetros para que me convenciera a mi mismo que debía llamarme corredor. Creo que comencé a hacerlo tras el Maratón de Madrid de 2007.
Cuando el otro día volvía de hacer una ruta de 54 kilómetros con la bici, sentí que ese deporte me recordaba peligrosamente a los comienzos como corredor. Aquellos días en los que apenas llegaba a 15 kilómetros y llegaba a casa fundido y con alguna hipoglucemia que otra. Sencillamente, mi organismo estaba comenzando a adaptarse. Algo similar a lo que ocurría el pasado sábado, cuando teniendo ya a la vista Granada, miraba el cuentakilómetros y comprobaba que los dígitos no superaban los 16 kilómetros por hora. Entonces fue cuando comencé a comprobar que los miembros inferiores pueden dar todo un recital distinto cada día de dolores y agujetas.
Pero a la mañana siguiente me levanté nuevo. Sin dolor en el Aquiles y sin dolor en el gemelo derecho, circunstancias éstas que me habían retirado de correr transitoriamente. Incluso me miré en el espejo y me pareció que éste despedía un rostro curtido por el sol y afilado por el esfuerzo. De hecho, ese tipo de síntomas son los que hacen que el enamoramiento deportivo se adentré en tu ser. Una suerte de respuestas a aquella pregunta que un día me hice cuando fui a comprar la bicicleta a Semar.
Y, lógicamente, es algo que quería escribir, ya que cuando no consigo explicarme, acudo a la palabra escrita, que es la forma en la que mejor pienso.
Luego, me pregunto: ¿estaré preparando el terreno para colgar las zapatillas en favor de los culotes? Es probable que así actúe mi subconsciente y aún no lo haya transmitido al ser pensante.
Lógicamente, cuando dejas de practicar una actividad -ya sea correr, leer, o comer pasteles-, te vas despegando de ella. Y eso es así a pesar de que esa actividad esté muy adentro de tu ser. Es lógico que así sea. Si no lo fuera, sería muy difícil arrastrar toda esa carga. Dura encrucijada la mía.

10 octubre 2009

The siren of the woods, de Therion

Si sois fieles a la versión cinematográfica de "El Señor de los anillos", basada en la obra de Tolkien, seguramente también os gustará "The siren of the woods", del grupo sueco Therion, un grupo de heavy metal, aunque no lo parezca en este tema:



05 octubre 2009

PODREDUMBRE POLÍTICA



Disculpadme si vuelvo a escribir de política. Sé que muchos de vosotros, amables lectores, preferiría leer sobre correr o de literatura o de música. Pero es que la política está de nuevo en nuestras vidas, aunque sea sólo para interesarnos por esa bestial subida de impuestos o comprobar con estupefacción el chorreo diario del caso Gürtel.
Y es que el cinismo de nuestros políticos ya no tiene techo; igual que la desfachatez que demuestran no tiene suelo. Esta noche escuché hablar a Camps, esa especie de hiena política que lanza balones fuera con la habilidad de aquel portero valenciano llamado Sempere y que tanto admiré. Escuchaba preguntar a un periodista sobre sus adláteres Costa y Rambla, cubiertos de mierda hasta el mentón a raíz del caso de supuesta financiación ilegal de su partido, y respondía el crecido Camps con frases de concordia del estilo "todos tenemos que apoyarnos" o desviando cínicamente y sin disimulo la respuesta a la crisis y las meteduras de pata de Zapatero. Lógicamente, me indigné con tanta dosis de cinismo, que el mismo Maquiavelo habría reprobado.
Por otra parte, a raíz de la última encuesta en la que por primera vez en algunos años el PP adelanta en intención de voto al PSOE, decía la lumbreras Pajín, que la verdadera intención de voto se da el día de las elecciones. Y, claro, ante tal respuesta ya no pude soportarlo y me tuve que tapar la nariz. Y es que se mire donde se mire la clase política española, con las lógicas excepciones, está derivando hacia una podredumbre asfixiante. Y me pregunto yo: ¿Qué podemos hacer los ciudadanos para que esta gentuza se vaya a la mierda?
Menos mal (mi gozo en un pozo) que a la monarquía se le congela su presupuesto. Los pobres.

01 octubre 2009

CONVERSACIÓN A PROPÓSITO DE X

Así finalizaba la entrega anterior:

Luis, totalmente al tanto del pensamiento astuto de Conchi, comprendió que no era oportuno dar rodeos sobre su visita, así que soltó: Vengo a hablarte del asunto X. Entonces, de pronto, la tensión fue el único mobiliario que tenía el comedor, lugar en el que tomaron asiento ambos.

CONVERSACIÓN A PROPÓSITO DE X

La relación entre Conchi y Luis siempre fue excelente. Es más, ambos compartían algo muy importante: ser las dos personas más cercanas a X. Quizá por ese motivo, Luis, puso en escena una de sus mayores cualidades: la intuición. E intuyó que su punto de equilibrio personal podría irse al traste si sus amigos acababan distanciándose por mor de esa manía de X por correr, y así se lo dijo a Conchi.

-Pero no es una mera manía, Luis, es algo más profundo. Esa manía de X como tú señalas es mucho más que eso. Se trata de un cambio sustancial en la vida de mi marido. Es algo que comprendí desde la primera vez que prefirió irse a correr a la salida del trabajo, antes de irse al bar contigo.

- No creo que eso tenga mucha importancia, Conchi...

-¿No tiene importancia? -le interrumpió Conchi sin que apenas cambiara el tono de su conversación-.Tiene mucha más importancia de lo que aparenta.

- Recuerda que a X, cuando eráis novios, también le dio por jugar al baloncesto, un deporte, por cierto, que nadie del pueblo comprendía, y se tiraba horas y horas intentando encestar en la canasta del patio de la escuela.

- Pero aquello no fue igual. Era muy joven y le impresionó no sé que triunfo de la selección española. De hecho, se le pasó pronto. Esto es otra cosa.

- Tampoco hay nada de malo en que tu barrigudo X haga deporte de vez en cuando. Yo mismo lo hago -ironizó vulgarmente Luis- practicando el levantamiento de vidrio en barra fija.

-No estoy para bromas, Luis. ¿No comprendes que la afición de X por correr encierra un cambio más profundo en sus valores y sus convicciones personales?

Ante la grave aseveración de Conchi, Luis se quedó perceptiblemente pensativo. Con esas palabras, su amiga había profundizado hasta una zona lejana de su lenta comprensión, hasta el punto que sintió un pequeño escalofrío y por un momento comprendió todo el infierno que estaba pasando aquella mujer sencilla, pero de convicciones profundas.

Había comprendido de golpe que con su negación a la afición de X, Conchi estaba intentando salvar el matrimonio tal y como estaba configurado hasta ahora. De ahí que se preguntara a sí mismo si algo de su persona también podría estar en juego. Si X, estaba cambiando todo el catalogo de valores de su existencia, ¿no podría estar también en peligro su amistad?

Esa reflexión le hizo cambiar el semblante, algo que no pasó desapercibido para Conchi. Ella, a pesar de la gravedad de la conversación, no pudo esbozar una ligerísima sonrisa, casi un gesto de triunfo. Estaba segura que ahora Luis la comprendía completamente y que su amigo zozobraba nadando hacia su terreno.

Sin embargo Luis reaccionó con habilidad y siguió abonado a la "defensa de X". Tampoco ese gesto pasó desapercibido para Conchi. Volvían de nuevo a estar en tablas. Ella contraatacó:

- Posteriormente, con el suceso de la boda de mi sobrino comprendí que la sospecha se convertía en confirmación. Sabes perfectamente que X nunca hubiera actuado así. Es más, siempre ha sido a él a quienes los amigos les habéis confiado todos los ágapes que os montáis.

- Es cierto, pero tienes que comprender que X ya tenía un compromiso consigo mismo, que había sacrificado horas de descanso para correr en los últimos meses, que había conseguido hacer retroceder hacia la izquierda la aguja de la báscula, que había gastado dinero en ropa y zapatillas caras, que se había inscrito a una carrera oficial.

-Precisamente todo lo que estás comentando es lo que realmente me preocupa. Todos esos preparativos, esfuerzo, gasto. Todo ese nuevo giro ¿No comprendes que está atentando contra el vértice de equilibrio de nuestro matrimonio?

En esa afirmación interrogatoria captó Luis algo de egoísmo de Conchi, y ese atributo humano siempre le había parecido una miseria humana. No obstante, no deseaba echárselo en cara a su interlocutora. No por ahora.

- Pero yo creo que es posible buscar un nuevo equilibrio. Es más, nada tiene de malo que alguno de los cónyuges busque otras formas de ilusionarse. Eso es legítimo.

- Y lo dice quien jamás ha sabido comprometerse con una chica.

Fue un golpe bajo, admitió para sí Conchi. Miró casi de reojo a su amigo pero este hábilmente encajó el golpe o bien lo pasó por alto. Optó por buscar una defensa neutral.

- No es necesario estar comprometido con nadie para comprender que una persona sigue siendo persona incluso en pareja. Lo contrario sería sumisión.

Ante ese inteligente comentario Conchi no tuvo más remedio que abrir otra vía de argumentación.

- Yo pienso que es lógico que dos personas que se quieren y viven juntas deberían hablar antes de poner en peligro la relación.

- Sí, es cierto Conchi, pero X nos comentó a tí y a mí que pensaba dedicarse a correr en su tiempo libre.

- Sí, es cierto. Ahora bien, correr de vez en cuando es una cosa y correr casi a diario, comprar ropa y zapatillas, apuntarse a carreras, comprar revistas, visitar esas cosas que llaman blogs de corredores, es otra. Es más, tampoco es normal que el resto del tiempo esté siempre hablando con el frutero.

-O sea Conchi -resumió duramente Luis- que no estás en absoluto de acuerdo en que X siga corriendo.

- No lo estoy. No, con la dedicación actual.

Luis ya no dijo nada más. No necesitaba seguir hablando. Comprendió perfectamente que Conchi estaba luchando por seguir aferrada al tipo de vida placentera y sin sobresaltos que había tenido hasta ahora en compañía de X. Teniendo a su lado un X sumiso, dedicado al trabajo y a buen recaudo en el bar en su tiempo libre la vida para ella era muy fácil. De esa manera ella podría seguir optando por una vida contemplativa, sin innecesarias miras.

La amenaza de cambio que se vertía sobre su cabeza no estaba dispuesta a asumirla.

Pensando en todo eso, Luis salió de la casa con la desazón de quien fracasa en una empresa noble. Por tanto, ahora tenía otro problema: cómo explicar a X que Conchi continuaba inamovible.

UN VIAJE A PARÍS (I)

Existen ciudades que pueden ser contadas y otras que tiene que ser visitadas para poder contarse. Entre estas últimas está París.      No es...