
Jaime Gil de Biedma. Un gran poeta catalán. Con mucha vocación de poeta maldito, que falleció joven, demasiado trajinado por la vida. Y por beberse esa vida como se bebió su poesía. Desde muy joven me cautivaron sus versos extraños, surrealistas, simbólicos. Adquirí hace muchos años uno de sus libros más representativos, "Las personas del verbo", un libro de poesía que leí y releí con fruición. Ahora me ha gustado sobremanera recuperarlo con motivo de este miércoles poético que compartimos varios blogs. El poema que he seleccionado se llama "Del año malo", y es muy adecuado para el último mes del año. Juzgar vosotros:
Diciembre es esta imagen
de la lluvia cayendo con rumor de tren,
con un olor difuso a carbonilla y campo.
Diciembre es un jardín, es una plaza
hundida en la ciudad,
al final de una noche,
y la visión en fuga de unos soportales.
Y los ojos inmensos
-tizones agrandados-
en la cara morena de una cría
temblando igual que un gorrión mojado.
En la mano sostiene unos zapatos rojos,
elegantes, flamantes como un pájaro exótico.
El cielo es negro y gris
y rosa en sus extremos,
la luz de las farolas un resto amarillento.
Bajo un golpe de lluvia, llorando, yo atravieso,
innoble como un trapo, mojado hasta los cuernos.