20 junio 2013

CONFESIONES DE UN CORREDOR

Comenzó junio con la idea de incrementar los kilómetros semanales en torno a unos 10. Pero no es tarea fácil. Para tal objetivo había dos alternativas: salir un día más a la semana -jamás salgo más de cuatro- o bien hacer entre dos o tres kilómetros más por salida.  Pero ocurre que nos solemos acostumbrar a una inusual rutina (la rutina del corredor siempre es inusual) y es difícil escapar a ella. Es más, en ocasiones no consigo cumplir con la idea que suelo denominar como 'del maratón semanal', es decir, no correr menos de 42 kilómetros por semana. Para tales sumas, incluyo la competición si la hubiera.
Veamos. Hacer un día más a la semana me cuesta. Se trata de organizarte un día más a la semana para salir a correr, toda vez que cuento con que los dos días del fin de semana -sábado y domingo- siempre corro aunque para ello tenga que incumplir con otras personas. Correr es lo prioritario.
En cambio, buscar tres tardes a la semana no es tarea fácil. No suelo correr ni lunes ni martes, precisamente para descansar de la carga de kilómetros de fin de semana, lo que supone correr de forma obligatoria miércoles, jueves y viernes. Pero ocurre que si hay tirada el sábado por la mañana -siempre algo más kilómetros ese día-, es un riesgo salir el viernes por la tarde ya que no hay descanso suficiente. Ahí radica la dificultad de salir cinco veces. La única opción tendría que ser correr también el martes; o bien, incrementar los kilómetros a lo largo de esas cuatro salidas tradicionales que suelen ser con poco margen de error: miércoles, jueves, sábado y domingo. No olvidemos que somos corredores aficionados -no me gusta el concepto: populares- y esto es una afición.
¿Y qué ocurre con la calidad? Si concibo hacer series, algo para lo que soy muy irregular, le dedico el miércoles el jueves; y si se trata de fartlek, que no suelo hacer, cualquier de las salidas puede ser válida para llevarlo a cabo, toda vez que se hace en ruta. Últimamente estoy introduciendo técnica de carrera, pero no me supone ningún problema, porque cualquier día después del entrenamiento puede ser válido para ello ya que siempre encuentro algún terreno blando donde hacerla.
¿Cómo compenso la falta de calidad? Si no hago series o fartlek, que es lo habitual, lo suelo compensar con rodajes rápidos o bastante rápidos. No se trata de calidad en puridad, pero sí está muy cerca.
Sin embargo, los corredores no debemos olvidar la elongación y ejercicios complementarios. Para elongación no encuentro problema alguno, ya que después de cada sesión de entrenamiento dedico a ello entre 10 y 15 minutos; sin embargo, para abdominales, gomas y otros ejercicios hay que buscar huecos. Como no voy a gimnasio alguno, esos huecos los busco en casa. Ahora bien, como resulta que son ejercicios fácil de hacer en cualquier sitio, siempre es factible dedicarles entre 15 y 20 minutos cualquier tarde perdida, que puede ser tras el entreno o en las tardes que no suelo correr. Pero no siempre hago estos ejercicios. Craso error. 
Resulta que los corredores -y no digamos nuestro entorno- no siempre pensamos detenidamente en el tiempo que necesitamos para poder entrenar dignamente, sin restarle tiempo a otros asuntos del día a día, pero si lo pensamos llegaremos a la conclusión de que se trata de una de las actividades que más tiempo nos exige y es muy necesario dedicar ese tiempo si queremos mantener un nivel adecuado, cosa que no siempre es fácil, principalmente, cuando las tardes se acortan o el trabajo se alarga.  O ambas cosas. 
De ahí que en muchas ocasiones nuestro entorno les cueste entendernos. Que les cueste entender que no podamos acudir a un acto social, a una reunión familiar o cosas así. Casi todos estos actos o reuniones son en fin de semana y si le damos prioridad a ellos se la quitamos a nuestro entrenamiento más serio. Pero cómo explicárselo sin que te miren como a un extraterrestre. 
Al principio a mí, como a todo el mundo, me costaba y, por lo general, casi siempre sucumbía y anteponía ese acto social o la reunión a mi entrenamiento, pero ya he llegado a un punto en el que el entrenamiento es lo esencial y lo otro lo secundario. Y no suele preocuparme que lo entiendan o no.         

19 junio 2013

SOBRAN LAS PALABRAS





Pocas entradas he subido que no tengan palabras. Pero si son innecesarias en alguna, ésta gana por goleada. ¿Te harías de una bolsa de éstas?:















































Gentileza de mi amigo Juan Mora.

17 junio 2013

'LES FLEURS DU MAL' ÚLTIMO DISCO DE THERION (2012)

Que Therion, la buena banda metálica sueca, una de las más veteranas -ha cumplido sus bodas de plata- del inmenso panorama nórdico metálico, haya sacado disco -creo que lo sacaron a finales de 2012-, es siempre un acontecimiento, más que nada porque es una banda que intercambia a muchos de sus miembros e innova musicalmente a pesar de ser fieles a sus principios. Cultivan desde el el 'gothic' hasta el metal puro, pasando por el melódico, el progresivo, el death. Sin duda, son de los más versátiles de la orbe metálica. 
Además, es una banda que cuida sus temas, sus trabajos -muchos de ellos conceptuales- y sus directos -doy fe- son impresionantes. No abordan cosas estúpidas en sus letras; es más, suelen fijar su atención en mitos culturales, en lenguas muertas, en tradiciones, en literatura. Me gusta de ellos que cultiven nuestra cultura europea occidental, que traten aspectos culturales de nuestro pasado europeo. Eso me fascina. 

File:Baudelaire crop.jpgY lo han vuelto a demostrar con el último disco 'Les Fleurs Du Mal', nada y nada menos que todo un homenaje a la más señera obra del enorme poeta maldito francés del siglo XIX, Charles Baudelaire. Una obra que me fascina y que leo con regularidad y de la que he hablado aquí en alguna ocasión.
Lo que ha hecho Therion y su inquieto líder Chirstofer Johnsson -hacedor de la marca Therion- es algo insólito. Me hubiera gustado personalmente que los temas se hubieran basado exactamente en los poemas del poeta francés, pero supongo que eso será difícil de cantar. Se les ha ocurrido no otra cosa que versionar -no de manera muy metálica- temas del pop francés de las décadas 60-70, cantados en francés, además ¿Curioso, no?. 
Sin embargo, hay que admitir la originalidad, la creatividad y ese homenaje -al menos en el título del disco- a ese poeta maldito al que tanto se censuró en su tiempo. He de decir que tras escuchar el disco he quedado sorprendido de su calidad y los cuidadísimos arreglos, aunque no sea el Therion que más me mola. Prefiero al Therion fuerte, el que apunta al Death, al Metal puro, al que se asoma al Doom o al 'Gothic'. Pero son unos creadores y en las escena metálica hay que renovarse o se acaba muriendo. Además, ellos son conscientes que muchos grupos posteriores han seguido su estela -incluso les imitan abiertamente- y nada mejor que eliminar el rastro si uno no quiere ser emulado constantemente. Eso es lo que tiene ser precursor de algo. En fin. Inserto uno de sus temas más emocionantes, 'La Maritza' (escuchadlo que os gustará):


16 junio 2013

EL VERANO, EL CALOR, EL MATERIAL, LA COMPETICIÓN...

Me gusta competir en verano. Incluso hacerlo cuando el calor ya se va convirtiendo en un problema. Pensaba en ello cuando me dirigía al coche al terminar la prueba de Fondo de El Valle de Lecrín, bajo un sol inmisericorde ya a las 11 de la mañana.  A pesar de que no soy un corredor que rinda bien con el color. Rindo mejor con lluvia y frío. Pero, tal vez, por eso  me motiva correr con calor. En plan retador. Por esa asignatura pendiente que supone.
Dicho esto, tengo que decir que el verano es una época en la que entreno bastante. Los días son largos y hay tiempo. Por tanto, en bastantes ocasiones, el calor me ha cogido corriendo a más del las 12 del mediodía, cuando el sol deja de ser amigo para convertirse en un verdugo; o a las 7 de la tarde, horario en el que el astro rey sigue teniendo casi la misma mala leche que a las 12. 


Y es que correr por esos caminos secos, esos pedregales entre olivos en los que tan sólo se escuchan las chicharras, por ese asfalto en el que el calor hace aguas y uno cree ver lagunas, es motivador (el otro día vi mi primera culebra atropellada en la orilla de una carretera). Lógicamente, hay que tomar medidas para no llegar al colapso físico. Y nada mejor que llevar buen material técnico. El mejor, si el bolsillo lo permite. Correr con una gorra técnica -poseo tres-; no correr jamás con el torso desnudo como a tanto insensato veo hacer cuando entreno en estas fechas. Hay que ir provisto de una buena camiseta técnica tipo 'Dry', que tenga la capacidad de despedir el sudor y al mismo tiempo evitar que los rayos del sol penetren a través de ella en la piel. Siempre es preferible correr con camiseta de manga corta, pero si se opta por la de competición -tirantes- más vale llevar una buena protección solar con un buen factor de protección, que dependerá mucho de la piel. Pero de todo, lo más fundamental es la hidratación. Si corremos por una zona en la que sabemos con seguridad que hay agua potable, podremos programar nuestra ruta en función de esos puntos de agua; pero si no es así, nada mejor que portar hidratación. A mí me va bien con una correa de hidratación con dos depósitos. Uno de ellos suele ir repleto de bebida isotónica y el otro de agua y los dejo toda la noche en el congelador e intento calcular cuando es posible beberlos en ruta. En ocasiones, he calculado mal y no he podido beber hasta pasado un buen rato por estar el líquido congelado, por lo que no estaría mal sacarlos con tiempo suficiente del congelador.  
Son reglas básicas a las que se les puede añadir otras en función de los circuitos por los que entrenemos. Se pueden elegir unas zapas más transpirables e, incluso, un pañuelo para proteger el cuello tipo trail. Y si la ruta es larga, nada mejor que una mochila de hidratación tipo 'camelbak'. El problema de la hidratación estará superado si competimos ya que habrá suficientes puntos de avituallamiento y no dejarán que nos deshidratemos, lo que es muy relativo en esta fechas de crisis (recuerdo cómo en la prueba del Río Dílar de hace varios años la organización se olvidó de dar agua a la mayoría de los corredores y tuvieron que ser los vecinos residentes por los lugares de paso de la carrera los encargados de suministrarla. Se subía una fuerte pendiente en pleno julio). 

Nuevo recorrido
Pero volviendo a la prueba de El Valle de Lecrín, en Dúrcal, tras ese amplio paréntesis. 
Nos han cambiado el recorrido y ha resultado mucho más duro. Han eliminado esa segunda vuelta tortuosa por la vía de servicio y nos han derivado por un terreno más campestre, con carriles de tierra incluidos. 
Particularmente, a mí me ha gustado este recorrido. Al menos, me ha gustado más que el anterior. La distancia también ha aumentado un poco y todos los corredores hemos sufrido mucho más tanto por las rampas de esa última parte de la prueba como por el fuerte calor que ha caído sobre el Valle. Es algo que se apreciaba nítidamente en los rostros.
Por último, unas cuantas palabras sobre material. En pocos días me llegará algo novedoso que no he tenido hasta ahora, luego ¿será el principio de una hermosa amistad, como en la película Casablanca? Está por ver.  Que por experimentar y seguir avanzando no quede.   

15 junio 2013

MÚSICA: AMORPHIS (Finl, 1990-ACT.)

Lo primero que me llamó la atención de esta banda finlandesa es su, digamos, metal 'incunable', por llamar de alguna manera a la poca adscripción a la que se podría conceder a sus trabajos. Así lo quieren ellos.
Es una banda que, en sus orígenes, parte de un Death melódico, pero penetra pronto en el Heavy Metal sin más, en el Death a secas e, incluso, en el Doom. Pero no han querido jamás encasillarse y han practicado distintos estilos. Incluso han probado hasta con la música 'psicodélica'. Se podría decir que en cada trabajo han hecho cosas distintas, pero siempre está detrás su sello y así llevan 23 años, que se dice pronto, siendo reverenciados y respetados allá por donde van. Es la típica banda que podría considerarse que no es de masas, pero que tiene un enorme número de seguidores fieles. 
A mí me gusta porque son dinámicos en sus melodías; y la presencia comedida, pero muy presente, de los teclados le da un empaque distinto.  La voz de su vocalista actual, Tomi Joutsen, tiene una impronta muy 'gothic' y nos recuerda a Nick Holmes de 'Paradise Lost'. Utilizan, una voz independiente, dos guitarras, batería, bajo y teclados y hacen melodías deliciosas.
Me interesan las bandas que se atreven con varias cosas y que hacen de la música trabajos concienzudos y bien diseñados, en los que las notas y los arreglos, así como la voz, persiguen una perfección y una armonía ambiciosa. En esa línea está Amorphis. 
Os sugeriría que escucharais la riqueza de todo el trabajo conjunto que hace esta banda en este vídeo de su actuación en el 'Summer Breeze Open Air' de 2009, que se celebra a mediados de agosto de cada año en la ciudad alemana de Dinkelsbühl.



  

12 junio 2013

UN TRUCO BÁSICO PARA EVITAR LA RUTINA EN EL ENTRENAMIENTO

Los corredores, por mucho que nos apasione correr, también podemos ser presa de la rutina. No siempre hay las mismas ganas, ni siempre la misma predisposición física y motivación psicológica. Como solemos decir: 'hoy no estoy para muchos trotes' (dixit un corredor popular).
Como ya sabéis los más antiguos -que no viejos- del lugar, la mayoría de las entradas que introduzco en este blog sobre correr se basan en mi experiencia personal. Y lo que hoy expondré también. 
Resulta que ayer, martes 11 de junio, me planteé entrenar aprovechando que la tarde ahora se dilata de forma espectacular y que la luz ya le gana por goleada a las tinieblas. Digo que me planteé correr porque normalmente no lo hago en martes -voy a introducir en estos meses un días más de entreno, como contaré en su momento-, pero como somos animales de costumbres, no encontraba la predisposición física ni psicológica necesaria ya que, por lo general, comienzo mi actividad atlética los miércoles e, incluso, el jueves. Pero, eso sí, tenía ganas de correr, algo curioso. Así que busque argumentos para no caer en la rutina, porque lo que menos me apetecía era correr en los lugares que normalmente reservo para hacerlo. En pocas palabras: quería cambiar de ruta. 
Justo en este punto comencé mi ruta de nueve kilómetros.

Opté por hacer una cosa básica, que podéis hacer si necesitáis desplazaros en coche para correr. No valdría si salís a correr desde vuestro domicilio. Fue sencillo lo que hice. Como de todas maneras tenía que coger el coche para ir a Pinos Puente o a Caparacena o al Pantano, me pareció una buena idea ir con el coche a un lugar de la ruta intermedio y desde ahí hacer el  mismo circuito pero trastocando el punto de salida y de llegada. Me fui con el coche a un punto -Pedro Ruíz, anejo de Santa Fé-, que por lo general en una ruta corriente desde Pinos Puente es el kilómetro 4; y desde allí enfilar hasta Fuente Vaqueros para volver de nuevo a Pedro Ruíz pasando a tan sólo un kilómetro de Pinos Puente. Había cumplido el objetivo que no era otro que no forzarme a salir desde Pinos Puente y volver de nuevo a Pinos Puente. 
Las sensaciones que experimenté en esa ruta de 9 kilómetros fueron extrañas, pero al mismo tiempo muy motivadoras: comenzar a correr en el punto 4 de la ruta acostumbrada y saber que aún te quedan 4 kilómetros cuando estás a 1 de Pinos Puente, que es el punto de llegada es algo curioso, extraño, motivador y, sobre todo, distinto. Os puedo asegurar que pareciera que hubiera hecho una ruta totalmente distinta y novísima a pesar de que se tratan de los mismos caminos y senderos de siempre. 
Además, me resultó aún más curioso correr el último kilómetro -siempre hago el último kilómetro más fuerte-  a una velocidad no acostumbrada cuando hago la ruta desde Pinos Puente. 
Os aconsejaría ese pequeño cambio en la rutina. Veréis cómo percibís la ruta totalmente distinta y, de camino, engañáis a la rutina.      

10 junio 2013

EN ESTADO DE GRACIA (O ENTRE PINARES Y OLIVOS)

Si correr fuera algo previsible tal vez no tendría tanto encanto. Pero no lo es, y eso es lo que lo hace grande. Y a nosotros. Porque, en más ocasiones de las que creemos somos protagonistas directos de esa falta de previsibilidad de este deporte, que al mismo tiempo es parte de su grandeza. 


Es lo que pensaba hoy, mientras hacía diez kilómetros, mezclando monte, olivos, camino y asfalto. Y todo ello, haciéndolo con una enorme frescura en las piernas, a pesar de los 17 kilómetros a ritmo alegre de ayer. Evidentemente, no pensaba que pudiera tener las piernas tan frescas y por eso planifiqué una ruta conocida para evitar adentrarme en terrenos de los que me cueste salir (es decir, en los que no pueda correr controlando). Pero a medida que veía que las piernas cada vez iban más frescas y que no parecía cansarme, no dudé en penetrar por medio de una de las varias zonas de pinares que rodean al Pantano del Cubillas. Eran las 3 de la tarde y todo estaba en silencio. Además, la temperatura era estupenda para correr. Subía y bajaba laderas -algunas de ellas muy técnicas- y seguía por un estrecho camino entre pinos, pisando piñones secos y hojas caídas. Una experiencia deliciosa. ¿Seré carne de trail?, me pregunté. 

Posteriormente volví al asfalto y luego me adentré por un conocido terreno entre olivos; un terreno zigzageante que me motiva sobremanera. Y también, en ese terreno me sentí cómodo y fresco. Lo último que pisé fue asfalto, entre Caparacena y el Pantano del Cubillas, con varias dificultades, las cuales también subí con frescura y nada de cansancio. No encontraba -ni quería- que llegará el momento de terminar pero, pensé, aprovecharía el estado de gracia para hacer técnica de carrera, en el blando terreno entre pinos del Pantano; y así lo hice. Ni tan siquiera la técnica, en ocasiones tan agotadora, apenas me cansó. Un día de esos en los que estás en estado de gracia sin que sepas porque. El día anterior, como decía, hice 17 kilómetros, comí lo normal, me harté de tomar cerveza e, incluso, acabé la noche tomando un güisqui mientras veía un par de películas al tiempo que me hartaba de comer chocolote negro. Hay ocasiones en las que te cuidas de manera intencionada, no corres el día anterior, no tomas una gota de cerveza -de güisqui, ni hablamos-, y al día siguiente corres como un perro; luego ¿cuál será el misterio de este deporte?      

UN VIAJE A PARÍS (I)

Existen ciudades que pueden ser contadas y otras que tiene que ser visitadas para poder contarse. Entre estas últimas está París.      No es...