05 mayo 2010

PANTORRILLERA MEDILAST



Supe de las pantorrilleras Medilast Sport y no dudé en adquirirlas.
Realmente siempre me he sentido muy cómodo con el calcetín largo de esta marca y he corrido con él en las últimas competiciones largas, incluida la Maratón de Sevilla, pero en mi opinión era defectuoso en cuanto a la escasa protección del pie, algo que está asegurado con calcetines técnicos. Principalmente utilizo la gama Kalenji Run 800 de Decathlon, que considero uno de los mejores calcetines técnicos que he probado, por lo que con estas pantorrilleras soluciono el problema, ya que cumple su misión fundamental: proteger los gemelos, sóleos y todos los músculos peronéos y dejar libre el pie para poder llevar calcetines técnicos como de costumbre.
Hay varios colores, pero opté por el rojo con la zona de protección posterior blanca.
Su precio en una ortopedia de Granada es bastante inferior al oficial que indica la marca en la página web y en los grandes almacenes.

03 mayo 2010

ELOGIO DE LA PRUDENCIA



No, no se trata de ningún libro de autoayuda filosófica debido a Baltasar Gracián, ni tan siquiera a Séneca. En absoluto. Se tata de mi propia prudencia como corredor.
Prudencia en los entrenamientos por unos claros síntomas de que algo no iba bien en algún lugar inclasificable entre el sóleo y los peronéos laterales. Nada de importancia, pero sí un claro aviso.
El primero fue hace dos domingos, en el kilómetro tres de un recorrido que pretendía ser de trece kilómetros. Me dí la vuelta con algo de dolor.
El segundo fue el pasado jueves, en el kilómetro tres y medio de un corrido que pretendía ser también de trece kilómetros -curiosamente el mismo recorrido-. Me dí la vuelta con algo de dolor.
Por tanto, he puesto a trabajar por primera ver al Compex con tres programas en días alternos: masaje, masaje regenerador y descontracturador.
El dolor por lo pronto ha desaparecido, incluso al tacto, pero aún no me arriesgo a dar un paso. No lo haré hasta el próximo jueves, para cuyo día ya habré completado dos masajes regeneradores con altas dosis de energía.
Probablemente no podré correr en la nueva prueba de Salobreña del próximo domingo, 9 de mayo, opción que barajaba como segura, pero eso no representará problema alguno.
Estoy seguro que las dos medias maratones, hechos en un intervalo de tres semanas, más alguno que otro entrenamiento con ciertas dosis de dureza han provocado esta pequeña lesión, que la atribuyo más al estrés muscular de esa zona muscular que a microrotura.
Pero me fastidia tener que haber roto la tradición de correr en el Día de la Cruz, fiesta de multitudinario golgorio en Granada.

29 abril 2010

EL MARATÓN: ¿UNA PRUEBA VENGATIVA?


Javi en el MAPOMA 2010

Javi, miembro activo de Las Verdes, hizo hace unos días el blog del grupo unas trágica crónica de su participación en el MAPOMA de este año. Quienes conocemos a Javi, sabemos que se expresó con la sinceridad que le caracteriza y, además, no lo hizo en caliente.
Y leyendo la crónica (pinchad en "crónica" para acceder a ella) nadie se puede quedar indiferente: ni quienes tengan la experiencia de los 42 kilómetros; ni quienes no la tengan.
Algo de tragedia también describí yo cuando participé en mi primera maratón en el MAPOMA de 2007 (pinchad "MAPOMA" si queréis consultarla), pero ésta de Javi tiene elementos más trágicos, tantos que asusta.
Quienes hemos corrido el maratón podríamos comprender ese sufrimiento, pero ¿y quienes no lo hayan hecho aún y tengan planificado pronto uno? ¿Desistirán de su empeño? ¿Se amedrentarán tras leer la crónica de Javi?
Vayamos por partes.
Que nadie que no haya hecho jamás un maratón piense que se va a enfrentar a algo similar a hacer dos medios maratones o cuatro carreras de diez kilómetros y medio. Nada de eso. El maratón es otra cosa.
Particularmente -lo he escrito y dicho en varias ocasiones- yo jamás quise saber nada del maratón. Cuando compraba la revista Runner`s o Corricolari y aparecían reportajes sobre planes para preparar maratón, instintivamente los rechazaba; me ocurría algo similar a cuando voy pasando hojas del periódico y me encuentro con las secciones de noticias rosa o toros (últimamente también me ocurre con las noticias políticas). Nada quería saber sobre la distancia de Filípides, pero me atraía sobremanera la media maratón.
Pero el mundo del correr y los mundos del corredor son imprevisibles y acabé corriendo el primer maratón en 2007 y el segundo en 2009 ¿ Y qué he de decir con respecto a ellos?
Ya escribí en su momento sobre ellos, y ahora con la perspectiva que ofrece el tiempo he de decir que, aunque el sufrimiento acaba por olvidarse pronto, no olvido que decidir correr esta prueba exige un periodo de maduración serio, un lanzarse al vacío y ya no mirar atrás una vez tomada la decisión. La gran decisión.
Quizá por eso haya tantos corredores habituales que le tengan tanto respeto a esta prueba y jamás encuentren el momento para comenzar.
No soy amigo de consejos pero os diré como encaré "aquéllo".
La participación en el primer maratón, en Madrid, la decidí de una manera más improvisada que en el segundo, movido por la decisión de Mario, que me temo tomó la decisión de manera más improvisada que yo. De esa manera nos embarcamos en aquella vorágine e hicimos juntos algunos de los entrenamientos más largos preceptivos, aunque no demasiados.
Por tanto, no tuve jamás la sensación de estar entrenando para algo tan grande, en parte porque no sabía a qué me enfrentaba por mucha que ya hubiera leído sobre la épica de esta prueba.
Y sufrí. Mucho. Principalmente a partir del kilómetro treinta y cinco. Esos últimos kilómetros los recuerdo como desesperantes, cargados de calambres, dolores y horribles sensaciones. Ahora sé que me faltó entrenamiento y acabé gracias a que la mente no falló, a pesar de que nos encontrábamos en el terrible maratón de Madrid -siempre repleto de rampas- y el día fue también muy caluroso.
A pesar de todo, cuando volvía de Madrid ya estaba pensando en un segundo maratón.


Tras finalizar el maratón de Sevilla. Nunca he sabido con seguridad si el gesto era de sufrimiento o de satisfacción.

El segundo, el año pasado en Sevilla, fue otra historia. Advertido ya por la experiencia del primero, los entrenamientos fueron más consecuentes y la mentalidad más cuidada (ver pestaña: bitácora de maratón). Y hoy puedo contar que ese segundo maratón lo acabé con sensación de que tenía que haber expuesto más. No sufrí tanto como en Madrid, pero en el kilómetro cuarenta - no sé por qué resortes psicológicos- quise detenerme. Sabía que en ese kilómetro el gran monstruo me había mirada a la cara. A todos nos ocurre.
Pero lo más importante que puede decir sobre cómo encaré este segundo maratón es que entrené. No de forma obsesiva, pero sí acumulé los suficientes kilómetros para poder encarar esa distancia mítica. Realmente fui muy constante. Mucho.
Entrené con lluvia, con frío, con nieve y lo único que me diferenció con los profesionales aquellos meses previos es que ellos luchan para ganar y yo para acabar de la mejor forma posible. Por lo demás, era uno de ellos. Y gracias a esto vencí sin demasiados problemas la distancia.
Personalmente creo -lo he dicho en varias ocasiones- que el maratón es una prueba que puede hacer la práctica totalidad de los corredores que se lo propongan. Lo que quizá no tenga tan claro es que todos los corredores estén dispuesto a asumir el sacrificio que supone prepararlo, con la constancia necesaria que permita no sucumbir. Y sin esa preparación concienzuda, nadie debería de correr un maratón.
Y aún con la suficiente preparación, con la suficiente mentalidad, aún así, puedes sucumbir. De hecho Javi, es un corredor suficientemente dotado y se ha preparado con solvencia, pero siempre hay que considerar que ante esta distancia mítica no hay fórmulas exactas. Algo puede fallar ese día.
Si esta prueba no tuviera estas características imprevisibles, vengativas y egoístas no estaríamos hablando del temible maratón.

28 abril 2010

LAS VÍAS DE LA CORRUPCIÓN (IDEAL 28/04/2010)


Ya había escrito sobre la corrupción en un artículo anterior, pero me apetecía volver a hacerlo. Así que en la edición papel de Ideal de hoy publico un artículo sobre algunas de las posibles vías de que pueden nutrirse algunas de las formas corruptas que asolan nuestro país.
Si no habéis tenido oportunidad de leerlo -y mucho no podréis si tenéis vuestra residencia en otra provincia- os lo dejo aquí para vuestra consideración.
Me ha gustado el simbolismo que ha dibujado Ferrero en mi artículo: una manzana podrida con gusano. Así que emulo el mismo símbolo, en versión propia.


LAS VÍAS DE LA CORRUPCIÓN

Pongamos que un cargo público es invitado por un tipo desconocido a tomar un café. Ese tipo, muy amable, bien vestido y con mucho trabajo zalamero a sus espaldas, se presenta como representante de cual o tal empresa que se dedica a cual o tal cosa y le dice que le gustaría poder trabajar para ese ayuntamiento, para esa comunidad, para ese ministerio. Consecuentemente el cargo público debería indicarle el procedimiento legal a seguir acerca de las licitaciones abiertas pero no lo hace, por lo que ese tipo sabedor de esas debilidades le comenta distraídamente a ese representante público que conoce tal o cual restaurante que ponen un solomillo ibérico a la brasa que no hay manera de resistirse a su sabor. Ese cargo público justo en ese momento debería tomar una decisión porque aunque no lo sepa –pero si lo sospecha- aceptando esa invitación está aceptando o al menos no está rechazando un previsible futuro compuesto de cientos de corruptelas por venir que continuarán con regalos para él y sus seres queridos y culminará con dinero, mucho dinero para él y probablemente también para su partido.
Y cargo público no valorará como ilegal la aceptación de todas esas prebendas porque no existe o no conoce ninguna norma que le impida recibir regalos de un tercero y porque esos regalos -así se lo ha dicho ese tipo- son puras liberalidades, que "nada tienen que ver con que yo pueda trabajar con vosotros o no", resultando que a estas alturas -lo habrá advertido el atento lector- ya le habla de tú.
Pero curiosa, misteriosa o legalmente la empresa de ese tipo acaba adjudicándose una parte importante de los contratos públicos que licita ese ayuntamiento, esa comunidad, ese ministerio. Y nadie duda que -en principio- esos contratos estén adjudicados con criterios legales escrupulosos cumpliendo cada uno de los artículos de la farragosa Ley de Contratos del Sector Público, por lo que ahora es el momento adecuado de hacerse unas cuantas preguntas: ¿si la empresa de ese tipo estaba dispuesta a cumplir al pie de la letra la legalidad vigente, a qué vienen esos regalos? Respuesta probable: porque podría entenderse como probable que fallara el mecanismo legal. Otra pregunta: ¿sabía ese tipo que existen contratos que prácticamente pueden ser adjudicados a dedo si no superan determinada cantidad de gasto? Respuesta probable: sí, lo sabía perfectamente, por lo que el asunto de los regalos en esos casos tenían mucho más sentido.
Se produzca una opción u otra la acción consistente en la liberalidad de regalar siempre será un apoyo. Y está claro que este tipo de cosas siempre han sido y así serán si nuevas normas no lo remedian. Pero pocas normas podrán remediar que un cargo público acepte una invitación de otra persona, circunstancia ésta que sin otras adherencias podría no significar nada.
Lo que arriba se describe es una hipotética vía que puede conducir peligrosamente hacía la corrupción pero no es la única, por supuesto. Quizá ésta sea la más sutil, la menos aparentemente perniciosa en su origen, mientras que las otras vías conllevan otros mecanismos más sofisticados y cuentan con muchos elementos que, como si de un rompecabezas se tratará, acaban encajando porque están diseñados para que encajen.
Esas otras vías van desde la creación de empresas específicas aledañas a círculos del poder dotadas de unos mecanismos sofisticados que posibilitan corromper al cargo público sin apenas error, porque existe toda una ingeniería financiera, toda un miríada de mecanismos y vacíos legales que nuestro imperfecto sistema jurídico no detecta a tiempo o sencillamente no puede detectar, hasta mecanismos que no responden a un esquema fijo pero que tienen como fin último sacar provecho de la administración y comprar voluntades y decisiones, constituyéndose empresas ficticias que al margen de las relaciones con las administraciones públicas no tienen actividad empresarial conocida.
En la otra cara de esa moneda traidora están los políticos -pieza fundamental en el mapa de la corrupción- y todo ese mecanismo del que disponen los partidos para elegirlos. Aquéllos antes de ser políticos son ciudadanos corrientes, gente de la calle que a lo largo de su existencia ha ido formándose una idea de una sociedad culturalmente instalada en la corrupción, muy activa en pequeñas prebendas que van desde las básicas ilegalidades que todos los ciudadanos cometemos a diario hasta la permanente obsesión por engañar como finalidad vital única. Pequeñas corruptelas que comienzan en la más inocente infancia desde el mismo momento que el individuo le arrebata la comida a su hermano pequeño o miente con pequeños engaños a sus padres. Luego ese individuo en la escuela procura seguir engañando por lo que se las ingenia para copiarse en los exámenes y de ese modo asegurarse el éxito y evitar el esfuerzo y una vez acabada su formación abriga la posibilidad de obtener una plaza pública a través de la intervención de algún conocido poderoso. Probablemente, intentará comprar un piso pagando la mayor parte posible de la cantidad total en dinero negro para después revenderlo por el doble de lo que costó al margen del fisco y una vez elegido presidente de su comunidad de propietarios buscará acuerdos y realizará actuaciones que esconderán siempre un interés particular y no colectivo. De manera que cuando ese individuo sea elegido para concejal, para consejero, para ministro o para otro cargo ya habrá andado la mayor parte del camino hacia la corrupción. Y probablemente desde el mismo momento que acepta ese café de ese tipo desconocido bien vestido, desde ese mismo momento ya barrunta que se presenta una gran oportunidad.

27 abril 2010

UN FISIO DE BOLSILLO




Harto de escuchar excelsas opiniones documentadas sobre este aparato y curioso como soy con todo este tipo de artilugios, me dije que mi latente tendinitis aquilea y mis contracturados gemelos podrían verse beneficiados con este aparato, que es como un fisio de bolsillo.
Un Compex dotado de unas prestaciones exorbitantes con el que nos estamos familiarizando en casa a marchas forzadas.
Correr y estar en las mejores condiciones posibles es algo impagable.


26 abril 2010

SOBRE PESO Y ALIMENTOS


Lo hablaba el otro día con Abel y Antonio: cuesta mucho perder peso y poco ganarlo.
Que los corredores hablemos de estos temas es común, pero mucho me temo que podríamos estar hablando de cosas distintas a como lo trata gente que no corre.
Quien no corre, por lo general quiere -necesita- adelgazar, principalmente cuando la primavera está en su cenit y ya se vislumbra el verano. Las ropas delatan, hay más vida en el exterior, hay más luz. Y, por lo general, es la época en la que hay lista de espera en los gimnasios y los sempiternos caminos del invierno, tan solitarios y taciturnos, ahora rebosan de personas que andan rápido y corren, convirtiéndose en las bien denominadas rutas del colesterol.
Pero hablar de perder peso entre corredores es otra cosa. Por lo general, quienes corremos mantenemos la grasa en niveles mínimos y nuestro lenguaje sobre perder peso no tiene mucho que ver con el lenguaje del ciudadano que desea estilizar su figura y perder esos kilos acumulados durante el invierno, por lo general, debido a una vida sedentaria.
Los corredores queremos perder peso por otros motivos, siendo el principal el anhelo de poder llevar menos lastre en nuestros entrenamientos y carreras, si bien en ocasiones no reparamos en que lo importante no es que la báscula marque unos kilos de menos sino que podamos cerciorarnos que nuestros niveles de grasa estén bajo mínimos mientras que nuestro sistema muscular (el de las piernas, pies y abdomen, principalmente) esté lo suficientemente desarrollado para poder llevar a cabo nuestra función. Y eso, inevitablemente, conlleva pesar algo más porque según los expertos pesa más el músculo que la grasa.
Otra cosa distinta es ser consciente de que hay que eliminar ciertos alimentos y bebidas de nuestro régimen alimenticio diario, algo que a todos nos cuesta. A mí el primero.

En mi caso particular, desde que acabó 2009 y comenzó 2010 no he podido evitar incrementar un par de kilos más, a pesar de que el entrenamiento -y por tanto, la musculatura no es la culpable- no era intenso. Ese par de kilos -en mi caso- es debido al régimen alimenticio, principalmente al pan y la cerveza, alimentos que integro a diario prácticamente en mis costumbres culinarias.
Podrá ocurrir que entrene a partir de ahora con más potencia y esos dos kilos los siga conservando pero la sensación será de más delgadez. En ese caso, la explicación es fácil: hay más músculo, sobre todo en las piernas. O bien, no incrementar ese entrenamiento y suprimir esos alimentos y bebida como costumbre diaria e inmediatamente la balanza volverá a esos menos dos kilos antiguos.
Por otra parte, nuestro régimen alimenticio de corredores no puede ser el erial nutritivo y vitamínico en que se convierte la dieta de personas que se obsesionan con las dietas milagro. Sencillamente porque nuestro esfuerzo diario necesita un alimento contundente que contenga los suficiente hidratos, grasas saludables y proteínas que nos permitan mantener ese ritmo explosivo que supone acabar la semana por encima de los cuarenta kilómetros. De ahí que quienes corremos no debamos estar obsesionados con la delgadez sino con la eliminación de la grasa innecesaria y la consiguiente estimulación de la estructura muscular que evitar lesiones y otros problemas indeseados.
¿ Cómo lo veis ?

23 abril 2010

UN PASEO POR LA FERIA DEL LIBRO


Nunca falto a esta cita anual con los libros.
Presentes como están a lo largo de todo el año, nunca me pierdo esta efemérides que suele celebrar el día en el que murieron tanto Cervantes como Shakespheare, aunque últimas investigaciones demuestran que no es cierto y que la datación de la muerte de ambos genios se debe a una afirmación no contrastada que hizo Victor Hugo, genio de las letras galas.

Los dos libros que he adquirido este año son los siguientes:


Un ameno ensayo de Manuel Pimentel denominado "El libro de la escritura vital", bajo el subtítulo de: "Como escribir la novela de tu vida". Leí una entrevista que le hicieron al autor acerca del libro (presentó el libro en Granada pero me fue imposible acudir) y tras ojear el índice no he dudado en hacerme con él (mi amigo Jesús Lens también lo tiene en el margen derecho de su blog. Por cierto, el sábado a las 19,00 horas nuestro amigo presenta su libro en Centro Cultural de Cajagranada, justo a lado de la Feria del libro).
Con una preciosa encuadernación, en este libro el autor nos advierte que la vida es novela y la novela vida, algo que ya uno barruntaba desde siempre y que seguramente aseveraremos tras la lectura del libro de este reflexivo autor cordobés.


El otro libro no podía ser otro que el último de Haruki Murakami "De qué hablo cuando hablo de correr", ideas y vivencias de un escritor corredor o viceversa.
Reconozco que no he leído muchos libros -los primeros- de este autor, y que debería leer tal y como me aconsejó en su día Alfredo, pero es imposible mantenerse al margen de la lectura de su último libro si somos corredores y nos gusta la literatura. A ver qué nos cuenta el maestro japonés, que ya ha obtenido buenas críticas por su obra.
Por cierto, a partir de esta entrada dejo abierta la opción de comentar, que supongo nos place a todos y que es una ingrediente importantísimo de los blog. Otra cosa es averiguar de dónde sacaré el tiempo para comentar a su vez el mayor número de comentarios posible, sin necesidad de estar poseído por Internet como le pasa a mi admirado Enjuto Mojamuto.

UN VIAJE A PARÍS (I)

Existen ciudades que pueden ser contadas y otras que tiene que ser visitadas para poder contarse. Entre estas últimas está París.      No es...