
"El vicepresidente tercero, Manuel Chaves, con 64 años y después de cuatro años como ministro y 19 como presidente de la Junta de Andalucía declara un patrimonio que apenas bordea los 69.000 euros, 46.502 de la valoración de su vivienda y 22.461 en el banco. No tiene créditos pendientes."
Esa es la noticia que hoy ha aparecido en los medios de comunicación, a raíz de la publicación oficial en el Boletín Oficial del Estado del patrimonio del actual gobierno.
¿Y por qué me centro en el patrimonio de Chaves y, no por ejemplo, en el más coherente de Zapatero? ¿Es porque hace tiempo que le tengo manía al anterior presidente andaluz? ¿ Porque siempre lo he considerado un político sin personalidad ni ideas? ¿Porque su gestión ha hundido a Andalucía al lugar que probablemente se merece? No sé, quizá todo esto haya influido, pero lo que más me sorprende -y por eso lo cito aquí y desperdicio una entrada para hablar de correr, música, cine o libros- es porque no me creo que ese sea su patrimonio. Hagamos unas simples operaciones aritméticas.
Chaves lleva de forma ininterrumpida ocupando altos cargos desde 1982, que fue la fecha en la que asumió el poder el primer gobierno socialista presidido por Felipe González. Luego, si no calculo mal, lleva con excelentes sueldos más que decentes 27 años, cuatro como parlamentario nacional, cuatro como Ministro de Trabajo y diecinueve como Presidente de la Junta de Andalucía. Sueldos cuantiosos todos ellos, además de las siempre opacas dietas; luego, con ese patrimonio que declara el honorable Chaves ha ahorrado cada año la friolera cantidad de: 2.554,22 €. O sea, un manirroto, como ya demostró en la presidencia de la Junta. Una especie de hijo pródigo de la política.
Obviamente, desde mi punto de vista, el patrimonio que deberá declarar el vicepresidente tercero del actual gobierno no es lo que posee en la actualidad, sino todo lo que ha invertido, donado a hijos o vendido. Y, claro, como eso no lo ha manifestado el insigne socialista de preclara mente pues seguimos con la duda y con una sensación de que este hombre considera que toda España creerá sus patrañas como ocurrió en Andalucia durante casi cuatro lustros. En fin, ¿qué pensáis?