26 mayo 2009

MUCHACHADA NUI


El atolondrado Enjuto Mojamuto

Raramente televisión -cualquier cadena- nos sorprende con programas de calidad. Normalmente, es todo lo contrario: la bazofia inunda todas las cadenas, ya sean públicas o privadas.
Pero ocurre que, en muy raras ocasiones, alguna cadena nos sorprende con algún programa de calidad. Por lo general, esos programas suelen emitirlos o muy tarde o en recónditos horarios de fin de semana. Por tanto, hay que buscarlos, conjurarse y estar atento a su horario de comienzo.
Y es eso lo que ocurre con Muchachada Nui, en mi  opinión el humor más fresco, inteligente y diáfano que pulula por estos lares. Junto a Buenafuente me parecen los humoristas más preclaros del Estado. 
A Muchachada Nui, al principio no se les entiende, pero quizá ahí reside su calidad, que es tan demoledora que te deja sin palabras. 
Sin perder sus raíces manchegas -son de Albacete- poseen una cultura audiovisual, cinematográfica y general enciclopédica, que utilizan para mostrar su infinito genio.
El humor si no es blanco y genial -al estilo Tip y Coll, Martes y Trece o Académica Palanca-, debe ser inteligente y ese atributo está en los muchachos de Albacete.

Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla

Además, actúan con la frescura de un grupo de amigos, que es lo que son en última instancia. La genialidad de Joaquín Reyes y la versatilidad de Ernesto Sevilla conducen a un grupo no numeroso, pero suficiente, a lugares, tópicos y situaciones que son de una calidad inconmensurable. 
Veánlos, sin prejuicios, con paciencia, aunque en los primeros programas nada les diga. Les aseguro que con el paso del tiempo, serán su programa de referencia. Son distintos. Son únicos. Siempre cuento las horas para verlos a las 23,45, cada miércoles. Palabra.     

23 mayo 2009

PRUEBA DE FONDO DEL ESPÁRRAGO. HUÉTOR TÁJAR, 23 DE MAYO DE 2009


Un manojo de espárrajos similar a éste, ha sido la mejor provisión de la bolsa del corredor en esta prueba.

Las sensaciones, las buenas sensaciones. Esas acompañantes que no deben faltar a ningún corredor. Buscadas siempre, parecieran pompas de jabón, tan escurridizas, tan inaprensibles. 
Hoy han estado presentes.

Huétor Tájar: un sábado de mayo. Qué tendrá esta carrera que la hace distinta de las demás: ¿El día y la hora? ¿El amorfo circuito? No sé, tal vez de todo un poco. Pero lleva ya dos años gustándome, a pesar de que hace tres sufrí allí la mayor pájara de mi corta vida atlética, recién acabada el MAPOMA de 2007.

Suelo correr los sábados, normalmente por la Vega. Y lo suelo hacer en horario similar al de la carrera de hoy. Por tanto, qué mejor entrenamiento que correr una prueba de competición de 11000 metros, (algo más, quizá 11200). Coger el coche, alargar un poco la ruta y correr la séptima prueba del circuito de fondo de Diputación. Dicho y hecho. 

"Salir en el furgón de cola". Es algo que escribí en la bitácora del corredor, queriendo decir con ello que no planteaba batalla alguna (mis batallas siempre son conmigo mismo). Saldría tranquilo, hablando con compañeros del club o conocidos, y a medida que se vaya estirando el pelotón a la salida de la población, ir acomodándome a un ritmo llevadero. Dicho y hecho. Así fue. 

Los primeros kilómetros en todas las pruebas son lentos y confusos. Calles estrechas y pocas posibilidades de avanzar demasiado. Pero no me importaba en absoluto. No en esta prueba. Vas hablando, acompansando el ritmo de las piernas a los pulmones o viceversa. Poco más.
Pero sales de la población. Cruzas el puente del río Genil, al que vi muy crecido en mi última visita a esta población. Y una vez cruzado el río doblas a la izquierda buscando esa bonita zona de Vega que nos acompañará durante los primeros kilómetros. 
Recuerdas que esos primeros kilómetros son duros. Sobre todo el tramo entre el cuatro y el cinco. Pequeñas pero duras subidas que hacen que las piernas se resientan. 
En el kilómetro cinco miro el reloj y marca 22 minutos y algo, un ritmo en torno a los 4' 30'' el mil. No es tu propósito, te dices, ya que querías algo más lento. Pero vas cómodo. Compruebas que adelantas a corredores sin demasiados problemas, y que a pesar de que queda mucha carrera, las sensaciones son buenas, muy buenas. Vas sin presión, tranquilo, sin objetivo alguna, casi entrenando, eso es lo importante. 

Pero suele ocurrirnos a los corredores lo siguiente: si vas cómodo y ciertamente sobrado, tiendes a aumentar el ritmo. Es algo lógico. Es algo natural. Y fue lo que ocurrió desde el kilómetro seis. 
Si en Santa Fé, la segunda parte de la carrera fue más lenta que la primera, aquí ha ocurrido totalmente al contrario. Aunque he decir que en Santa Fé quería correr más rápido y no podía. Sin embargo, en Huétor Tájar ha ocurrido justo al contrario. Me encontraba bien y constataba -y eso creo que no me ha ocurrido nunca- que ningún corredor me adelantaba en la última parte de la prueba. Más bien al contrario.
Apostaba por incrementar el ritmo cada vez más, a medida que avanzaban los kilómetros y lo conseguía. No sin dificultades, he de reconocer, pero conseguía mantener un nivel de ritmo mayor. Y así fue hasta el final. No suelo ser ambicioso en las pruebas, pero en ésta no quise bajar el ritmo hasta llegar a la meta, como habitualmente hago.
Espero contar con el comentario del corredor -al que no reconocí- que en el kilómetro nueve me comenta que mañana me leería. Un placer que lo haga, por supuesto. 
Finalmente han sido 48 los minutos empleados, a 'una media de 4'22'', que considerando que no es un circuito llano doy por bien empleada.
Muchos conocidos, compañeros del club, la marea azul de Armilla, con Roberto a la cabeza. Me ha agradado saludar a Francis Rodríguez Tovar, que me ha comentado algunos detalles de su triunfo en Vitoria. Pero no ha habido ni un sólo Verde, y es extraño ya que somos un grupo numeroso.   
Por tanto, una gran tarde atlética. Una prueba en la que celebro haber participado. Me encontraba cansado, o al menos eso creía. Por eso me ha sido grato comprobar que no lo estaba tanto como barruntaba.
Buenas sensaciones para comenzar una semana, que debe ser exigente en entrenamiento, toda vez que las dos pruebas siguientes traerán cuestas por doquier.   

21 mayo 2009

EL CORRER SOLITARIO

Que me fascina correr no es un secreto a estas alturas. Pero también me gusta correr en soledad. En mi opinión, el corredor para sentirse como tal debe correr en soledad. Perderse por caminos y carreteras, atravesar paisajes y campos yermos o fértiles. Sentir la lejanía en su corazón y no mirar hacia atrás. 

Paco Montoro. A nuestro amigo malagueño también le gusta correr en soledad, algo a lo que aludía hace poco en su blog.

Ese correr solitario es particularmente misterioso y más solitario, si cabe, en invierno, estación del año en la que se difumina la línea del horizonte. Pero también lo es en otoño, cuando a cada paso las hojas secas van componiendo su particular melodía; pero llega la primavera y con ella la luz. Esa luz que te acompaña sin atisbo alguno de sombra, porque hasta la sombra se convierte en luz diáfana...y el verano, tan particular en su calina permanente, con los árboles aún en flor pero ya acusando el arduo puñetazo del sol del mediodía. 
En todas las estaciones el correr solitario adquiere su significado y no sabría que estación elegir. Me gusta la lluvia pero también el frescor veraniego, y me gusta sobremanera la indumentaria veraniega para correr. Vestirme con una mínima camiseta técnica y un pantalón de competición me hace sentir bien. 
Sin embargo el correr solitario no resta emoción y satisfacción al correr en grupo. Desde siempre, en Pinos Puente, he corrido con Paco. Y, recientemente, han sido muchas las ocasiones en las que he compartido entrenamiento con mis amigos de Las Verdes, si bien he de reconocer que no es fácil conciliar horarios.
Precisamente en el asunto del horario para correr soy anárquico. Me cuesta un mundo comprometerme a una hora y un día concreto porque corro por estímulos. Jamás sé a qué hora saldré a correr al día siguiente, aunque prefiero siempre correr por las tardes. No llevo nada bien madrugar para correr, porque me gusta saborear las noches leyendo o viendo buen cine.
Esa anarquía, en cuanto a la planificación, me inclina a correr casi siempre sólo. Por tanto, he de considerarme afortunado por fascinarme correr en soledad.    

18 mayo 2009

FRANCIS RODRIGUEZ TOVAR


" Francis Rodriguez Tovar, campeón de España de maratón en la categoría M-40, con un tiempo de 2 horas, 27 minutos y 57 segundos". 
Esa era la noticia con la que me topaba en Ideal, recién comenzado el nuevo día, mientras tomaba un café en la cafetería acostumbrada del centro de Granada. Y toparse con una noticia de ese tipo alegra el desayuno. 
En Granada, todos los que corremos en el Circuito de Diputación conocemos a Francis, pero otros os preguntaréis quién es. 
A Francis lo definiría como un corredor popular -porque a él le gusta así denominarse- con alma de atleta profesional. Quienes le conocemos sabemos de su trabajo atlético, de su dedicación practicamente profesional al fondo. 
Un atleta que siempre está ahí para darte el mejor consejo, con una generosidad impropia de alguien que ya está en la ducha cuando los demás apenas estamos llegando a meta. Un tipo que no escatima ofrecerte sus mejores conocimientos y que habla del correr con la misma cátedra que ocupa en la Facultad de Geología de Universidad de Granada, su otra pasión. En Ideal veo una foto de él corriendo, encabezando un grupo de corredores en la Maratón "Martín Fiz", de Vitoria, en la que acaba de proclamarse campeón de España en su categoría, coronándose además como tercero absoluto. Y en otra instantánea lo veo junto al mítico Martín Fiz, ambos con el aspecto señero de quienes tienen la madera y configuración precisa para correr fondo en unos tiempos sólo al alcance de unos pocos. Para él esto del correr es tan serio, que aún reverberan en mis oídos sus palabras de desaprobación cuando me retiré en la prueba de Santa Fé, el año pasado: "José Antonio, si uno no tiene ganas de correr una carrera, mejor no se viene", me lanzó con la voz grave y reprendedora. Y aquellas palabras fueron para mí un revulsivo, casi un antídoto, sobre todo por venir de quien venían.  
No es el primer título nacional que alcanza el atleta de La Zubia, integrante del atletismo Maracena, pero probablemente sí sea el más importante.
Esta mañana, mi amigo Francis habrá dado sus clases regulares en el Campus Universitario de Fuentenueva y probablemente muchos de sus alumnos, aunque lo sospechen, no sabrán lo conseguido por este excelente atleta, que cuando apenas despunta el día ya está trabajando en las series, en las cuestas, en las largas tiradas o en lo que toque. 
Sé que Francis lee esta bitácora y que leía el anterior Diario de un corredor. "Yo te leo, José Antonio, aunque no te comente", me suele decir cuando coincido con él en alguna carrera. 
Francis, ya sabes que me alegro de tus triunfos. Enhorabuena, de veras. 
  

17 mayo 2009

EUROVISIÓN POLÍTICA


He de dejar claro que no me importa en absoluto el festival de Eurovisión. Nunca me ha interesado. No sé los parámetros que se median en el pasado, pero en la actualidad no se mide demasiado la calidad musical. Es posible que se valoren cancioncillas más o menos pegadizas, o determinadas formas de vestir o enseñar atributos -me dan igual que sean femeninos o masculinos-, pero no es posible mostrar cualidades artísticas -aunque se tengan- en una sola canción, que además es corta y rodeada de un espectáculo de luz y sonido que poco ayuda a comprobar la calidad.
En fín, que Eurovisión desde hace años se ha convertido en un excelente termómetro de medir la afinidad entre países. 
Y esta edición ha sido contrastable. Me quedé para ver las votaciones, para comprobarlo lo que en los últimos años se presumía, y la evidencia ha sido clara. Excepto la unanimidad hacia la canción ganadora, todo ha consistido en una exhibición de afinidad entre países, algo que es explicable si se considera que se votan a los países desde mensajes de móviles o teléfonos fijos particulares. He ahí la afinidad.
Por ejemplo, a España -que no sé cómo suena la canción ni cómo se llama la cantante-, le ha dado la máxima puntuación Andorra, que viniendo de un territorio más catalán que español, no está del todo mal; asimismo, le ha votado tímidamente Portugal (cercanía, casi unidad territorial), Suiza (enorme cantidad de residentes españoles) y Grecia (en realidad no sé por qué, tal vez por jóvenes españoles que estudien allí por vía del programa Erasmus). El caso es que España se ha quedado más sola que nunca, la penúltima, por encima de la muy popular Finlandia. Pero tampoco hay que decir -como dirá el PP- que esto será culpa de Zapatero.
Sin embargo, la clave ha estado en el mutuo apoyo de los antiguos países del Este europeo, los cuales se han apoyado unos a otros de manera -casi- descarada. Si Bielorusia votaba a Rusia, ésta votaba a Ucrania; sí Bosnia-Herzegovina votaba a Montenegreo, Montenegro votaba a Serbia. Países que no hace mucho se encontraban a las greñas, ahora son una unidad en lo universal. 
Por su parte, Francia, Alemania y, algo menos, Reino Unido, no han contado para nada. 
Vuelvo a reiterar que Eurovisión pocas veces ha aportado calidad músical, a pesar de que algunos autores y grupos comenzaron ahí, no muchos. Sin embargo, existe la posibilidad de hacer una buena lectura geopolítica.
La nueva Europa de los 27 se está vertebrando, básicamente, en torno a los antiguos países del Este. Y Rusia, antes o después, también formará parte de la Unión europea. La UE es una vertebración política, pero básicamente lo es económica, fiel a sus orígenes. Y en la nueva Europa el Este cada vez contará más y, probablemente, los grandes países de Europa entrarán en una clara decadencia. Luego, ¿no será ese el argumento que esgrimen grandes países, como es el caso de Francia, para no apoyar la Constitución europea? ¿ Y en todo ese conglomerado qué papel le corresponde a España? Tiempos complejos nos esperan. 
Hoy lo he visto claro, no sé cómo lo habéis visto - si lo habéis visto- vosotros-as.

13 mayo 2009

CRISIS ¿QUÉ CRISIS?



Estoy confuso en cuanto a la información que recibo cada día sobre la crisis. ¿A quién creer? Empíricamente uno observa el movimiento económico en la calle cada día y concluye que las cosas no van bien. Los bares no arrojan sus mejores números ni siquiera en horas punta y cada día se contemplan más negocios autónomos cerrados. Por su parte, los grandes almacenes son un constante vivero de imaginación de ofertas y descuentos y los concesionarios de coches son  un trasunto de cementerios alejados y solitarios. Además, hablas con la gente y nadie te ofrece una frase optimista. Mi vecino, pequeño empresario del sector de la fontanería, barrunta funestos augurios y muchos obreros de la construcción ya están acabando sus prestaciones.



Pero los políticos dicen que esto comienza a reverdecer, aunque el Gobierno anunció ayer una nueva batería de medidas contra la crisis. Luego, hay que preguntarse ¿Quién está diciendo la verdad en esta crisis?
Sin embargo, hay que reconocer que nos encontramos ante una crisis extraña. Por una parte, muchos sectores de la población se están quedando sin renta, principalmente, todas las profesiones relacionadas directamente o indirectamente con el ladrillo. Pero también todos esos sectores que se beneficiaron del dinero negro derivado del ladrillo: la propia compra de inmuebles, los automóviles -principalmente de gran cilindrada-, las ropas caras, los viajes de alto presupuesto, las comidas de varios tenedores en los restaurantes caros, en fin, todo eso que compra el dinero sin dolor, el dinero negro. 
Pero por otra parte muchos precios están bajando a niveles de principios de los años noventa y el euribor, referente hipotecario por excelencia, está bajo mínimos, posibilitando una gran rebaja en las hipotecas. Además, se da la circunstancia que se está entrando en niveles de deflación, sin que la inflación en estos momentos sea un problema. Por tanto, hay que deducir que la crisis no afecta en la misma medida a familias que tengan ingresos estables. De ahí lo extraño de esta crisis. Es más, las grandes fortunas saldrán reforzadas porque ahora están con las garras afiladas buscando chollos.
Sin embargo, incluso a quienes cuentan con ingresos estables les está costando consumir, debido a una inercia psicológica derivada del bombardeo informativo diario sobre la crisis. De ahí que el consumo esté totalmente estancado.
Un capítulo aparte es el de los bancos, pero ahí no vamos a entrar porque para nuestras modestas economías sigue siendo inaudito que necesiten ayuda de los gobiernos, cuando su vocación siempre ha sido exprimir al ciudadano y acumular riqueza, por lo que habría que preguntarse dónde estará esa riqueza que acumularon en los últimos años. 
No sé, yo estoy confundido ¿ Qué opináis vosotros?

11 mayo 2009

UNA VEGA SIN PARQUE


No sé si ustedes han oído hablar del Parque del Milenio. Supongo que unos más y otros menos, y probablemente lo que menos, quienes no viváis en Granada. Bueno, pues os cuento un poco, antes de dejaros con el artículo sobre el asunto, por mí firmado, que hoy ha publicado Ideal
El Milenio en sí, es una parida de la Junta, que intenta convencer al granadino medio que la Junta se va a volcar con Granada en estos próximos años, a pesar de que no lo haya hecho casi nunca.
Pues bien, dentro de esta parida a algún gerifalte propio o extraño se le ha ocurrido hacer un Parque en la Vega Sur, que es algo parecido a hacer un cráter en la Luna. Y, claro, existe una enorme contestación social y vecinal  para que la Junta -ni nadie- no ponga sus manos en ese vergel natural que es la Vega granadina. 
Espero que esa pequeña introducción sea válida si nada conocíais sobre el asunto. Ahora os dejo con el artículo transcrito, toda vez que si no se lee directamente en el periódico ya no es posible hacerlo en la edición on-line de Ideal. Recordaros que sigue totalmente vigente, a continuación, la reflexión sobre la prueba de Santa Fé que -os aseguro- tiene un enorme significado en la vida de este corredor.


            UNA VEGA SIN PARQUE

 

            Una de las noticias más desternillante que uno ha podido escuchar en los últimos meses es ese proyecto que postula la Junta de Andalucía de hacer un parque en la Vega, que es algo similar a hacer un cráter en la luna. Y, claro, si el asunto sólo se quedara en desternillante bien podríamos esbozar una ligera sonrisa y a continuación seguir pensando en cosas serias.

            Pero no, el asunto parece que quiere ir más allá. Es más, ya está integrado en una parida llamado Milenio, que pareciera consistir en una serie de actuaciones que se llevarán a cabo en Granada cada mil años a tenor del abandono de esta provincia por parte del gobierno andaluz, ante el silencio escandaloso de sus correligionarios provinciales.

            Sin embargo, no tratará este artículo de otra cosa que no sea la defensa a ultranza de la Vega granadina. Es decir, tratará de intentar convencer a quien corresponda que la Vega de Granada no se toca porque es un vergel natural, que ya estaba aquí desde la noche de los tiempos. Y porque tocándola ya no sería Vega, sino el parque de la Vega. Y es lo que hay que intentar detener. A toda costa.

            Las planificaciones que se llevan a cabo en los despachos se pueden hacer, en el peor de los casos, amparándose en el desconocimiento o en la arrogancia, que pueden llegar a ser la misma cosa si no se remedia. Y quiero creer que proscrita la arrogancia en los tiempos actuales, sólo queda el desconocimiento, enfermedad de fácil curación si existe la predisposición para ello. Así que hay que buscar con rapidez esa medicina para evitar lo, aún, evitable.

            En Granada están surgiendo cada vez más voces en contra de ese engendro de proyecto y me produce desasosiego que una vez más no se escuche la palabra ciudadana.

            Este asunto lo valorarán algunos como mesianismo. Y otros aludirán a la siempre recurrente fórmula del provincianismo. Pero nada de esos atributos existen en la negación de ese proyecto, como tampoco existirían negando el embovedado del Guadalquivir a su paso por la capital andaluza, ni convertir en centro comercial las ruinas romanas de Baelio Claudia.

            Hablé antes del desconocimiento. Que efectivamente podría ser curado si existiera el más mínimo interés en sumergirse en este singular entorno. Visitar el entorno de Granada, sumergirse en las alamedas de los términos de Fuente Vaqueros, Santa Fé y Pinos Puente; dejarse atrapar por el rumor de las acequias o por el frescor de las noches de verano; o pasear por los caminos y veredas naturales rebosantes de naturaleza viva; escuchar el croar de las ranas junto a las hazas recién regadas, o acompañar con la vista el vuelo de un pájaro que acaba de asistir a un banquete en los fértiles campos. Nada de eso debería ser ignorado.

            Soy conocedor que el proyecto – por suerte – no se alargará a estos lugares idílicos que cito, pero acometiendo un parque en la Vega Sur que rodea la capital granadina se diezma todo aquello que menciono, ya que este espacio natural es un todo indivisible.

            La Vega, junto a la Alhambra y la Sierra, son la esencia de Granada. Elementos sin los cuales la provincia no se comprendería, y si no se entiende eso es que nada se entiende de esta tierra.

            Como miles de granadinos he nacido en la Vega. Desde siempre he considerado que aquello que veía cada mañana nada más amanecer no era otra cosa que el orden natural de las cosas. Algo que ha estado ahí como consecuencia de un don natural, casi sagrado, como un dogma de fe inexpugnable protegido cada día por los agricultores y vecinos. Es más, en algunas localidades – no todas, por desgracia- de este entorno natural no ha sido necesario dictar medidas legales protectoras de este espacio verde, porque su conservación estaba más en la conciencia de las personas que en las leyes, más en el derecho natural que en el positivo, si bien llegaron tiempos en los que determinados responsables públicos no supieron leer ese sentido conservacionista en los ojos de sus vecinos.

            Esperemos por tanto que el gobierno andaluz se impregne de un mayor espíritu proteccionista y asuma que entre las carencias infraestructurales de Granada no se encuentra la Vega. 

             



UN VIAJE A PARÍS (I)

Existen ciudades que pueden ser contadas y otras que tiene que ser visitadas para poder contarse. Entre estas últimas está París.      No es...