He de dejar claro que no me importa en absoluto el festival de Eurovisión. Nunca me ha interesado. No sé los parámetros que se median en el pasado, pero en la actualidad no se mide demasiado la calidad musical. Es posible que se valoren cancioncillas más o menos pegadizas, o determinadas formas de vestir o enseñar atributos -me dan igual que sean femeninos o masculinos-, pero no es posible mostrar cualidades artísticas -aunque se tengan- en una sola canción, que además es corta y rodeada de un espectáculo de luz y sonido que poco ayuda a comprobar la calidad.
En fín, que Eurovisión desde hace años se ha convertido en un excelente termómetro de medir la afinidad entre países.
Y esta edición ha sido contrastable. Me quedé para ver las votaciones, para comprobarlo lo que en los últimos años se presumía, y la evidencia ha sido clara. Excepto la unanimidad hacia la canción ganadora, todo ha consistido en una exhibición de afinidad entre países, algo que es explicable si se considera que se votan a los países desde mensajes de móviles o teléfonos fijos particulares. He ahí la afinidad.
Por ejemplo, a España -que no sé cómo suena la canción ni cómo se llama la cantante-, le ha dado la máxima puntuación Andorra, que viniendo de un territorio más catalán que español, no está del todo mal; asimismo, le ha votado tímidamente Portugal (cercanía, casi unidad territorial), Suiza (enorme cantidad de residentes españoles) y Grecia (en realidad no sé por qué, tal vez por jóvenes españoles que estudien allí por vía del programa Erasmus). El caso es que España se ha quedado más sola que nunca, la penúltima, por encima de la muy popular Finlandia. Pero tampoco hay que decir -como dirá el PP- que esto será culpa de Zapatero.
Sin embargo, la clave ha estado en el mutuo apoyo de los antiguos países del Este europeo, los cuales se han apoyado unos a otros de manera -casi- descarada. Si Bielorusia votaba a Rusia, ésta votaba a Ucrania; sí Bosnia-Herzegovina votaba a Montenegreo, Montenegro votaba a Serbia. Países que no hace mucho se encontraban a las greñas, ahora son una unidad en lo universal.
Por su parte, Francia, Alemania y, algo menos, Reino Unido, no han contado para nada.
Vuelvo a reiterar que Eurovisión pocas veces ha aportado calidad músical, a pesar de que algunos autores y grupos comenzaron ahí, no muchos. Sin embargo, existe la posibilidad de hacer una buena lectura geopolítica.
La nueva Europa de los 27 se está vertebrando, básicamente, en torno a los antiguos países del Este. Y Rusia, antes o después, también formará parte de la Unión europea. La UE es una vertebración política, pero básicamente lo es económica, fiel a sus orígenes. Y en la nueva Europa el Este cada vez contará más y, probablemente, los grandes países de Europa entrarán en una clara decadencia. Luego, ¿no será ese el argumento que esgrimen grandes países, como es el caso de Francia, para no apoyar la Constitución europea? ¿ Y en todo ese conglomerado qué papel le corresponde a España? Tiempos complejos nos esperan.
Hoy lo he visto claro, no sé cómo lo habéis visto - si lo habéis visto- vosotros-as.
La verdad es que no me interesa en absoluto el festival europeo. Leerte me hace sentir bien. Un abrazo
ResponderEliminarLa verdad es que nunca me he interesado mucho por este tema, siempre lo he visto un poco en ese sentido de "amiguismo" que comentas, leyendo tu comentario parece que quizá sea más política que amistad. Si es así y viendo la posicion en la que quedamos, ¡menudo futuro nos espera!
ResponderEliminarNo suelo comentar demasiado, pero te sigo de vez en cuando.
SALUDOS
Gracías amigo Paco. Yo creo que, incluso, a cosas banales como es Eurovisión hay que hacerle una lectura política. Saludos
ResponderEliminarBienvenida Toni y gracias por visitar este blog. Desde luego España tendrá que luchar para alcanzar una hegemonía en Europa.
Compruebo que también eres bloguera. Saludos.
¡ Y el año pasado se reían de la actuación del Chikilicuatre !
ResponderEliminarEse actor -Chikilicuatre- se coló en Eurovisión por una broma planteada en un programa de Buenafuente. En realidad, lo que quería era hacernos ver la luz sobre la degradación de este concurso televisivo.
Recuerdo a José Luis Uribarri cuando narraba e intuía las puntuaciones de cada país, acertaba en un 95 %. Es obvio, que da igual -o da lo mismo- la canción que se presente, sólo existen las afinidades y el bodrio televisivo.
TVE debe retirarse de ahí. Lo hizo Italia hace unos cuantos años.
O cambian las bases del concurso o partimos España en 17 nuevos Estados. Quizás entonces, sí habría alguna opción.
Yo votaría por la retirada.
Saludos republicanos. Toni Sagrel.
Ese festival me parece una porquería, un bodrio absoluto que para nada prima la calidad musical, sino todo lo contrario. Jamás he visto algo tan artificial, tan vacuo, histriónico y lleno de parafernalia como Eurovisión. Sinceramente, no me había planteado esa división política que haces,si bien está claro que si quien más puntos da a España es Andorra está más allá de la casualidad. Una porquería, en serio, como amante de la música, esto me parece asquerosamente trivial e injusto. Y no hablemos de OT.Pero has hecho una fundada y curiosa reflexión, lo cual me hace aborrecer más si cabe este negocio asqueroso de la basura-tv.
ResponderEliminarVosotros lo habéis dicho, amigos Javi y Toni, lo de Eurovisión es más que deleznable.
ResponderEliminarPuede ser que mi reflexión erre en algo pero mucho me temo que viendo esas puntuaciones creo que no.
El bodrio es tan descomunal que sólo es posible hacer esa lectura. De hecho, un tipo avezado como Ibarruri acertaba casi un cien por cien, como dice Toni.
Pero fijaros el detalle: ¡ Andorra el único "país" que vota lo máximo a España y a continuación Portugal! ¿ No os parece sintomático ?
Por supuesto que hay que salirse de ahí, de ese mundo trivial y primario como mantenéis. Seguir el camino de Italia. Y con España, Francia,Alemania y Reino Unido.
¡ Si hasta el ganador noruego es un tipo nacido en Bielorrusia ! Luego, como diría Manolo Pedreira: blanco y en botella.
Como no se votan canciones y sí se votan países (creo con unos diez años de edad y otro panorama político geográfico ya me daba cuenta en mi tele de blanco y negro que ocurría lo mismo) España hace un par de décadas que debería participar en esa farsa.
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