
Seguimos hablando en clave política -por más que me guste escribir de otras cosas-.
Siempre me ha resultado curiosa la habilidad con la que redactan los currículum de los políticos los responsables de prensa de partidos y gobiernos. Son capaces de crear verdaderos historiales laborales y académicos de la nada más absoluta. Adornando, dejando verdades a medias (o mentiras a medias), utilizando denominaciones a cargos, títulos académicos y otros supuestos méritos, que hacen que, nosotros, el resto de los mortales nos sintamos energúmenos mediocres. Pero no es patrimonio sólo del mundo político, también es muy usada esa retórica en ensalzamientos de méritos de personajillos públicos de poca o mucha monta.
En estos días he tenido oportunidad de leer en los periódicos algunos currículum de políticos, con ocasión de nuevos nombramientos en el gobierno central y en el andaluz y he observado que se recurre mucho una frase hecha cuando se trata de ensalzar a un político que no ha concluido licenciatura universitaria alguna. La frase en cuestión es: estudios de Derecho, de Medicina, de Ciencias Políticas, etc. De manera que queda el ensalzado como un verdadero lumbrera, llegando a ser más atractiva la frase "estudios de", que "Licenciatura en". Lo leía en el caso de "Pepiño" Blanco, nuevo Ministro de Fomento.
Igualmente existe una mecánica basada en la media verdad, o incluso la utilización de denominaciones técnicas a algún mérito que en el día a día casi pasa desapercibido y lo posee cualquier hijo de vecino. De hecho, muchos currículum se basan en cargos que se han tenido como político, representando a tu partido, pero que obtienen denominaciones del tipo "Comisión Asesora.." o "Grupo de estudio..", y claro, el hombre o la mujer de la calle inmediatamente asumen que estamos ante un o una lumbrera. Acordémonos, por ejemplo, de aquel famoso Roldán que alumbraba un currículum impresionante, demostrándose que nada era cierto.
Otros méritos, aunque más objetivos, son debidos en gran parte a esa militancia política. De hecho, las Diputaciones Provinciales, por poner un ejemplo, siempre han sido el refugio de ex-concejales, ex-alcaldes o ex diversos de los entes locales, ex- cargos de la vida política local, que han ocupado plazas funcionariales o laborales que están previstas en la Relación de Puestos de Trabajo del organismo respectivo, en la mayoría de las ocasiones optando a concursos o concursos-oposición, con todas las ventajas a favor del aspirante, que ya ocupaba la plaza interinamente.
No obstante, no quisiera con estas palabras enturbiar los verdaderos méritos de hombres y mujeres que llegan a la política con un enorme prestigio profesional y académico, o bien, ese enorme prestigio lo han conseguido al margen de su militancia política, aunque mucho me temo que en nuestro país, estos últimos casos son menos numerosos.