29 julio 2020

NO CORRO PORQUE ME DUELEN LAS RODILLAS Y OTROS TÓPICOS

Tendinitis de AquilesCuando alguien me dice –y me lo dicen con mucha frecuencia– que le duelen las rodillas y eso le impide correr, ya no suelo contestar. Antes lo hacía. Les decía que se trata de una zona muy fuerte y que el problema del dolor no es importante; que le duelen porque no están habituadas a correr; que necesitas comenzar poco a poco; que es posible que no se trate de las rodillas sino de una rigidez excesiva de los músculos isquiotibales o incluso de los gemelos... Pero como digo, ya no contesto. Porque si lo hiciera tendría que hablarles de la amplia gama de dolores por los que he pasado y sigo pasando desde que corro de manera habitual. Hubo una época en que me dolieron las rodillas. Es más, hasta un poco antes de que nos tocara confinarnos me dolían en exceso cuando corría y tras correr, pero el dolor..., desapareció, sencillamente porque me centré en eliminar ese dolor, que finalmente pude comprobar yo y el fisio que visité derivaba de una carga excesiva de los isquiotibiales. Y no contesto porque tendría que hablarle de mi lesión crónica denominada tendinitis aquilea o tal vez fractura del calcáneo, porque no tengo un diagnóstico aún, si bien ambas cosas pueden estar conectadas. Esa lesión siempre ha estado ahí y hasta recuerdo el día en el que la provoqué por falta de información o de prudencia, que en ocasiones es casi lo mismo. Repaso entradas antiguas de este mágico mundo que es el blog, donde todo permanece (no como en las redes sociales, que todo se evapora) y desde que corro y escribo sobre correr siempre he aludido a ella, sencillamente, porque siempre ha estado ahí. Recuerdo en una ocasión, hará unos diez años, que, incluso, ya había renunciado a correr. Sí, recuerdo como anécdota que por aquel entonces viajé a Londres con mi pareja y la ilusión que llevaba por comprar allí unas New Balance, fabricadas en aquel país se disiparon. Entré en Harrods y vi el modelo que quería (no recuerdo si eran las 1080) a un precio bastante competitivo. Una vendedora con pericia pudo ver en mi aproximación que era corredor y que las buscaba e intentó que me las probara y le dije con un horrible inglés que estaba lesionado y que el correr para mí había acabado. Lo comprendió y dijo Sorry. Esa era mi determinación por entonces. Estaba convencido que no volvería a correr. A los pocos meses me compré una MTB preparando ya la retirada de patear caminos y calles. No recuerdo si había participado ya en la Subida al Veleta o no, pero lo que sí es seguro es que después de esta fatal lesión volví a correr mucho, participando en un maratón, muchos medios maratones, por no hablar de cientos de carreras de todo tipo, incluso montaña y trail. Por tanto, a ese dato me aferro, si bien hay días en los que no tengo fe ni tan siquiera en esos halagüeños datos del pasado, días en los que tras correr el dolor reaparece y resulta horrible, sobre todo cuando tras un tiempo de inmovilidad se enfría la zona. Días en los que tengo que espaciar durante varias jornadas correr por mor de ese dolor. 
Corrí el pasado sábado y no he corrido hasta hoy, miércoles. He dejado pasar tres días, los suficientes para que con el tratamiento adecuado (crioterapia, ultrasonidos, roller, estiramientos, automasaje y Traumeel) el dolor desaparezca en gran parte, aunque nunca del todo. Cuando comienzo a correr el dolor siempre está presente en los dos primeros kilómetros, pero cuando la sangre riega bien la zona por el efecto del trabajo muscular el dolor desaparece y tan solo quedan pequeñas molestias, que no me impiden correr. Y así siempre. Siempre se trata de una rueda que no parar de girar: correr, dolor durante varios días, tratamiento, recuperación y vuelta a correr. Siempre es así.
Y por eso cuando alguien me dice que no corre porque le duelen las rodillas, ya no contesto. 

4 comentarios:

  1. Así es tocayo, "querer es poder". Yo no puedo decir que no corro porque me duelen las rodillas, sino simplemente porque no es algo que me llame la atención. Pero todo es ponerse. Y practicar algún deporte te pone en forma, a la vez que te disciplina, o al menos te ayuda, a disciplinarte un poco. Yo diría que hasta hace a la persona un poco más optimista. Yo el deporte que hago, si se le puede llamar deporte, es caminar, al menos los días laborables, en los que llevo un tiempo que, tanto la ida como la vuelta al trabajo la hago andando. Yo no se mucho acerca del tema de correr, y las lesiones que te puede acarrear este deporte. Todos los deportes pueden acarrear lesiones, en diferentes partes del cuerpo dependiendo del deporte que se practique. Pero con moderación. O al menos con la moderación debida, dependiendo de la constitución física de la persona; "El que quiere puede". Por supuesto practica deporte está al alcance de cualquiera. Bueno, de cualquiera que quiera realmente practicarlo. "Querer es poder", como decía al principio de mi comentario.

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    1. Así es tocayo, el deporte ha de gustar para poder practicarlo, de lo contrario se convierte en una obligación y eso le resta todo el placer a la práctica. Efectivamente, las lesiones son inherentes a la práctica de todo deporte. No todas se pueden evitar, pero sí una parte importante de ellas. Para ello es necesario prudencia, conocimiento y, sobre todo, como bien dices, moderación. Ya conoces mi inclinación a correr, algo que lleva formando parte de mi vida mucho tiempo, algo irrenunciable y quizá por ello asumo las lesiones como algo irremediable. Muchas de ellas he conseguido evitarlas con prudencia, conocimiento sobre nuestra anatomía aplicada a este deporte y, sobre todo, haciendo los deberes previamente. Pero como digo, otras son inevitables. Un fuerte abrazo, amigo.

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  2. Estimado amigo, es cierto que las lesiones siempre nos acompañan desde nuestros inicios, y no porque vayan pasando años cómo bien has demostrado con tu entrada. En estos meses que he empezado de nuevo, después de 5 años de parón por mor de éstas y cansado colgué las zapatillas. Ahora empezando de cero he cambiado a correr minimalista, con huaraches. Recuerdo que incluso cuando empecé ya me vinieron dolores de todo tipo, ahora no. Cero. Ni rodillas, que era mi tormento y el pubis. Al terminar mis 50 minutos, bañado en sudor y sin mirar tiempos ni distancias observo que no hay dolor, solo satisfacción. Me dicen de todo, que si está la cosa mala para correr con eso...que estoy loco....que eso es una moda....bueno, ya a mis años esas cosas no me hacen pupa. Pero se que me queda un largo trabajo para pulir la técnica, que con tesón y escuchando el cuerpo lo conseguiré. Los 11 kilos lo he perdido más rápido, a mi parecer debido a la técnica y a la alimentación. Un abrazo

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    1. Amigo Paco, siempre me ha parecido interesante el correr minimalista, pero nunca me he animado, será por mis lesiones históricas en talón y gemelos. Quién sabe si podrían haber desaparecido practicándolo.
      Celebro mucho tu vuelta y todo ese peso perdido, lo que demuestra no solo que has tenido una voluntad de hierro sino que es posible hacer las cosas si existe el interés y la ilusión suficiente, que es la filosofía de esta entrada.
      Un fuerte abrazo.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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