18 noviembre 2013

ONÍRICO

 
    Vengo de lejos y he visto cosas que nada tienen que ver con la distancia. Allí donde las flores son grandes y los cerdos diminutos. He visto grietas en el cielo y nubes en el suelo, pero el sol lucía como siempre y aguardaba a la luna a que tomara el relevo. Nada de otro mundo.
  He andado por caminos transparentes, a cuyos lados las acequias rumoreaban el agua negra, pero el otoño seguía siendo igual de hermoso como en todas partes. Y las hojas caían con ese estrépito de sordo silencio con que nos acostumbra esta estación misteriosa del tiempo. Y las hojas eran libros, como una biblioteca salvaje.
               No recuerdo haber bebido en fuentes diáfanas. Agua. Agua por doquier que no manaba de las fuentes sino de los árboles. Árboles. De ensueño. Árboles de libros.
               He buscado un sitio en el que detenerme para recobrar el aliento, pero no lo he encontrado. Tan solo caminos de origen desconocido que atravesaban campos de maíz abandonados.

              Pero por fin he regresado y ahora todo parece un inquieto sueño. Pero fue real como son los sueños.  Según dicen los que mucho han soñado. Los que se han sumido en una especie de vigilia repleta de imágenes. Y sentidos.
            Y ahora en la distancia todo es más cierto, tanto como se quiera asumir. Nada escapa al alma humana. 

           Por José Antonio Flores Vera
            


6 comentarios:

  1. Sorprendido me has dejado, me encanta que retomes, al menos de vez en cuando, el viejo camino de narrador de otras historias menos reales. Un abrazo...

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  2. J. Gerardo, créeme si te digo que disfruto mucho escribiendo estas irrealidades, jugar con el simbolismo y las palabras, pero sobre todo leyéndo comentarios como el tuyo. Saludos.

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  3. De lo mejor que te he leído. Sinceramente. He echado un vistazo a la obra de este pintor y la verdad es que es inspiradora.

    SALUDOS

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  4. Son pinturas geniales. Curiosamente lo encontré cuando ya había escrito el texto...Qué misterio, no? Gracias Javi

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  5. Realmente bello, coincido con lo que te dice J. Gerardo, me gustan ese tipo de "historias menos reales", es una prosa-poética (a saber si esto existe) muy agradable de leer

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    Respuestas
    1. Carlos, ¡cómo me gustan esos comentarios tan precisos! El mundo de los sueños, mucho más presente que el real. Gracias sinceras.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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