28 abril 2011

CARRERAS, LECTURAS Y OTRAS MENUDENCIAS


Bien, pasados ya los fastos que te dejan bloqueado y recuperado ya de las últimas declaraciones de José Mourinho y Pep Guardiola volvemos a la actividad algo dejada por mor de otras actividades -algunas no tan prosaicas- con las que se enreda uno.
Recapitulemos.
Como un vil cobarde, desvelé el bulo del pádel en los momentos de menor actividad del blog por causa de las vacaciones, ocurriendo lo que ya barruntaba: el desvelo del bulo ha pasado sin pena ni gloria, me temo. Pero, en fin, no importa porque se trataba tan sólo de una broma virtual aunque reconozco que el día que decida jugar al pádel me pasará como le pasó a Pedro con el lobo.
En cuanto a la actividad que nos ocupa tantas horas, que no es otra que destrozar zapatillas por esos caminos de Dios, sigue siendo intensa y continua.
Semana Santa ha sido testigo de una buena acumulación de kilómetros sin importar que ora fuera la lluvia ora el sol quienes me acompañaran por esos caminos. Y la lluvia siempre bienvenida para este corredor que disfruta bajo ella -debe ser una fijación infantil- me acompañó en un par de salidas. Una lluvia suave, nada borrascosa que iba pugnando por ocupas espacios en el rostro en dura pugna con el sudor. Ya sabéis a lo que me refiero cuando se experimentan esas sensaciones sin par.



Pero también muchas horas de lectura. Lectura intensa y variopinta. Uno se dispersa con muchos libros pero es algo inevitable. Lógicamente, intento no simultanear libros que aborden temáticas similares. Por ejemplo, jamás leo al mismo tiempo dos novelas. Pero sí me gusta simultanear novelas con ensayos e introducir de por medio algunas de las revistas a las que estoy suscrito o compro mensualmente en el kiosco. Entiendo que esa mecánica lectora no me dispersa demasiado aunque, lógicamente, los libros comenzados se prolonguen más en el tiempo. Pero toda esa ansia lectora se deben a un causa poderosa: no puedo escapar el embrujo que me produce ver en los anaqueles un libro recién comprado y puedo asegurar que el ritmo de compra de libros es alto, aunque no caprichoso.
Por ejemplo, en estos días aprovechando los descuentos del Día del Libro compré dos títulos que me interesan por motivos bien distintos: la novela "La Prueba", de Carmen Gurruchaga, ganadora del I Premio Abogados de Novela 2010 y "Memorias de un preso" de Mario Conde, que lo que cuenta un ser tan fuera de serie para lo bueno y para lo malo no puede pasarse por alto (además, es la antesala de la continuación memorística, que apareció en las librerías hace poco). Pero ambos títulos aún duermen en sus anaqueles porque tras acabar la excelente novela de Eduardo Mendoza "Riña de gatos", ambientada en los meses previos al estallido de la Guerra Civil española y ganadora del premio Planeta de 2010, comencé inmediatamente la última novela del premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, "El sueño del celta", pero sigo enredado con la Historia de España, la magna obra de Tolkien y aún dejo tiempo para otras lecturas que nada tienen que ver con el ocio.
Por tanto, mi nula afición a la Semana Santa y mi innata aversión a las aglomeraciones ha servido para dedicar muchas horas a correr a la lectura, al buen cine, del cual jamás prescindo, y la obsesiva idea de descubrir nuevos grupos de Heavy Metal y escuchar a los ya consagrados. ¡Menos mal que "dejé" el pádel!
En los próximos días mucho habrá que decir sobre muchas cosas. Tiempo habrá para volver a tratar sobre esta especie de mafia que gobierna nuestras tierras andaluzas y el aluvión de escándalos diarios sobre comisionistas, eres y otras granujadas. Pero tiempo habrá también de ver cómo está el panorama de carreras en las próximas semanas, que se presentan apasionantes.

2 comentarios:

  1. Saludos José Antonio, tras bastante tiempo sin comentar. Ya corro poco y me fastidia no tener la voluntad suficiente. En cambio leo que tu estás muy activo.
    A mi tampoco me gustan demasiado las procesiones, si bien por estas tierras no hay muchas. O al menos no tantas como en Andalucía.
    Saludos.
    Miguel

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  2. Miguel, lo que quizá te falte es el hábito, que es lo más difícil de conseguir.
    Una vez conseguido todo es coser y cantar. No sucumbas.
    Saludos.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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