Dani Rovira demostró su comicidad en Ocho apellidos vascos (2014), una película de contenido novedoso y, por tanto, muy fresca, que llegó muy bien al público -de hecho, uno de los éxitos de taquilla más importantes del cine español-, si bien de Ocho apellidos catalanes (2015) mejor no hablar (¡basta ya de películas sobre apellidos regionales!). Por tanto, con su impronta cómica metida en nuestra retina, no era fácil verlo en un papel dramático, que es el que protagoniza en 100 metros, película basada en hechos reales, en concreto en la gesta de Ramón Arroyo, víctima de esclerosis múltiple, y que aborda la fuerza de voluntad de este deportista, el cual completó un ironman (3,86 kilómetros de natación, 180 en bicicleta y 42,2 -un maratón- corriendo) una vez diagnosticada la penosa enfermedad. Una prueba que de por sí ya es complicada para una persona sana, pensemos en la dificultad para una persona a la que le aseguraron que no podría andar 100 metros. Pero lo consiguió, a pesar de que continúo con los brotes.
Y la película narra estos hechos. ¿Y qué nos vamos a encontrar? En mi opinión, una película bastante digna, con algunos minutos de buen cine y otros de menor nivel. Claro está que ha sido un reto para el actor malagueño -magnífica persona comprometida con los derechos de los animales-, precisamente por tratarse de un actor nacido para la comedia. No obstante, hay que valorar que, desde siempre, los actores dotados para la comedia también lo son para el drama. Lógicamente, los buenos actores, como han demostrado españoles como Alfredo Landa o José Luis López Vázquez, por referirme tan sólo a dos ejemplos patrios. De ahí que el reto de Dani Rovira fuera complicado. Pero sale del embrollo con buena nota, hace un buen trabajo, apuntalado por ese gran Karra Elejalde, cuya participación de secundario, en ocasiones, penetra en el de actor principal, dadas sus tablas y buen hacer como actor. El papel de Alexandra Jiménez, me parece algo menor, pero es solo una opinión.
A quienes nos gusta el deporte podemos disfrutar de esta película porque la puesta en escena de Dani Rovira es creíble; además, hay una excelente fotografía y unos buenos guiños muy propios del cine español. La banda sonora corre a cargo de Rodrigo Leao, un compositor portugués que ha puesto su música a algunas películas de Hollywood, como es el caso de 'El mayordomo'. Por tanto, el espectador no se va a sentir defraudado ni asistirá a una típica película calificada de 'españolada'. Es más, al ser su temática universal, podría tener proyección fuera de España.
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