08 abril 2010

MÁS SERIES MÁS SERIO



Esa franja -hoy ya mejorada junto al macrocentro deportivo We, que conoceréis quienes conozcáis esta zona de Granada- junto a las últimas viviendas ha sido el lugar elegido para las series.

Es curioso, muy curioso que yo tan poco proclive a hacer series, ayer miércoles estuviera todo el día buscando la ocasión para hacer algunas a pesar de lo apretado de la agenda.
Posiblemente esa inclinación se debiera a que el pasado miércoles volví por enésima vez a iniciar esa etapa -experiencia positiva, por cierto- y me comprometí con hacerlas al menos una vez a la semana, ahora que tengo la sensación que correr es algo que domino más últimamente, algo curioso también.
Así que han sido series urbanas, algo que también choca frontalmente con mi idea del correr, que siempre lo concibo como una actividad encuadrada dentro de un entorno natural, alejado de la ciudad.
Y no han ido mal esas series de aproximadamente 400 metros: 5x400, siguiendo la idea del miércoles pasado: no terminarlas completamente agotado. Tras esas series he podido hacer una ruta urbana de siete kilómetros y medio bastantes satisfactorios, pasando por el barrio de Mario, justo por Camino de las vacas . Y tras los ejercicios de elongación y unos cuantos abdominales he terminado con la sensación de haber cumplido sobradamente cuando presumía que la tarde ya iba a quedar en blanco.
Mañana habrá una ruta por las inmediaciones del Pantano del Cubillas a ritmo alegre de entre 10 y 12 kms, toda vez que no conviene ya cansar demasiado las piernas de cara a la Media Maratón de Málaga del próximo domingo en la que me planteo inicialmente enrolarme en el cajón de 1 hora 30, que seguramente no conseguiré seguir como ya me ocurrió en esta prueba el año pasado.

05 abril 2010

METALLICA LIVE NIMES

Me gustan los directos. Me quedé cautivado con ellos en mi etapa de concejal de -entre otras- este tipo de cosas, en una época particularmente febril y activa de eventos de este tipo, con la irrupción del Piorno Rock como festival estrella.
Hace poco descubrí este directo de mis admirados Metallica en el impresionante Teatro Romano de Nimes (Francia) en julio de 2009. Un excelente DVD de uno de los grupos que mejor directo ofrecen, que cuenta con la particularidad de estar grabado pensando mucho en la puesta en escena de los músicos desde el amplio y minimalista escenario. Destaco el excelente trabajo creativo y visual del vídeo y la posibilidad de ir estudiando con detalle la precisa irrupción instrumental de los cuatro miembros del grupo, como si de diapasón de cuatro tonos se tratara.
De Metallica siempre me ha cautivado esa garra sonora tanto de la guitarra principal asumida por el virtuoso Kirk Hammett como de la fuerza rítmica que lanza desde atrás el vocalista cofundador James Hetfield (en el mundo heavy se considera una virtud asumir la voz y la rítmica al mismo tiempo, virtud de elegidos), mientras que la guitarra bajista protagonizada por el "chicano" Robert Trujillo, va introduciendo el vigor tan propio de este grupo (desde luego, acertada elección la de este músico), presidiéndolo todo la batería del cofundador de la banda de origen danés Lars Ulrich. La grandeza de Metallica quizá sea toda esa compenetración que a pesar de los cambios de miembros (el bajo ha sido el puesto más movido tras la muerte en accidente de tráfico en Suecia del excelente bajista original Cliff Burton) el sonido del grupo sigue teniendo un estilo inimitable, una personalidad propia.
Este DVD inmortaliza uno de los conciertos de la gira mundial del grupo con ocasión del lanzamiento del último trabajo Death Magnetic, pero hay temas de los trabajos más míticos de la banda como es este Master of puppets uno de los temas-insignia de la banda californiana. Incluyo este tema tomado de YouTube, pero existen varias opciones de ver otros momentos del concierto en el universal portal de vídeos que, por supuesto, os aconsejo.

04 abril 2010

COMENZAR UN LIBRO, ACABAR UNA CARRERA.




Pocos momentos tan emocionantes como comenzar a leer un nuevo libro...

Toca devorar un nuevo libro. Qué momento más grato ese: de pie frente a los anaqueles de la cada vez más abigarrada librería, comenzar a sentir el tacto de los lomos posados tranquilamente en los estantes, durmiendo una especie de sueño de los justos, hojear las páginas, descubrir la sinopsis del argumento, los datos del autor, qué momento.


....y pocos momentos tan especiales como acabar una dura prueba

Un momento de emoción similar a acabar una prueba dura -un maratón, qué duda cabe- o comenzar a correr tras un periodo de lesión. Momentos de dicha, de plenitud, a estas alturas de la vida, tal vez algunos de los momentos individuales más gratificantes ante tanta estulticia en el exterior.
Acabado caín de Saramago -no, no se trata de una falta ortográfica poner ese nombre bíblico con minúscula sino un modesto homenaje al maestro portugués-, toca preguntarse de nuevo qué género, qué narración, qué ensayo, elegir, si bien la decisión ahora, inevitablemente, vendrá de la mano de la tercera y última entrega del ciclo Millennium de Stieg Larsson, La reina en el palacio de las corrientes de aire, toda vez que la tercera película ya está tocando a la puerta para verla y conviene tener la novela leída, toda vez que el cine en esta ocasión está siendo muy fiel a la literatura y no quiero dejar de verla por nada del mundo. Por eso conviene leer antes la novela.


Sin embargo, había otras prioridades a punto de ser devoradas que deberán esperar, entre ellas La noche de los tiempos de Antonio Muñoz Molina, que acaba de ser elegido libro del año por una revista especializada. Y eso le sitúa entre las prioridades que aún aguardan. Sin olvidar El niño 44 del británico Tom Rob Smith o Black & Blue la novela negra del escocés Ian Rankin, entre otros muchos títulos pendientes.
Qué ansiedad más placentera.

01 abril 2010

VUELVO A LAS SERIES


Si bien en realidad sería mucho más correcto decir: comienzo las series, ya que éstas nunca han conseguido disciplinarme.
Pero hoy, en parte por una cuestión sobrevenida (el pequeño puente que tenía que cruzar a la altura de Ánzola estaba rebosado por las abundantes aguas del Velillos -afluente del Genil-) y en parte porque barruntaba la posibilidad de hacerlas, he llevado a cabo tres series de 2000 metros, tras tres kilómetros de rodaje y uno posterior de poscalentamiento muscular.
Tres series que sin necesidad de darlo todo -para eso está el dorsal- han salido a 8'18'', la primera; 8'23'' la segunda; y 8'25'' la tercera. Y lo mejor de todo con la siempre emocionante sensación de no estar agotado y reservar fuerzas e ilusión para la próxima sesión, que debería de ser como mínimo una vez a la semana.
Todos los especialistas más acreditados no pueden estar equivocados: las series son necesarias para mejorar y adquirir más velocidad de crucero en competición. Las haré mientras que para mí no sean una obligación ni suplicio añadido. Hoy he disfrutado con ellas, pero no me importará dejarlas de lado -como he hecho en cientos de ocasiones- si suponen para mí una onerosidad no buscada. Soy un corredor aficionado. Nada más.

31 marzo 2010

"DE QUÉ HABLO CUANDO HABLO DE CORRER", ÚLTIMO LIBRO DE HARUKI MURAKAMI


Pocas referencias tenemos del nuevo libro de Haruki Murakami que acaba de vez la luz editorial en España de la mano de la editorial Tusquet, pero el título y la portada no pueden ser más sugerentes.
Por lo pronto sabemos que está escrito por un escritor de raza que además considera el correr como una fuente inspiradora, de paz, de quietud y de bienestar. Qué duda cabe que pronto estará en los anaqueles de muchos corredores.
Una prueba más de que literatura y correr van de la mano. Eso a mí nunca me ha planteado ninguna duda.
En otro orden de cosas, daros las gracias y agradeceros sinceramente vuestro saludos y contactos a través del correo electrónico y enlaces al blog, algo que me place enormemente. Gracias sinceras.

25 marzo 2010

SIENTO QUE ESTOY VOLVIENDO




Cuando allá por el mes de agosto de 2009 el talón de Aquiles se plantó en esa dura carretera que baja de Tiena en un día de intenso calor, comprendí que aquello que tanto amaba había acabado para mí.
Mientras cojeaba ostensiblemente a la altura del cortijo de Búcor escuchaba el constante canto de las chicharras que en una percepción irreal de la situación parecían dirigirse a mí. Fue entonces cuando -como dicen les ocurre a quienes están a punto de morir- pasó por mi mente la corta carrera de corredor aficionado y todo lo que ese periodo había supuesto para mí.
Empujado por esas imágenes oníricas, allí perdido en la mitad de la nada, cada dos o tres minutos alternaba andar con correr, pero no podía correr más de un minuto seguido. Me detenía, me pinzaba con los dedos el talón de Aquiles izquierdo y lo zarandeaba a derecha e izquierda, como dicen los expertos que hay que hacer para comprobar si éste está fastidiado. Y, efectivamente, el dolor era importante.
Alzaba la cabeza, mientras ponía ambos brazos en jarras perdiéndose mi mirada en el horizonte, para llegar de nuevo a la conclusión que aquello había acabado: acabas de culminar tu último entrenamiento, lechón, parecía decirme una voz interior que volvía a confundirse con el canto de la chicharra.
Pero no derramé ni una lágrima y pensé en aquella frase de Borges cuando se quedó ciego: Tuve la precaución de quedarme ciego. Yo tuve la precaución de correr hasta el final. El escritor argentino sabía que jamás recuperaría la vista; yo sentía que jamás volvería a correr.
Y así se lo dije a amigos y conocidos, vislumbrando en ellos reacciones diversas.
En realidad nadie se lo creyó hasta que adquirí la bicicleta (por cierto, que ya va siendo tiempo de ir cogiéndo).
Pero tuve paciencia y esperé. De todas maneras no tenía otra opción. Si ya no iba a correr más en mi vida, o al menos sentía que no iba a correr en mi vida, ¿qué importancia tenía esperar dos meses, tres meses, cuatro meses...?
De manera que agarrado a la bici como única opción deportiva -que he de admitir me ilusiona mucho menos que correr-, un buen día dejé de sentir la más mínima molestia en el talón de Aquiles izquierdo, y con la precaución e inseguridad del viejo violinista que dejó de tocar el instrumento durante décadas, "desempolvé" las Brooks y troté durante tres o cuatro kilómetros sin el más mínimo dolor. En ese momento sí estuve a punto de soltar alguna lágrima.
La segunda sesión de entrenamiento fue mucho más larga y me sentía feliz cuando el mayor problema que detectaba cuando corría era que había perdido el fondo. Hasta ese momento no sabía que se podía nacer dos veces.
Y desde entonces la mejora ha ido a más.
Por eso, el otro día en Baza cuando completaba la primera media maratón digna desde mi segundo nacimiento, comprendí que si fuera religioso clamaría a los cielos que dios es grande.





Curiosamente la ruta que lleva hasta Tiena, es la misma que lleva a Moclín como recordarán algunos verdes. Y es a Moclín al lugar que se dirigen muchas personas creyentes en la primera semana de octubre para solucionar sus asuntos de promesas con el Cristo del Paño.


Ya digo: no soy creyente, pero es de justicia que aquella ruta de las cigarras que casi me apartó de correr deba ser homenajeada este fin de semana si es posible.

23 marzo 2010

ARTÍCULO IDEAL (23/3/2010)


En periodos de crisis como el actual los empleados públicos están de moda a su pesar. Se convierten en objeto de deseo y odio al mismo tiempo. Por lo que parece unánime la idea que metiendo en vereda a este colectivo la crisis se arregla. Es decir, menos empleados públicos menos gasto público. Solucionado. Es algo que parece estar en el subconsciente colectivo. Y si no lo está ya se las arreglan políticos y tertulianos sesudos para que esté.

Sin embargo -aunque englobado en el colectivo estoy- no seré yo el defensor a ultranza de todo ese amplio contingente porque es inmenso, variado, complejo, contradictorio y hasta indefendible en determinados casos (¿la autocrítica es políticamente correcta?). Es decir, que el corporativismo no está inscrito en los genes de este colectivo global, aunque sí existe en determinados cuerpos y grupos.

Pero resulta que, además, en nuestro país la diversidad administrativa dimanante de las tres administraciones territoriales e institucionales que penden de éstas hace aún más compleja la relación laboral de esos más de tres millones de empleados que prestan sus servicios profesionales en las distintas administraciones públicas, y que el concepto genérico funcionario ya resulta demasiado corto para nombrar a los cuatro tipos de empleados públicos: funcionarios de carrera, funcionarios interinos, personal laboral –ya sea fijo, por tiempo indefinido o temporal- y personal eventual, que son las denominaciones jurídicas que utiliza el nuevo Estatuto Básico del Empleado Público promulgado en 2007.

Esa complejidad, además, se ve reforzada por el excesivo volumen de precariedad existente protagonizada por interinidades –algunas de ellas perpetuas como las nieves del Kilimanjaro-, y la cada vez más preocupante existencia de personal eventual, cuyos titulares no tienen ninguna relación permanente con las distintas administraciones públicas en las que prestan sus servicios sino que dependen del cargo que les nombra basándose en una relación de confianza o asesoramiento especial y que es el tipo más venerado por los políticos, por manipulable, por intercambiable.

Pero por si el atento lector no lo sabe, hay que decir que la mayoría de los empleados públicos es de clase plebeya. Una ingente paria pública que no suele ver muchos dígitos a final de mes. Se trata de gente que, por su estabilidad retributiva, son apreciados sobremanera por las distintas haciendas públicas, bancos y aseguradoras, pero no tanto por sus empleadores.

Es más, por si tampoco se sabe, la clase política nada tiene que ver con la funcionarial, en sentido genérico, aunque sí existe una inconfesable clase funcionarial política. O viceversa.

No sabemos con exactitud por qué será, pero cuando se habla de empleado público (funcionario en vox populi) en el ideario común se piensa inmediatamente en un chupatintas, cómodamente sentado en una mesa y disponiendo de mucho tiempo libre, que es una imagen muy retratada desde aquellos artículos costumbristas de Mariano José de Larra y actualmente en las viñetas del genial Forges y que es algo muy alejado de la realidad actual, porque es empleado público el juez y lo es el barrendero de su pueblo, el general del Yak-42 y el ordenanza que renueva el agua de los oradores parlamentarios, que en más ocasiones de las necesarias no la necesitan. Y, claro, la complejidad viene dada por la dificultad de meter en un mismo saco a tan dispares colectivos.

En definitiva que falta información y la poca que hay está más en la órbita de la contaminación que de la información misma. Una contaminación que a la clase política le ha venido siempre muy bien si no es que ha sido propiciada por ella misma desde el día en el que decidió que la Administración Pública –con mayúsculas, como concepto- debía de estar al servicio del poder político y no al contrario. Desde ese día se fue difuminando esa línea funcionarial para convertirse en uno de los más útiles instrumentos de esa clase política provocando que el Estado de Derecho, que consagra con letras de oro nuestra Constitución, en más ocasiones de las aconsejadas deje de ser creíble ante la alta politización de la Administración, que también está ya contaminando al Poder Judicial.

Se tuvo la posibilidad de construir a principios de los ochenta -recién promulgada la Constitución de 1978- una Administración moderna y profesional, pero inmediatamente la clase política olisqueó la magnífica oportunidad que se le presentaba de utilizarla y adaptarla a sus intereses. Y con el paso de los años esa politización ha ido a más y pocos puestos públicos de importancia escapan hoy al control político y los que escapan lo hacen porque no tienen importancia.

Pero es que además, la irrupción de las denominadas genéricamente empresas públicas está creando una Administración paralela mucho menos garantista y mucho menos controlable en el ámbito presupuestario y que está sirviendo en muchos casos de cementerio de elefantes de políticos venidos a menos o sin oficio conocido más allá de la política, al tiempo que en la mayoría de las ocasiones se usurpan las funciones que deberían ser asumidas por los empleados públicos permanentes (de hecho, la mayoría de ese personal que trabaja en esas empresas públicas, por lo general, es personal contratado, ajeno a esa tipología de empleados públicos antes referida). Y, claro, ante este panorama difícilmente se puede montar una Administración profesional y creíble.

Por otro lado, nadie ignora que las distintas administraciones públicas necesitan cierta ordenación de los recursos humanos que evite esa surrealista desigualdad de tareas existente, pero para llevarla a cabo los distintos gobiernos que dirigen las distintas administraciones públicas tienen que, primero: tener voluntad política de construir una Administración moderna y eficaz y adaptarla a los nuevos tiempos; segundo: no rasgarse las vestiduras por la necesaria eliminación de altos cargos que esa ordenación conllevaría; tercero: despolitizar definitivamente la Administración Pública para que ésta sea más profesional e independiente del poder político.

Y mucho me temo que pedir que se lleven a cabo esas reformas en España, quizá, sea una petición utópica.

MI NOVELA MI LUGAR EN ESTOS MUNDOS YA ESTÁ DISPONIBLE EN AMAZON

  Ya está disponible mi tercera novela Mi lugar en estos mundos. La plataforma elegida, una vez más, es Amazon ; pero en esta ocasión estará...