En esta página podrás acceder a mis libros publicados y dónde adquirirlos si fueran de tu interés, conocer el estado de mis nuevos proyectos literarios y, en definitiva, saber algo sobre mí. Además, suelo escribir entradas de blog sobre literatura propia o ajena.
Con algo de retraso retomamos la entrada poética que varios blogs solemos escribir los miércoles. Hoy quiero hablar de Rilke. Fue uno de los poetas que más leí y más me marcó en este idílico mar que es la poesía. El poeta nacido en Praga en 1875 fue para mí un completo descubrimiento. Acostumbrado a vagar por los anaqueles de librerías, un buen día topé con un libro, casi un opúsculo que rezaba: "Cartas a un joven poeta", y no dudé en comprarlo. Asocio ese pequeño libro a un verano tórrido y conservo en la memoria el hecho de llevarlo siempre conmigo. Seguramente lo releí cientos de veces. ¿ Pero que era lo que me subyugaba de ese pequeño libro ? Todas y cada una de sus palabras. Al poeta Rilke le escribió una sucesión de cartas un joven aspirante a poeta. El poeta austro-alemán, por aquel entonces ya había saboreado las mieles del éxito y tenía un nombre en la poesía de su país. Pero lejos de tirar aquellas misivas a la basura, consiguió que las respuestas se convirtieran en una prosa de deliciosa lectura. Los consejos dados al joven poeta, la visión de la vida, la observación de la naturaleza, la interpretación de los sentimientos, todo lo importante de la existencia estaba contenido en ese opúsculo que, lógicamente, aún conservo y que por su ajada encuadernación se deduce la filiación con él establecida. A raíz de leer aquella pequeña obra seguí leyendo su poesía, y en cada verso y poema me ratificaba en el hecho de estar ante uno de los poetas más grandes de la historia de la poesía. Os dejo con uno de sus poemas:
Soledad La soledad es como lluvia. Se alza del mar hacia los atardeceres; desde llanuras lejanas y remotas se va hacia el cielo, que la posee siempre. Y sólo entonces cae sobre la ciudad.
Llueve la soledad en las horas inciertas, cuando todas las calles se vuelven hacia el alba y cuando los cuerpos que nada encontraron se separan desencantados y tristes, y cuando las personas que se odian tienen que dormir juntas en la misma cama:
El problema de la crisis es que existe demasiada gente que ha perdido su capacidad de asombrarse ante el magno espectáculo que puede ofrecer cada día la existencia. Lo preciado no es lo perdido en la bolsa o en el laberinto negro de los negocios inmobiliarios sino lo perdido con anterioridad. Y me temo que eso sea ya irrecuperable. Cuando hace unos cuantos años la única condición que había que aceptar para ser rico era vender tu alma al diablo, fueron muchos los que consideraron que ganaban con el cambio. Pero una minoría dijo que ese alma no estaba en venta, a medida que los otros muchos, creyéndose favorecidos por el cambio, comenzaron a vender espíritu, mente, ideas, principios y dignidad, todo incluido en un amplio paquete que hacía las delicias del diablo, que por entonces estaba haciendo sus mejores negocios.
Pero más allá de la metáfora está la realidad, siempre más cruel y presente, y conviene llamar a las cosas por su nombre. Veamos. Observábamos unos años atrás que se miraba con gesto burlón a quien no había aún dado pelotazo alguno. La cigarra humillaba a la hormiga cada día. No contar con ganancias, a más negras mejor, ni saborear el caviar o montar en coches de gran cilindrada no era otra cosa que ser un paria del sistema. Sólo había tiempo para las grandes cifras, los grandes negocios, los grandes banquetes, tirando de todo ese proceloso mundo, en primer lugar, representantes de la cosa pública y advenedizos de los asuntos privados. En realidad, nadie consideraba que nada pudiera invertirse. Pero se invirtió. Y con ese cambio de signo comenzaron los lamentos.
Y ahora nos encontramos en otra realidad. Una realidad distinta, tal vez más sensata. Será mucha la gente que sufrirá por esta crisis feroz y mucha la que se quedará sin empleo ni recursos. Es la cara más amarga de esta situación. Sin embargo, otras circunstancias mejorarán y la estulticia materialista dejará paso a un mundo más sosegado, honesto y espiritual. Pero claro, habrá mucha gente que habiendo vendido su alma y espíritu ya no puedan recuperarlo: no les queda ni un céntimo en el bolsillo para hacerlo. Además, resulta que el diablo ha puesto por las nubes lo que compró a precio de saldo.
La prisión ocasional de Cervantes en la Casa de Medrano. Argamasilla de Alba.
La primera vez que visité la parte de La Mancha quijotesca no podía evitar en cada pueblo y en cada plaza, dejar de evocar la obra de Cervantes. Acostumbrado a imaginarme paisajes austeros e historias impresionantes con la lectura del Quijote, visualizar por vez primera lugares que parecían haberse detenido en el tiempo significó un gran descubrimiento y una mayor dosis aún para mi imaginación.
El patio de entrada de la casa del Caballero del Verde Gabán. Villanueva de los Infantes.
En Villanueva de los Infantes, Mati y yo, pudimos, ver la Casa del Caballero del Verde Gabán (que protagoniza uno de los capítulos del Quijote) y no podía dar crédito a aquella conversación que mantenía con su dueño - un señor mayor exquisítamente educado-, consistente en la similitud de lo narrado con la esencia actual del patio que da entrada a la casa. Su dueño me comentó que intentaba que todo estuviera tal y como narró Cervantes en su universal obra y eso me pareció la mejor contribución que se puede hacer a la literatura cervantina. Aquel pueblo de la provincia de Ciudad Real, que lleva a gala ser uno de los más presentes en la obra de Cervantes, no dejaría de ofrecernos satisfacciones ya que allí reposan los restos de uno de los escritores más ilustre y brillante de las letras hispanas: Francisco de Quevedo y Villegas. De hecho, en la mayor iglesia - en la Plaza Mayor- de esta población están sus restos y en esta localidad pasó sus últimos días, en un austero cuarto, cuya recreación es evocativa.
La última morada de Quevedo. Villanueva de los Infantes.
Que se posibilite la fusión entre la historia y la realidad es un verdadero hallazgo. En aquel primer viaje continuamos la ruta quijotesca preestablecida y gracias a que estudios detallados han logrado ir localizando parte de los lugares citados enigmáticamente en El Quijote, pudimos ir visitando lugares claves. En Argamasilla de Alba, no lejos de la autovía que une Andalucía con Madrid, pudimos conocer una de las moradas obligadas del escritor de Alcalá de Henares: la Casa de Medrano, cuya bodega sirvió de prisión espontánea a Cervantes, siempre abonado a pendencias diversas. A aquella bodega bajamos y pudimos hacernos una idea del lugar donde sostienen algunos eruditos fue comenzado El Quijote. Y, aunque, casi siempre es la literatura, y no la realidad, la que nos hacer viajar a lugares imaginarios no pudimos resistirnos ver el decrépito estado de lo que según la tradición fue la casa del Bachiller Sansón Carrasco en este típico pueblo manchego, totalmente vinculado a Cervantes y su obra. Igualmente visitamos Alhambra, en cuyos vastos campos pudieron celebrarse las Bodas de Camacho, y no dejamos de visitar Pueto Lápice, en cuya Venta -todavía establecimiento hostelero-,se sostiene, se manteó al bueno de Sancho y fue "ordenado" D. Alonso Quijano, caballero. Igualmente sabíamos que visitando El Toboso no encontraríamos a la amada de D. Alonso Quijano, Dulcinea, pero sabíamos que no podíamos dejar de pasar esa oportunidad y sentirnos parte de esa historia universal.
Mucho disfrutamos de aquel viaje. Por eso en este segundo la agenda era distinta. Sin tener tan presente a Don Quijote, en esta ocasión volvimos a sumergimos en el interior de tierras manchegas, siendo inevitable parecer percibir en el horizonte a un tipo largirucho con lanza montado en raquítico caballo y a un español de bien rechoncho y embrutecido a lomos de un inocente y cansado asno. Esa imagen podría estar totalmente asociada al rojizo paisaje manchego, aunque ahora la idea era ver lugares, igualmente míticos, pero por distintos motivos. Como es el caso de las Tablas de Daimiel.
Las Tablas de Daimiel.
Y he de decir que para nada me ha defraudado esta nueva visita a la Mancha. Uno siempre conserva en la mente los lugares literarios e históricos, sabedor de que son pocas las ocasiones en las que la realidad coincide con la imaginación. Sin embargo, en muy raras ocasiones lo imaginado con la lectura se presenta ante los ojos en la realidad. En pocas ocasiones ocurre esto, pero cuando ocurre la satisfacción es infinita. Y aunque cambien los tiempos, todo esté contaminado por el turismo de masas, aunque delante de un monumento insigne uno encuentre aparcado un cuatro por cuatro, siempre habrá lugares que podrán bailar con la imaginación. Y de esos pocos lugares, La Mancha quijotesca está entre ellos.
El pasado miércoles día 11, se cumplió un lustro de los criminales y cobardes atentados de los trenes de cercanías en las inmediaciones de Atocha. En esos cinco años, nuestro país, no ha sido capaz de controlar en su totalidad a los grupos radicales islámicos, una imposibilidad debida, principalmente, a las vastas posibilidades que tienen estos terroristas de mezclarse con el elevado número de ciudadanos procedentes de diversos países islámicos, que viven en nuestro país. De manera que a estas alturas uno no sabe muy bien si todo ese desembarco de personas procedentes del mundo islámico obedece a alguna causa política-religiosa concreta o, si por el contrario, sigue siendo España el lugar deseado por estos pueblos, dada la pervivencia islámica durante ocho siglos.
Al europeo occidental, sin duda, le produce mucha angustia esta situación. Probablemente todos tengamos que ser llamados a entendernos, pero quien esto firma cada vez cree menos en la alianza de civilizaciones que predica Zapatero. Sencillamente, unos y otros, pertenecemos a distintas culturas y obramos de acuerdo con distintos criterios éticos y morales. Además, está el factor religioso. Europa dejó atrás, hace siglos, el fanatismo religioso, convirtiéndose la religión en un aspecto más de nuestras vidas, que no es ni más ni menos importante que otros. Sin embargo, en los países árabes la religión se vive de otra forma. De hecho, se entrecruza con la política más veces de las deseadas y si se me apura existe una menor tolerancia dado su fundamentalismo. Por tanto me pregunto abiertamente con sinceridad ¿me inquieta la presencia de tanta población árabe en España? Sí, abiertamente me inquieta. Probablemente, en España y, particularmente en Andalucía, muchas de nuestras instituciones, normas, costumbres, avances científicos, médicos, arquitectónicos e, incluso, rasgos físicos, tengan una raíz árabe. Pero España hace siglos que mira más hacia Europa y pertenece a esa rica cultura Europea. Los países árabes lo saben pero muchos parecen no admitirlo. Europa con sus grandezas y sus miserias, en mi opinión, es un ejemplo de organización social y de civismo. Países en los que se han diseñados políticas sociales y fiscales coherentes. En los que las ciudades han crecido armónicamente y su población ha gozado de un estatus y unos derechos bastantes homogéneos en comparación con otras regiones del mundo. Por tanto, a día de hoy pocas -quizá ninguna- culturas puedan alcanzar a la Europea. Lamento mucho tener que escribirlo, pero a día de hoy los países árabes no pueden presumir de estar a esa altura. Fueron culturalmente avanzados y florecientes pero hoy día están demasiado influenciados por un fundamentalismo ciego y excesivo odio hacia occidente.
José Antonio, Rocio, Jesús y Gregorio -de espaldas-.
Minutos antes de la salida de la prueba de Loja.Foto enviada por Gregorio
No es algo que ignore, pero en Loja, en esta mañana primaveral como pocas en los últimos días, he vuelto a reinventar los conceptos del correr como actividad intrínseca a la existencia misma; el correr para disfrutar; el correr para mantenerse alejado de problemas relacionados con el sedentarismo...el correr para sentirnos vivos. Es probable que haya influido en esas sensaciones la excelencia del ambiente y la conexión total que tenemos con él. Toda esa cantidad de caras conocidas que coincidimos cada dos o tres semanas en algún pueblo de la provincia. Sabedor, además, que para cada persona de las que allí nos presentamos, el correr tiene una función distinta, una motivación personal diferente, porque diferentes somos en esencia.
Pensando en eso he comprendido que este deporte popular pasa por ser, quizá, el que cuenta con mayor dosis de apuesta personal al tiempo que es una excelente explosión de colectividad, solidaridad y -por qué no- democracia.
Hombres y mujeres de muy distintas condiciones, ideas y pensamientos que dedican una mañana de domingo a trotar por calles, plazas y carreteras, sin otra pretensión que hacer deporte.
Y cada prueba atesora sus propias historias personales y encierra motivaciones ocultas: una persona que hoy comienza a correr; una pareja recién estrenada que corren por primera vez una prueba de competición; un atleta que vuelve al redil después de años de tabaco, alcohol y mala alimentación; otro que vuelve tras meses de fastidiosas lesiones. Todo un mosaico de motivaciones que se aupan en cada calle y en cada cuesta. Eso es algo grande, qué duda cabe.
Prueba de fondo de Albolote. Justo detrás de quien esto suscribe,
obsérvese a Mario, Gregorio y Víctor. Transcurría el km. 5.
Foto: Deporte Integral Y amparado por esa filosofía he corrido hoy en Loja. Embutido en todo momento en unas sensaciones previstas para disfrutar. Con ganas de hacer kilómetros tras el duro test de Sevilla. De manera que en la prueba de Loja de esta mañana, quizá, he disfrutado más que en casi ninguna otra.
Acompañados por una excelente mañana repleta de luz para la ciudad del poniente granadino nos dirigimos personas bien avenidas: José Palma (José del Oliver), Paco ( el compae Paco) y quien esto firma (allí nos encontramos con Jesús Lens y Rocio, Gregorio, Victor, José Manuel y un número considerable de miembros de mi club, Caja Rural). En animada conversación. Cada uno buscando sus sensaciones, siendo la vuelta un trasunto de la ida pero con más de 11 kilómetros entre las piernas, en nueva y renovada conversación tras una buena cerveza en ruta.
Y quizá todo ese ambiente relajado y ceremonioso, ese ambiente de amistad y afición común, unido a mi interés de correr con una suavidad mantenida, ha hecho que las sensaciones a lo largo y ancho de toda la carrera hayan sido de las mejores que recuerdo; que esas temibles cuestas no hayan sido más que unas leves inclinaciones del terreno, y que esos kilómetros fueran pasando raudos y sencillos. Sin necesidad de buscar tiempos ni optar por sufrimiento innecesario.
Cuando subía cuestas o cuando llaneaba percibía respiraciones muy agitadas a mi alrededor y sabía que mucha gente iba sufriendo, algo por lo que he pasado en infinidad de ocasiones pero no esta mañana.
Recuerdo que a los pocos días de acabar el Maratón de Madrid, en 2007 hice la prueba de Huétor Tajar y no fui capaz de buscar el disfrute pos maratoniano, de manera que sufrí lo indecible y penetré en una pájara de inciertas consecuencias. Luego comprendí que confundí el nivel adquirido en un maratón con ir demasiado rápido en una prueba infinitamente más corta. Y lo pagué.
Ahora, con mi segunda maratón acabada he visto las cosas de otra forma: dos semanas sin correr ni un metro y planificar la siguiente prueba - ésta de hoy- como un entrenamiento suave. Objetivo cumplido. Un suave ritmo de 4,40 el mil que ha posibilitado el encuentro con el correr más cotidiano.
A partir de ahora toca crecer, pero para seguir disfrutando de este bello deporte, que nos da más que le entregamos.
Y ahora, ¿ qué tal si os dejo con un impresionante live de Iron Maiden. el "Fear of the dark":
Para los no iniciados, decir que el Piorno (Rock), es un festi que se celebra anualmente en mi pueblo, Pinos Puente, y que tuvo como filosofía desde su nacimiento (oficiosamente en 1995 y oficialmente en 1996), mostrar lo más vivo de Heavy Metal del Estado. Y yo creo que lo consiguió en gran parte. La primera banda nacional de cierto renombre que apareció por Pinos Puente fue Ñu, pero posteriormente pasaron Barón Rojo, Saratoga, Obús, Avalanch, Tierra Santa, Koma, Mago de Oz -en varias ocasiones, entre otras bandas conocidas y menos conocidas.
Resultó que el éxito del evento, el lugar de celebración y la correcta organización, propició que al poco tiempo de iniciarse esta modesta andadura, la Concejalía que en aquel momento regentaba, la de Cultura, fuera llamada para apoyar la celebración en Pinos Puente de un festival de magnas dimensiones. Así que vinieron los "bárbaros", porque "Barbarian Rock", fue el nombre de aquel macroconcierto, en el que estaban llamados a intervenir algunas de las bandas más representativas del Heavy Metal Internacional, casos de Stratovarius, Therion, Gamma Ray, Iriah Heep, junto a reconocidas bandas patrias. Pero quisieron los dioses que los bárbaros no atronizaran en las instalaciones deportivas de Pinos Puente porque llovió como no lo había hecho nunca; de manera que sólo fue posible departir con las estrellas metaleras en el Backstage. Entonces pensamos que una mano negra o un jorobado se encontraba entre los fervientes chavales y chavalas de la Concejalía, porque meses más tardes, en los días más calurosos, del mes más caluroso, del agosto más caluroso de los últimos años, a las diez de la noche, cuando Medina Azahara se disponía a deleitar a su público en directo comenzaron de nuevo a burlarse de nosotros los dioses: era perceptible esa risa porque conjugaban lágrimas.
LOS TEUTONES IN EXTREMO FUE UNA DE LAS GRANDES BANDAS QUE PASARON POR EL PIORNO.
Pero volvamos al Piorno-Barbarian. El Piorno se siguió celebrando, pero engrandecido al tiempo que más cauto. Así que como el Barbarian se había impregnado del espíritu del Piorno o viceversa, el cartel se magnificó e hizo internacional, además de trasladar el festi a un recinto cerrado: el pabellón de deportes, lugar en el que hasta ahora se ha venido realizando. Desde ese momento, los grupos asistentes eran de talla internacional y por Pinos Puente pasaron: After Forever, Children of Boodom, In Flames, In Extremo, y debió pasar Kreator, pero se cayó del cartel a última hora. Pero la hora de los sueños venció y pronto ese Piorno-Barbarian pasó a un pueblo vecino -siempre ocurre- y el Piorno volvió a retornar a sus ancestros. Y fue cuando ya no le seguí la pista. Lo había creado, pero ya andaba sólo. Ahora se ha confeccionado el cartel de 2009, con más tiempo y se ha vuelto a trasladar a las fechas originarias. El cartel, del que nada sabía a día de hoy, me lo ha indicado Javi y me lo ha enviado Abel, al que agradezco su esfuerzo porque sé que no es música de su devoción. Pero los amigos son los amigos.
Escribía hace unos días sobre la corrupción del PP. Y, decía, que esa travesía del desierto que ahora atraviesa el partido de Mariano Rajoy ya había sido pasada por el partido de Zapatero. Son los dos grandes partidos del mapa político español. Partidos que, más allá de la política, extienden telescópicamente sus tentáculos a otros mundos menos prosaicos que la política misma. Partidos que por ser los más poderosos gobiernan en infinidad de municipios, gobiernan comunidades autónomas y se alternan cada pocos años en el gobierno del país.Y si a toda esa mezcla peligrosa unimos la situación por la que ha atravesado España en los últimos años, esa mezcla se convierte en explosiva.
Sin embargo, no pensemos que no existe corrupción en otros partidos. Ésta existe en todos, pero no todos tienen el poder necesario para que esa ese gusano se haga fuerte. Mantenía entonces y mantengo ahora que es erróneo pensar que son los partidos en sí quienes están podridos por el gusano de la corrupción. Si así fuera, deberíamos de inventarnos otros sistema y no sería sostenible una sociedad que se autodenomina democrática. Por tanto, sino queremos caer en el desánimo colectivo, debemos pensar que la corrupción ha penetrado en organismo de determinados elementos de estos partidos y de adláteres cercanos. Porque si esa corrupción afectara a sus propios dirigentes y responsables públicos, la ley no deberá ser mojigata ni débil.
Pero ¿cuál es el camino que lleva, por ejemplo, a un concejal a corromperse? A cuenta de esta pregunta escribí hace un año aproximádamente un artículo para Ideal que se denominó "El arduo camino de la corrupción", un artículo escrito, básicamente, a raíz del "caso Marbella", pero que representaba una reflexión general y que, creo, puede venir bien a cuento de este asunto. Si os apetece leerlo os dejo con él:
EL ARDUO CAMINO DE LA CORRUPCIÓN
No deja de ser curioso que aún poseamos capacidad de asombro ante la avalancha corruptora que chirría en nuestras cabezas. Ahora que el “efecto Marbella” hace estragos en determinados consistorios y los concejales de urbanismo son mirados como apestados, los ciudadanos que no poseemos cargo alguno nos rasgamos las vestiduras, lamentando que quienes hoy se corrompen ayer eran nuestros vecinos más idealistas y más ilusionados por hacer cosas por nuestro pueblo, ciudad o barrio, a los que saludábamos con honores de césares y a los que de vez en cuando acudíamos por si pudieran hacernos algún favorcillo. Dieron el primer paso para entrar en política, acudieron un buen día a afiliarse a un partido, tuvieron que emplear horas infinitas de su tiempo, de su trabajo, de sus estudios, del tiempo de su familia para, por fin, después de muchos sin sabores y algún buen sabor, alguna que otra puñalada política y restos de amigos dejados por el camino, colocarse, en un buen número, en una lista local con opciones para las próximas elecciones municipales. Debieron participar activamente en la campaña y dejar de nuevo de lado su tiempo, su trabajo y su familia. Y si su trabajo radicaba en la empresa privada contaban con muchas posibilidades de perderlo para siempre, porque pocos jefes admiten que su empleado desaparezca del proceso productivo en pos de su vocación política cada vez que los jerifaltes del partido le llaman al móvil. Otra cosa sería trabajar en la res pública. Luego tuvieron que participar en los diversos mítines y actos públicos que programa el partido y aprender a dar voces en esos actos; aprender a modular el tono de voz para arrancar unos ovejeros aplausos (algo que sólo han hecho bien en este país dos o tres políticos, a lo sumo); aprender a estrechar la mano aparentando serenidad y calidez en el rostro mientras se mira al votante potencial; aprender a comprometerse sin llegar a comprometerse. En fin, a trazar toda una metódica carrera para llega alto. Probablemente sea un tipo idealista,muy convencido de su vocación, que ya ha demostrado sobradamente en los enésimos años de delegado de curso en el instituto y otros tantos de presidente de la comunidad de vecinos, seguramente provisto de sinceros sentimientos de emoción al contemplar cómo el pueblo que lo ha visto nacer ahora lo ve de concejal o de alcalde, luego ¿qué proceso ha tenido que operar para que nuestro hombre o mujer llegue a corromperse?¿El dinero? ¿El poder? No es fácil llegar a saberlo, peroquien ha estado en algún cargo público en alguna ocasión podría ratificar conmigo que casi todo alrededor parece pensado para él; que en su entorno más próximo pululan palmeros y gente insincera que adula para obtener ventaja y que regala para ser regalado; y desde ahí hasta la arrebatadora puerta que traspasa esa perniciosa frontera de lo ajeno solo dista un ápice.
Muchos pensarán que la persona que acaba revolcándose en el fango de la corrupción ya tenía totalmente proyectada su meteórica y particular carrera. Es posible, pero no soy de esa opinión. Podría ser que en algún caso de alta dosis de ambición y frialdad así fuera, pero en la mayoría de los casos no. Otra cosa distinta es que, igualque muchos y muchas jóvenes consideran viable hacerse famoso y hacer dinero rápido por la vía del protagonismo ramplón en la programación basura poniendo barata su dignidad en el mercado, sin tener que pasar por una facultad o un curro para conseguir nada más que humillaciones laborales futuras, pudieran darse las circunstancias, ya digo, con determinación gélida, que algunas personas opten a cargos públicos con la idea de forrarse, tal y como parece comentó uno de los políticos más conocidos del país ahora en la oposición, pero de ahí a generalizar va un abismo. Ahora bien, tampoco es positivo para el funcionamiento normal de las instituciones generalizar en el sentido en que lo hace la voz popular que afirma que se está ahí para forrarse. Quizá lo que ahora esté ocurriendo en España no sea más que la consecuencia de lo que tarde o temprano tenía que ocurrir; ha ocurrido en muchos países antes que en el nuestro. Lo grave realmente es que esa práctica se convierta en generalizada y cotidiana, que la fuerza de la costumbre sea superior a la fuerza de la ley, sin que los poderes legislativo, ejecutivo y judicial arbitren medidas muy contundentes y precisas. Lo ocurrido en Marbella, que era como la trama de la excelente novela de Gabriel García Márquez “Crónica de una muerte anunciada”, podría considerarse como una desvergüenza que ayudará a solucionar otras desvergüenzas que vienen y vendrán por el camino. Habrá más casos de corrupción o se investigarán nuevas implicaciones en los distintos contenciosos abiertos por todo el país. Caerán y rodarán cabezas y – esperemos – las cárceles se llenarán de cuellos blancos. Pero todo eso no será más que el proceso necesario para que en un futuro próximo tengamos políticos más honestos, leyes más contundentes y jueces más valientes, que es tanto como pedir que nosotros, los ciudadanos, consideremos en serio que tenemos que cambiar el rumbo de las cosas y elegir mejor a los usufructuarios del poder. El coste será grande pero necesario.
Otra cosa distinta podría ser la respuesta que demos los ciudadanos en las urnas. Lo previsible será – también ha ocurrido en otros países – la existencia de una mayor abstención producto del desencanto ante el asqueo persistente de cada día, pero ese también será un proceso lógico ya que todos somos copartícipes de hacia donde queremos dirigirnos. Y no será más que el camino necesario que habrá que recorrer para optar a la candidatura de país serio y convencido de su Derecho. Si todo este zoco urbanístico, que sonroja al más deshonesto, sirve para transformar este mecanismo político tan pernicioso y nocivo habrá que considerarlo como un mal necesario. Pero, claro, para eso habrá que tener voluntad de cambiar y que nuestros ojos sean capaces de otear otros horizontes menos plagados de euros fáciles.