31 agosto 2012

TIEMPO DE LEER

     
Tiempo de leer. Y nada mejor que comenzar otra novela histórica que, si está bien construida y apunta muestras de veracidad histórica, puede ser la mejor lectura para esta época, aún veraniega. 
Así que me he sumergido en la Mérida del Siglo IX, con esplendoroso pasado romano, pero que aún se mantiene viva en este siglo. Dependiente del enorme califato de Córdoba, gobernado por Abderrramán II y en la que conviven en aparente armonía cristianos, muladíes, judíos y musulmanes, éstos últimos polarizados en árabes y bereberes. Sin embargo, el reparto de poder no es demasiado equitativo ya que los cristianos, siendo mayoría en la ciudad, no están destinados al gobierno de la misma -aunque si cuenten como notables algunos de sus representantes-, la cual está dirigida, lógicamente, por los musulmanes, delegados del poder central califal. Sin embargo, los árabes, en mayor número que los bereberes, parecen no llevar muy bien que sean estos últimos los ostentadores del poder. Y como telón de fondo, un descontento genérico de toda la población por la alta presión fiscal a la que están sometidos y, seguramente, un descontento encubierto por el mal reparto de poder. 
En fin, un tapiz muy interesante para sumergirse en aquella Al-andalus del siglo IX de nuestra era, un territorio éste, que coincide en buena parte con lo que hoy es España, excepción hecha, lógicamente de los reinos castellanos del norte y la infranqueable cornisa cantábrica. 
Lógicamente, estoy refiriéndome a la última novela de Jesús Sánchez Adalid, 'Alcazaba', un autor extremeño que aborda el genero histórico novelado con maestría.  


 

Al tiempo, vuelvo a releer algunos capítulos del excelente libro de literatura de viajes dedicado a catedrales españolas 'Las rosas de piedra' del leonés Julio Llamazares, que hace un ejercicio literario muy original. Lo hago siempre que planeo un recorrido en el que se encuentran catedrales reseñadas por el autor. Lo hice el año pasado, visitando algunas de las por él reseñadas y sus descripciones tanto de las catedrales como su entorno urbano y apuntes sobre bares y restaurantes cercanos, resultaron decisivas en mis visitas al tiempo que convirtieron esas visitas en más literarias si cabe.
En ese sentido, fue particularmente emocionante poder charlar sobre este libro con el guía de la enigmática y preciosa catedral de Burgo de Osma que el mismo Julio Llamazares cita en su obra. Es el poder cautivador de los buenos libros.     

1 comentario:

  1. Hola, buceando un poco en el blogs de José Manuel, te he visto en la zona "coments" y me ha picado la curiosidad de ver y leer tu blog.
    La historia de Alcazaba me parece muy interesante, ya, desde entonces, había buitres que le sacaban los diezmos al poblete llano.
    Pero la historia del medio maratoniano me parece más llena de cosas, yo hubiera dejado de correr por una buena birra fresquita y un plato de esa buena "chicha" braseada.
    Me alegro de haberte visto, te agrego a la lista, si quiere ver algo mío, te espero en costaycalma.blogspot.com, un saludo...

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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