19 marzo 2012

SED PRUDENTES

Hay que ser prudentes, porque la prudencia y la paciencia son las que han posibilitado que vuelva a correr de manera habitual.
Cuando estamos atravesando buenas sensaciones y devoramos kilómetros por caminos y veredas, lo más lejano que tenemos en nuestra mente es considerar que podemos lesionarnos. Pero basta sufrir una lesión en el momento más insospechado para comprender que somos vulnerables. 
Ocurre que a medida que nos sentimos más en forma y capaces de asumir retos más difíciles la posibilidad de poder lesionarse es directamente proporcionar a esa euforia. Sencillamente porque exponemos más los tendones y los músculos y el estrés es mayor. 
Por tanto, a mayor exigencia mayores cuidados. Es ahí donde nos descuidamos la mayoría de los corredores que no nos dedicamos a esto de manera profesional. Y quien lo es, lo sabe. 
Uno de las pocas cosas positivas que tiene la lesión es que aprendemos mejor a conocer y escuchar nuestro cuerpo. Nos interesamos ante el médico o el fisio por la parte dañada y el profesional nos explica el funcionamiento básico del músculo o tendón lesionado. Es entonces cuando comprendemos que hemos sido insensatos por no considerar a nuestro organismo como algo vulnerable. No le hemos dado el descanso necesario, no hemos elongado lo suficiente, no hemos descargado demasiado y no hemos buscado el alivio de otros deportes o, sencillamente, el descanso completo.
Y lo hemos acabado pagando. 
Otro factor es la edad. Ningún músculo masacrado sale invulnerable de un esfuerzo prolongado, pero saldrá mucho mejor un músculo joven que otro no tanto. De ahí que cumplir años también sea otro elemento para justificar el mayor cuidado de nuestra musculatura. Eso es lo que nos posibilitará seguir corriendo muchos años.
Realmente, no lesionarse tendría que ser fácil si hiciéramos bien los deberes, siendo los principales el descanso y la prudencia. 

***** 

Dicho esto, ya es real que vuelvo de manera indiscutible a las sesiones de entrenamiento. Pero vuelvo a ser neófito en esto y mis sesiones no superan los treinta minutos de entrenamiento en días alternos, mezclando pedales, mucho estiramiento, abdominales y reforzamiento. Y de esa manera todo está saliendo rodado. 
Hoy lunes haré mi tercera sesión de entrenamiento de treinta minutos por terreno blando, la cual repetiré el miércoles y el viernes. El sábado habrá MTB para encarar el domingo cuarenta y cinco minutos de sesión corriendo. 
Espero estar en la normalidad -incluso volver a la competición- para después de Semana Santa, pero sin superar una hora de sesión hasta el mes de mayo.    

3 comentarios:

  1. Tienes más razón que un santo. Vuelves con la lección aprendida, esa que a todos siempre se nos olvida. un saludo y buen regreso!

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  2. Pues sí, terrible estar lesionado y frustrado, pero paciencia... Gracias por la información que me diste.

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  3. Epíritu, uno va aprendiendo comos los burros: a palos.

    Javi, espero que te sea útil esa información, ya me contarás.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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