06 marzo 2012

CIRUGÍA EN EL SECTOR PÚBLICO

En breve asistiremos a una más que probable operación de saneamiento de las cuentas públicas en todas las Administraciones Públicas del Estado (Central, Autonómicas y Locales), por la vía del adelgazamiento de los recursos humanos del denominado, comúnmente, sector público. Esa cirugía será muy apreciable en las Comunidades Autónomas, pero también en los Ayuntamientos grandes y Diputaciones y ya lo está siendo en el Estado. 
Hace casi un año, publicaba en Ideal un artículo sobre este asunto y en el mes de diciembre -de perfil algo más jurídico- en Considerando, que es la Revista Profesional del Colegio de Abogados de Lucena (Córdoba), y en ambos analizaba lo que podría pasar a unos meses vista. Y todo parece que está comenzando a ocurrir. 
Sin embargo, aquí intentaré ser más directo y menos pesado -estos artículos suelen ser muy doctrinales- y me apartaré de tecnicismos en la medida de lo posible. Sencillamente diré a continuación lo que decía en aquellos artículos, pero de forma más directa y sin cirugía. 
En primer lugar, hay que hacer un breve análisis de cómo está actualmente el sector público a nivel de recursos humanos. 
En España existe un sistema de Función Pública consagrado en el artículo 103.3 de la Constitución y desarrollado por leyes sectoriales, que se basa en Personal Funcionario de carrera, que es el que entra en la Administración Pública por oposición o concurso-oposición y que cuenta con una relación laboral basada en el Derecho Administrativo; asimismo, hay otro gran sector, denominado Personal Laboral, que también accede por Concurso-Oposición, en este caso, y que mantiene una relación laboral con la Administración basada en el Derecho Laboral, el mismo que rige en cualquier relación laboral entre un trabajador y el empresario.
El primer grupo es el único que mantiene una relación de estabilidad y fijeza, que es una solución histórica que se dio para evitar que el funcionario no dependiera del político de turno; el segundo, mantiene una relación laboral fija, pero es más vulnerable al despido que el funcionario, si bien eso es muy difícil que llegue a ocurrir, pero no imposible.
En ambos grupos existe la interinidad, que es personal que ocupa provisionalmente una plaza de funcionario o personal laboral fijo y que es perfectamente despedible porque no ha superado oposición o concurso-oposición alguno. En todo caso, ese personal debe dejar la plaza cuando se incorpore el Funcionario o el Personal Laboral fijo. 
Con ese tipo de personal -que es el único que debería de formar parte de las plantillas públicas- las Administraciones Públicas deberían de haber funcionado. Eso supondría para el caso de España, en total, no más de dos millones de personas. Sin embargo, lo que ha ocurrido en España es que los partidos políticos han metido el dedo en la Administración y se les ha ido la olla montando Empresas Públicas y otros entes instrumentales al servicio, por lo general, de su propio partido, afines sindicales, familiares, cargos públicos caídos en desgracia y un largo etcétera. Hablando a las bravas: han ido creando empresas públicas y sociedades instrumentales en la medida que les ha ido interesando colocar a su gente. Para esa función existe la figura del empleado público eventual, que es admitida en derecho, pero son pocas plazas y se ve que no les ha bastado. Su voracidad es enorme (aborrecible clase política).  
Lo demás no lo podemos imaginar: miles de empresas públicas por todo el territorio nacional, infectadas de gente que no ha accedido a la Administración de acuerdo con los principios constitucionales de igualdad, mérito y publicidad. En definitiva, que se les ha ido la mano y eso ha provocado que exista el doble de empleados en la Administración, pero menos de la mitad no son empleados públicos sino meros contratados, igual que en el sector privado. 
Y, claro, los medios de comunicación ignorantes, los políticos y otra gentuza por el estilo están intentando confundir al personal diciendo que todos son funcionarios, pero no es verdad. Funcionarios reales en este país -sin incluir a Personal Laboral- en este país no creo que haya más de un millón. 
¿Y qué ocurrirá a hora? Muy fácil: cómo las arcas están vacías, el gobierno del PP quiere que la mayoría de las empresas públicas y sociedades instrumentales desaparezcan y, quizá, por eso el Ministro de Economía, está diciendo que podemos llegar a los seis millones de desempleados. 
Y que conste que algunas empresas públicas son necesarias y que muchos empleados de éstas han accedido legalmente a las mismas. Pero pagarán justos por pecadores. 
Esto es mucho más complejo, pero a groso modo y en poco espacio he intentado contar lo que ocurre o va a ocurrir. 

2 comentarios:

  1. Una explicación muy clara, gracias. Menudo "chiringuito" nos tienen montado estos políticos.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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