No pudo ser. Ni por asomo. Sigo abonado a la misma marca de los dos años anteriores. Este año, 1'37''09'''.
La Media Maratón de Málaga cambió circuito, pero con este cambio también cambió muchos aspectos de la buena organización a la que nos tenía acostumbrados. No sabemos a qué obedecen estos cambios, de hecho si algo funciona resulta baldío cambiarlo. Pero se hizo y en su lugar se ha sustituido un recorrido atractivo por la ciudad por otro que no entra en ningún momento en la ciudad, a lo sumo se asoma tímidamente a la bocana del puerto para posteriormente volver a esa zona de expansión y ese terreno ganado en la parte oeste de la ciudad, junto a la desembocadura del Guadalhorce, muy cerca ya del municipio de Torremolinos.
Pero hablemos primero de la prueba culminada por quien aquí firma. Para poder hacernos una idea -y poder hacérmela yo mismo-, veamos los parciales kilométricos:
Kilómetro 1: 5,08. Km. 2: 4,24. Km. 3: 4,19. Km. 4: 4,23. Km. 5: 4,25. Km. 6: 4,32. Km. 7: 4,27. Km. 8: 4,31. Km. 9: 4,31. Km. 10: 4,36. Km. 11: 4,32. Km. 12: 4,31. Km. 13: 4,32. Km. 14: 4,35. Km. 15: 4,34. Km. 16: 4,42. Km. 17: 4,40. Km. 18: 4,47. Km. 19: 4,51. Km. 20: 4,49. Km. 21: 4,47.
De estos parciales es posible deducir algunas consecuencias. La primera es que haciendo lógica obviedad del primer kilómetro, que ha sido de mucha confusión y lentitud debido a la miríada de corredores, a partir del segundo kilómetro hasta, digamos, el quince los ritmos han sido más o menos los previstos para haber podido detener el cronómetro por debajo de 1 hora y 35 minutos, siempre y cuando los últimos hubieran sido similares o algo mejores, que era el propósito inicial.
Sin embargo, las carreras siempre te ponen en tu sitio. Y el mío ha sido dictado de manera fulminante a partir del dieciséis con leves síntomas ya desde el catorce. De hecho, desde el kilómetro diecisiete hasta el veintiuno la pérdida de ritmo ha sido muy evidente, esfumándose poco a poco las posibilidades que acariciaba allá por el kilómetro doce aproximádamente.
En palabras más concretas: a partir del quince me he hundido completamente, a pesar de que hasta ese momento las sensaciones era bastante buenas. Me han fallado las fuerzas de forma muy estrepitosa y traicionera, pasándome levemente la idea en el diecinueve de arrojar la toalla y detenerme.
En ningún momento de esos aciagos momentos he estado por encima de los cinco minutos el kilómetro más de ocho o diez segundos, pero los síntomas de debilidad han sido muy palpables.
Incluso, la sensación de debilidad ha sido, incluso, casi mayor que el año pasado que, realizando una marca idéntica, el ritmo fue mucho más estable a lo largo de esos veintiún kilómetros. Sin embargo, en la carrera de este año, si se observa con atención, es fácil comprobar cómo los ritmos frescos de los primeros kilómetros han ido desapareciendo de forma levísima hasta el batacazo final a partir del kilómetro dieciséis.
Honestamente hablando, a pesar de la fealdad y aburrimiento del circuito, no creo que éste haya influido en absoluto. Ni siquiera la racha de aire de los kilómetros finales lo considero un elemento decisorio. Además, contaba a mi favor con la inexistencia de la rampa final de los dos últimos años. Por tanto, el problema ha estado en mi propia capacidad -incapacidad en este caso- de no haber podido seguir el ritmo de los primeros trece kilómetros principalmente.
En un par de ocasiones pude ver el globo de la hora y treinta y cinco minutos antes de que éste se desinflara (por lo que es probable que corriera en varios momentos de la prueba a la altura del corredor que lo portaba), si bien tampoco he sufrido la humillación de ser adelantado por el de la hora cuarenta, al que dejé atrás en el kilómetros tres o cuatro.
De todas formas, como comentaba Mario en el coche -una excelente marca de 1,35 para mi paisano-, mantenerse con el paso de los años es similar a mejorar.
Me quedaré con esa frase.
Poco más que añadir. Escribía arriba sobre el cambio de recorrido y la organización. Unas palabras breves para indicar que esta carismática prueba andaluza ha desmejorado en ambos sentidos.
Desde la nula previsión en cuanto al aparcamiento hasta lo grisáceo del recorrido, pasando por la más total ausencia de fruta al finalizar la carrera y la mala organización en cuanto a la salida peatonal del estadio, probablemente provoquen que esta prueba sea eliminada de la agenda de muchos corredores entusiastas de esta prueba, entre ellos quien esto suscribe. Es una prueba rápida, sí, pero no a cualquier precio. Sin embargo, hay que decir que la camiseta técnica Adidas es excelente.
Enhorabuena a todos los participantes y, particularmente, a quienes hayáis mejorado marca.
Por cierto, habilito los comentarios para esta entrada, si bien pido desde ya disculpas si no me es posible contestar a vuestros -hipotéticos- comentarios.