04 junio 2018

UN GORRIÓN EN LA FAMILIA Y OTRAS REFLEXIONES

Resultado de imagen de GORRION PEQUEÑOAdquirí la costumbre este pasado invierno -muy duro en Granada- de alimentar en mi amplia terraza a gorriones. Eran mayoría de éstos los que venían, pero también llegó alguna que otra paloma y algún que otro tipo de pájaro de mayor tamaño. Y esa costumbre diaria hizo que alguna hembra de gorrión se quedara a anidar en un tejado pequeño que cubre uno de los elementos de la terraza. Lo advertí por el inarmónico piar del o los guacharros, que iban aumentando su sonido y su armonía a medida que crecían con gran rapidez. Desconozco si sobreviven todos los que nacieron aunque me temo que eso es difícil que ocurra, pero sí pude ver a alguno de ellos ya crecidito que ha hecho del pequeño tejado su hogar y de vez en cuando sale de su nido o espacio habilitado para comprobar si puede volar. Desconozco también si el que veo es siempre el mismo o son distintos, pero también le he dispensado alimento. El resultado final es que ahí siguen buscando la forma de alimentarse o buscando la forma para atreverse a echar a volar, a pesar de la altura considerable que hay. Como es lógico, no seré yo el que les meta prisa. Esta es su casa y lo saben. 
Lo curioso es que he faltado unos días de casa y al regresar lo primero que escuché es su anárquico piar. Esbocé una sonrisa porque no me acordaba que los dejé ahí cuando partí. Algo similar a cuando uno o varios miembros de una familia se van una temporada de casa pero quedan uno o varios miembros en el hogar. De ahí que no haya tenido la sensación que la casa haya quedado vacía y sola.

Por un mundo más respetuoso con los animales

En este mundo en el que vivimos, los humanos solemos ignorar demasiado a las distintas especies de animales que nos rodean. No se trata de que las ignoremos en el sentido de dejarlas vivir, que sería lo justo, sino que esa ignorancia viene referida a un desdén mayúsculo hacia ellas que se convierte en el germen del uso violento que ejercemos contra éstas, ya sea para utilizarlas como comida, diversión, usar sus pieles o sus plumas o, sencillamente, despreciándolas por considerarlas inferiores. No existe una empatía humana generalizada hacia esas muchas especies que conviven con y entre nosotros, en la mayoría de los casos ofreciéndonos múltiples opciones que mejoran nuestra calidad de vida porque son aún más necesarias que nosotros mismos para el equilibrio medioambental. En realidad, vemos a las demás especies como seres vivos que están a nuestro servicio, actitud que adquirimos culturalmente desde la infancia porque así está asentado en nuestra sociedad e, incluso, en nuestras religiones. Sin embargo, a poco que observemos encontraremos en todas y cada una de ellas virtudes y habilidades plausibles que nosotros no poseemos. Nosotros poseemos una supuesta inteligencia, no siempre bien empleada, pero en otros aspectos somos inferiores. No tenemos la visión del águila ni el oído del perro ni la agilidad de los felinos ni la audacia de los reptiles ni la fuerza del elefante o del caballo, pero eso lo pasamos por alto porque consideramos que con tener una inteligencia superior ya es más que suficiente.
Hemos de cambiar nuestra mentalidad y tender a una línea antiespecista que sirva para igualar las virtudes y también los defectos que tenemos entre sí las distintas especies. Es la única forma de llegar al respeto hacia todos los animales que pueblan el planeta.              

4 comentarios:

  1. Extraordinario. Todo me parece extraordinario. No es de extrañar que una persona que dedica parte de su vida a luchar por los derechos de todos los animales, que sufre, llora y vive momentos de auténtica desesperación e impotencia, se emocione al saber que hay alguien más que lleva en su corazón la comprensión, la empatía y la sensibilidad hacia el reino animal.
    Si, me parece sensacional descubrir personas así, porque, efectivamente y me consta, no es lo habitual en este mundo en que vivimos. Hablar de animales sigue siendo algo intrascendente. Exponer el maltrato tan brutal al que son sometidos no ocupará lugar en prensa, debates etc. Es muy difícil de entender porque eso sólo demuestra una sociedad atrasada y falta de empatía y conocimiento hacia ellos. No opinan así sin embargo los grandes etólogos, cientificos, filósofos y muchas otras personas que han estudiado sus comportamientos y vivido cerca de ellos.
    Hoy es un día más en el que la esperanza renace en mí, porque cada día, cada minuto que pase habrá alguien más que comprenda y ame a los otros seres vivos. Además, es tan gratificante que me da una inmensa pena que se lo pierdan. Gracias,mil gracias Jose Antonio por tus bellísimas palabras.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Dori, lo importante es que todos los que tenemos alguna empatía hacia los animales podamos contribuir de la forma que mejor podamos. Opino que las personas que han alcanzado un grado de sensibilización hacia los animales han evolucionado mejor y eso debería ser lo normal en la especie humana. De ahí que grandes filósofos y científicos, como bien dices, estén en esa onda. Hay múltiples de personas muy evolucionadas para su época, tan solo dos ejemplos famosos: Leonardo da Vinci y Leon Tolstoi. Saludos.

      Eliminar
  2. Extraordinario. Todo me parece extraordinario. No es de extrañar que una persona que dedica parte de su vida a luchar por los derechos de todos los animales, que sufre, llora y vive momentos de auténtica desesperación e impotencia, se emocione al saber que hay alguien más que lleva en su corazón la comprensión, la empatía y la sensibilidad hacia el reino animal.
    Si, me parece sensacional descubrir personas así, porque, efectivamente y me consta, no es lo habitual en este mundo en que vivimos. Hablar de animales sigue siendo algo intrascendente. Exponer el maltrato tan brutal al que son sometidos no ocupará lugar en prensa, debates etc. Es muy difícil de entender porque eso sólo demuestra una sociedad atrasada y falta de empatía y conocimiento hacia ellos. No opinan así sin embargo los grandes etólogos, cientificos, filósofos y muchas otras personas que han estudiado sus comportamientos y vivido cerca de ellos.
    Hoy es un día más en el que la esperanza renace en mí, porque cada día, cada minuto que pase habrá alguien más que comprenda y ame a los otros seres vivos. Además, es tan gratificante que me da una inmensa pena que se lo pierdan. Gracias,mil gracias Jose Antonio por tus bellísimas palabras.

    ResponderEliminar
  3. He hecho un comentario pero no aparece.

    ResponderEliminar

Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...