Como sabemos, el Tribunal Constitucional ha declarado inconstitucional la competencia exclusiva sobre la Cuenca del Río Guadalquivir regulada en el artículo 51 reformado Estatuto de Autonomía de Andalucía. Por tanto, ese artículo se queda fuera del acervo normativo de la Junta de Andalucía.
De esa manera hace aguas –nunca mejor dicho- la competencia estrella de la reforma del Estatuto de Autonomía de 1981 y, por tanto, el sueño megalómano de un político irresponsable como es Manuel Chaves que, a pesar de la opinión en contra de la entonces Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona,, de las otras autonomías socialistas vecinas –Extremadura (que fue la impugnó al Tribunal Constitucional) y Castilla-La Mancha- y de los colectivos ecologistas, de regantes y científicos, se empeñó en conseguir esa competencia gracias a su alta posición política en el partido y, por qué no decirlo, a la debilidad política del Presidente Zapatero que no quiso contradecir a uno de sus barones más caprichoso y pertinaz que, además, es el Presidente del partido.
Pero aquí la responsabilidad no es sólo del PSOE; también lo es –aunque en menor medida- del PP y de IU que debieron de anteponer la responsabilidad y respeto constitucional a la futura captura de votos. Lógicamente, el electorado andaluz cuando votó favorablemente la reforma del Estatuto poco sabía, pero hubiera sido necesario que la clase política andaluza hubieran actuado con más responsabilidad ya que la Constitución en su artículo 149 establece claramente que es competencia exclusiva del Estado “la legislación, ordenación y concesión de recursos y aprovechamientos hidráulicos cuando las aguas discurran por más de una Comunidad Autónoma las cuencas de los ríos”. En muchos casos el legislador es poco claro y preciso, pero en esta ocasión sí lo es. Por tanto, está claro que no es un río únicamente andaluz sino mestizo. Es lo que tiene esto de vivir en un Reino de Taifas.
Además, me resulta penoso que se le atribuyan gentilicios a ríos, mares, montañas o cigüeñas, porque que yo sepa el Guadalquivir no lleva sombrero de ala ancha ni viste de faralaes. Ya sólo hubiera faltado que dijeran que el río es sevillano, creando el desconcierto en las provincias de Jaén, que es donde nace, en las de Granada y Córdoba que es por donde pasa su mayor afluente, el Genil, y en la de Cádiz que es donde desemboca.
También resulta sorprendente que una comunidad autonómica hermana haya sido la que ejerza de Judas. Será porque entre ellos se reconocen a la perfección y se vigilan en consecuencia.
Que la competencia exclusiva recayera en Andalucía creó mucha preocupación, principalmente en los colectivos a los que realmente les interesa el río o viven gracias a él. Efectivamente, los ecologistas y las comunidades de regantes pusieron el grito en el cielo sabedores de cómo cuida los asuntos medioambientales el gobierno de la Junta de Andalucía, que sólo parece ver oportunidades crematísticas en cada una de las competencias que asume. Por eso, esos colectivos ayer estaban de fiesta.
Otro aspecto a considerar es en qué situación quedará esa mega Agencia del Agua, que se ha fusionado con la antigua EGMASA, creando la nueva Agencia del Agua y del Medio Ambiente. Se contabilizan un total de 700 empleados públicos los que se transfirieron desde la Administración Central del Estado a la Junta de Andalucía y, lógicamente, este colectivo querrá saber cuanto antes en qué situación quedarán.
Además, ¿qué ocurrirá si determinadas actos administrativos ya resueltos se declaran nulos toda vez que la competencia era ilegal? Muchos interrogantes se plantean ante esta irresponsabilidad política a que nos tienen acostumbrados nuestros infames políticos.
De esa manera hace aguas –nunca mejor dicho- la competencia estrella de la reforma del Estatuto de Autonomía de 1981 y, por tanto, el sueño megalómano de un político irresponsable como es Manuel Chaves que, a pesar de la opinión en contra de la entonces Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona,, de las otras autonomías socialistas vecinas –Extremadura (que fue la impugnó al Tribunal Constitucional) y Castilla-La Mancha- y de los colectivos ecologistas, de regantes y científicos, se empeñó en conseguir esa competencia gracias a su alta posición política en el partido y, por qué no decirlo, a la debilidad política del Presidente Zapatero que no quiso contradecir a uno de sus barones más caprichoso y pertinaz que, además, es el Presidente del partido.
Pero aquí la responsabilidad no es sólo del PSOE; también lo es –aunque en menor medida- del PP y de IU que debieron de anteponer la responsabilidad y respeto constitucional a la futura captura de votos. Lógicamente, el electorado andaluz cuando votó favorablemente la reforma del Estatuto poco sabía, pero hubiera sido necesario que la clase política andaluza hubieran actuado con más responsabilidad ya que la Constitución en su artículo 149 establece claramente que es competencia exclusiva del Estado “la legislación, ordenación y concesión de recursos y aprovechamientos hidráulicos cuando las aguas discurran por más de una Comunidad Autónoma las cuencas de los ríos”. En muchos casos el legislador es poco claro y preciso, pero en esta ocasión sí lo es. Por tanto, está claro que no es un río únicamente andaluz sino mestizo. Es lo que tiene esto de vivir en un Reino de Taifas.
Además, me resulta penoso que se le atribuyan gentilicios a ríos, mares, montañas o cigüeñas, porque que yo sepa el Guadalquivir no lleva sombrero de ala ancha ni viste de faralaes. Ya sólo hubiera faltado que dijeran que el río es sevillano, creando el desconcierto en las provincias de Jaén, que es donde nace, en las de Granada y Córdoba que es por donde pasa su mayor afluente, el Genil, y en la de Cádiz que es donde desemboca.
También resulta sorprendente que una comunidad autonómica hermana haya sido la que ejerza de Judas. Será porque entre ellos se reconocen a la perfección y se vigilan en consecuencia.
Que la competencia exclusiva recayera en Andalucía creó mucha preocupación, principalmente en los colectivos a los que realmente les interesa el río o viven gracias a él. Efectivamente, los ecologistas y las comunidades de regantes pusieron el grito en el cielo sabedores de cómo cuida los asuntos medioambientales el gobierno de la Junta de Andalucía, que sólo parece ver oportunidades crematísticas en cada una de las competencias que asume. Por eso, esos colectivos ayer estaban de fiesta.
Otro aspecto a considerar es en qué situación quedará esa mega Agencia del Agua, que se ha fusionado con la antigua EGMASA, creando la nueva Agencia del Agua y del Medio Ambiente. Se contabilizan un total de 700 empleados públicos los que se transfirieron desde la Administración Central del Estado a la Junta de Andalucía y, lógicamente, este colectivo querrá saber cuanto antes en qué situación quedarán.
Además, ¿qué ocurrirá si determinadas actos administrativos ya resueltos se declaran nulos toda vez que la competencia era ilegal? Muchos interrogantes se plantean ante esta irresponsabilidad política a que nos tienen acostumbrados nuestros infames políticos.
De los nacionalismos y regionalismos me espero cualquier cosa con tal de apropiarse de algo que sirva de elemento diferenciador (que asco de palabra).
ResponderEliminarLo que hace el Psoe en Andalucia, con los EREs, la agencia paralela, las familias de los mandamases políticos, el enchufismo descarado, insolente y chulo y que después de 30 años de ayudas de la UE y de progreso, sigamos siendo el último vagón del tren, me parece que es para exigir responsabilidades con sus consecuencias.
Por cierto, no hace muchos días, una chica que en la vida a estudiado, me dijo que era funcionaria. A mi sorpresa por tal hecho ya que ní sabía que estaba estudiando oposiciones, me comentó alegremente: "No, no he estudiado, es que mi marido trabaja en la Junta de Andalucia y me ha puesto de conserje". Ante mi reacción de estupefacción, su comentario fue: "Tú no puedes entrar ahí porque quieren gente sin estudios". Mis posteriores palabras, han roto nuestra poca amistad. Para más detalle era horario laboral y fue en plena calle con las bolsas del Mercadona en las manos. Verídico e irritante.
Lo he comentado varias veces, espero que el próximo que entre en la Junta de Andalucia, limpie este tipo de "contratos", cueste lo que cueste, no puede ser que haya gente que viva de un carnet de un partido político.
Aleandro.
Así es de crudo, tal y como comentas, Aleandro. En cuanto al vagón de cola, es la pregunta que se deberían de hacer en la UE y analizar el por qué de tanta ayuda. Hoy lo comentaba con un compañero: ese dinero de la UE ha debido ir a alguna parte, sin duda.
ResponderEliminarTu amiga probablemente sea contratada de una Agencia o Empresa Pública. Pero ellos se autodenominan funcionarios.
Esto es Andalucía, ni más ni menos.
Saludos.