
Si nada lo remedia -y espero que no- en el momento en el que estéis leyendo esta breve entrada estaré por las calles de Jaén, probablemente bajo la lluvia, subiendo y bajando sus famosas cuestas. O es posible que a estas alturas ya haya acabado esta dura carrera, que vaticino nos dejará las piernas y alma destrozadas.
Contaré esa carrera, que espero poder acabar si alguna dolencia no lo impide, a pesar de los pocos kilómetros que atesoran mis piernas en las últimas dos semanas.
El test de esta semana, con un total de 20 kilómetros -miércoles y jueves- ha sido satisfactorio y ningún problema físico ha surgido. Lógicamente, la forma se pierde algo, pero tampoco ésta ha caído estrepitosamente.
Por tanto, fijo mi tiempo, en torno, a la hora 1'48'', que teniendo en cuenta las características de esta prueba no estaría nada mal para mi inseguro estado. Pero si me elevo por encima de la 1'50'' tampoco pasará nada. Lo importante es estar ahí. Corriendo. Siempre corriendo.
Pues llover ha llovido, doy fe. ¡¡¡Qué tromba de agua!!! Yo no he corrido la prueba pero sí por placer, en los alrededores de Jaén.
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