18 junio 2010

CON LA MUERTE DE SARAMAGO MUERE UNA PARTE DE LA GRAN LITERATURA ACTUAL




Hay muertes que te son más indiferentes. Se trata de muertes de personas conocidas pero que tu no conoces y conoces la noticia porque aparecen hiperrepetidas en todos los medios de comunicación.
Pero hay otras muertes de personas que, igualmente, no has conocido pero cuando aparecen hperrepetidas en todos los medios de comunicación te impactan como si se tratara de la muerte de alguien cercano, de alguien a quien conoces.
Eso me ocurre poco. Particularmente a mí me ha ocurrido con algún que otro conocido que, con independencia de su faceta, he admirado su obra, su talento deportivo, musical, etc.
Y es eso lo que me ha ocurrido hoy, cuando apenas una hora más tarde de su fallecimiento los medios digitales anunciaban la noticia con grandes columnas: Ha fallecido José Saramago. Y con él ha fenecido la obra pendiente de escribir que es lo que me produce mas vacío, porque la que ya está escrita podré seguir saboreándola.
Hace apenas un par de meses acabé su última novela: Caín, y seguía apreciando su frescura literaria, como si no la hubiera escrito un tipo de casi noventa años. Su perfecta utilización de las palabras, de las frases, su fina ironía, su alta literatura....
Sinceramente, lamento mucho la muerte del escritor portugués porque era uno de los autores que más me convencían, de los pocos contemporáneos que he leído que me convencen.
Además, también me ha dolido su muerte por cierta cercanía. No conocí personalmente al escritor aunque es algo que me hubiera gustado mucho, pero conozco a algunos miembros de su familia política: los muy numerosos Del Río, de Castril.
Muchos de sus cuñados y cuñadas viven en Granada y con algunos me he cruzado y confraternizado por distintos motivos. Una anécdota lo simplifica todo: cuando a Saramago le otorgaron el Nobel de Literatura en 1998, uno de sus -por entonces- recientes cuñados, Jesús, me comentó, que iban a ir a Cuba invitados por su cuñado. Lógicamente, le comenté que debía tener mucho dinero. Sí, me dijo, el Nobel de Literatura, al parecer, lo pagan bastante bien.
Hasta ese momento no conocía que una de las hermanas Del Río se había casado con el genio portugués.

3 comentarios:

  1. Fue muy emocionante imaginar perseguirlo hace unos cuantos años un atardecer en la Playa de Famara, la playa que le hizo quedarse en España a vivir.

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  2. Sabía que ibas a hacer una entrada sobre Saramago, se de tu admiración por él, admiración que comparto contigo. Un abrazo

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  3. Gran genio. Otro que se va. Éste ya forma parte del canon literario de nuestros días, sin duda. Precisamente ahora ando con Ensayo sobre la Ceguera, que hacía tiempo quería leer.

    Saludos

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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