20 enero 2010

LA CASTA


El Partido Comunista de España -que por cierto, existe porque late dentro de la organización de Izquierda Unida-, ha iniciado una campaña en la que solicitan firmas para que se den a conocer las cuentas del Rey. Es decir, buscan que se conozca públicamente a qué dedica la Casa Real los nueve millones de euros que reciben anualmente de las arcas públicas. Asimismo, también pretenden que se conozcan públicamente las donaciones que recibe el monarca.
Además, es preciso conocer -y no sé si la campaña llega hasta ahí- el dinero que se dedica para viajes, personal a su servicio, residencia en Estados Unidos -como es el caso de la familia de la infanta Cristina- y todo lo que no sepamos (de hecho, no ha trascendido, pero los Príncipes ahora se encuentran de ¡viaje oficial! en un emirato árabe y no se sabe el motivo ni el por qué).
Y yo creo que los comunistas llevan razón en su iniciativa. Porque es necesario que en una democracia se conozca hasta el último céntimo de dinero público que se gasta y que emana de los impuestos que pagan religiosamente todos los ciudadanos.
Pero yo iría, incluso, más allá. Sería necesario conocer con detalle todos los emolumentos (no sólo las retribuciones) que cobran todos los cargos públicos españoles, comenzando por los de más fuste y responsabilidad, porque una democracia estará coja sino existe total transparencia en los asuntos públicos.
A raíz de este tema, acaba de aparecer un libro titulado "La casta", bajo el subtitulo de "El increíble chollo de ser político en España", escrito por un joven periodista llamado Daniel Montero.
No he leído este libro, pero existen sobre él bastantes noticias en la red y ya va por su tercera edición. Al parecer, son muchos los casos que se citan, pero llama la atención el de Rodrigo Rato, Leire Pajín, José Bono y Manuel Chaves, entre otros. En cuanto a este último, parece ser que este prohombre nuestro, además de cobrar los ochenta y pico mil euros de Ministro y Vicepresidente Tercero del gobierno de la nación, cobra ya su retribución de por vida que él se aprobó por haber sido Presidente de la Junta de Andalucía, resultando que esa práctica es ilegal para el resto de las personas que reciban una paga de jubilación como consecuencia de su servicio como empleados públicos. Algo similar ocurre con Rodrigo Rato, a cuyos sabrosos emolumentos en Caja Madrid se le suma una pensión vitalicia por haber presidido el Fondo Monetario Internacional. Y, según cuenta el libro, la muy elocuente Leire Pajín cobra una cantidad fija por haber sido Secretaria de Estado de comercio exterior o algo así, otra como senadora y otra como inepta portavoz del PSOE. En total, la chica sale por unos 122.000 brutos anuales. Y todo, sin haber opositado a nada de la cosa pública. Desde luego, desde esa solvencia económica se pueden defender causas nobles y progresistas.
Datos que indignan a un país en el que un gran número de ciudadanos se las tiene que ingeniar para llegar a final de mes, si es que llegan, por no hablar de la negación de créditos hipotecarios, despidos injustificados e imposibilidad de encontrar trabajo.
No sé a vosotros-as, pero a mi toda esta separación entre el pueblo y su casta dirigente me parece muy preocupante. Inicialmente, a todos nos inunda la indignación, pero progresivamente esta indignación deriva en una negación a votar, en una abstención en masa -que ya está ocurriendo en otros países-, en un pasotismo general y, finalmente, en un fuerte deterioro de la democracia.
Supongo que las personas que ocupan estos cargos no serán los más interesados en revertir estas normas, porque, al contrario, son ellas mismas las que las aprueban, por lo que sería necesario no sólo una mayor transparencia de las cuentas públicas sino un total conocimiento de estos datos por parte del pueblo que, en definitiva, es el que tiene en sus manos la herramienta definitiva para eliminar estas prácticas: el voto.
Pero ese voto por muy castigador que sea, siempre acabará refrendando una opción política que beneficiará o fomentará, igualmente, estas prácticas. Por lo que me temo, que no hay salida.
No obstante, hay que buscar esa salida y buscar cómo se actúa en otros países, que probablemente no sean ejemplo en otras cuestiones, pero que sí podrían serlo en cuanto al esmero y respeto por lo público. En ese sentido, Reino Unido siempre ha sido un ejemplo a seguir.
En visita a la cámara de los lores y comunes en Londres me contaron cómo los representantes del pueblo devolvían cantidades cobradas, no ilegalmente, ya que la norma permitía cobrarlas, sino inmoralmente, cuando trascendió que esas cantidades habían sido empleadas legal, pero inadecuadamente, según denunciaron los medios de comunicación. Podría ser un buen ejemplo para nuestro país.
¿Qué pensáis de todo esto?

6 comentarios:

  1. Estando de acuerdo con lo que pide el PCE, no deja de llamarme la atencion que sea siempre este partido el que pida claridad.
    Porque vamos a ver, esa transparencia que piden yo nunca he visto que la demanden para los totalmente opacos regimenes que apoyan.
    Desde luego algo no anda bien en nuestro pais cuando las lecciones de comportamiento etico nos las tienen que dar Llamazares y compañia.

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  2. De acuerdo con el comentario de Vicente, de vez en cuando el PCE debería mirar hacia su izqquierda, pero bueno.
    Por otro lado, les doy la razón, pero aumentaría esa obligación a políticos, que ya sabemos que de vez en cuando publican sus ingresos, ¿pero quién se los cree?, yo por los menos no. Así a gente como Manuel Chaves no podría tomarnos como tontos (aunque en esta bendita Andalucia lo parecemos) con la publicación falsa de su patrimonio.
    Por tanto hay que exigirles claridad máxima y responsabilidad y el que no cumpla a devolver el dinero e inhabilitación para cualquier puesto público de por vida. Por mangantes, que asquito me están empezando a dar.
    La verdad es que al final la clase política actual, conseguirá que se radicalice la política y las opciones a votar.

    Cambiando de tema Jose Antonio, ya me ha llegado la revista, gracias por el contacto.
    Saludos Aleandro.

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  3. Ya sabes que "aquí" (en España) siempre -o casi siempre- se antepone la estética, a la ética. Y el mejor ejemplo lo tenemos en la "realeza". Muchos de nuestros conciudadanos/as "justifican" sus presencias y actuaciones de todo tipo, porque dicen que... son "mu bonicos y necesarios". Justificaciones, por cierto, muy "razonables y contundentes".
    Es decir, la estética sobre la ética.

    Hasta que no podamos elegir al Jefe del Estado, hasta que la democracia no sea verdaderamente proporcional e igualitaria, hasta que no podamos conocer hasta el último céntimo dedicado por el erario público, seguiremos estancados en esta pseudo-democracia vestida de colorines, y a veces, muy (demasiado) sonrojante.

    Salud y República. Es decir, Democracia.

    Toni Sagrel.

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  4. A mí no me parece mal que a los políticos con responsabilidad de gobierno se les retribuya, y bien, por su trabajo. Así se aleja el fantasma de la corrupción. Pero con transparencia y sin chanchullos.

    Que ZP gane infinitamente menos que cualquier Director General de cualquier multinacional no tiene lógica.

    Ahora, ¡que respondan por su trabajo! Nada de Hemiciclos vacíos y de Señorías durmiendo la siesta...

    Y eso sí, ante la más mínima señal de corrupción, dimisión Y CÁRCEL.

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  5. De acuerdo Vicente, esa transparencia no tiene que tener excepción alguna. Pero todos sabemos el tabú sobre las cuentas de la Casa Real. Que a algún partido político se le ocurra pedirlas es positivo. Saludos

    Aleandro, tú que has estudiado Políticas ya sabes que esta gente se pasan las nobles teorías políticas por la piel de su coche oficial. Algunos años estuve en esa Facultad y nada de lo que me enseñaron se parece a este espectáculo bochornoso. ¿ Se están cargando el sistema ? Al igual que tú creo que sí. Celebro que tengas tu revista.

    Alfa, es curioso que este libro no cita las cuentas de la Casa Real, que debería, por lo que es positivo que lo haga el PCE o el partido que sea. Vamos para atrás amigo.
    Saludos republicanos.

    Álter, totalmente de acuerdo. No discrepo de una retribución suficiente. Sin embargo hay que denunciar todos los privilegios al margen de esa retribución. En el libro se citan: viajes gratis, dietas sin declarar, prebendas, regalos,confluencia de pensiones y retribuciones.. y lo que no sabemos. Es lo que debe salir a la luz pública y que les caiga la ley sobre sus cabezas como a cualquier ciudadano. Sin transparencia no puede haber democracia.

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  6. Imagino que los ciudadanos, pese a la apatía general y la complicidad de los medios, cada vez son más conscientes de la catadura moral de muchos de nuestros políticos. Luego les revienta que la gente hable de la "clase política" ( o de "la casta" como nos propone el autor cuyo libro reseñas) pero es una expresión bastante gráfica y certera de lo que en realidad son, y pone de manifiesto sus enormes privilegios. Normal que no soporten la expresión. Saludos

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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