No tengo ninguna duda: 'Rush', es una de la mejores películas que he visto últimamente. Conocía del buen hacer de Ron Howard en otras películas como 'Apolo XIII', 'Cocoon' o 'Una mente maravillosa', por citar tan sólo tres destacadas de su amplia filmografía y por eso sabía que no me iba a decepcionar, a pesar de que todo su cine no está en el mejor nivel de calidad. En mi opinión, tiene altibajos, porque depende mucho del presupuesto, del guión, de la producción, de las interpretaciones...Muchos factores que siempre juegan a favor o en contra de un director por brillante que éste sea.
En ésta, su última película, era necesario un oficio contrastado en la dirección del dúo de actores que protagonizan de manera casi exclusiva la película, así como no romper la emoción de la larga historia que enfrentó en el ámbito deportivo y, en ocasiones, personal, a dos de los pilotos de Fórmula 1 más destacados de los setenta, el británico James Hunt y el austriaco Niki Lauda. Dos formas totalmente antagónicas de entender el deporte y la vida.
Es una película que entretiene y emociona y que ayuda a entender el mundo de las carreras de coches en su nivel elitista. Reconozco que dudé de la interpetación del 'Thor' Chris Hemsworth, pero finalmente me convenció, en un papel para el que parece haber nacido. Sin embargo, no tenía duda alguna en cuanto a la puesta en escena del germano-español Daniel Brühl, un actor muy dotado para la interpretación que a mí jamás me decepciona, desde que lo vi por primera vez interpretar el difícil papel de Alex en la magnífica '¿Good by', Lenin! Posteriormente lo vi en 'Salvador Antich', 'Eva', 'Siete días en La Habana', 'Los Pelayos' y hace unas semanas en 'El quinto poder'. En todas, me ha parecido que raya a gran altura. Además, se da la circunstancia que al dominar bien el español, al ser su madre española, siempre es llamado para interpretar películas nuestras, a pesar de que su caché está ya más cerca de Hollywood que del cine patrio.
En cuanto a 'Rush", he de decir que Daniel Brühl nos hace conocer una excelente versión de Niki Lauda. Sabíamos que este piloto siempre había destacado por su educación, generosidad, prudencia y voluntad, pero en manos de este actor es más palpable. Además, la épica del fílm nos ayuda a entender mucho mejor la psicología de los grandes campeones, así como la concepción que tienen de la vida y del deporte. Un Hunt que en la vida real -y, lógicamente, en la película- quiso vivir rápido y sin demasiada prudencia y que por eso murió joven (aunque no curiosamente en la pista, a pesar de su temeridad); y un Niki Lauda que en la vida real -y, también en la película- supo compaginar el deporte de alto riesgo con una vida ordenada y que a pesar de estar muy cerca de la muerte en el accidente en la ciudad alemana de Nürburgring, como el 'Ave Fénix', resurgió de sus cenizas y siguió compitiendo en la élite hasta 1985. Lo curioso es que fue muy prudente en la pista y ésta casi se lo lleva. Son las paradojas del deporte y de la vida.
Una película que hay que ver y que mereció mejor suerte en los últimos Oscar. En mi desacreditada opinión.
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