08 septiembre 2013

CINE: MOVIE 43 (USA, 2013)

¿Verías una película en la que el bueno de Hugh Jackman (Lobezno), literalmente, aparece con los testículos de corbata? ¿O en la que Richard Gere es director de 'ibabe' una corporación que fabrica MP3 que cercenan el pene a adolescentes porque, en realidad, son muñecas a imagen y semejanza de mujeres desnudas? ¿Verías algo así? 
Pues he de reconocer que yo sí me he atrevido. Mi amigo Juan Carlos en una de unas charlas de cine friki me preguntó  un buen día: ¿José Antonio quieres ver la mayor frikada que hayas visto jamás? Lógicamente, la pregunta tenía trampa porque él ya sabía de antemano que diría que sí porque a ambos nos van esas cosas. Y he ahí que vi Movie 43. 
Creedme si os digo que me he pensado mucho hacer esta crítica que habitualmente hago para las películas que me han gustado y aconsejo. Pero en esta ocasión no me hagáis demasiado caso, por la sencilla razón de que creo honestamente que no estoy en mi derecho de recomendar a nadie las frikadas americanas (algún día explicaré por qué lo hago) que yo llego ver en mis sesiones golfas sabatinas (incluso he llegado a ver hasta Zoo loco). Por tanto, digamos, que de lo que se trata es de reflejar aquí una película que bien podría llevarse el galardón de la frikada mayor vista, algo inaudito e inédito, una película salvajemente machada por la crítica especializada y con razón. Uno pensaba que tras vez 'Aterriza como puedas' y toda esa zaga que vino después y a las que soy muy aficionado ya lo había visto todo, pero no, aún quedaban por ver otras cosas, frikadas irreverentes como ésta, compuesta de sketches a cual más disparatado, pero, eso sí, no exentas de imaginación; una imaginación febril, claro ésta, pero imaginación al fin y al cabo. 
Para muestra de que la imaginación es febril, el dato de que cada sketches haya contado con guionistas y directores distintos (sería muy preocupante para la humanidad que un sólo director y guionista se le ocurriera a él solo todas esas frikadas. Sin duda habría que detenerlo y encerrarlo). No obstante, lo curioso es el elenco de estrellas que van apareciendo que, además, de las dos citadas, el osado espectador podrá ir comprobando. Estrellas que hacen bien el trabajo encomendado; y gracias a que a alguien se le ocurrió llamarlas y ellas aceptar porque no quiero ni tan siquiera pensar que podría haber ocurrido si los actores y actrices fueran mediocres.
Mi consejo sincero: no veáis esta película si queréis seguir teniéndome aún en estima aunque sea un poco. Pero si no lo hacéis podéis perderos algo irrepetible. Advertidos quedáis.       

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