Como lo prometido suele ser deuda, lanzamos hoy lo que había prometido escribir sobre Tolkien, ese extraño genio que creo un mundo onírico y fantástico desde la comodidad de su sedentario sillón de Oxford. Un artículo que he publicado hoy en Ideal y que abunda en aspectos que van más allá de la literatura y el cine tolkiano.
Pero no nos olvidemos del anterior relato y el próximo que vendrá, que ya está en el horno, porque estamos creativos en esta Navidad.
MÁS TOLKIEN QUE NUNCA
Por José Antonio Flores Vera
Que el director de cine neozelandés, Peter
Jackson, tras el éxito de la trilogía cinematográfica basada en el "El
Señor de los Anillos" haya decidido dirigir la trilogía de su precuela
basada, asimismo, en "El Hobbit" es una magnífica noticia que casi
completará el universo literario de Tolkien llevado al cine; además, conociendo
"El Hobbit", será mucho más preciso el entendimiento de "El
Señor de los Anillos".
Y
en verdad, celebro que la haya dirigido también el mismo director porque pocos
podrían ver con los ojos que él ve la literatura de Tolkien, como demostró hace
unos años. Sin embargo, para mí tengo que será difícil que se decida por llevar
a cabo la adaptación de 'El Silmarillion' -que es, probablemente, el origen de
todo ese universo literario- dada su enrevesada complejidad narrativa, tanto
que ni el propio escritor ya consagrado consiguió publicar en vida esta obra que
reescribió durante la mayor parte de su existencia. Lo fue, póstumamente, gracias
a su hijo Christopher.
Si
el buen director de cine consigue con la trilogía de 'El Hobbit' la identidad
literaria que consiguió con la anterior trilogía ya habrá triunfado, con
independencia del mayor o menor éxito de las nueva adaptación, cuya primera
parte, 'Un viaje inesperado', acaba de ser estrenada en España. Le bastaría con
seguir mostrando esa poesía visual que ya nos mostró.
Qué
duda cabe que acierta adaptando al cine la obra más señera del autor nacido en
el territorio que hoy ocupa Sudáfrica. Una obra que escribió sin demasiadas
pretensiones de publicación sino como un cuento fantástico para beneficio y diversión
de su prole. Sin embargo, una vez publicada no sólo captó la atención de niños
sino también la de adultos. El éxito fue absoluto y su reconocimiento
internacional inmediato.
No
obstante dicho esto, lo que realmente está faltando en nuestro cine actual es
una película referida a la fascinante vida creativa de Tolkien, que no estaría
mal que también estuviera dirigida por Peter Jackson. Es fundamental saber de
la vida de Tolkien para llegar a conocer y comprender bien su obra.
Pero
no porque nuestro autor fantástico fuera el aventurero y viajero arriesgado que
forma parte de la épica de sus más famosos personajes, como es el caso de los
más célebres, Bilbo Bolsón y Gandalf, nada de eso, sino para admirarnos de su
universo creativo extraído básicamente de su amor por la filología y las
lenguas muertas, principalmente, las de origen nórdico y germánico. Las enigmáticas
palabras que conformaban esas lenguas remotas y perdidas eran el principal
vehículo que le transportaba a mundos fantásticos y oníricos sin moverse de sus
cómodos sillones de sus casas de la ciudad de Oxford -de cuya universidad fue
profesor-, en la que vivió parte de su vida y donde creó lo más significativo
de su obra literaria.
Qué
duda cabe que la amistad con C.S. Lewis, escritor de enorme talento fantástico
también, produjo una conexión literaria muy fructífera para ambos. En ese
sentido, mucho habría que decir del paralelismo -fantástico, principalmente- de
los distintos libros que forman parte de 'Las Crónicas de Narnia' con 'El Señor
de los Anillos' o con 'El 'Hobbit' mismo. Existen claras diferencias entre estas
obras, pero también enormes influencias de fondo a mi modo de ver. De hecho, ninguno de los dos amigos guardaban en
un cajón sus escritos; todo lo contrario: aprovechaban sus tertulias en una céntrica
taberna de Oxford para tomar el pulso a sus creaciones literarias y mucho
tendría que decirse de la importancia de aquel club 'The Inklings' en el
que ambos creadores junto a otros se arengaban. Existía, por tanto, una
interacción absoluta en la vida y obra de ambos escritores y todo ese universo
creativo concede a sus obras un valor añadido que marca toda una época y toda
una forma de imaginar y escribir.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAmigo Jose Antonio, ante todo, felices fiestas. Tengo muchos libros aún por leer, creo que no me dará tiempo leerlo todos los que quisiera. Si que me leí el Hobbit hace una década, y no me acuerdo muy bien, Pero me haría falta de releerlo y leer por primera vez El señor de los anillos, mi asignatura pendiente, o unas de mis asignaturas.
ResponderEliminarlo que si se, es que El Hobbit en un libro de no muchas páginas y sin embargo la trilogía es un tocho bastante gordo. Sacar tres películas del Señor de los anillos es estupendo, ya que da de sí, pero del Hobitt ¿tres partes? creo que se han pasado. De todas formas no he visto la película, pero creo que deberían de haber empezado con El Simarillion, y luego con el Hobitt en esa trilogia de la nueva película. Pero claro, buscaran, como todo, rascar todo lo posible a la saga y Dios sabrá como acabará todo. Espero que no alarguen mucho la cosa, le vaya a pasar como al Harry Potter que me hago un lío con las partes.
De todas formas, la película promete, ya que Peter Jackson es un excelente director que sabe lo que se hace, hay que verla, pero no en tres D, ¿verdad amigo?
Totalmente de acuerdo Paco. La tridimensión quitaría encanto a esta película. Me conformo con verla como la Trilogía de El Señor de los Anillos, tiene poesía visual y narrativa y no necesita más.
ResponderEliminarDifícil trasladar el Simarillion al cine, ¿no crees?
Que tengas unos días dichosos en compañía de los tuyos.