28 noviembre 2012

HACIA UNA NECESARIA REGENERACIÓN POLÍTICA (IDEAL 27/11/2012)

El surrealista relato breve de ayer, que espero hayáis leído y disfrutado, no dejó espacio para el artículo que publiqué en Ideal. Por mucho que se diga nunca es suficiente: hay que buscar un nuevo ciclo político. De todo eso va el artículo que reproduzco a continuación por si no habéis leído en papel.

HACIA UNA NECESARIA REGENERACIÓN POLÍTICA

El lamentable espectáculo de la política en nuestro país confunde al ciudadano medio, que observa con desencanto que nada cambia a pesar del transcurso del tiempo. Nada puede ser menos esperanzador que comprobar cómo la consolidación democrática, lejos de madurar, está en claro retroceso. Los escándalos de corrupción, en un plano teórico, a estas alturas no deberían de ser más que la excepción pero, lejos de ello, están siendo la regla.

               Nada se gana con ello, por mucho que la cada vez más afianzada casta política considere que es el peaje que ha de pagar el país si quiere contar con una clase política profesional y consolidada. Se equivocan por completo si así lo creen. Un país social y políticamente avanzado no puede seguir cargando con la miseria moral de la corrupción, por mucho que su clase dirigente entienda que no existe, interpretándola tan sólo como un arma arrojadiza de unos contra otros en sus trifulcas electoralistas.
               De hecho, así lo ven desde Cataluña, en plena campaña electoral, no dudando el Presidente en funciones de su gobierno autónomo en descalificar a los poderes policiales del Estado cuando éstos descubren cuentas en paraísos fiscales que deberían de herir mortalmente a toda una clase dirigente catalana y a una forma muy concreta de entender la política en los últimos años.
               Pero no ha sido muy distinto en otras partes de España. Veamos el asunto de los ERES en Andalucía o la trama Gurtel en Valencia y acabaremos por comprender que pareciera que existe todo un acuerdo tácito o expreso de unos con otros para intentar universalizar las prácticas corruptas.
               El ciudadano normal ante esta dantesca situación no tiene armas para luchar contra estas prácticas, todo lo más verter su opinión en foros o redes sociales, que poco o ningún efecto consigue en el plazo corto. La otra opción a barajar es alejarse de los colegios electorales, pero esa acción conlleva siempre unos riesgos aún mayores y en un plazo más o menos medio despierta el fantasma del populismo. Todos hemos asistido a la degradación política en Italia, forjada a lo largo de muchos años, que ha provocado una solución final nada democrática: la irrupción de un gobierno tecnocrático, no surgido de las urnas.
               Volviendo a nuestro país, no son pocas las tareas que hay que poner en marcha antes de vernos abocados a la degradación política italiana. Por lo pronto, se aprecia cada vez con más nitidez que nos regula por arriba un texto constitucional que ya no da respuestas adecuadas; de hecho, tras casi treinta y cinco años de vigencia regula las relaciones políticas, sociales y económicas de las instituciones y los ciudadanos de un país que, en su gran mayoría, por mor de la renovación generacional, no lo ha votado y ese fenómeno no es poco importante, en mi opinión. 
               Por tanto, conociendo que las estructuras del sistema político no ofrecen ya las respuestas adecuadas, ¿qué extraños mecanismos provocan que no exista una revisión del texto constitucional y una regeneración política? Si los motivos de ese inmovilismo fueran tan sólo los privilegios que se ha dado para sí la clase política, tendríamos muchos motivos para preocuparnos. 

1 comentario:

  1. Los que con mayor vehemencia se oponen a cualquier modificación de la Constitución española son, en buena medida, los que menos intervinieron en hacerla posible...

    http://federicomayor.blogspot.com.es/2012/12/constitucion-deber-de-memoria.html

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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