16 agosto 2012

UN ENTRENAMIENTO MUY "VELETERO" (15/8/2012)

Se trata de una ruta de poco más de 16 kilómetros -ida y vuelta- entre Pradollano y la Hoya de la Mora. La ruta la inicié justo a la entrada de Pradollano, dejando el coche en el aparcamiento libre que hay justo a la entrada. Lógicamente, un 15 de agosto, esta zona no tenía ni un centímetro de nieve. Estas fotos las debió coger Google entre los meses de diciembre a febrero. 

En esta bifurcación hay que coger el carril derecho para comenzar a subir con dirección a la Hoya de la Mora. 

Aquí comienzan las primeras rampas, pero no son rampas complicadas. Estos primeros kilómetros -de 3 y medio a 4- hasta llegar al cruce que conduce al Veleta, aunque son de subida, son muy llevaderos y hacen bien.  

Nos encontramos con el cruce que conduce al C.A.R.D. Seguimos rectos.

Por la fotografía pareciera que la subida es muy dura, pero no lo es. Encontraré dificultades un poco más tarde.

Llegamos al cruce que, o bien, nos conduce a Granada -por la izquierda- a través de la carretera del Dornajo, que es por donde entra la prueba de el Veleta, o bien, se tuerce hacia la izquierda que nos conducirá a nuestro destino. Es lo que hice. 

Ésta es la primera rampa, una vez dejado el cruce. Aquí presencié una fuerte presencia del viento que, junto a la cada vez más pronunciada subida, me la jugaron unos metros más tarde. 

Esta zona siempre me ha parecido muy sugestiva. Ves asomar por primera vez el  Veleta y ya se aprecia el refugio militar "General Oñate". La dureza, a pesar del viento, aún es pasable, pero un poco más adelante el viento y también el terreno me hicieron prácticamente detenerme en seco; de hecho tuve que ir andando en dos ocasiones, y hasta andar costaba. El viento si lo tienes de cara no te deja dar un paso y subiendo aún menos.  

Llego a la altura del cruce que nos dirigirá, o bien a la estación SolyNieve -que está por encima de Pradollano-, o bien, al Veleta. El Veleta, ya permanentemente visible, ejerce sobre ti una influencia tan poderosa, que siempre irás en su dirección, aunque no puedas con tu alma. Ya se aprecia el campo de césped y la pista de atletismo del C.A.R.D., instalaciones que están justo en el techo del recinto deportivo.     

Esta última rampa es corta pero muy dura. Cuando la superamos ya comenzamos a ver las instalaciones de la Hoya de la Mora. El viento cambia aquí de dirección, por fortuna.   

Estamos a 2500 metros de altura, pero no he sufrido en ese aspecto, a pesar de no haber contactado con tanta altura en un año.

Estamos en la Hoya de la Mora. Como decía aquí el viento cambió y ahora lo tenía a mi espalda, hasta el punto que, a pesar de ser una subida dura, empujaba con tanto brío que tenías la impresión de ir bajando. Tan sólo debías mover las piernas porque el viento te transportaba. Un grupo de ciclistas que venían en dirección contraria, lo tenían de cara y prácticamente los detuvo en seco. Un mal día hoy para correr y pedalear en esta zona tan imprevisible.   
Llegados a la barrera, concluí la ruta (llegué hasta el segundo palo que se atisba a lo lejos, pero el aíre me hice desistir de continuar hasta la Virgen de las Nieves). Este punto coincide con los últimos 10 kilómetros -los más duros- de la prueba del Veleta o con el comienzo de la minisubida. 


Gráfica de la ruta 

COMENTARIO AL ENTRENAMIENTO  


Desde que el año pasado frecuentara estos parajes para preparar la subida al Veleta, me planteé volver allí, al menos, en alguna ocasión en verano, que es la única estación en la que se puede entrenar allí sin sufrir problemas meteorológicos, y no todo el verano está asegurada la laxitud climatológica. 
Así que elegí el 15 de agosto cuando la mayoría busca a codazos hacerse con un metro cuadrado (el mio lo cedo gratuitamente) en alguna de las playas de nuestro extenso litoral. Y, como preveía, el ambiente allí era muy otro. Bastantes ciclistas, algunos andarines, pero ningún corredor. Ocurre que la mayoría de los corredores que entrenan por allí lo hacen con vistas la prueba de el Veleta, pero transcurrido ésta no suele ser una zona para hacer un entrenamiento ordinario, a no ser que se esté preparando alguna carrera en altura. Por tanto, la noche anterior me nutrí de hidratos y medí en Google Earth la distancia que iba a hacer, oscilando entre los 16 y los 17 kilómetros, entre Pradollano y la Hoya de la Mora -ida y vuelta-. No calculé nada mal porque el Forer marcó finalmente algo menos de 16.500 metros, de los cuales hay algo más de cuatro con tramos que te ponen en serias dificultades, mucho mayores si el viento hace de las suyas y hoy ha hecho de las suyas, precisamente, en la zona más complicada, que es la conocida como de "las sabinillas", en las inmediaciones del centro operativo y el albergue militar "General Oñate". En ese lugar, está muy mal protegido por tu frontal derecho y si el viento viene de esa zona y lo tienes de cara cuesta mucho andar y no digamos correr. Por tanto, en dos ocasiones, entre el viento y la cuesta, hube de echar el pie a tierra y andar en torno a los 500 a 700 metros. No sé sinceramente qué hubiera sucedido sin viento, pero recuerdo que el año pasado no tuve necesidad de andar por allí cuando entrenaba sin viento alguno, aunque sí cuando competía por los problemas musculares en los abductores, desde el centro de visitantes de El Dornajo. 
El entrenamiento que he llevado a cabo en soledad el domingo, 15 de agosto, es bastante realizable, a pesar de que tiene momentos de mucha dureza, con rampas que en ocasiones superan el 15%. Pero es realizable también, porque a nivel logístico no necesita una preparación especial, como sí ocurre en otros entrenamientos de subida. No es necesario que nadie te recoja en coche, como sí es necesario que lo haga cuando subes las rampas de El Dornajo, ya que la bajada es bastante traumática para las piernas. En esta ocasión, la bajada se hace bien porque no existen muchas bajadas demasiado pronunciadas. Tampoco es necesaria una hidratación especial porque se pueden utilizar los medios que ofrece la zona. Para ese fin, decidí no llevar ninguna cinta de agua e hidratarme cuando llegara a la Hoya de la Mora, lugar en el que puedes comprar agua o bebida isotónica. Por tanto, mejor llevar unos cuantos euros que unas botellas de agua. Además, durante el trayecto no es necesaria hidratación ya que se corre a temperaturas por debajo de 20 grados, incluso, por debajo de 15, en algún momento, pero sí embadurnarse de protector solar porque, a pesar, de que el ambiente tinte a nublado, el sol a esas alturas es muy nocivo.  Así que si corres a un ritmo llevadero -yo lo hice a 5'30'' el mil, en total-, en poco menos de 1 y 25 minutos has completado el recorrido más el tiempo que necesites para hidratarte y -aconsejable- a deleitarte con las vistas. 
Por tanto, animaos a hacer esta ruta si habitáis por la zona porque no es aconsejable esperar mucho más, ya que las condiciones climatológicas en esta zona pronto no serán las adecuadas. 
Las fotos anteriores se deben a Google Earth, por lo que a continuación cuelgo cuatro hechas personalmente durante este entrenamiento: 







              








5 comentarios:

  1. Yo a ese entreno le añado una última parte, al mismo tiempo dura y bonita: subida por Borreguiles hasta la Laguna de las Yeguas, baño y vuelta. Salen 24 kms aproximadamente en total. Quién pillara ahora un entreno de ésos!

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  2. Gracias por la ruta tan detallada que nos muestras.
    Yo también estuve allí el miércoles al amanecer, con la idea de hacer desde la hoya la mora hasta el veleta -ida y vuelta- , así que si tú te encontraste con aire yo me encontré con un huracán que me hizo descender a otras rutas más protegidas y menos exigentes ante la imposibilidad de dar un solo paso y menos con la indumentaria de corredor veraniego que llevaba.
    Otra vez será.
    SaludoSS.

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  3. Javi, atractivo ese entrenamiento que propones, pero bestial ¿Qué tal tu rodilla?

    Alfredo, supongo que al amanecer aquello estará imposible. Yo corrí a las 11 y lo estaba...

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  4. Me pilla lejos Jose Antonio, pero hemos unos amigos corredores de ir allí un par de veces a preparar un próximo Veleta. Un abrazo

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  5. Amigo Paco, es imprescindible tomar contacto con esta zona para es fin. Me avisas cuando os animéis.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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