25 noviembre 2011

LIBROS: UN MUNDO SIN FIN, de Ken Follet



Cuando cayó en mis manos la primera parte, "Los pilares de la tierra", la primera reacción que experimenté fue rechazo. Se trataba de uno de los "best seller" más leído del planeta y eso podía no ser bueno. No estoy a favor de una literatura elitista pero tampoco de masas. Busco lo ecléctico que, según San Agustín, es donde está la virtud.
Pero lo leí.
Era verano y la mente por esas fechas está fofa. Además, leí en algún lugar medio serio que se trataba de una novela bien documentada sobre el mundo de las catedrales y como ese edificio religioso siempre ha sido mi debilidad, opté por hincarle el diente. Mil y pico páginas del ala..., pero lo pasé bien leyéndola. Es lo que tienen este tipo de libros que al tener una lectura amena y siempre hay historias e intrigas, no puedes parar de leer. Su estructura es de enganche más que de razonamiento.
He de reconocer que desde entonces contemplé las catedrales con otros ojos.
Años después salió su segunda parte "Un mundo sin fin", tan voluminoso o más que el anterior y, por coherencia, opté por comprarlo. He acabado de leerlo.
¿Y qué decir? Más o menos lo que ya indicaba con el anterior. En esta entrega no existe tanta presencia de la catedral de Kingsbridge, la ciudad ficticia del sudoeste inglés creada por Follet para la novela, algo lógico porque en el primer había que construir la catedral y en este segundo ya estaba construida. Pero sí existe la construcción de un puente y de una torre de la catedral que pretende ser la más alta de Inglaterra y todo aderezado con múltiples intrigas, pasiones, traiciones y algún que otro arreglo parcial de la catedral, claro está, que para eso es la estrella de estas novelas.
Luchas de religión, de la nobleza, de la burguesía emergente, dura subsistencia de la gleba, de los simples y todo ello aderezado con marcados personajes que harán muy llevadera la inmersión lectora.
Pero Ken Follet se ha documentado; ha estudiado el mundo de las catedrales; se ha rodeado de historiadores y gracias a todo ello ha recreado una edad media inglesa muy creíble, en la que abundan hechos y algún que otro personaje auténtico. Además, es agradable conocer que se inspiró en la recién restaurada catedral de Vitoria dado que la ficticia también tenía problemas de cimentación tal y como ocurre con la alavesa.

2 comentarios:

  1. Que casualidad. El Jueves acabé de leer también Un Mundo Sin Fin. Es ameno, pero me cansó un poco porque son muchas páginas para un mismo tema. Me pasó lo mismo con Larsson-Salander.
    De Ken Follet, me ha gustado mucho "La Isla de las Tormentas" y la película sobre este libro, muy recomendable.
    Un saludo.
    Aleandro.

    ResponderEliminar
  2. Un saludo Aleandro ¿cuánto tiempo?
    "Rellenar", más de 1200 páginas es complicado y se acaba dando vueltas sobre una misma idea. Tomo nota de ese libro.
    Saludos.

    ResponderEliminar

Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...