05 junio 2011

VI CARRERA FUERZAS ARMADAS "LAS DOS COLINAS" (5/6/2011)




EL RECORRIDO


Esa imagen que preside esta entrada es bucólica. E histórica. No en vano en ella aparece una de las maravillas de la humanidad-la octava-. Me refiero a la Alhambra. Y justo enfrente, uno de los barrios más simbólicos de España -tal vez del mundo-, habitado durante siglos por la civilización musulmana. Me refiero al Albaicín. La Alhambra se construyó en el siglo XI, pero la datación del Albaicin se alarga desde la época ibero-romana, según vestigios arqueológicos hallados, aunque fue en la época Nazarí cuando alcanzó su mayor esplendor.

Sinceramente, si el hipotético lector no es de Granada y aún no ha visitado ambos elementos arquitectónicos no debería pensarlo dos veces. Un buen plan, sin duda, podría ser elegir la fecha de celebración de la prueba de fondo "Las dos colinas" organizada por las Fuerzas Armadas y que se celebra anualmente. No obstante, aconsejando esas visitas obligadas, no seré yo quien aconseje hacer esta prueba porque jamás aconsejo a nadie correr nada ya que dependerá mucho de la forma física de cada uno, si bien alguien se anima a hacer esa ruta turística-deportiva he de advertir que se trata de una prueba muy dura. Durísima.

Me lo decía Mario mientras recogíamos el dorsal. Pero Órgiva es más dura, le espetaba yo, a pesar de que sí he hecho Órgiva en tres ocasiones y aún no había hecho ni una sola vez ésta de las dos colinas (porque ¿cómo iba a ser más dura que Órgiva pensaba yo para mí mismo). Pero Mario con su objetividad y laconismo habitual, sin barroquismo alguno, sonriendo dijo: sí, ésta es mucho más dura.

Y ahora comprendo que no debí infravalorar su aseveración tajante. Es lo que tiene no haber corrido nunca una prueba y sin embargo opinar de ella.

Amigos corredores aprended mi lección: ¡jamás valoréis una prueba hasta que no hayáis pisado la meta!



SUBIDA A LA ALHAMBRA POR LA CUESTA DE GOMÉREZ


La dureza de esta prueba no estriba tan sólo en las terribles cuestas de la Alhambra, Sacromonte y Albaicin sino en la imposibilidad de vaticinarlas.

Uno corre en Órgiva o en Alhama, incluso, en La Ragua, y sabe que toca subir y toca bajar y, normalmente, toda esta adversa orografía de subidas y bajadas está ordenada y organizada. Pero en la prueba de fondo de "Las dos colinas", no es posible vaticinar cuando subes ni cuando bajas porque es algo que conoces segundos antes de iniciar el ascenso o el descenso.

Además, los ascensos son verdaderos ascensos y los descensos verdaderos descensos. Sin medias tintas. Y entre medias toda una pléyade de cortas pero durísimas subidas y de cortas pero vertiginosas bajadas. Es decir que en un tramo de un kilómetro es posible subir tres o cuatro cuestas y bajar ese mismo número, sin que exista terreno llano en ningún momento. Así es el Albaicin. Así es la Alhambra. De hecho, tal y como reclama el nombre de la prueba, corres en dos colinas, urbanizadas, pero colinas a fin de cuentas.


MI CONCURSO

Como decía era la primera vez que corría esta prueba y, como ayer decía a mi Álter por SMS, es algoimperdonable siendo de esta tierra y viviendo en esta tierra. Probablemente, en años anteriores existiera coincidencia con otras pruebas del Circuito, pero es probable que en algún lugar de mi interior me resistiera a hacerlo.

La organización afirmaba que existían 12900 metros, pero una ligera consulta de varios forerunner nos convenció que ninguna marcaba más de 12600. El mío marcó 12400, por lo que, en mi caso, debería ir lo más rápido posible para no traspasar el umbral de la hora, y aunque eso no era importante, al final pude conseguirlo. Comprendí que lo conseguiría cuando un poco antes de afrontar la bajada de Calderería Nueva el cronómetro estaba por debajo de los 50 minutos al paso por el décimo kilómetro, algo que me sorprendió toda vez que no era muy factible, dado el terreno ascendente, conseguir una media inferior a 5 minutos el mil. Finalmente el ritmo fue de 4'48'', gracias, principalmente, al descenso de esa media en tramos más asequibles.

De todas formas he de admitir que no he tenido en ningún momento las buenas sensaciones de Órgiva, principalmente, por el terreno tan cambiante y escarpado, si bien las buenas o las malas sensaciones tienen más relación con las sensaciones puramente interiores y hoy no han sido demasiado buenas. Probablemente debido a que no soy un corredor que acostumbre a trabajar las cuestas de manera específica. Las supero con garantías si se encuentran en algún lugar de la ruta y, en ocasiones, suelo buscar rutas que las contengan, pero no es un terreno en el que me sienta especialmente cómodo.



LA CUESTA DE LOS CHINOS


Aunque tampoco en las bajadas. Éstas, son generalmente bienvenidas -sobre todo si antes ha habido alguna subida-, pero no es un terreno que me emocione. De hecho, la bajada de la Cuesta de los Chinos -que deja la Alhambra para penetrar en el bajo Albaicin- ha podido ser, sin ningún lugar a dudas, la más desastrosa que haya podido hacer jamás. Seguramente que me adelantaron hasta los sorprendidos turistas que encontramos por el camino. Y, lógicamente, si no bajas bien pierdes tiempo, sin que eso signifique que recuperes lo sufrido en la subida anterior.

Pero hablando de recuperar, huelga decir que la recuperación en esta prueba es un elemento clave. Una subida agónica puede dar al traste con un mejor ritmo en el siguiente terreno, sea llano o sea descenso. Llegar muy tocado al final de una de las múltiples cuestas, en esta prueba puede ser la tumba del corredor.



LA CUESTA DE GOMÉREZ


Sin embargo, he de decir que a pesar de la subida agónica en algunos tramos, recuperé bien en todo momento, con la excepción de la subida a la Alhambra a través de la cuesta de Gomérez, en la que me costó algo más recuperar.

Prueba muy bien organizada, gracias a aluvión de personal de la organización, compuesto por militares, protección civil y policía local del Ayuntamiento de Granada. Esa organización es clave en esta prueba ya que pocas cuentan con tantos atajos y encrucijadas. Sin el posicionamiento de personal en todas esas encrucijadas el corredor podría perderse sin remedio por ese mal de callejuelas de que está compuesto, principalmente, el Albaicin.

Por tanto, corriendo en esta prueba nos encontramos ante: belleza, historia, arte, sudor, sufrimiento, y es posible que algunos casos lágrimas. Sin embargo, es una prueba que hay que hacer. Sin más remedio. Pero correr o no, a pesar de esa belleza, es algo que dejo a la elección del corredor porque hay que estar en un buen nivel físico si se quiere alcanzar la meta.

6 comentarios:

  1. La carrera debe ser preciosa, conciendo como conozco Granada.
    Buena carrera la tuya en el marco incomparable de Granada.
    P.D. Estuve hace 15 días de turismo con unos amigos, ya que hacía años que no estaba por allí, y encontre la ciudad más preciosa que nunca, y descubrí un sitio de tapeo en la C/. Elvira "El pescador"...de lo mejorcito.

    Saludos

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  2. Ya sabes Ramón, tú que acostumbras a hacer turismo deportivo, apúntate esta prueba para el año próximo y, de camino, vuelves a visitar Granada.
    Por cierto, la prueba pasa dos veces por la C/Elvira.
    Saludos.

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  3. mu acertado el titulo paisano con eso de FUERZAS AMADAS..seguimos en forma no? objetivo medias de otoño, ya sabes porque.

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  4. Mario, que el subconsciente posee caminos insondables. ¡Lo que está consiguiendo este ZP y su cuadrilla!
    Sí, es un buen momento para atacar esos 90 minutos en las medias de otoño.

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  5. Me vino larga, pero como no la podía "correr", la troté y la disfruté viendo el paisaje. Órgiva había hecho estragos en mis piernas y lo pagué. Tanto como lo disfruté.

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  6. Jesús, es la mejor manera de disfrutar esta carrera: ir un poco por debajo de tu propio límite.
    Yo sólo recuerdo que había calles del Albaicin que ni siquiera conocía y me hubiera gustado conocerla en otras condiciones más placenteras. Al menos ya vamos escarmentados para el año próximo.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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