
Ayer por la mañana pasé por el escaparate de esa librería y lo vi, algo terrible para mi natural convulsión ante algún nuevo libro de admirados autores.
Desde luego, osé no volverme ni mucho menos entrar en aquel lugar repleto de anaqueles y éstos de libros.
Como los míos, aún a la espera de ser devorados, a pesar de que devoro -últimamente más- a buen ritmo.
Pero esta mañana ya no he podido resistirme. He ahí -me dije- la labor del fetichista de libros, del que compra sin que sea imprescindible que lo lea esa misma noche, como en cierta etapa de mi vida hacía.
"El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas", con dos historias paralelas que contar por un prolífico Murakami, que a decir verdad no me deleitó demasiado con su "After dark", si bien sí que me lanzó guiños literarios como dardos que me convirtieron -aún más- en un letraherido.
Por cierto, me está encantando "La maravillosa vida breve de Óscar Wao" de Junot Diaz, y para colmo hoy me acaba de llegar -¡de Argentina!-, el DVD más 2 CD's, del "Live Gothic" de Therion. Dios. Menos mal que el Forerunner sigue contabilizando con gratitud kilómetros y kilómetros y analizando ritmos. Muy necesarios todos esos kilómetros para tantas emociones.
¡Vivan las compras impulsivas y compulsivas de libros!
ResponderEliminarAyer empecé con el Club de Lectura.
Genial
Álter, ¡ recuerdos a Ignacio, que tengo pendiente llamarle ¡
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