Hoy estoy teórico. Después de enviarle a mi querido amigo, Jesús Lens, una cutre-teoría por correo electrónico, en algún momento del día barruntaba otra teoría, a cuento de no sé qué noticia veía en televisión (serán los efectos de no correr). Se trata del "tiogilismo" ¿Se acuerdan de "Tío Gilito", aquel pato anciano que basaba su existencia en dólores? Pues bien, ese tipo de personas existen entre nosotros. Y es que los dibujos animados, además de ser un entretenimiento - en teoría - para niños, atesoran teorías perversas de la existencia. Y el "tiogilismo" es una de ellas.
Entiendo que padecen de "tiogilismo" las personas que no conciben su existencia sin pensar en términos económicos. Si a aquel pato tacaño se le iluminaban las pupilas de los ojos con el símbolo del Dólar, créanme si les digo que mucha gente de la que nos rodea secundan a aquel mísero ser.
Lógicamente, no me refiero al legítimo derecho que tenemos todas las personas de alcanzar un nivel de vida aceptable, principalmente si ese nivel de vida es fruto de nuestro esfuerzo, talento o perseverancia. Por el contrario, me estoy refiriendo a aquellas personas que no saben dar un paso en su vida si no está medido en términos económicos, y calculan cada gasto e iniciativa que emprenden, sin que apenas obedezcan a otros estímulos que no sean los económicos.
Por ejemplo: si acuden a un bar con unos amigos, miden a la perfección el momento en el que les toca invitar, asegurándose que ellos ya han consumido el mínimo de consumisiones que ahora les toca pagar. Asimismo, si en apariencia ofrecen su coche, no lo hacen para hacer favores o demostrar amistad, educación o aprecio, nada de eso. Lo ofrecen porque ya han medido a la perfección las ocasiones en las que en la próxima ocasión ellos serán llevados y traídos en coches ajenos.
Y sólo hemos puesto dos ejemplos que están al margen de lo "intracomercium", que dirían los romanos redactores de las Ley de las XII Tablas. Porque si se trata de asuntos que tengan un contenido económico, su puesta en escena es apabullante.
En el trabajo nada harán sin compensación económica. Eso no lo veo demasiado mal, pero hay que tener en cuenta que en el trabajo -en todos los trabajos- en ocasiones hay que hacer cosas que nada tienen que ver con la remuneración. Sí sólo se trabaja con el objeto de cobrar a final de mes, el trabajo se convierte en una maldición bíblica; y aunque lo sea, hay que intentar ser creativo y buscar otros estímulos.
Si se trata de asuntos plenamente económicos, tales como la inversión, las compras u otras análogas, sus ojos ya nada tendrán que ver con los de aquel "Tío Gilito". En esas ocasiones, es mejor estar alejados de ellos.
Y curiosamente, si observamos atentamente, todo será lujo y buen nivel de vida. En mi pueblo dicen: que si són "sol" no alumbrarían a nadie.
¿ Conocéis algún caso ?
¿Cutre-teoría? Alter, tu teoría de la fruta y el mercado es realmente jugosa, clarividente y con un punto de acidez. Como las buenas manzanas ;-)
ResponderEliminarSí. Conozco ejemplos de tíogilismo. Y alguno muy cercano. Aunque lejano en el tiempo, que me alejo de ellos a escape.
Y no veas lo que me alteran, porque yo soy exactamente lo contrario. Y esa forma de ser es que ni la comparto ni la entiendo. Qué triste tiene que ser concebir así la vida...
Has puesto dos ejemplos perfectos..jejeje.
ResponderEliminarEn el club tenemos a un par de individuos que cuando vamos a correr y nos agrupamos en coches, no ponen el suyo hasta que les toca religiosamente. Y si van con su coche hasta dividen el importe de la gasolina y el kilometraje entre los usuarios.
Estos son Tios Gilitos y MISERABLES
Saludos
Alter, la teoría de la fruta, sí que es cutre, pero tiene su lógica, jeje.
ResponderEliminarEjemplos de tiogilismo los tenemos por doquier. Siempre procuro huir del tiogilismo, aunque es posible que no siempre lo consiga. Efectivamente, la vida concebida de esa manera es triste.
Trapatroles: yo creo que el tiogilismo nos rodea por todas partes. A mí ese tipo de gente me poner nervioso. Los casos que indicas no merecen ni ser corredores. Saludos.
Sin duda. Hay que huír de ellos. Aunque no contagien, ensombrecen.
ResponderEliminarMe viene al pelo esta entrada precisamente hoy, que se casa un individuo de mi pueblo ( a cuya boda obviamente no asistiré ). Me he acordado porque un amigo va, y no veas el tipo, hasta le pedía veinte duros a la novia porque iba a recogerla a otro pueblo, jajaja. Y que nunca pagaba las cubas de calimocho, porque nunca "tenía suelto", o que nunca fumaba (el tabaco que había que comprar, el de los demás sí) y que el día que nos INVITÓ robó del supermercado de su tío un par de botellas de Fanta (El whisky lo teníamos que comprar nosotros), jejej.
ResponderEliminarPD: En una boda, año 1998, dieron 1500 pesetas (él + novia)
Saludos antigilitos
Jose Antonio, no voy a opinar sobre la teoría que has expuesto, me limito a leer y reflexionar o sea a %. Pero si me permites aconsejarte en el tema deportivo, tienes que parar de una vez y arreglar lo del tendón de aquiles, sino eso va a tener un fin .... y tienes que seguir corriendo y disfrutando de esta actividad toda tu vida, así que creo que es el momento de como dices ponerte en manos de un especialista y parar, pero parar en serio hasta que te recuperes del todo para no terminar tu carrera atlético-popular para siempre. Un abrazo y mucho ánimo.
ResponderEliminarMe ha gustado esta entrada, estoy rodeado de personas tiogilito que tan bien describes. Yo cuando no tengo un duro, no salgo, así de sencillo. Ahora bien, cuando salgo, salgo sin miserias.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Javi, pareciera que describes a gente que conozco, jeje; lo de las bodas merecería una entrada aparte...
ResponderEliminarIncreible fomentar el tiogilismo ROBANDO¡¡¡¡
Alfredo. gracias sinceras por tus consejos porque son completamente certeros. He comprendido que estoy fastidiado y ahora es el momento de decidir si quiero seguir corriendo siempre o hacer crónica la tendinitis aquilea que padezco.
Por tanto, a parar se ha dicho.
Paco, tu actitud es la correcta y la más sensata. Lo que no es de recibo es no querer renunciar a salir a pesar de que no se pretenda gastar un duro; y l omás mísero es engancharse a amigos y conocidos para que ellos den el paso en la caja. Como tú dices: si no hay fondos mejor no salir..
Cuoriosamente ayer me comentaban un típico ejemplo de tiogilismo: un viaje en el que hay dos casos claros de tiogilismo: una pareja que se niega a entrar a casi ningún restaurante, tienda y demás lugares que supusiera gasto. Ha sido un suplicio para los demás. Claro.
La avaricia surge de un auténtico complejo de inferioridad. Quienes la padecen, creen que al conseguir más bienes materiales o económicos, podrán igualarse o superar a quienes ya les igualan.
ResponderEliminarConfunden al ser humano con la simple y paupérrima materia.
El mundo está lleno de estos sujetos.
Por otra parte, hay otros "tiogilismos" en versiones diferentes pero asimiladas.
Están aquellos/as a quienes la fama les hace crecer como la espuma. También están quienes creen que la belleza es un mérito propio y no adquirido; como si los genes y la herencia genética fuesen un premio a su reconocimiento. Tampoco me olvido de aquellos que por sus posiciones sociales (recuerdo esos políticos que citaba Pérez-Reverte en su artículo de antaño) sólo saben mirar al resto y por encima del hombro.
Creo que no existe nadie superior a nadie. Todos somos capaces de hacer lo que nos propongamos. Después, la vida, los avatares, los problemas, la fortuna, el esfuerzo, harán el resto.
Ni más ni menos.
Abrazos republicanos. Toni Sagrel.
Interesante e imprescindible tu aportación al "tiogilismo" Toni. Toda una teoría del ser y su condición. Me ha gustado.
ResponderEliminarSaludos republicanos y austeras vacaciones reales (por cierto, no te pierdas la portada del último "El jueves", jeje.