19 marzo 2009

CARTAS A UN JOVEN POETA, de Rainer Maria Rilke


Con algo de retraso retomamos la entrada poética que varios blogs solemos escribir los miércoles.
Hoy quiero hablar de Rilke. Fue uno de los poetas que más leí y más me marcó en este idílico mar que es la poesía.
El poeta nacido en Praga en 1875 fue para mí un completo descubrimiento. Acostumbrado a vagar por los anaqueles de librerías, un buen día topé con un libro, casi un opúsculo que rezaba: "Cartas a un joven poeta", y no dudé en comprarlo.
Asocio ese pequeño libro a un verano tórrido y conservo en la memoria el hecho de llevarlo siempre conmigo. Seguramente lo releí cientos de veces. ¿ Pero que era lo que me subyugaba de ese pequeño libro ? Todas y cada una de sus palabras.
Al poeta Rilke le escribió una sucesión de cartas un joven aspirante a poeta. El poeta austro-alemán, por aquel entonces ya había saboreado las mieles del éxito y tenía un nombre en la poesía de su país. Pero lejos de tirar aquellas misivas a la basura, consiguió que las respuestas se convirtieran en una prosa de deliciosa lectura.
Los consejos dados al joven poeta, la visión de la vida, la observación de la naturaleza, la interpretación de los sentimientos, todo lo importante de la existencia estaba contenido en ese opúsculo que, lógicamente, aún conservo y que por su ajada encuadernación se deduce la filiación con él establecida.
A raíz de leer aquella pequeña obra seguí leyendo su poesía, y en cada verso y poema me ratificaba en el hecho de estar ante uno de los poetas más grandes de la historia de la poesía. Os dejo con uno de sus poemas:


Soledad

La soledad es como lluvia.
Se alza del mar hacia los atardeceres;
desde llanuras lejanas y remotas
se va hacia el cielo, que la posee siempre.
Y sólo entonces cae sobre la ciudad.

Llueve la soledad en las horas inciertas,
cuando todas las calles se vuelven hacia el alba
y cuando los cuerpos que nada encontraron
se separan desencantados y tristes,
y cuando las personas que se odian
tienen que dormir juntas en la misma cama:

luego la soledad se marcha con los ríos...

4 comentarios:

  1. En muchas ocasiones son los descubrimientos quienes nos descubren a nosotros.
    Aquí, posiblemente fue Rilke quien llegó a descubrirte, quien supo en donde ahondar, desde su poesía existencial hacia tu filosofía interior.

    Hablar de la lluvia, la soledad (a veces tan necesaria y en otras tan detestada), los ríos, el agua de la vida.

    Nos queda mucho por aprender. Afortunadamente.

    Un abrazo. Toni Sagrel.

    ResponderEliminar
  2. Hola se que hace mucho se publico esta entrada y probablemente no leas mi comentario ,aun asi me arriesgo a decirte que me parece muy intersante tu descripcion de este libro que estoy analizando ,ya que lo estoy tomando como principio para aprender mas sobre como escribir correctamente,ahora mismo estoy leyendo los mismos autores que menciona como Jens Peter Jacobs etc, Creo q no sera una tarea facil pero siento la necesidad de hacerlo,Saludos!!
    felicidades por el contenido de tu pagina curiosamente he visto la pelicula camino y tambien la encuentro excelente.

    ResponderEliminar
  3. Cyntia, nunca es tarde si el comentario es bueno. Saludos.

    ResponderEliminar

Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...