10 julio 2018

EL TEMPLO ROMÁNICO (MICRORRELATO)


EL TEMPLO ROMÁNICO

Fue extraordinario que en la pequeña aldea, que constaba de ocho o diez casas y una tienda -que era al mismo tiempo bar y bazar-, le dieran la llave de aquel ajado templo del principios del siglo VI ¿Es que no temían que cualquier desequilibrado con un mero cortauñas acabara con aquellos frescos románicos bien conservados adosados a las cuatro paredes? Se ve que no, que en la aldea era todo bondad. Tenían sus datos, su documento de identidad, pero aun así el riesgo existía. Pensaba en ello cuando abría la enorme puerta del espacioso templo perdido en el monte y en el que la tradición situaba el enterramiento de  Pelayo, Rey de Asturias e impulsor de la Reconquista cristiana. El templo, gloria y orgullo de la zona, estaba desprovisto de mobiliario alguno y parecía sostenerse tan sólo con los contrafuertes del ábside.
 Tras dedicar unos pocos minutos a vagabundear por el silencioso y oscuro recinto, desprovisto de claraboya y cristales por los que pudiera penetrar la luz ya mortecina de la tarde, consiguió obtener una respuesta a la pregunta sobre el riesgo de dar la llave a cualquier desconocido, admitiendo que lo difícil no era entrar en aquel sitio misterioso sino salir. Entonces comprendió de golpe que aquellos tranquilos habitantes de la aldea no eran todo bondad, como pensó. Pero lo pensó demasiado tarde.

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