Reconozco que comencé a interpretar este caso con cierto desinterés. Como uno de esos casos que surgen de vez en cuando y que pronto se evaporan. Pero no, el asunto ya está calando hondo en la política y en la sociedad española. Y es importante que nos posicionemos.
Ahora es una ciudadana saharaui la que pone en aprietos al gobierno español. Y hace unos meses fueron unos pescadores gallegos y vascos.
El caso es que el gobierno español cada poco tiempo encuentra muros de lamentaciones y pareciera que todo es debido a su mala gestión. Eso es lo que opina el PP y otros partidos parlamentarios.
Pero resulta que acostumbrados como estamos en este país a ser el hazmerreir de tantos, ya nada nos extraña. Y, efectivamente, algo de culpa tiene el presidente del ejecutivo. Me explico.
Ocurre que todo el que llega a nuestro país, con independencia de su procedencia, de su entrada es ilegal o legal, se arroga derechos, sin que importen tanto las obligaciones. Seguramente secundando la voz del Presidente del Gobierno español, que en todos los foros internacionales apuesta por el "buen rollito".
Y sí, no seré yo el que niegue al individuo, con independencia de su país, credo o creencias, los derechos inherentes a la persona, pero en un mundo como el actual hay que tener mucho cuidado con lo que se predica, sobre todo si eres presidente de un gobierno.
A este ritmo a España se le llegará a conocer como el país de los derechos, pero no tanto como el de los deberes. Y todo ciudadano, venga de donde venga, exige derechos en España, los mismos que no puede pedir en su país. No afirmaré que el caso de la ciudadana saharaui sea estrictamente ese, pero creo que su crítica feroz a España no lo está siendo tanto hacia Marruecos, el país que está provocando el problema y que para colmo goza de un régimen totalitario encabezado por un monarca que además de inmisericorde, cree que tiene ascendencia divina. Y por eso no paso. Me vuelvo a explicar.
O mejor, me pregunto: ¿Por qué España no quiere decir una mala palabra a Marruecos? ¿Qué rábanos nos importa a nosotros los españoles ese país? ¿Porqué no damos un puñetazo en la mesa del Mohamed ese y le cantamos las cuarenta? ¿Qué está pasando?
Pues está pasando que con la habilidad que caracteriza a los vecinos del norte de África, están trasladando todo el problema de Aminatu Haidar a España, hasta el punto de que sí a esta señora le llega a costar su vida la huelga de hambre, el máximo responsable no será Marruecos, sino España.
Hay que decirlo claro. España erró al dejarla entrar en nuestro país sin que tuviera los requisitos legales para ello, pero lo que está totalmente claro es que quien no la deja regresar a su territorio es el monarca divino marroquí. Pero, claro, España es el país de los derechos y tal.
En mi opinión España debería de aplicar más dureza en sus relaciones internacionales, principalmente, con los países que deben a España muchas cosas y no tienen la lealtad esperada.
Guste o no guste lo voy a decir claro, porque es lo que pienso: España, con las excepciones obvias, se está convirtiendo en el asistente social de millones de marroquíes, que están en nuestro país utilizando los servicios públicos sociales, ocupando los paritorios y obteniendo becas de estudio y ayudas sociales. Aunque no negaré que otros -no muchos- están trabajando y creando riqueza en nuestro país.
Y si eso no quiere verlo el rey alauíta, España se lo debería de hacer ver y replantearse de camino esas ayudas, de las cuáles -espero que algún día lo explique- sabe mucho el infame Chaves, cuyas buenas relaciones con Marruecos son bien conocidas.
También sería muy importante que nuestro monarca hiciera algo más que llamar hermano al rey de los marroquíes.
100% de acuerdo. Llevaba días esperando que escribieses algo al respecto y suscribo tus palabras, sobre todos las últimas líneas. Y la actitud de la futura mártir (es lo que pretende), junto con la del séquito "intelectual" (cineastas y actores españoles) me parece descabellada y panfletera, en ese orden.
ResponderEliminarYa sabes que Marruecos justifica sus acciones alegando que nos "protegen" de la invasión de terroristas islámicos, entre otras cosas. Para cagarse.
Desde luego en eso nos hemos convertido, en el país del buen rollito internacional. Unos primos, vamos.
Javi, me alegro que coíncidas, porque en estas cosas parece que ningún político -claro, son políticos- quieren hablar claro.
ResponderEliminarO España endurece su política o pronto será tarde. Saludos.