14 marzo 2015

CINE: BIRDMAN (USA, 2014)

Acabo de ver Birdman y tan sólo sé, a priori, que he visto algo distinto. Una historia distinta, sin duda, pero no es sólo eso lo que me ha subyugado. 
Es sido la forma de contarla, la mezcla de lo onírico y lo real, el movimiento de la cámara, la fotografía, el sonido...un largo número de matices, de elementos que hacen de esta película algo especial, algo distinto.
Seguramente que a estas alturas, bien penetrado el siglo XXI, el cine tiende a languidecer en cuanto a historias y guiones más o menos predecibles y repetitivos. De ahí que tanto Hollywood como la orbe mundial relacionada con el cine valoren y premien películas hechas con materiales distintos. Y si eso es así, Birdman es una de esas películas. No es habitual encontrar ese tipo de cine. De ahí que fuera muy difícil competir con ella en los últimos Oscar, en los que arrasó. 
El mexicano Alejandro González Iñárritu, también coguionista -que ya nos sorprendió con Babel y 21 gramos-,  ha hecho algo distinto, pero ¿ha hecho algo grande? Desde mi punto de vista, sí. Y sí, porque es una de esas películas que cuenta con determinadas escenas que uno quisiera volver a ver varias veces y si eso ocurre con una película, podría ir camino de convertirse en obra maestra.
Decía que todo o casi todo en ella es distinto a lo que he visto. Lo es, principalmente, la banda sonora. Una BSO que no cuenta con una forma concreta y que tampoco se adapta a escenas concretas. Básicamente unos toques de batería jazzística como fondo (la sorpresa y la emoción ha sido poder ver el instrumento finalmente). 
El telón de fondo Broadway es también impactante. Pareciera que el director quisiera situarnos en el centro del celebre barrio neoyorquino de los mejores teatros- Eso emociona porque se traslada muy bien al espectador, de una manera muy vivencial, sin duda.
Por supuesto, gran parte de culpa de que esta película sea brillante se deba a las interpretaciones. Muy notables todas las que importan, desde Michael Keaton hasta  el camaleónico Edward Norton, pasando por la muy efectiva interpretación de Enma Stone. Por cierto, ha sido sorprendente ver a mi admirado Zach Gaifianakis (Trilogía del Resacón), haciendo una papel serio. 

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