08 septiembre 2015

UNA REFLEXIÓN PROBABLEMENTE HETERODOXA SOBRE LOS REFUGIADOS SIRIOS Y OCCIDENTE

Asunto complejo tienen en sus manos los dirigentes comunitarios. Pero sobre todo los ciudadanos que, al final, siempre serán los perjudicados más que benefactores de las políticas que llevan a cabo sus dirigentes.
Decir que el mundo es asimétrico en todos los aspectos no aporta apenas nada a lo que ya sabemos. Hemos construido una sociedad desigual, en la que determinados países han prosperado y alcanzado un bienestar más que aceptable, mientras que otros siempre están en el furgón de cola, sin posibilidad de salir del catastrófico agujero en el que están instalados, bien por la injusticia de la historia o el abuso de sus sátrapas, normalmente apoyados por Occidente.
A estas alturas ya tenemos claro que la pobreza de muchos es la razón de la riqueza de unos pocos. Ocurre con las personas, pero también con los estados. Pero también ocurre que en cuestiones de economía casi nunca hay mecanismos de equilibrio que consigan buscar una solución para que los ciento noventa y cinco países soberanos que conforman el mundo convivan como buenos vecinos sin necesidad de entrar en la propiedad del otro. Y si a todo eso hay que sumar violentas guerras, genocidios, guerras de religión, segregaciones étnicas o cualquiera de las diferentes formas de crear el caos, la solución no es que no sea fácil, es casi imposible.
Por tanto, es propio y un derecho natural que las personas busquen refugio allí donde puedan si en su propia tierra peligran sus vidas. Y también es propio que a la hora de buscarlo dirijan la vista hacia países prósperos, los cuales estarán en mejores condiciones económicas, políticas y sociales para albergar a las personas refugiadas. Se trata de un orden propio del derecho natural, pero también es una cuestión económica, porque nada se mueve en el mundo sin la economía. 
La foto del niño sirio yaciendo ahogado en una playa de Turquía, para más morbo, cerca de un lugar turístico para gente pudiente, ha abofeteado aún más las mejillas de los países ricos, que remisos y dudosos a la hora de aceptar contingentes de refugiados de Siria y otros países, no han tenido más remedio que dar su brazo a torcer, empujados por la opinión pública, que ha sido aún más sensible a esa realidad que muestra la fotografía. Hay un clamor a favor de acoger refugiados. En un orden lógico, los países ricos deben ayudarles, pero también es obligación de los gobiernos y de los ciudadanos decidir con responsabilidad en cuanto a lo que esto conlleva. No se trata de que deban ejercer un liberalismo a ultranza en el que el hombre no cuenta, sino tener claras las consecuencias, tanto económicas como sociales. Por desgracia hoy día las buenas intenciones y las ideas humanitarias tienen un coste económico, social y político sobre el que hay que reflexionar con la mayor imparcialidad y seriedad posible.   
España, remisa a acoger refugiados hasta el final, ha hecho unas cuentas aproximadas y ha calculado que la acogida de 15.000 ciudadanos sirios refugiados costaría a las arcas públicas 150 millones de euros. Pues bien, en una sociedad moderna, en un Estado de Derecho en el que los números es la razón fundamental de las políticas públicas, eso debe estar presupuestado de manera conveniente. No se trata de un apunte cínico, sino de una realidad que hay que afrontar. Como hay que afrontar el hecho del mayor coste subterfugio pero real que hay que asumir por la permanencia de todos estos seres humanos, ya que a plazo medio no estarán en situación de producir para la sociedad que les acoge, es decir, desarrollar una profesión. O sea, contribuir a la sociedad que les acoge. 
Muchos ponen el ejemplo de que España ha sido un país emigrante, pero hay que distinguir una emigración laboral con una emigración forzada por una guerra. Es cierto que tras la Guerra Civil española muchos españoles se vieron forzados a irse y fueron acogidos por otros países, pero no olvidemos que la mayoría de esa gente eran intelectuales y políticos del bando vencido que aportaron mucho a las sociedades que les acogieron, como profesores, escritores, artistas o, sencillamente, gente muy preparada. Por supuesto -seamos serios-, no será el caso de los 15.000 ciudadanos sirios, o al menos, no será el caso en su mayoría. De hecho, ya se están dando cifras de lo que costaría acogerlos, asunto que no sucedería si fueran ciudadanos que llegaran con una profesión bajo el brazo. Mucho menos en España, país que expulsa del mercado laboral a muchos españoles. En pocas palabras, todo este contingente humano habrá de ser auspiciado a través de los presupuestos públicos, es decir -no nos engañemos- del dinero de los impuestos de los ciudadanos. No lo digo como crítica, ya que soy de los que opinan que refugiarse en otro país es lo lógico y normal (yo sería el primero que lo haría si de lo que se tratara es salvar mi vida y la de mi familia y amigos), lo digo como razón pragmática que hay que asumir desde el primer minuto. Y lo que defiendo en este artículo es que eso me parece lo lógico y lo correcto. Y postulo porque los gobiernos eliminen partidas de gastos suntuarios e innecesarios para poder dotar presupuestariamente ese coste sin que tenga que salir del bolsillo de los ciudadanos. Eso es perfectamente posible. Otra vía es que la ciudadanía admita la subida de impuestos para esa acogida, pero me pregunto ¿será eso admitido, incluso por los santones más progres favorables a la acogida, esos que dicen que todo lo pague el Estado pero luego se quejan de la cantidad de impuestos que hay que asumir; o que sencillamente invaden impuestos cuando le es posible? Es más, muchos de los que deciden por nosotros, los ciudadanos, no pagan impuestos o, sencillamente, evaden capitales por las noticias que hemos conocido en los últimos años. En ese sentido, ¿asumirían los políticos una bajada de sueldo y la Casa Real una bajada sustancial de sus asignaciones para dedicarlo a la acogida de refugiados? No. Sinceramente, creo que no, ya que nuestros políticos no se llaman José Mújica (Presidente Uruguayo).  
No son reflexiones cómodas, ya lo sé, pero hay que mojarse. Poca gente lo hace. 
En estos días, estoy visitando foros y hay una clara disposición a la acogida, cosa que me parece lógica en un mundo tan desigual, pero también muchos ciudadanos están preocupados por el coste económico, quejándose que deberían ser 'refugiados', en primer lugar los ciudadanos propios que subsisten sin empleo ni prestaciones. 
Todo esto suscita un amplio debate que hay que afrontar. Y lo debe de afrontar Occidente desde la premisa de saber que su riqueza y el bienestar económico y social de sus ciudadanos es posible que se deba al deterioro de la vida en países subdesarrollados, por lo que acogiendo a individuos desfavorecidos, de alguna manera se devuelve la moneda, ya que nada es gratis ni fácil de conseguir en este dispar mundo, supuestamente civilizado.           
Por su parte, los ciudadanos del primer mundo deberíamos de estar dispuestos a asumir que las cosas no podrán seguir como hasta ahora; que no será posible no abrir la puerta a los ciudadanos del llamado tercer mundo; que no será posible seguir manteniendo el mismo estatus ante un mundo tan desigual; que si Occidente no se ha preocupado de crear riqueza y bienestar en los países pobres de Asia, África y América (todo lo contrario, siempre los ha explotado), ahora ya es tarde para ello y no habrá más remedio que abrir las puertas de sus casas para acoger a quien de una manera u otra acabará entrando. Así de complejo y de real el mundo en el que vivimos.
Los gobiernos occidentales deben saber que el gasto público tras la acogida de cada vez más ciudadanos de la parte del mundo más desfavorecida será más amplio. Insisto, deberán ponerse las pilas y dejarse ya de gastar en gastos innecesarios. En prebendas, en fastuosos gastos oficiales, en boato, en inversiones estúpidas. Deberán derivar el gastos superfluo hacia partidas sociales, educativas o sanitarias. O eso, o seguir con el mismo nivel de gasto, lo que conllevaría subir los impuestos de los ciudadanos residentes. ¿Se bajará la casta del burro cómodo en el que están instalados? 
Por otra parte, los países occidentales han demostrado torpeza histórica al creer que podrían cerrar sus fronteras de oro. El mundo es global y no hay fronteras que impidan la entrada del sufrimiento, del hambre, de las guerras, del genocidio. En realidad, todos haríamos lo mismo si nos encontráramos en la situación de los sirios. Pero poco se han preocupado las potencias mundiales de crear riqueza y forzar la paz en los países a los que no les ha podido extraer nada material, ya sea petróleo u otros recursos naturales valiosos. Lo lógico y conveniente siempre es crear riqueza en todos los países de la orbe mundial para que los ciudadanos puedan seguir viviendo en su tierra que, en última instancia, es lo que pretende todo el mundo, ya que nadie emigra por voluntad propia. España es un ejemplo de ello por los muchos emigrantes que siempre ha tenido.   

Ante todo este asunto es obligatorio hacerse estas preguntas: 

¿Estarán dispuestos los países occidentales a asumir presupuestariamente la entrada de refugiados, eliminando partidas suntuosas que favorecen siempre a la casta? 

¿Estarán dispuestos los ciudadanos, en su caso, a pagar más impuestos para acoger a más refugiados? 

¿Están preparadas los países occidentales a cada vez más gente del tercer mundo? 

¿Habrá conflictos étnicos, religiosos, sociales, económicos?

¿Habrá acabado el estatuto social y económico de Occidente?

Muchos interrogantes que hacerse ante la realidad que se le viene encima a Europa y a los países occidentales.   

04 septiembre 2015

ACABEMOS YA CON EL ASESINATO DE LOS TOROS DE UNA PUTA VEZ

El arduo intento de los taurinos -muy  protegidos por el poder- de que no se les vaya a la mierda su chiringuito de violencia y asesinato, ha hecho poner su foco en el Borbón seniors, ese señor que se pasea por medio mundo con los gastos pagados, haciendo chanchullos y que nadie sabe si es ya rey en excedencia o no lo es, y si lo fue algún día, nadie sabe si sus intereses eran los estatales o los de su bolsillo, a tener de las noticias que nos van llegando de manera destilada, como ese buen güisqui que estoy seguro también se lo bebe gratis total.
Decía que ese arduo intento de los taurinos, no es otra cosa que una muestra clara del retroceso que está sufriendo su bacanal de sangre en las plazas públicas. Cambia la sociedad, se conoce más sobre el sufrimiento de los animales, hay otra sensibilidad, una renovación generacional...y todo eso más el sentido de la decencia y el sentido común están creando un clima cada vez más hostil hacia las corridas de toros. Está claro que si no han pasado ya a la historia es porque todavía existe un vergonzoso apoyo desde las instituciones públicas para que esto siga adelante con el dinero de todos, claro está; de hecho, todavía existen subvenciones para los taurinos y muchas son aún las cadenas públicas -estatal, autonómicas y algunas locales- que retransmiten esa sinvergüencería e insensatez de que vea todo el mundo como se liquida de manera salvaje y sin escrúpulos a un animal, incluso, en horario infantil.
Ellos creen que de esa manera venden y hacen negocio con la marca 'España', pero a estas alturas si España tuviera alguna marca de ninguna manera puede ser la que se enseñorea de matar animales. Se basan también en que eso hace que vengan más extranjeros, pero éstos ya no quieren ver más sangre porque ya mayoría deriva de países provienen de países donde se respetan los derechos de los animales de verás. Todo lo más, podrán contar con los chinos, por aquello de que siguen matando y comiéndose a los perros (qué tristeza tener que equipararnos por medio de tanta vileza). 
Por tanto, ¿qué les queda? Lógicamente les queda el apoyo de la monarquía -habrá que estar pendiente en qué sentido se proclama el Borbón Junior- y de las numerosas administraciones que aún fomentan y sostienen esta barbaridad con el dinero de todos los ciudadanos. En ese sentido, los muy progresistas socialistas andaluces siguen a la cabeza en cuanto a apoyo institucional, que lo tuvieron incluso con Izquierda Unida en el gobierno. 
Tengo muy claro, como decía, que la supresión total de los toros es cuestión de años. Quedará como algo ilegal y testimonial, algo parecido a lo que ocurre con las peleas de gallos o de perros. De hecho, varias son ya las comunidades autónomas y los municipios que se han declarado oficialmente libres de tauromaquia y están dedicando sus plazas para espectáculos culturales y zonas gastronómicas. Y si ese proceso ya ha comenzad, no se va a detener, todo lo contrario. Eso y la presencia cada vez más numerosa de colectivos, personas, asociaciones y grupos humanos de todo tipo que están moviéndose las veinticuatro horas al día, los trescientos sesenta y cinco días al año para que estos asesinatos de animales acaben de una vez por todas. 
No es más que un proceso histórico que lleva su tiempo para cumplir su ciclo. Los romanos acabaron con los sacrificios humanos rituales de los pueblos bárbaros; las mentes ilustradas acabaron con los Autos de Fe; las normas favorecedoras de los derechos humanos, acabaron con las ejecuciones públicas de delincuentes y los nuevos tiempos acabarán de una vez por todas con esta barbarie asquerosa, repulsiva e inhumana de matar toros en una plaza pública. 
Mientras tanto, seguiremos siendo uno de los países del mundo más irrespetuoso con los animales y, por supuesto, el país más cruel de occidente, provisto aún de la maldad, insensatez inhumanidad de sus sátrapas medievales.    

30 agosto 2015

HUELLA DEL BÚHO: COMPARACIÓN ESTADÍSTICA AÑOS 2014-2015.


Ya en frío, me he dedicado una buena parte de esta tarde de domingo, día previo a la prueba, a elaborar una rápida estadística de mi peor rendimiento este año con respecto al año anterior. Eso siempre ayuda a conocer qué paso en realidad y, de alguna manera, rectificar errores si de diera el caso. 
Ha habido un elemento fundamental este año: los problemas estomacales. También los tuve el año pasado, pero no me impedían correr -lo hacían las piernas-. Sin embargo este año, excepto en las subidas, donde me quedaba sin fuerza, las piernas no me han impedido correr, a pesar de que a ciertas alturas de la prueba ya lleves los dedos de los pies repletos de rozaduras y sabañones. Me lo impedía el volcán en erupción que era mi estómago. 
Iré paso a paso, tomando referencias los distintos avituallamientos y lo haré en términos comparativos del año pasado con éste: 

En el primer avituallamiento, en el pago de la Sierra del Morrón, a cuatro kilómetros y medio de la salida, el tiempo ha sido casi idéntico: 27 minutos y 53 segundos en 2015; 27 minutos y 56 segundos en 2014. 

En el segundo avituallamiento, en Tózar, en el kilómetro nueve y seiscientos metros, este año he tardado casi un minuto y medio menos que el año pasado. 

En el tercer avituallamiento, en la Fuente de la Corcuera, en el kilómetro 14 y setecientos metros, este año he llegado casi cinco minutos antes. 

Hay que considerar un elemento importante: el tiempo de detención en los avituallamientos. En 2014 me detuve más tiempo por diversas circunstancias. Por lo tanto, el ritmo ha debido ser muy parecido.
Sin embargo, este año ha habido un punto de inflexión con respecto al año anterior en este punto. En favor del año pasado, lógicamente.

En el cuarto avituallamiento, en la Plaza del Ayuntamiento de Moclín, estando ya en el kilómetro 16 y 400 metros, el año pasado tardé en llegar, 2 horas, 28 minutos y 27 segundos. Este año, un minuto y medio más. Aún los tiempos están parejos, hecho que cambia desde Olivares. 

En el quinto avituallamiento, en la Plaza de Olivares, estando ya en el kilómetro 19 y 800 metros, este año, he llegado sobre un minuto y medio antes. Por eso decía, que el hundimiento principal está claro que es desde aquí hasta la meta, en Colomera. 

En el sexto y último avituallamiento, ubicado al final del campo de olivos que arranca desde la zona del nacimiento de Las Majadillas, en la parte alta de Olivares, las diferencias entre este año y el anterior ya se agudizan de manera importante. Cuatro minutos menos el año pasado. Se debe principalmente a lo que decía del estómago, pero también muy importante al hecho que el año anterior me uniera a un pequeño grupo muy compacto, calibrando muy bien el ritmo y este año iba totalmente sólo y en peores condiciones (prefiero unas piernas doloridas a un estómago roto). 

Desde el último avituallamiento, al final de ese camino de olivos y el comienzo de la carretera del Berbe hasta Colomera, las diferencias ya son extremas. El año pasado tardé 10 minutos menos en recorrer esos últimos kilómetros. Influyó también mucho el poder ir con ese grupo, que se desintegró a tan sólo un kilómetro de la meta, cuando ya estaba casi todo el trabajo hecho. Este año también fui sólo y con el estómago cada vez peor.  

Resumiendo, en términos generales, puedo deducir que el año pasado iba peor de piernas, pero incomprensiblemente tenía más 'puch' en las grandes subidas y el estómago no se rebeló demasiado. 
Por su contra este año, tenía mucho más frescas las piernas, pero tenia menos 'puch' en las grandes subidas y el estómago sí me impidió correr todo lo que hubiera querido.  
Por su parte, hay que decir que no se puede afirmar en absoluto que no llegara desechó este año, pero puedo afirmar que esta ocasión, tras vomitar todo lo que me sobraba y me había impedido correr, no me he encontrado tan dolorido y he recuperado mucho mejor que el año pasado. Sigo pensando que mi nivel de forma era mejor, pero las circunstancias diversas de esta prueba siempre se empeñan en llevarte la contraria.   

14 agosto 2015

NUEVAS REFLEXIONES EN TORNO A ILURCO Y LOS RESTOS ROMANOS DE LA VEGA DE PINOS PUENTE

Cuando entreno por la Vega, en todo momento tengo a la vista el Cerro de los Infantes e intento mirar con los ojos de hace más de dos mil años. Y cada vez que lo observo más convencido estoy que es un 'Oppidum' perfecto para los esquemas de los antiguos 'bastetani', que poblaron el mismo. El 'Oppidum' es un término latino que designa un lugar elevado, una colina o meseta, que habitualmente cuenta con defensas naturales, pero también con las que aporta la mano del hombre. Un lugar desde el que se puede controlar los cultivos y la corriente fluvial, así como lugar de vigilancias de incursiones enemigas. Además, solían contar con una corona plana, tipo meseta. 
De acuerdo con estas características, el Cerro de los Infantes, cumple con todos esos requisitos. Un vasto dominio sobre los cultivos de la vega que explotaban y a sus faldas un río, que por entonces, debió ser mucho más amplio y más dotado de fauna acuífera. 
Lógicamente, el acceso al 'Oppidum' no era nada fácil para los hipotéticos enemigos. No muchos, hasta la llegada de Roma. 

Un ejemplo de 'Oppidum'
Los pueblos que vivían en Iberia, por lo general, circunscribían su actuación a su propio territorio. Actuaban como ciudades-estado se podría decir, y a pesar de que se caracterizaban por ser buenos guerreros, raras veces invadían fronteras de los otros. Es más, de lo poco que se conoce sobre el 'modus vivendi' de estos pueblos, toda vez que no solían dejar nada escrito sobre su existencia, se sabe que solían nacer y morir en su propio poblado y pocas noticias tenían de sus pueblos hermanos, por cerca que estuvieran. Las pocas noticias que tenían, casi siempre eran portadas por comerciantes griegos y fenicios que se aventuraran a penetrar en el interior, ya que por lo general eran pueblos que solían comerciar sus mercancías en las ciudades de la costa, mucho más importantes, caso de Gádir, Abdera, Malaka o Sexi. No obstante, había ciudades importantes en el interior -no sabemos si lo era Ilurco-, tales como Orisia, cuyas ruinas se han encontrado cerca de la población de Vílchez, en la provincia de Jaén, o bien Cástulo, cerca de Linares y Obulco, la actual Porcuna, también en Jaén, entre algunas otras. También se podría considerar una ciudad importante -más que nada por la impronta que tuvo esta ciudad para pueblos posteriores-, Iliberis, cerca de Atarfe, pero también con parte en el término municipal de Pinos Puente. Sobre el pasado ibérico de esta ciudad hay dos versiones. Gómez Moreno la ubicó inicialmente en Atarfe, pero posteriormente rectificó y afirmó que era el origen de la actual Granada, en la zona del Albaicín.
Pero volviendo a Ilurco, decía al principio que ese 'oppidum' es perfecto, de libro. Y así debió ser como lo vieron los primeros invasores romanos. 
Con ocasión de la aparición de los restos romanos junto al puente de Alitaje, a un kilómetro de Pinos Puente -y sobre los que escribí aquí hace poco-, he reflexionado sobre la impronta de Roma en esta zona. 
Restos hallados junto al Puente de Alitaje, en la Vega de
Pinos Puente (Foto de J.A. Flores)
 Estos restos, junto a los hallados hace años a tres kilómetros, en Ánzola, demuestra que Roma perpetró su mecanismo habitual desde que decidió venir a Hispania -como le llamaron- para ver qué podían sacar por aquí. Y su mecanismo habitual no era otro que 'civilizar' a su forma las ciudades prerromanas que fueran encontrando a su paso. Lo tuvieron más o menos fácil en toda la península, pero no tanto en la cordillera cantábrica, tierra de astures, cántabros y vascones. Esta zona del norte les costó algo más.
Sin embargo, hay que decir que las formas con las que intentaban conquistar eran más o menos educadas. Eso era así si había aquiescencia del pueblo candidato a conquistar. De lo contrario, no dudaban entrar a cuchillo e invadir por la fuerza. Ese fue el caso de Numancia, a cinco kilómetros de Soría, poblado arévaco que tardaron en conquistar quince años y cuando lo consiguieron se encontraron a un pueblo que se había lapidado, autodestruido, antes de verse conquistado. También fue el caso de Astapa -la actual Estepa- y Calagurris -la actual Calahorra-, si bien estas dos ciudades en menor número de años que la primera.
Por tanto, se supone, que por aquí, por el sur, como era habitual. tanto en la turdetania como en la bastetania, e incluso la oretania, la conquista era rápida. Si había acuerdo con los reyerzuelos locales -a cambio de prebendas, claro está- y si la ciudad era importante, no dudaban en darles el apelativo jurídico de 'municipium'. Es eso lo que pasó con Ilurco al que denominaron 'Municipium Ilurconense'. Por tanto, superado ya ese fácil trámite, no pensemos que Roma se asentó en el 'Oppidum', es decir, en el Cerro de los Infantes. 
Es posible que dentro del 'Oppidum', residieran la mayor parte de los antiguos pobladores de Ilurco, aunque, en mi opinión, también debía de haber casas desperdigadas en torno al Cerro. Sin embargo, el pueblo romano no tenía necesidad de vivir en lugares de difícil acceso, por la sencilla razón de que no tenían enemigos. Sí, existía una potencia amenazante, Cartago, pero ésta ya fue liquidada en la Segunda Guerra Púnica (218-201 antes de la era cristiana). Por tanto, su lugar ideal para vivir es en zona llana a la que gracias a su ingeniería avanzada llevaban agua y mercancias, dada su buena red de calzadas.  De hecho, pensemos en las grandes ciudades españolas sedes de su Imperio: Córdoba (Córduba), Santiponce (Itálica), Emérita Augusta (Mérida), Tarraco (Tarragona), Cesaraugusta (Zaragoza),...todas ellas en lugares llanos, sin necesidad subir grandes cuestas o caminos inaccesibles. 
Eso nos lleva a la posibilidad más que real que tras tomar Ilurco buscaran construir sus casas y palacios en el entorno de la Vega más cercana al Cerro de los Infantes. 
Si el observador curioso pasea por la zona de la Vega cercana a Pinos Puente verá como la franja que hay entre Ánzola y el lugar en el que han aparecido los últimos restos está en línea recta y siempre se tiene a la vista el Cerro de los Infantes. Eso nos puede llevara a la conclusión -y estoy seguro que los arqueológicos lo saben- que en esa franja de tres kilómetros aproximados de longitud se encuentren aún bajos los campos fértiles muchas y más importantes ruinas romanas. De hecho, siempre han aparecido trozos de tejas -que bien podrían ser tégulas romanas- cuando se araban esos campos.
Claro, es tan sólo una opinión, basada en la observación, contrastándola con lo que se conoce sobre las costumbres de estos pueblos.  

Por José Antonio Flores Vera

10 agosto 2015

CIRCUITO PINOS PUENTE- OLIVARES- PINOS PUENTE, COMENTARIO DE UN ENTRENAMIENTO FALLIDO.

Cuando tengo previsto hacer un entreno duro y largo, lo suelo planificar el día anterior. Veo los pros y los contras del terreno, la temperatura que se puede alcanzar, la hora de salida (en verano, básicamente para evitar las horas de temperatura más alta; en invierno, primavera u otoño me da más o menos igual), las zapas más adecuadas para el terreno, la ropa técnica, llevar o no llevar correa de hidratación, ingerir más hidratos o menos, pero aún así, no las tengo todas conmigo. Principalmente por dos motivos: Uno. Porque algunos aspectos planificados se caen del programa. Dos. Porque a pesar de la rigidez con la que planifico la ruta, siempre es posible hacer algunos cambios, en función de cómo me vaya encontrando.
Y algo de eso pasó en el pasado entrenamiento del sábado, ocho de agosto. Cayeron cosas del programa y opté por hacer una ruta, que debí haber acortado dadas las circunstancias. Explico. 
De todo lo planificado, cayeron varias cosas. En primer lugar, la hora de salida y el cálculo incorrecto sobre la temperatura. Lo de la hora lo suponía, porque a las tres y media de la madrugada tenía aún los ojos bien abiertos engolfado en capítulos de la fascinante y adictiva serie francesa Braquo; sin embargo, erré con lo de la temperatura llevado por ese viernes vespertino medio tormentoso y caída hipotética de las mismas. De hecho, el sol no me acompañó apenas a lo largo de los 21 kilómetros de circuito pero estaba ahí, tras las nubes, provocando una calina casi irrespirable en muchos tramos. Esa fue una de mis tumbas y el por qué le llamo a este entrenamiento fallido. A ello hay que sumar lo inoportuno de haber optado por la ruta menos adecuada. 
Cuando comienzas una ruta casi nunca sabes cómo vas a estar unos kilómetros más adelante. En ese aspecto hay muchas sorpresas y me las he llevado todas. Desde salir como una tortuga de ochenta años y llegar como una liebre joven; o bien, salir como una liebre joven y llegar como una tortuga de ochenta años. Así que en ese aspecto no suelo detenerme demasiado. No obstante, a los ocho, diez o doce kilómetros de ruta ya sí es posible vaticinar con bastante exactitud cómo vas, que es justo el momento en el que debes de tomar la decisión de acortar o alargar el circuito. 
Cogí el camino mozárabe, el cual discurre más arriba de la zona de los cementerios de Pinos Puente y a pesar de las dificultades de éste -principalmente en los primeros cinco kilómetros y medio-, me encontraba moderadamente bien. No había ausencia de fuerzas ni piernas cansadas. Así que me dije, que cuando llegara al punto en el que debía de tomar la decisión de volver por el mismo camino o alargar hasta Olivares, siguiendo la carretera que une esta población con Colomera, tomaría la decisión adecuada. Ese punto kilómetro es el ocho y medio. Pero en vistas de lo que ocurrió posteriormente, no tome la adecuada. Decidí seguir hasta Olivares sin valorar en profundidad varias cosas importantes a saber: Una. Malas sensaciones en esa dura recta empinada final hasta llegar a la carretera, que fue como un aviso de falta de fuerzas. Dos. No prever en su justa medida que aunque apenas había sol la calina del nublado era más mortífera que el propio sol cayendo en picado, provocando una sensación de humedad parecida a cuando correr en lugares de costa. Tres. Haber cometido dos errores alimenticios: ingesta de hidratos demasiadas horas antes de la ruta (hidratos, además, de mala calidad, por cierto -pizza-) el día anterior y mal calculo del líquido portado a pesar de haber pasado por dos fuentes públicas. 
El resultado final no podía ser otro que catastrófico: me quedé sin fuerzas antes de llegar al Cortijo de Enmedio, faltando aún cinco kilómetros y medio para llegar a Pinos Puente. 
Subí con relativa solvencia la cuesta que une Olivares con el Cruce con Tiena, pero a partir de ahí, el liquido se fue acabando y el poco que había no estaba ya en condiciones de ser ingerido, a pesar de que había dormido en el congelador toda la noche. Así que los últimos cinco kilómetros fueron un arrastrarse por la carretera, debiendo alternar andar con correr. Exactamente eso me ocurrió en la última Media Maratón de Motril, casi por las mismas circunstancias.
Por suerte, el tramo que une Olivares con Pinos Puente, salvando algunas zonas, es benigno. Existe una continua leve bajada hasta el Cortijo de Enmedio y a partir de ahí el terreno no es demasiado complicado. Aún así, procuraba andar en las bajadas y correr en las subidas para no perder tono muscular, pero eso cada vez era más complicado. 
Normalmente este tipo de malas sensaciones, días antes de una prueba dura, no es demasiado ventajoso para la psicología de un corredor. Ahora bien, en mi caso, no suelo hacer un drama donde no lo hay. Entrenamientos nefastos como éste los he tenido a montones, lo importante es siempre racionalizar las causas, porque si estás entrenando bien y sumando kilómetros, siempre ha de haber un por qué de estos días fallidos. Lo importante es conocer ese por qué y erradicar esas causas, a pesar de que no todo se puede controlar en esto de correr. Sencillamente, hay días en los que el organismo no responde y otros en los que sí. Todo corredor que se precie debe contar con eso. 
Quería contarlo aquí, porque servirá para otros y también para mi mismo, ya que con el paso del tiempo estos artículos suelen ser esclarecedores por su utilidad didáctica.  

Pongo aquí algunas fotos tomadas en esta misma una ruta hecha anteriormente en bicicleta: 


Plaza de Olivares, con su fuente de agua fresquísima. Foto de J.A. Flores.

Bajada de Olivares hacia Pinos Puente, antes de llegar al Cortijo de Enmedio -aún en término de Moclín-. Al fondo ya se aprecia el Piorno y los picos de Sierra Elvira. Foto de J.A. Flores.

Cuesta de Olivares anterior al Cruce de Tiena. Al fondo Olivares y su Barrio Alto. Foto de J.A. Flores.

Búcor (ya en término de Pinos Puente) Foto de J.A. Flores.

09 agosto 2015

CINE: PRIDE (UK, 2014)


Casi nunca me decepciona el cine británico. Aborda como pocos el realismo social. Le interesa las historias contemporáneas, a pesar de de ser un país con una enorme historia tras de sí. 

Pero la Gran Bretaña de ahora no es ni por asomo lo que fue. Un país colonizador, dueño de una gran parte del mundo, dotado de la mejor armada, padre de civilizaciones, del idioma universal, uno de los primeros que accedió a la democracia, el primero con una forma de estado republicana gracias a Cromwell...Sin embargo, lo contemporáneo, lo social, la historia reciente de los últimos treinta años les interesa sobremanera. Y eso gracias, en buena parte, a que tuvieron a bien que les representara una dama de hierro, la infame Margaret Thatcher, que practicó un liberalismo bestial y dio la vuelta al país como un calcetín viejo. Porque mucho tienen que ver esas políticas liberalizadoras con esta película que reseño, Pride (Orgullo), en concreto políticas relacionadas con las minas de carbón que supuso un bastión importante de su política económica.
Porque va de mineros pero también de homosexuales y lesbianas. Una impresionante historial real, que pocos sabríamos que existió si no es por esta excelente película británica del director Matthew Warchus, que dirige más en teatro que en cine. 
Gracias a Pride he podido conocer una historia singular. Una historia de movimientos sociales y laborales que entrecruzan sus mundos con una inusual ternura. Una sociedad británica rural y otra urbana que se dan la mano. Mineros de Gales y homosexuales y lesbianas de Londres que, contra todo pronóstico, un buen día deciden unir sus caminos. 
Pero de todo, lo que realmente te emociona y te engancha a esta película no es otra cosa que las posibilidades que a veces, en ocasiones, tenemos los humanos para mostrar nuestro atributo más propio. Sabíamos de luchas de colectivos unidos en torno a una misma causa, que es algo que se ha de sobrentender, pero poco de luchas paralelas de colectivos tan antagónicos que un buen día deciden revolucionar sus propios mundos.
Todo ello contado con maestría, interpretado con maestría con ese buen elenco de enormes actores y actrices que nos ofrece la antigua y pérfida 'Albión'. Con una excelente fotografía, que siempre nos ofrece el cine británico y que nos permite trasladarnos a su mundo, a sus pueblos, a sus calles, a su peculiar campiña, algo que es un sello muy propio del cine de este país de países. Nada de estudios, nada de atrezzo, nada de imposturas. El mundo tal y como es. Por ese motivo y por otros muchos, procuro no perderme ninguna película británica que aborde el drama social. 
Es imprescindible ver 'Pride'. No verla sería un delito si queremos disfrutar de buen cine británico, de buen cine europeo a fin de cuentas, tan necesario en ocasiones para desintoxicarse de Hollywood. Advertidos quedáis.  

04 agosto 2015

CINE: FELICES 140 (ESPAÑA, 2015)

Con películas como 'Felices 140', el cine español debería de comenzar a quitarse complejos. Es una buena película, dotada de un buen guión, de una buena fotografía, de sobresalientes interpretaciones, con Maribel Verdú a la cabeza, que es posible que haya hecho el papel de su vida. Bajo la dirección de una experimentada directora, Gracia Querejeta, la película aborda todo lo bueno que tiene que tener el buen cine negro, que se asoma un poco a la comedia, pero que, en mi opinión, es mucho más dramática que cómica. 
Pasiones humanas, avaricia, deshonestidad, ambición, falsa amistad, orgullo, arrogancia, falsedad, todo eso desfilará ante los ojos del espectador en grandes dosis. 
Desde mi punto de vista estamos ante una película que se podría haber estirado algo más. Tal vez, unos quince o veinte minutos, porque quizá su punto débil sea su incompleto y precipitado final. Da la sensación que los productores no hayan querido más minutaje por aquello de los exiguos presupuestos del cine español, todo es posible. Dicho esto, no sería ninguna desfachatez una segunda parte porque la historia ofrece esa posibilidad. Es más, una segunda parte bien trenzada sería una magnífica idea para desenlazar y desenmascarar todo lo que se cuece en el fílm que no espolearé, como jamás suelo hacer cuando escribo de cine.
Tan sólo insistir en que contamos con buen cine. Contamos con buenos directores, con buenos guionistas, con buenos actores y actrices, buenos responsables de fotografía, buenos compositores de BSO, buenos montadores..., lo que hay que intentar es perder ese complejo de inferioridad, porque esta película, con esta trama, montada en Hollywood, tan escaso de ideas desde años, podría ser una bomba.
He dicho.

01 agosto 2015

RUTA CALLE ANCHA DE PINOS PUENTE-CAMINO MOZÁRABE-URBANIZACIÓN LOS CORTIJOS-CALLE ANCHA (19 KILÓMETROS)

Las fotos que veréis a continuación corresponden a una ruta grabada parcialmente con la cámara deportiva SJ4000. Una ruta de 19 kilómetros que ha transcurrido prácticamente por caminos entre olivos (apenas 4 kilómetros de asfalto). La ruta salía desde la C/ Ancha de Pinos Puente, en la parte alta del pueblo, cogía el camino de Caparacena y lo dejaba inmediatamente para coger el denominado Camino Mozárabe (que también se utiliza como ruta del Camino de Santiago). Casi siete kilómetros más allá, hay que estar atento para coger otro camino similar, también entre olivos, que nos lleva hasta la Urbanización Los Cortijos-La Ribera, pasando por la Escuela de Vuelo para conectar con la carretera que une el Pantano del Cubillas con Caparacena y Pinos Puente. No obstante, dejé pronto esta carretera para conectar de nuevo con otro camino de olivos, que era de lo que se trataba en este entrenamiento y, posteriormente, volver a salir a la Carretera de Caparacena y llegar de nuevo a Pinos Puente. 
He seleccionado un buen número de fotos que irán acompañadas con un breve texto. Decir que ha sido duro, no sólo por el terreno y el número de kilómetros, sino por el hecho añadido de ir grabando el recorrido parcialmente. No obstante, eso lo suelo hacer en determinadas rutas y, lógicamente, una sola vez, porque es duro ir sacando la cámara -por pequeña que sea- conectarla, grabar y volver a guardarla...y todo eso en ruta.  

Son las las 9,30 horas de la mañana del 1 de agosto y comienza la ruta. El sol ya avisa que no habrá tregua.

Acabo de entrar en Camino Mozárabe. Polvo y olivos será lo único que veré a lo largo de muchos kilómetros.

Comienza la primera dificultad importante a los 1300 metros de iniciada la ruta. No hay problema porque las fuerzas están aún intactas.

La segunda dificultad en el tercer kilómetro es de las más importantes. La cuesta impone. Me escudaré a la derecha buscando algo de sombra.

Vuelvo la vista y vez lejano el Cerro de los Infantes. Viéndolo desde aquí se comprende la estrategia de los pueblos que lo habitaron dada su situación privilegiada que permitía dominar todo el terreno que le circundaba.  

En el kilómetro seis ya se aprecia a lo lejos la localidad de Tiena, perteneciente al término municipal de Moclín...

.....Y si se aprecia Tiena, también es fácil ver algo de Olivares, que apenas permite ver sus casas más altas, ya que el pueblo está escondido en la falda de la sierra.  

Sin embargo, si se aprecia bien el Castillo de Moclín, con su iglesia adosada a sus pies. Esta fortaleza fue una de las más importantes del Reíno Nazarí ya que dada su altura era fácil controlar la entrada de tropas enemigas. Además, desde ella era posible comunicarse a través de espejos o fuego con las principales del Castillo de la Mota de Alcalá la Real (Jaén) y la Alhambra de Granada. Entre todas éstas existía -y existe- todo un complejo sistema de torreones auxiliares, entre los que se encuentra el Torreón de Albolote.   

Cabo de dejar el Camino Mozárabe y me dirijo hacia la Escuela de Vuelo. El sol aprieta, tal y como refleja la fotografía. Voy camino del kilómetro nueve de la ruta.

Aquí podríamos decir que tenía el mundo a mis pies, dada la redondez de la imagen. Al fondo ya se aprecian los picos de Sierra Nevada.

El calor ya se va notando camino del kilómetro 10. No obstante, en ocasiones aparecía una suave brisa, que es mucho pedir si corres entre olivos.

Cuando llego a esta zona intento no mirar al frente, porque aunque parezca una broma, hay que subir aquella endiablada cuesta del final. El sol vigila lanzando sus rayos de fuego.  

Superado el kilómetro 10 pude ver la cara norte de los picos de Sierra Elvira y el Piorno. Eso significa que nos vamos acercando poco a poco al final, no obstante aún quedan nueve kilómetros.   


A la hora de iniciada la ruta, me topo con la Escuela de Vuelo y el comienzo de la zona asfaltada.

Unos kilómetros más adelante entro en la Urbanización Los Cortijos-La Ribera. Altas y lujosas casas con el Piorno de fondo. He superado el kilómetro 12 de la ruta. Ya sólo faltan siete.  

La Avenida Paraíso es enorme. Si estuviera en cualquier capital podría casi atravesarla de punta a punta. Esta avenida me dejará en la carretera que une el Pantano del Cubillas con Caparacena y Pinos Puente.

Ya he superado, por fin, la avenida y conecto con la carretera que me llevará a Pinos Puente, no sin antes volver a entrar a otra zona de olivos. En el margen superior derecho de la foto, un pájaro grande alza el vuelo y me saluda.


Como decía, vuelvo a entrar en otra zona de olivos. Por tanto, no pasaré por Caparecena, que no suelo evitar cuando no llevo agua, pero en esta ocasión sí llevo. Se trata del Camino de Santa Rosa. 

El sol cae sobre mi cabeza, pero es algo que tengo asumido.

Ya estoy en pleno camino de Santa Rosa y y he superado el camino 15 de la ruta. La buena noticia es que aún me quedan fuerzas. Más me vale.

El Camino de Santa Rosa ofrece algún respiro. Un poco más adelante el terreno se volverá a complicar. 

Ya lo dije: este terreno no da tregua.


En esta zona, el camino casi desaparece. La única opción es correr entre piedras intentando imaginarte el camino. Eso es complicado, principalmente, porque también hay una dura subida. Ya son casi las 11,20 minutos y el calor ya aprieta más fuerte.   

Superada la subida anterior, el camino se desliza hacia abajo buscando la carretera que une Caparacena con Pinos Puente. Un poco de respiro no viene nada mal a estas alturas. No obstante el camino está tan roto que cuesta correr por ahí. El Piorno ya preside toda la ruta.

Ya he dejado los olivos y corro por zona de asfalto. Estoy a punto de comenzar la subida de la conocida por los lugareños 'Cuesta de los Muertos' y a punto de entrar en el kilómetro 18 de la ruta.   

Comienza la subida. Esta cuesta siempre es dura. No demasiado larga pero sí intensa, y mucho más si ya llevas un montón de kilómetros en tus piernas y son las 11,32 horas de un 1 de agosto. 



Ya atisbo la llegada. Eso ofrece mucha satisfacción, algo indescriptible. Más satisfacción a más dura sea la ruta. 

Pocas veces se alegra uno de ver al fondo la Calle Ancha, no sólo porque nací en ella, sino porque ya estoy detenido y descansando. Misión cumplida.

31 julio 2015

CINE: LA ÚLTIMA NOCHE (USA, 2002)

Realmente no sé en qué he estado pensando estos últimos años para no haber reparado en esta enorme película de Spike Lee, que cuenta con todo necesario para situarla dentro del gran cine: excelente historia, excelentes diálogos, excelentes interpretaciones, excelente fotografía, excelente banda sonora...,son tantos los excelentes que aquí no cabrían. Lo que sí puedo decir es que se trata de un Lee en estado puro, un director que entiende el cine de una manera muy especial y que es capaz de insuflar poesía a sus historias. 
'La última noche' (que es como se ha subtitulado en español) es tan real como irreal. Todo pareciera transcurrir de una manera natural, pero al mismo tiempo estar dotada de un lirismo que no pertenece al día a día. Sin embargo, la historia y el contexto en el que se produce no es sospechosa de pertenecer a mundos etéreos sino estar muy pegada al suelo, el de Nueva York, una ciudad que da para mucho y que es posible que inspire este tipo de películas.
Pocas veces me ocurre cuando veo una película lo que me ha ocurrido con ésta, que no es otra cosa que esa sensación de estar viendo algo grande hasta el punto de exclamar en voz alta -aunque la haya visto en soledad- las excelencias de la película. Me ha ocurrido de manera similar con algunas novelas, esa admiración indisimulada de apreciar la calidad de lo que escriben, dirigen, interpretan, pintan o esculpen otras personas. Y si eso ocurre puede ser que te estés asomando a una obra maestra, que igual no lo es para la crítica oficial, pero sí para ti. Lo que sí está claro es que está calificada como película de culto. 
Mucho se debe a las interpretaciones en esta película que reseño, a todas ellas, pero en particular, proverbial como siempre Edward Norton, y qué decir del malogrado Phillip Seymour Hoffman ( qué gran actor se llevó tan pronto la parca). 
Aspecto destacado también es la banda sonora debida a Terence Blanchard al compositor y música de jazz de Nueva Orleans. Película basada en una novela del escritor norteamericano David Benioff, más conocido como autor de los guiones de célebres películas como Troya y X-Mens Origins, además de codesarrollar la famosa serie Juego de Tronos.
Una peli que hay que ver.

27 julio 2015

RESTOS ROMANOS EN LA VEGA DE PINOS PUENTE

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Que el pueblo romano tenía querencia por la Vega de Pinos Puente parece demostrado. A los restos que en su día se encontraron en el Cortijo de Ánzola -o Ánsola-, cerca de Casanueva, hay que sumar los que han aparecido estos días junto al  puente de Alitaje, a menos de un kilómetro de las últimas viviendas de Pinos Puente. Los restos han aparecido con ocasión de la construcción del tramo de autovía que conectará Granada con Córdoba, es posible que necesaria, pero que acabará con una parte importante de este vergel (me pregunto que a quién beneficia tanto progreso a un plazo largo). 

Los restos que vemos en las fotografías que hice esta misma mañana demuestran la importancia que dio Roma a esta zona, que lejos de conformarse con la posesión de  la antigua ciudad íbera de Ilurco, a la que concedió el título jurídico de municipio romano (Municipium Ilurconensis), se expandió por la Vega, construyendo si no ciudades, sí varias villas, según se está descubriendo con el hallazgo de los restos. 


Sorprende de estos últimos restos encontrados, tanto la su ubicación como su volumen. Hallados casi en la superficie de una haza a pocos metros de la orilla del río Cubillas. Se trata de varias calles en las que se encuentran alienadas de manera bastante ordenada los cimientos de varias casas. Lógicamente, eso es sólo el principio, porque en el radio de unos tres kilómetros que es la distancia que hay entre esta zona y Ánzola, podrían aparecer muchos más restos, que podrían ir también en dirección al Cerro de los Infantes, cuya zona está atravesada por la Carretera N-432, que une Granada con Córdoba. Insisto que sería muy difícil mantener que existiera en este perímetro una magna ciudad romana, a pesar de que existen las condiciones adecuadas (vega fértil y agua en abundancia y clima equilibrado), pero sí deben de aparecen más villas de importancia, lugares de recreo que bien pudieran utilizar la clase patricia de la floreciente ciudad de Ilurco, que debió de elevarse como ciudad una vez adoptada por Roma, aunque no debemos de desdeñar que ya lo fuera como íbera, por la sencilla razón que Roma sólo daba carácter de Municipium a ciudades íberas que ya tuvieran importancia y que, lógicamente, se dejarán someter al poder romano.

Muchos interrogantes que obviamente ayudarán a conocer los restos que vayan apareciendo

25 julio 2015

EL CASTILLO DE BELILLOS -O VELILLOS- DE PINOS PUENTE



            El Cerro de los Infantes ha sido a lo largo de la historia un crisol de culturas, restos arqueológicos, hechos y acontecimientos importantes. Al margen de su procedencia -que deriva de la Edad del Cobre y llega hasta la época medieval, pasando por el periódico pre-ibérico, ibérico y Romano Imperial-, cuenta con un hecho histórico, quizá el más conocido, y que fue el que dio  nombre al Cerro. Está constatado que el 25 de junio de 1319 se produjo el hecho conocido como Desastre de la Vega, en el que murieron los Infantes Juan y Pedro, ambos de Castilla, en su guerrear contra las tropas del potente ejército del rey nazarí Ismail I. Estos Infantes pertenecían a la élite de la familia real castellana; de hecho eran los tutores de Alfonso XI, bisnieto del poderoso rey Alfonso X, conocido como El Sabio, por sus muchas contribuciones a la ciencia, literatura y traducción. De manera que muy importante debió ser esta batalla para que el ejército castellano estuviera capitaneado por estas dos altas autoridades en persona. No obstante, las hostilidades castellanas no cesaron, pero hubieron de transcurrir otros 173 años para que Granada fuera tomada por la descendiente de aquellos antiguos reyes castellanos, Isabel, Reina de Castilla, unida en matrimonio con Fernando, heredero del Reino de Aragón, que por aquel entonces pasaba por ser uno de los reinos más potentes de la península ibérica, con importantes posesiones territoriales tanto en España como en Italia.
            Volviendo al Cerro, hay que decir que existe datación arqueológica e histórica de restos de lienzos de muralla que se han datado como del Bronce Pleno, aunque en tiempos de íberos y romanos se yuxtapusieron construcciones, descubriéndose éstas sobre todo en el entorno de la Corona del Cerro. Incluso, en la Corona, se puede observar como una especie de foso, que al parecer podría ser una cisterna, o bien un horno para cocer cerámica. La cerámica no era un aspecto fuerte en la civilización íbera, por lo que debió de haber existido influencia probablemente griega que, al parecer, se movieron por el interior del  territorio andaluz. 
            Pero, quizá, uno los episodios más desconocidos es la existencia de un fastuoso castillo construido a finales del siglo XI, casi tres siglos antes de la muerte de esos dos Infantes castellanos.





            Y es que gracias a sus memorias, escritas (un manuscrito denominado Al-Tibyan) en su destierro por Abd Allah, último rey ziri de la taifa de Granada que reinó entre los años 1073-1090, se pudo conocer de la existencia del Castillo de Belillos -o Velillos, como le llamamos ahora-. El término antiguo Ballilus, según varios expertos, proviene del latino vallis, valle, pero más propiamente de su diminutivo, en plural, velillox, o bien, vallecillos (ese vallecillo no podía ser otra cosa que la amplia Vega, la cual se domina de manera extraordinaria desde lo alto del Cerro). La razón de la construcción de este Castillo, que estuvo ubicado en el Cerro de los Infantes y del que no hay apenas vestigios -se especula que fuera organizadamente desmontado unos siglos más tarde- es la negativa del rey granadino de pagar tributos a Alfonso VI de Castilla. Esto propició una alianza entre el rey cristiano y el rey de Sevilla Al-Mu'tamid de Sevilla, enemigo del rey granadino (pensemos que las taifas eran como países independientes entre ellos, aunque compartieran religión y procedencia). La idea no era otra que acercarse a la capital granadina para ejercer su control y apoderarse de sus muchos tesoros. Alfonso VI y Al-Mu'tamid acordaron edificar el Castillo de Belillos en el año 1073, justo el año en el que se erigió rey de Granada, Abdallah, si bien las hostilidades ya derivaban de los tiempos de reinado de su abuelo Badis, al que sucedió Abdallah.
            El propio Abdallah escribe textualmente: 'Estuvieron conformes en que había que edificar contra Granada un castillo, que la pusiera en aprieto, en tanto caía en sus manos....'; 'Él mismo -Adhá rey de Sevilla- fue quien, con este objeto, les indicó el lugar donde edificar el castillo de Belillos'. Más adelante, continúa escribiendo el rey granadino: 'Para reforzar la fábrica de este castillo alquiló Ibn'Ammar los servicios de un ejército de Alfonso y aprestó grandes sumas de dinero..(...). El mismo Al-Mu'tamid vino en persona para vigilar cómo iban los trabajos y, durante todo el tiempo que estuvo allí, hizo continuos desfiles militares por las cercanías de Granada, con la esperanza de que los habitantes de la ciudad se sublevarían en su favor ', continúa diciendo. Finalmente, reconoce Abd Allah, que acaba por prometer a Alfonso el pago de las sumas que antes le había pedido para evitar que la guarnición de Belillos -que debía ser bastante salvaje, como es común en los mercenarios- siguiera devastando y hostigando la Vega de Granada.

            Como decía, el Castillo desapareció, pero quedaron restos de muros, tal y como podemos ver en las fotografías del Cortijo de los Ángeles (cualquiera puede ir hasta allí y observar los restos), en la que se incluye un dibujo de lo quedaba del Castillo, tal y como lo presenció y dibujo F. Heylán, un viajero extranjero, hacía el año 1614. (Clickear en las imágenes para ver mejor). En ese sentido, quedé impresionado por la semejanza de estos muros-contrafuertes con los dibujados por Heylán.
            Muy  importante sería profundizar y explotar en favor de Pinos este hecho histórico y, como dije en la presentación de mi libro, destacar la presencia en el Cerro de los Infantes de Pinos Puente -tal y como sostiene en sus memorias Abd Allah-  de unos de los reyes musulmanes más importante de la España musulmán, el rey  de Sevilla, gran gobernante según las crónicas y enorme poeta, Al-Mu'tamid.

            Hay mucho más material sobre este asunto, pero como sabemos no es este el sitio más adecuado para extenderse. 

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...