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07 febrero 2020

NOVELA EQUÍS QUERÍA CORRER














SINOPSIS:

     Equis es un tipo normal que un buen decide comenzar a correr. Lo ha intentado en varias ocasiones sin éxito, por una razón o por otra. Curiosamente, siempre desea comenzar a correr cuando decide cambiar algún aspecto de su vida, que no le satisface. Su estrecho entorno no comprende que desee correr ni cree que esté preparado para ello, y menos que nadie su esposa, la cual prefiere que siga en el bar maltratando su hígado a que corra. La aversión de ella a esa práctica deportiva es casi enfermiza. Eso produce una tremenda crisis en el aparente tranquilo matrimonio. Pero, siempre hay un pasado sorprendente, y se vuelve a constatar que las cosas no son como parecen en esta historia de encuentros y desencuentros.

CRÍTICA LITERARIA DE HEYDEVENIR:

¿Quién no ha intentado alguna vez empezar a hacer ejercicio y desiste a los dos días? Equis quería correr cuenta la historia de Equis, una persona aparentemente normal que, cansada de ciertos aspectos de su vida, trata de cambiarlos corriendo. Es una novela con encuentros y desencuentros, de amores y desamoresEs un libro muy humano que hace que el lector se sienta identificado en algún momento conforme devora las páginas, porque sí, quien se anime a leerlo, las devorará. Equis quería correr posee una estructura sencilla y una narrativa muy amena, lo que facilita su lectura, y bajo una apariencia trágica debido a los blancos y negros, amores y desamores, éxitos y fracasos, etc., cuenta con unos toques de humor que consiguen que la lectura sea divertida. A primera vista puede parecer una novela que trata sobre el deporte, sobre correr. Pero como bien nos contaba su autor, José Antonio Flores Vera, en la entrevista que le hicimos, realmente se trata de un tapiz de fondo sobre el que se desarrolla la historia, que no quita que un aficionado a correr vaya a disfrutar más o menos del libro, pues como os decíamos, la historia es tan humana que cualquiera se siente identificadoEquis quería correr es una novela sencilla, entretenida, triste, alegre, divertida y sorprendente, pues el final no dejará indiferente a nadie. Desde Devenir recomendamos encarecidamente su lectura. Enhorabuena a José Antonio por este gran libro.

Si estás interesado en esta novela la puedes adquirir en Amazon: 


24 octubre 2018

RELATOS Y ARTÍCULOS DE VIAJES (EBOOK)


La literatura de viajes se caracteriza por un elemento fundamental: el autor convierte en literatura lo que observa. Por eso, resulta tan atractiva. En este libro, el autor nos acerca a distintas ciudades y lugares de España y Europa, y nos cuenta en tercera persona, a modo de relato, sus impresiones, anécdotas, vicisitudes, reflexiones..., todo aquello que jamás podremos leer en una guía o página de viajes de Internet. Se trata de la visión del viajero que busca convertir su experiencia en literatura. Por tanto, el lector, podrá disfrutar a través de sus relatos de todo aquello que ofrecen las ciudades y lugares que solo es posible ver a través de la observación y las palabras. Es por ello por lo que el relato de viaje como género literario gana cada vez más adeptos y resulta tan interesante. Además, cuenta con la particularidad de poder guiar al futuro viajero por lugares que no conoce, complementado de manera literaria lo que ya tiene previsto visitar; o bien, descubrir cosas nuevas de lugares que ya ha visitado, pero que es posible que no haya advertido. O incluso, viajar con la imaginación a través de los relatos mismos. Esa es la magia de la palabra escrita, la cual vinculada al viaje en sí, se convierte en algo único. 

Circunscribiéndonos al contenido del libro, el lector podrá encontrar en él relatos de lo más variopinto, contenido y extensión. Y eso es así, porque no hay dos lugares ni dos viajes iguales. Cada cual tendrá su propia personalidad. Es por eso, por lo que el autor de este libro está convencido de que es el lugar o la ciudad que se visita lo que determina si se ha de escribir sobre ello o no. Viajará a La Mancha quijotesca, pero después lo hará al desierto de Tabernas o a la Cádiz milenaria; o bien visitará a través del texto la mágica Irlanda o penetrará en las atiborradas pero correctas calles londinenses, o bien se perderá en la Roma eterna para después visitar cuatro ciudades de la Baviera alemana. Pero no serán solo esos lugares los que visitará, serán muchos más.
El libro se complementa con artículos relacionados con viajes que el autor ha publicado en prensa y en revistas. Asimismo, el lector podrá leer un relato de un viaje muy especial relacionado con la figura de Colón, un viaje iniciático desde Santa Fé a través de la Vega de Granada, tras exponer su proyecto del Nuevo Mundo a los Reyes Católicos, los cuales se encuentran a la espera de tomar Granada al último reino nazarí de la península ibérica. Este relato pertenece a su libro "Conversación en la taberna y 41 relatos".



LOS RELATOS DE LAS LAS CIUDADES Y LUGARES QUE APARECEN EN ESTE LIBRO SON:



ESPAÑA: CÁDIZ, CABO DE TRAFALGAR, SANCTI PETRI, TABERNAS, TOLEDO ALMUÑECAR, MADRID, BARCELONA, LA MANCHA



EUROPA: ALEMANIA (Cuatro ciudades bávaras: Múnich, Núremberg, Würzburg y Rothenburg), Berlín 
IRLANDA Dublín, Acantilados de Moher,
INGLATERRA: Londres,
PORTUGAL: Lisboa, Oporto, Coimbra, El Algarve, Valença Ponte do Lima, Do Minho, Viana do Castelo, Braganza, Évora, Elvas, ITALIA: Roma, Florencia y Bolonia. 

Ebook disponible en exclusiva en Amazon

19 octubre 2018

EQUIS QUERÍA CORRER (NOVELA CORTA) SERÁ PUBLICADA

Tras muchas horas de dedicación a mi novela corta Equis quería correr (mi primera novela que verá la luz), será publicada. He valorado mucho cómo hacerlo. Las vías no son demasiadas, sobre todo para un autor desconocido que jamás ha publicado una novela, aunque sí haya publicado otros géneros, que, hay que decirlo, tampoco han sido demasiado conocidos. A saber las vías son más o menos estas: A) envío del manuscrito a una editorial tradicional y prestigiosa, que no leerá porque se acumulan los manuscritos en sus oficinas, a no ser que llegue avalada por un agente, que tampoco es fácil encontrar, ya que estos también están hasta arriba de manuscritos. B) Buscar una editorial pequeña, que apenas tiene distribución física (en realidad casi ninguna) aunque sí la tenga mediante catálogo. A través de esta editorial pequeña se podrá publicar por varias vías, si se presta a ellas: enviar el manuscrito para que lo valoren y una vez valorado y decidan publicarlo, firmar un contrato, casi siempre leonino para el autor, y dejar que ellos lleven a cabo todo el proceso editorial, sin que tú apenas puedas hacer nada (he pasado por ahí o casi); y no poder hacer nada -y eso dependerá mucho del talante de la editorial- significa no poder elegir portada, tipo de maquetación, tamaño del libro, tipo de letra, corrección o precio. Son demasiados requisitos para un resultado que no será nada del otro mundo, porque tampoco la van a distribuir y, al final, todo el proceso de marketing lo tendría que hacer el autor, o sea, yo. Podría admitir algunas de estas cosas, pero hay otras que no. Por ejemplo, el precio. Este suele ser alto, sencillamente, porque al asumir la editorial todo el proceso editorial, intentará rentabilizar los costes y como sabe que no podrá hacerlo a través de miles de ventas lo hará gracias al amplio margen de ganancia que calculará por cada libro vendido. El resultado será que un libro que tiene un coste aproximado de cinco o seis euros lo venderá a quince, dieciséis o dieciocho euros y a esos precios un libro de formato estándar de medidas 15X21 y de unas doscientas cincuenta a trescientas páginas resultará caro, ya que es un precio más propio para un libro de mayor tamaño con tapa dura y de autores conocidos. Por tanto, lo idea es optar por una forma intermedia: asumir yo el proceso editorial, ayudándome de las editoriales honestas que prestan servicios pero que también llevan a cabo un proceso editorial solvente. De esa manera, podré opinar e intervenir en todo el proceso editorial y, lo que es más importante, fijar un precio más que razonable, que para un libro de las características antes anotadas no debería de estar por encima de los diez o doce euros.
Por tanto, dicho esto, este que os escribe desde este lejano rincón digital, va a publicar su primera novela, la cual ya casi he terminado de revisar por tercera vez, una vez leídos los borradores por mis lectores 0 y hechas sus sugerencias. Ya solo queda ese último o primer proceso editorial (depende cómo se mire): la corrección profesional y, posteriormente, todos los demás. 
Dicho también esto, expondré ahora los motivos por los que me ilusiona publicar esta primera novela. Son muchos, pero los trataré de resumir para no hacerme muy pesado (porque si habéis llegado hasta aquí es posible que dejéis ya de leer): el primer y principal es que he trabajado mucho en ella. No saldrá perfecta, porque ningún libro lo es, ni tampoco creo que vaya a ganarse a todos los lectores del planeta, pero es una novela a la que me he dedicado e intentado pulir lo máximo posible como el escultor pule una roca para sacar de ahí una escultura o un pintor da vida a un lienzo. El segundo, está más relacionado con mi proyección como escritor no profesional: necesitaba dar ese salto. Y aunque se trata de una novela corta (dedicaré otro día un post para hablar del proceso creativo que he seguido) que tendrá unas 53 000 palabras, necesitaba comprobar cómo me desenvuelvo en el género largo, más allá del relato corto, que es lo que más he escrito hasta ahora.
Hay más razones, pero las dejaré para otro momento. Tan solo comentarios (si ya habéis llegado hasta aquí, os pido un poco más de paciencia, por favor, que ya acabo), que no pretendo hacer una presentación como las anteriores -para quienes las hayáis vivido-, sino más discreta y con menos aforo. Llevo muy mal el compromiso de que se asista a la presentación de mis libros porque sea yo el autor y me conocéis. Prefiero que asistan cinco lectores que, en realidad, les interese mi libro y lo busque, a que asistan sesenta que lo hagan porque soy yo quien ha escrito el libro. Las presentaciones son pretenciosas y hay demasiadas, pero pueden ser divertidas y  emocionantes, además de un magnifico acto cultural, casi siempre enriquecedor. Por tanto, la haré en una librería, un lugar idóneo para presentar un libro y con poco aforo, muy a la americana. Intentaré que sea antes de que acabe 2018, pero queda aún bastante para culminar el libro y la Navidad está cercana y es mala fecha para presentar libros. Si no es posible, ya me iría al mes de marzo (los primeros meses del año sin realmente grises y oscuros) porque tampoco quiero llegar a la Feria del Libro, que se está convirtiendo también en algo muy pretencioso. 
Pero de todo eso ya hablaré otro día.  

20 agosto 2018

MIS LIBROS PUBLICADOS Y DÓNDE ENCONTRARLOS

En esta entrada doy un repaso a lo que, hasta ahora, he publicado y dónde encontrarlo. Para tal fin cree una pestaña (actualizable) donde se detalla toda la información de cada uno de los libros. Es necesario hacerlo por dos motivos: 

1. Porque está disperso y son varios lugares tanto físicos como digitales en los que están los libros.

2. Porque de esta forma actualizo la información, sobre todo pensando en los nuevos futuros lectores que entran en este blog o a través de las redes sociales.

De esa manera la información está siempre fresca. Por tanto ésta que veis a continuación es la pestaña informativa: 


INFORMACIÓN SOBRE MIS LIBROS PUBLICADOS Y DÓNDE ENCONTRARLOS

24 junio 2018

RELATO DE VIAJE: BARCELONA (LIBRO: RELATOS Y ARTÍCULOS DE VIAJES. AMAZON)


Barcelona es una ciudad predispuesta para la literatura. Lo venía a decir un lector del blog del viajero, Adán, desde Chile, en un comentario anterior a raíz de un artículo publicado por el viajero en la revista granadina Garnata —ya desaparecida— sobre las ciudades literarias (el cual podrá leer el atento lector en el apartado de artículos de viajes en este mismo libro). Y, precisamente, el viajero venía de visitar esta ciudad en estos días y corroboraba ese hecho que ya había observado con la lectura, no solo en los últimos bestseller de dos narradores catalanes: Carlos Ruiz Zafón e Ildefonso Falcones, sino en esa novela que narra lo que marca un antes y un después de esa Barcelona universal y diversa, que no es otra que la excelente La ciudad de los prodigios del inagotable Eduardo Mendoza. Además, el premio Nobel de literatura, Vargas Llosa, se siente un catalán más porque hizo de Barcelona uno de sus refugios escribidores. Por tanto, mucho de literario ha de tener esta ciudad para que confluyan tantos autores y acontecimientos relacionados con los libros.
Barcelona —igual que ocurre con Madrid—, es una ciudad que se transforma en varias. Porque existen varias ciudades superestructuradas de forma independiente, aunque, al mismo tiempo, conectadas de una forma u otra. La Barcelona futbolera que habita y respira en torno a ese equipo de sueños infinitos nada tendrá en común con esa Barcelona golfa y babélica del Raval; y la medieval presencia del Barrio Gótico y el Born, con la simbólica irrupción de Santa María del Mar que tan amplia e irregular novela inspiró a Ildefonso Falcones, probablemente jamás se den la mano con la Barcelona moderna, próspera y rica de la Diagonal o del entorno de esos edificios vanguardistas simbolizados por la torre Agbar; o, tal vez, esa variopinta y heterogénea mezcla que representa esa montaña (también mágica) de Montjuic que alberga tanto una espléndida muestra de pintura y escultura románica y gótica contenida en su Museo Nacional de Arte de Cataluña como la majestuosidad de su mediático Estadio Olímpico. Todo es inacabable e inabordable en esta ciudad, símbolo del catalanismo.
Esas superestructuras que se contienen en una misma ciudad, lógicamente, dan mucho juego para hacer literatura, porque las ciudades literarias no se nutren solo de calles y plaza pintorescas, históricas o artísticas sino de la variedad que conforman sus gentes y sus relaciones, que son los elementos necesarios que pueden elevar a categoría literaria a una ciudad. Y en todo eso Barcelona —como para muchos en el fútbol— gana por goleada.
El viajero ha comprendido que Barcelona va siempre un paso por delante. Eso es muy evidente cuando se pasea por ella. Porque pocas ciudades ofrecen una modernidad tan avanzada como la Ciudad Condal dentro del territorio español; una modernidad que conecta sobremanera con lo más selecto de las ciudades europeas de nuestro entorno.
Locales dedicados al ocio, revestidos de un diseño desconocido por estos lares, comercios diseñados de la manera más vanguardista, gente vestida de la forma más variopinta que pasea por esa infinita riada de personas llegadas de todo el mundo que son sus Ramblas o un mercado antiguo, como el de La Boquería, transformado en un lugar en el que los productos delicatessen se mezclan con los más tradicionales. Todo es posible en esta Barcelona de principios del siglo XXI, en la que el viajero se ha sentido muy a gusto en las vísperas navideñas, que es cuando la ha visitado.

03 junio 2018

UNA CUESTIÓN DE PESO



Para los corredores siempre hay una cuestión de peso en su mente. Al peso físico me refiero. Es lógico que sea así. No sólo porque les parece más estético estar delgados —que quizá sea la cuestión más superficial— si se dedican a correr habitualmente, sino porque un menor peso siempre posibilitará que puedan correr mejor y castigar menos la musculatura de sus miembros inferiores. Pero no todo el mundo tiene una predisposición genética a perder peso con facilidad y a estar siempre delgado, ni siquiera los corredores habituales. Por lo general, la mayoría de la gente aumenta de peso con la edad por una razón muy sencilla: por poco que se coma, siempre se ingieren más calorías que las que realmente gastamos al necesitar el organismo menos energía para subsistir y existir un mayor número de aparatos eléctricos y electrónicos, así como artilugios de todo tipo que, sí, hacen nuestra existencia más cómoda, pero también contribuyen a que nos movamos menos. Todo lo positivo también tiene algo de negativo. Un ejemplo muy sencillo: el mando a distancia que tienen todos los aparatos del tipo que sean hace muy cómoda nuestra vida, pero tiene el inconveniente de evitar la movilidad necesaria para conectar, desconectar o graduar el aparato que controla. Podrá parecer poco significativo, pero sí lo es, sobre todo si consideramos que se trata de una actividad —inactividad en este caso— diaria. Además, se da la circunstancia que la comida que consumimos cada vez está menos elaborada y es más insana, así como provista de elementos químicos y grasas saturadas o transgénicas que no convienen nada a nuestro organismo. Es innegable que con el paso de los años alcanzamos un mayor estatus económico “o al menos era lo habitual antes de la pertinaz crisis”, y eso hace que nuestra vida sea más hedonista, sedentaria y cómoda. Y esa vida hedonista, invariablemente, siempre tiene un fiel aliado: el cuerno de la abundancia, repleto de viandas y bebida; más de las que podemos y debemos permitirnos. Así que todo esto sumado produce consecuencias catastróficas. Hay que añadir también un factor nutricional, porque no se trata solo de lo mucho o poco que se coma sino del tipo de productos que se consuman, ya que todas las calorías no son iguales. De hecho, las más caloríficas suelen estar más unidas al placer culinario y los menos a la vida más ascética y ordenada, que suele exigir sacrificios añadidos. Los corredores, a pesar de que gastan más calorías que la media, no son de otro planeta —bueno, algunos sí— y sucumben también a esa vida cómoda, a esa comida basura y a esa bebida azucarada que se encuentra por todas partes, hasta el punto de que tienen que hacer un verdadero esfuerzo para abstenerse. El corredor en ciernes, ese que va adquiriendo el hábito de correr, no es consciente al principio de los hábitos culinarios que ha tenido antes de iniciarse en el deporte. Comprueba —y comprueban— que va perdiendo peso, pero aún no es capaz de asimilar por completo si se debe a esa afición de devorar kilómetros por caminos o al cambio de hábito alimenticio; o a ambas cosas. Sabe que se siente mejor y que cada vez ignora más esa comida basura que antes le encandilaba. Se podría decir que es un proceso casi natural, como si fuera el propio organismo el que rechazara comer ese tipo de alimentos que nada le aportan. Comprueba asimismo que, si por alguna circunstancia deja de correr durante cierto tiempo, es posible que vuelva otra vez a ese picoteo tan peligroso y, en consecuencia, se dispare de nuevo la báscula. Eso hace que decida volver a correr si cabe con más intensidad. Es como una especie de círculo vicioso. Sí, es cierto que para la población en general está delgado, pero es posible que no lo suficiente para el intramundo que gira en torno al corredor. Lee y se documenta, para acabar llegando a la conclusión que la única manera de poder acercarse a su peso forma es controlar también la alimentación. No hay fórmulas mágicas. Particularmente, mucha gente me pregunta si los corredores hacemos dietas específicas y les contesto que por lo general no; es más, no es conveniente porque, en mi opinión, todas las dietas adolecen de defectos y evitan que ingieras algún alimento básico para nuestro organismo. Lo que hacemos —les digo— es comer de manera sana, evitando atiborrarse y, sobre todo, evitando determinados tipos de alimentos “frituras, grasas saturadas y transgénicas, golosinas, frutos secos en abundancia, alcohol en cantidades altas, bollería industrial, comida basura, el tapeo... etc.”. Lógicamente, cuando les enumeras toda esa retahíla de alimentos prohibitivos la mayoría considera que, en su caso, es misión imposible; pero yo les digo que en absoluto es necesario el consumo de todos esos alimentos perjudiciales, que lo único que provocan es mal alimentarte y hacer que ganes peso. He de decir al hilo de esto, que casi me escandaliza los alimentos que habitualmente comen algunas personas que, además, no hacen ejercicio físico alguno. Por lo que respecta a mi caso particular —que en absoluto soy un purista de la alimentación—, no me supone ningún esfuerzo añadido apartarme de estos productos, pero he decir que tampoco los desdeño si se tercian en determinadas ocasiones. No hay que hacer tabú de ellos. Conviene pecar un poco para no pecar siempre. Por ejemplo, nunca los desdeño cuando viajo por placer porque siempre me intereso por la gastronomía del lugar, sea la que sea, y si ésta incluye alimentos de los denominados “no deseados”, jamás los rechazo porque sé que no me voy a atiborrar ni van a estar presentes en mi dieta diaria, a lo sumo unos cuantos días. Hay que admitir que no siempre se coge peso porque se tenga más grasa. Puede ser que sea porque se tenga más músculo, pero la sensación de delgadez siempre pasa por tener la menor grasa posible. Así que me dije que había que ponerse manos a la obra y fue el pasado junio “de hace unos cuantos años” cuando comencé a reflexionar y a documentarme. Comprendí que había un principio muy básico —exageradamente básico diría yo— al que se referían desde grandes maestros de la nutrición académica, como es el caso de Grande Covián, hasta grandes atletas profesionales, como es el caso del campeón mundial de maratón Martín Fiz: hay que gastar más calorías que las que se ingieren. Pero, a pesar de ser un axioma de fácil construcción, no es tan fácil llevarlo a la práctica, ya que es muy importante que los corredores ingieran los nutrientes y los oligoelementos necesarios para que su dura actividad física no acabe por enfermarles. Así que creí haber dado con la tecla para bajar de peso: disminuir más la ingesta de hidratos de carbono, principalmente, en la cena; alejarme, por completo del tapeo a mediodía los siete día de la semana —lógicamente, advirtiéndoselo antes a los amigos y compas de oficina—, estabilizar el consumo de proteínas —sin que sea necesario llegar a la, en mi opinión, malsana dieta Dukan, como después indicaré—, aumentar el consumo de fruta, eliminar carnes que no sean magras (escrito con anterioridad a que el autor se hiciera vegetariano),  eliminar todo el alcohol de las bebidas espirituosas y no atiborrarme de ninguna comida por poco calórica que sea. Por suerte, hace años, había eliminado de la dieta normal todos esos alimentos basura que antes enumeraba. Lo que he decidido no hacer, porque por ahora no es necesario, es eliminar la cerveza. Cada día proliferan más estudios rigurosos en los que se deduce que la relación entre el correr y la cerveza es amigable ¿Llegaré a ese menor peso propuesto con este plan? Estimo que sí. Al menos voy camino de ello. Pero, aconsejo, que cada uno adapte y adopte su propio sistema, el que le vaya bien, sin agobios ni obsesiones. No olvidemos que cada cual es dueño de una genética, una fisonomía y unas necesidades distintas. Y, si es posible, siempre es conveniente estar bien aconsejado por profesionales, tanto endocrinos como dietistas, si se trata de llevar a cabo algún cambio serio en la alimentación.  

15 mayo 2018

LA MADUREZ DEL ESCRITOR INDIE

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Es común que quienes dedicamos gran parte de nuestro tiempo libre a escribir (porque no somos profesionales y hay que compartirlo con un trabajo remunerado que nos posibilite pagar las facturas) vayamos atravesando etapas, muy necesarias para hacernos como escritores. Es algo que lo solemos comentar entre nosotros, bien cuando hablamos en el plano físico como en el virtual, mucho más común en la actualidad. Esas etapas han de darse de manera progresiva y sería inútil forzarlas o tergiversarlas. Son etapas de madurez, de autocrítica, de perfeccionamiento, de solidez... Etapas que son, en ocasiones, inacabables e inabarcables, dado que la literatura es un arte -como todo arte- que no deja de exigir perfección. Una de éstas es el perfeccionamiento, mejoramiento y corrección de tus propios textos, al tiempo que la necesaria autocrítica, que siempre será positiva porque ayuda a crecer.
Cuando comenzamos a escribir y a publicar somos ingenuos. Nos vence la ilusión y falta de paciencia por publicar; porque hoy día ya no es necesario hacerlo con una editorial que acepte nuestra obra. Sin embargo, ahí radica el principal problema y la trampa más temible. Hemos de partir de la base que tampoco se asegura la perfección en la expresión lingüística, semántica, ortotipográfica y de estilo publicando con una editorial tradicional potente y prestigiosa, pero sí es seguro que el producto final será mejor o, al menos, más cuidado. A sensu contrario, publicar por tu cuenta, gracias a las múltiples posibilidades que ofrece hoy día la era digital y editorial, tiene sus riesgos. De ahí que no sea igual autopublicarse que autoeditarse. Es completamente comprensible que la mayoría de quienes publicamos optemos por estas dos vías, pero para evitar esos riesgos y problemas a los que me refería, cada vez es más necesario acercarse a la autoedición cuidada y profesional y apartarse de la autopublicación que casi nunca cuenta con las garantías y profesionalidad exigida a un producto decente, que en este caso será tu propio libro y por ende, tu propia carrera como escritor. En la parte intermedia, existen gran cantidad de pretendidas editoriales que ofrecen sus servicios de autopublicación, pero pocas apuestas por servicios de autoedición de calidad. A todo este proceso se ha dado en llamar autor indie, que es un autor que se convierte en dueño de todo el proceso creativo y editorial, radicando en varias o todas esas fases de ese proceso su principal problema y error. 
Si una editorial solvente, una vez entregado el manuscrito del escritor al que desea publicar, necesitar atravesar todas esas fases desde que se entrega el manuscrito al editor, ¿por qué un autor indie no ha de asumirlas todas de igual manera? Efectivamente, en ambos casos hay que asumirlas todas y cada una de ellas, la única diferencia está en que en el primer caso será la propia editorial la que las asumirá, aunque no todas las editoriales las cumplen todas a rajatabla, y en el segundo, en el caso del autor autoeditado, deberá de asumirlas él mismo, para lo cual se aconseja que lo haga contratando los servicios de profesionales adecuados que le corrijan la obra, la diseñen la portada, le maqueten el texto y le impriman los libros. Luego, llegará la labor más correosa y, tal vez, difícil, como es la promoción de sus propios libros, aspecto éste que bien llevado y trabajado da resultados excelentes, según vemos en muchos casos, gracias, sobre todo, a la innovación actual de las plataformas digitales como Amazon, que se ha convertido en la librería virtual más grande del planeta. Sobre esto habría mucho de qué hablar y exigiría nuevos artículos, que poco a poco irán llegando. Baste plasmar en éste esos elementos básicos que establecen de manera diferenciada la forma de edición. Y que sirva también lo aquí explicado como argumento válido de lo que apuntaba al principio sobre esa etapa de madurez a la que vamos llegando los que ya tenemos más de un libro publicado, una etapa de madurez que hace que te conviertas en un autor indie serio autoeditado en vez de un autor desorientado autopublicado. Porque el problema hoy día no es que que el mercado editorial profesional tradicional no desee publicar a escritores no conocidos o nada mediáticos, sino que muchos de los conocidos y mediáticos cada vez tienen menos cabida en ese sector editorial tradicional, mientras que otros prefieren seguir siendo indies porque les va mejor que siendo publicados por esas prestigiosas editoriales, que exigen muchos sacrificios y ofrecen por lo general, pocos emolumentos y satisfacciones.                 

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...