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29 junio 2012

¿QUIÉN DICE CALOR?


Seguramente que lo que se pregunta el título de esta entrada es lo que pensarán nuestros amigos organizadores del Circuito de Diputación porque me acaban de comunicar por correo electrónico que la prueba de fondo de "Dílar" no será el 8 de julio. Será el 15. 
Me imagino que quien no haya corrido esta prueba -o sencillamente no haya corrido- no comprenderá a lo que me refiero, pero seguramente sí lo hará quien haya corrido esta prueba en años anteriores, que con independencia de que salga de Dílar, Otura u Ogíjares su recorrido es exigente, dadas las subidas que hay que ir superando y el fuerte calor que hará. No olvidemos que el problema no está en correr en julio, pero sí correr en julio una prueba de competición a las 10 horas, donde el sol ya está bien alto. 
Hay experiencias infinitamente más duras, y el Veleta es el mejor ejemplo, pero no hay que olvidar que en esta prueba se comienza sobre las 7 de la mañana y cuando el sol ya está alto, a las diez de la mañana, ya estamos en zonas frescas con muchos grados menos. 
Pero, en fin, es lo que toca y hay que asumirlo. 

En el plano personal, percibo que voy avanzando poco a poco, a pesar de que no son muchos los kilómetros que hago. Pero es algo que aprecias cuando das los primeros pasos. Los primeros meses de inactividad hay que ir integrándolos poco a poco, sin locuras, y menos en estas fechas en las que el calor no te permite hacer grandes recorridos. 
Por lo pronto, planteo el fin de semana con una carga aproximada de 25 kilómetros, repartidos entre el sábado y el domingo. Volveré a los olivos y llanearé por la Vega, que son dos entrenamientos que se complementan muy bien. 
Y un dilema: dado que el entrenamiento sabatino no podré hacerlo por la mañana, lo llevaré a cabo a partir de las ocho y media de la tarde, que imposibilitará poder salir el domingo por la mañana. Así que no habrá más remedio que rodar en el mismo intervalo horario de la final de la Eurocopa ya que no antepongo el partido al entrenamiento, entre otras cosas porque la marca España cada vez mes seduce menos, dado el esperpento institucional de este país. Así, de camino, evitaré verle el careto y la papada el principito, que a pesar de que España estará representada por el Presidente del Gobierno, él, totalmente preocupado por la situación económica del país y haciendo gala de la típica austeridad y solidaridad de los borbones, tirará de presupuesto público y allí aparecerá con su también austera y sencilla esposa para mayor disfrute propio a cuenta de los impuestos de todos, cuando ni tan siquiera es Jefe del Estado aún. Para colmo, pareciera tener un contrato de imagen con Tele5, según ya vimos en el último partido al que asistió. Cuánto echo de menos a mi admirado Andrés Montes, que sabía como nadie hacerle el vacío al principito, meramente, guardando un sonoro silencio cuando salía su careto en la imagen. Qué lacra de monarquía española. Así nos va. Mejor correr, que para mí es tóxico verle la cara a este tipejo real del buen vivir.

26 mayo 2012

UN ENTRENAMIENTO DE ALTURA

El viernes, 25 de mayo se me presentó como un día complicado, repleto de tareas que hube de ir organizando con la precisión de un cirujano para poder acomodar este entrenamiento en altura que ahora gráficamente os muestro. Lo positivo de estas fechas es que la luz alcanza hasta altas horas de la tarde-noche y eso te permite entrenar si te organizas adecuadamente.
Así que a eso de las 19,30 del viernes, 25 de mayo, dejé el coche en este lugar:  

El Cortijo de Enmedio, a mitad de camino entre Pinos Puente y Moclín.

y me dispuse a hacer la ruta en altura que a continuación os muestro gracias a las excelentes fotos de Google Earth, que a pesar de la crítica cierta por sus múltiples atentados contra la privaticidad de las personas, nos muestran las carreteras, calles y ciudades tal como son, gracias a su permanente actualización: 

Aquí comienza la ruta de 13 kilómetros -ida y vuelta- que me posibilitará subir rampas considerables, que es lo que necesito en este momento.

Lo positivo que tiene esta ruta es que te permite, progresivamente, subir cuestas sin que te topes con la sorpresa de encontrarte rampas enormes en el primer kilómetro cuando la musculatura del tren inferior no está aún preparada.

Esta zona tuvo mucho protagonismo en la Guerra Civil española, de ahí que aún sea posible encontrar alguna trinchera o puesto de guardia como el que vemos a la izquierda de la fotografía.

Casi a los dos kilómetros y medio nos encontramos con el cruce de Tiena-Olivares. Ya comenzamos a hablar de rampas en serio. 

Esta primera parte de rampas consta de un kilómetro y medio con desigual dificultad. Los primeros 600 metros son muy duros y posteriormente se suaviza el recorrido hasta llegar a Tiena.

Es a partir de este momento cuando se produce cierta suavización de la ruta. Ya podemos contemplar Tiena.

La entrada a Tiena es agradable. Encuentras un pueblo pequeño, de 1048 habitantes -según los datos del INE de 2010), situado a 27 kilómetros al noroeste de Granada, que viven plácidamente en la falda de Moclín a cuyo municipio pertenecen.

Justo en este punto se indica la dirección a Moclín. A la izquierda se encuentra el centro del pueblo y la posibilidad de conectar con la carretera de Córdoba.

Nada más dejar las últimas casas de Tiena y sin lugar a contemplaciones comienzan las duras rampas hacía Moclín.

En este terreno no hay más remedio que dosificar las fuerzas porque ya no habrá tregua.

Cuando llegan las pruebas de competición con fuertes subidas me convierto en un corredor muy concienzudo. No lo soy para el entrenamiento de calidad, pero sí para las rampas. No con la idea de mejorar tiempos sino con la de conectar física y psicológicamente con este terreno, ya que no soy un corredor que tenga unas características interesantes para las subidas y eso psicológicamente es un retroceso. Un elemento de la alta montaña son las antiguas inscripciones de paso de pruebas ciclistas con duros puertos. 

Al kilómetro de subida ya comienzan a contemplarse excelentes vistas. Tiena en un primer plano y en un segundo el Piorno -a cuya falda se encuentra Pinos Puente-. El calor de la tarde forma una especie de bruma muy curiosa en la Vega de Pinos Puente. 

El objeto de este entrenamiento no era otro que subir unos cinco kilómetros de fuertes rampas. Por tanto, este es el punto en el que me vuelvo. Hasta Moclín quedarán unos tres kilómetros que  conozco bien y que dejaré para otro día.
Lo realmente negativo de estas subidas es la obligación de bajar durante muchos kilómetros corriendo, algo muy pernicioso para rodillas y el esqueleto del corredor ya que se producen fuertes impactos en la zancada. Siempre lo advierto cuando acabo esta ruta y los últimos kilómetros que son llanos voy corriendo con esas malas sensaciones de la continúa bajada.

25 mayo 2012

DE VUELTA AL TORREÓN DE ALBOLOTE




Lo he escrito en alguna ocasión: cuando llega el periodo de pruebas con múltiples subidas, siempre acudo al Torreón. Un momento temido y deseado a partes más o menos iguales. La perspectiva que uno tiene del Torreón de Albolote cambia con los años, principalmente si ya has subido al Veleta. Pero aún así, nunca deja de sorprenderme y estimularme porque a pesar de que no se trata de una subida de muchos kilómetros, éstos son intensos y te permiten comprobar en poco tiempo cuál es tu forma actual. Una subida que rompe el corazón. Además, cuenta con una serie de ingredientes muy originales. Corres con la sensación en la piel de que lo estás haciendo por ignotos lugares de monte y el premio que recibes cuando culminas la primera "pared" es el inigualable olor a pino silvestre, que junto al olor a tierra recién mojada forma parte de los aromas de nuestra vida. Sigues subiendo y van apareciendo las primeras hermosas vistas del Pantano del Cubillas, que desde allí se asemeja a una balsa grande, los pueblos de alrededor y finalmente la ciudad de Granada, coronada por Sierra Nevada aún con nieve en este mes. Miras al norte y compruebas que la ubicación que eligieron los árabes no es casual porque contemplas nítidamente el Castillo de Moclín -cuya subida haré en breve- y al sur la fortaleza de la Alhambra, además de unos cuántos torreones similares a éste, esparcidos por doquier. Todo eso lo contemplas en su plenitud como justa recompensa al final del trayecto, justo en el solar que ocupa el propio Torreón árabe. La bajada también es bella porque saboreas con mayor goce todo lo que has subido minutos antes. 
Y lo mejor de todo es que una vez has hecho el test y consideras que estás más o menos en forma, saboreas esa ruta durante varios días y quieres volver a repetirla.  Esa es la magia que tiene este lugar tan natural y con tanta historia.              

19 mayo 2012

DEBERES PARA EL FIN DE SEMANA Y LOS PRÓXIMOS DÍAS

Se acercan las pruebas duras y lo hacen precisamente cuando llega el buen tiempo. Lógicamente no participaré en todas, pero es mareante lo que se viene encima si, más o menos, uno quiere correr lo que corrió el año pasado. 
Para abrir boca, las dos próximas semanas vienen cargadas por la celebración de la Prueba de Fondo de Órgiva y las Dos Colinas, ambas similares en cuanto a dificultad, si bien la primera cuenta con seis kilómetros más. No obstante, son muy distintas entre sí. En Órgiva se sube bastante durante cinco o seis kilómetros, pero a partir de ahí la dificultad no es tanta a pesar de que se sigue subiendo hasta Lanjarón. La bajada deja muchos cadáveres todos los años porque el terreno obliga a las piernas a ir a un ritmo aeróbico muy exigente; en la segunda, las cuestas se reparten a lo largo de los trece kilómetros con dos fases diferenciadas pero seguidas: subida a la Alhambra y subida a Albaicin, pasando antes por el Sacromonte. Como ya dije el año pasado, es un circuito exigente y no aconsejable para principiantes a pesar de ser muy pintoresco. 
Por tanto, para todo lo que me viene encima he de entrenar en consecuencia. No lo haré de forma muy intensa pero sí selectiva. Me reservo introducir calidad, pero no en introducir cuestas, terreno obligatorio si se quiere superar con holgura estas dos siguientes pruebas. 
Por lo tanto, hay deberes para el fin de semana y los días próximos. Hay que alternar la tirada larga -no olvidemos que la distancia de Órgiva es casi mediomaratoniana- y las subidas y hacer todo eso en poco margen de tiempo. Por tanto, hay que ser muy consecuente. 
Comenzaré esta misma tarde, a eso de las siete y aprovechando que las temperaturas han bajado algo, con una tirada de aproximadamente 18 kilómetros, en llano, por la zona más al norte de la Vega de Pinos Puente para aprovechar algo de subida aunque sea suave. Para tal fin, buscaré un ritmo suave de entre 5'10'' y 5'15''. Y continuaré mañana con un entrenamiento corto y suave de mantenimiento, para afrontar el próximo lunes con una subida al Torreón de Albolote, terreno éste que en pocos kilómetros hace que el esfuerzo sea alto dado el fuerte ascenso en poca distancia. Te pone fuerte. 
Los demás días habrá que dedicarlos a otra sesión en cuesta y a entrenamientos más suaves porque exigir más a la musculatura de los miembros inferiores en tan poco tiempo sería contrario a la prudencia. Y, por supuesto, no olvidar la elongación y la hidratación, muy necesaria en estas fechas. 
Sin embargo, iniciado este tipo de entrenamiento ya no habrá demasiada tregua, máxime si me planteo de nuevo subir al Veleta o hacer algún maratón en otoño que por una de esas dos cosas hay que optar.
No hay lugar para el aburrimiento.     

16 mayo 2012

UNA RUTA CON VENTAJAS ADICIONALES


Ésta ruta que vemos en la imagen es una ruta urbana -y por tanto no está entre mis predilectas- pero es muy aconsejable ya que tiene ventajas adicionales. La primera es que se convierte básicamente  en extraurbana, gracias, principalmente a que las aún no utilizadas vías del metropolitano -va para largo- ofrecen al corredor unas magníficas condiciones para correr sin obstáculos de personas, coches, cosas o animales. Además, se da la circunstancia que gran parte del trayecto se hace sobre césped artificial lo que conlleva un mimo extra para los miembros inferiores. Se pisa muy poca acera y muy poco asfalto. Por tanto, ni que decir tiene, se ha convertido en una improvisada pista de atletismo para decenas de corredores de Granada, Maracena, Albolote y urbanizaciones cercanas, ya que la ruta transcurre entre la zona de expansión noroeste de Granada, atravesando Maracena y llegando a Albolote, para volver a Granada. Las posibilidades de alterar y alargar esa ruta -si se conoce bien la zona- son diversas. Con cierta ambición, también sería posible llegar hasta el Pantano del Cubillas o subir al Torreón, pero esas distancias ya son casi para entrenamiento maratoniano. Todo se andará.
La presencia de muchos corredores en esta ruta, básicamente, se debe a que tanto Maracena como Albolote son dos municipios que cuentan con mucha tradición atlética representada en sus diversos clubes y, como sabemos, en el segundo se celebra cada año la segunda prueba del Circuito de Diputación.
Quien esto suscribe, dado a coger el coche y perderme por esos caminos de Dios, ha encontrado en esta ruta una posibilidad muy "economicista", en términos de tiempo ya que puedo salir desde casa y volver en menos de una hora. La ruta cuenta con 10 kilómetros aproximados y tiene la posibilidad de poder hacerla en la tarde noche ya que existe suficiente luz artificial, evitando así las calores de estos días. Por tanto, una bicoca para correr entre semana.
En otro orden de cosas, las próximas dos pruebas del calendario son en cuesta: Órgiva y Dos Colinas. Exigentes, además. Por tanto, hay que ir introduciendo entrenamiento en este terreno y abandonar por ahora el terreno llano. Los próximos entrenamientos de fin de semana serán una subida al Torreón de Albolote -al que temo y amo a partes más o menos iguales, como ocurre con los amores imposibles- y una subida a Tiena, y si es posible a Moclín, pero eso son ya palabras mayores, si bien todo tendrá su momento que es un buen momento de la temporada para hacer planes para el resto del año.     

01 mayo 2012

LLEGAN LAS SENSACIONES Y ALGUNA ANÉCDOTA

Los 15,5 kms., a 4'54'' el mil que he rodado en el Día del Trabajo han servido para comprobar que están llegando las buenas sensaciones. Un rodaje fácil, sin esfuerzo, de esos en los que te sientes flotar más que arrastrarte. 
Lo supe desde el primer minuto. Iba ligero a ritmo fácil y así fue durante todo el rodaje, si bien desde el kilómetro 13 ya no me sentí tan fresco, si bien hay que decir que el último kilómetro ha sido algo más rápido que los anteriores.
Por tanto, cuando te sientes así de bien y los kilómetros se van acumulando en tus piernas sin apenas esfuerzo intentas racionalizar porqué en ocasiones esto es así y en otras te vas arrastrando miserablemente. Seguramente que debe de haber varios factores, pudiendo ser uno de ellos -quizá el más importante- la alimentación que hayas ingerido el día anterior, así como el necesario descanso en los días previos. 
Precisamente, el día de la lluvia, el pasado domingo, a pesar del goce y disfrute de la meteorología como ya escribí, no encontré las sensaciones que he tenido hoy, a pesar de que ha hecho bastante calor en algunos tramos del recorrido. 

El Olmo Negro (El abuelo) (Foto de Panoramio)
El Olmo Negro es tan grande que es muy apreciable desde Google Earth  
Y hablando de recorrido, es común que bautice con nombres propios algunos tramos de mis rutas. Muchas de ellas tienen nombres oficiales (Camino Real, Camino de Alitaje, Camino de Caparacena, Cortijo de Las Cruces...), pero otros tramos no los tienen o, sencillamente, los desconozco. Así que -pensaba hoy mientras corría- siempre he optado por poner nombres, principalmente, a pequeños tramos, cortas travesías, lugares de paso intermedio...Y tan es así que son los nombres que utilizo cuando traslado al SportTrack o al propio programa del Forer a efectos prácticos, básicamente para identificarlos. Bautizo esos lugares, básicamente, porque en ellos existe algo característico o incluso cuando he corrido por ellos ha sucedido algo extraordinario y en ocasiones cuando hablo de esas rutas con mi amigo Paco, ambos solemos llamarles de esa manera. Esa costumbres no es auténtica ni la he inventado yo; de hecho, es muy común en los pueblos denominar a Cortijos, caminos o lugares diversos en función de una característica o suceso. Algo parecido a lo que hacían los indios Apaches con sus recién nacidos (De pie con el brazo en alto, Nube negra, Lluvia Roja...). 
Lugares como la Cuesta del Perro a la que me he referido en muchas ocasiones porque en una finca de la misma siempre hay un perro guardián que siempre avisa con sus fuertes ladridos que sigue allí atento; El Camino de la Rata, por aquél suceso en el que una rata asustada y atribulada, tanto o más que yo, corrió enredada entre mis pies durante unos cuantos metros; el Camino de la Segadora, porque este infernal artilugio, demasiado grande para caminos estrechos, me obligó a arrojarme a una acequia con agua, el Camino del Olmo Negro, como le llamamos Paco y yo, que es un árbol inmenso que seguramente no es ni olmo ni es negro, aunque lo parece (en la zona le llaman El Abuelo e incluso se aprecia en Google Earth). Y en esa línea de bautismo nominal en el entrenamiento de hoy he pasado por una escueta vereda, perdida entre las alamedas de Fuente Vaqueros en la que un día lluvioso de febrero de 2009, cuando preparaba el Maratón de Sevilla, en uno de esos días que haces más de 30 kilómetros y te llevas el Camelback, algún gel, alguna fruta, el móvil e incluso hasta papel higiénico, resultó que al pasar por esa vereda mi fisiología se reveló y no tuve más remedio que parar a evacuar de manera generosa. 
A día de hoy aún no sé que nombre ponerle a esa vereda. 



19 abril 2012

REFLEXIÓN POSENTRENAMIENTO

Las buenas sensaciones que tuve en la prueba de fondo de Alhama, el pasado domingo, me han reforzado de cara a las muchas pruebas que quedan para acabar la temporada y ya será mucho más normalizado el entrenamiento hasta volver a la carga de unos 50 kilómetros semanales, volviendo de nuevo a las mayores distancias, pero alternando con las distancias más cortas. Sin embargo, aún no me planteo sesiones de calidad.
La semana de entrenamiento la he comenzado hoy, un poco tarde, sí, pero con una sesión de 12,5 kms., y bajo una lluvia pertinaz pero muy soportable. Casi una lluvia gallega.
No obstante, a pesar de la lluvia, que siempre me estimula, no me he sentido nada bien. Pinchazos en los gemelos -que pueden ser la manifestación de que las Saucony Triumph están llegando a su fin- y pesadez en general, aunque nada de eso ha impedido que concluyera ese kilometraje sin demasiados problemas a un ritmo suave de 5'10'' el mil. Para contrarrestar esas malas sensaciones, la sesión de mañana viernes, será más suave, no más de 10 kms. 
Sin embargo, cada vez veo más obligatoria una concienzuda sesión de elongamiento y una posterior de abdominales y nuevos estiramientos en suelo, para intentar contrarrestar la descompensación muscular que sufrimos en cada pisada, pero será el descanso obligado el que se encargue de solucionar todos los problemas orgánicos que sufrimos cuando corremos. Sin descanso, a pesar de que se estire a conciencia, la lesión es segura. De ahí que jamás haga más de cuatro sesiones seguidas y hasta es raro que haga tres seguidas, a no ser que dos de ellas sean suaves. 
Comentaba el otro día Arturo Casado, nuestro hombre más en forma en 1.500  que se ha lesionado debido a la fuerte carga de kilómetros semanales y que por mucho que te protejas el impacto de cada pisada produce microtraumatismos que acabarán en lesión segura. Y sí ocurre con un corredor de élite, imaginemos lo que puede ocurrir con nosotros que no lo somos y que, además, hemos de compatibilizar el trabajo con nuestro trabajo y otras tareas poco prosaicas del día a día.
De ahí que me parezcan temerarias las exigentes sesiones a las que se someten muchos corredores aficionados que, además, no suelen acudir a consulta alguna del fisio o del masajista, a no ser que se lesionen. Lo más doloroso de lo que pueda ocurrir en el futuro es que acaben (acabemos) con una lesión crónica, que es lo más odioso que le puede ocurrir a cualquier corredor. 
Por tanto, insisto, mucha prudencia, que nuestro fin  no es otro que seguir corriendo cuando nuestros amigos no corredores, en el cenit de sus vidas, ya sólo les apetezca la sopa y la mesa camilla. 
No es mala motivación.

ALGUNAS IMÁGENES DEL RECORRIDO DE HOY: 

Carril bici y carretera que une Valderrubio con Fuente Vaqueros.

Paso por el puente del Río Genil

Comienzo del Camino Real, en dirección a Pinos Puente
   
     

14 diciembre 2011

RODAJE INTENSO VERSUS RODAJE RÁPIDO.

Que uno lleve casi un lustro corriendo "en serio" no signifique que lo sepa todo, por mucho que haya leído o escuchado sobre este noble deporte. Es más, como suele ocurrir con todo lo importante, en ocasiones, uno cree saber cada día menos.
Sin embargo, algunas cosas -a base de repetirlas- se van quedando en este proceloso mundo del correr. Por ejemplo, para mí estaba asentado que tras un intenso entrenamiento lo aconsejable era descansar al día siguiente. Pero ocurre que, últimamente, cuando realizo ese entrenamiento intenso, al día siguiente me encuentro más fresco que de costumbre y pareciera que las piernas apenas hayan sufrido el día anterior.
Por ejemplo, el pasado sábado hacia un entrenamiento exigente de casi 17 kilómetros alternando asfalto con caminos entre olivos. Caminos quebrados y serpenteantes que obligaban a la musculatura a trabajar a tope. Pero lejos de terminar cansado, al día siguiente, hice con facilidad un rodaje de 10 kilómetros en asfalto llano en 47 minutos sin que acudiera a las piernas cansancio alguno.
En ocasiones, he dejando un día de descanso intermedio y no me he encontrado tan bien en el rodaje posterior, por lo que siempre programo un rodaje rápido al día siguiente de hacer un rodaje exigente ya que parece ir bien para el descanso muscular.
Ahora bien, el tercer día sí lo dedico ya a descansar porque no hay que tentar demasiado al diablo de las lesiones, que siempre anda por ahí matando moscas con el rabo.



07 diciembre 2011

TROTAR ENTRE OLIVOS



Ciertamente, me temo que hay cosas que hacemos los corredores que es probable que sólo puedan comprender otros corredores.
Hablo de algo muy esencial: perderse una buena mañana de fiesta, cuando el ajetreo está en la calle, los bares y en los grandes almacenes, y trotar entre olivos por caminos rotos por las torrenteras y el paso de tractores y otros vehículos pesados.
Subir pequeñas lomas y bajarlas; saltar un pequeño riachuelo seco; alzar los ojos sudorosos y sólo ver un inacabable mar de olivos.
Y saber que eso lo vas a seguir haciendo mientras las piernas, el corazón y los pulmones quieran.
Y sientes mucha satisfacción por elegir esa opción tan trivial y sencilla, tan al alcance de todo el mundo, que no sabes si contarlo o no. No es más que correr por la naturaleza, trotar entre olivos. Nada más.
Lógicamente, lo acabas contando -porque todo lo que te hace feliz tiene más sentido si lo compartes- pero no estás seguro de que te entiendan, a no ser de que a quien se lo cuentes también tenga tu misma opinión de ese tipo de cosas, tu misma inclinación; es decir, a un corredor.
Era el día de la Constitución y mientras la televisión expulsaba mentiras de políticos ruines que han hecho de la democracia su negocio, yo era el que corría entre esos olivos desmadejados y anárquicos.
Es decir, un acto trivial con espectadores mudos prestos ya a dar su fruto.

06 diciembre 2011

A ENTRENAR EN NAVIDAD



A estas alturas del año doy por cerrada toda participación en competición alguna, aunque mucho me gustaría correr alguna media maratón.
Pero no es fácil dar con alguna que esté en un radio más o menos cercano. Hay algo por Murcia -me lo dijo Javi y Domingo- pero descarto desplazarme, que tengo otros desplazamientos lejanos en este mismo mes.
Así que para suplir la competición estoy entrenando a buen ritmo. A gusto y con unas sensaciones magníficas. La idea es hacer una distancia cercana a la media maratón cada sábado y completar el resto de semana -entre calidad y rodaje- para acabar la semana en torno a los 50 kms.
El sábado anterior a la Media Maratón de Córdoba y con la idea de suplirla en parte hice mi media maratón particular -21.100 metros justos- a un ritmo tranquilo de 4'58'' el mil y este último lo dejé en 19.000 metros, a un ritmo cómodo también de 4'56'' el mil. La idea era dejar las piernas frescas para hacer al día siguiente, domingo, nueve o diez kilómetros, los cuales hice con unas piernas más frescas de lo que presumía. Es más, me quedé con "hambre" de kilómetros, pero la idea era no cargarme demasiado.
Ya lo he dicho en varias ocasiones: en fechas navideñas entreno mucho.
Es una fecha idónea para hacer kilómetros y la verdad es que no sé porqué. Probablemente como opción idónea a perder en tiempo -y cabrearte- en aglomeraciones, decepcionantes comidas políticamente correctas o cosas así.
Correr, ver buen cine, leer, escribir, cosas por lo general hogareñas son opciones, en mi opinión, mucho más placenteras. Pero es sólo una opinión, por supuesto.
Además, porqué no decirlo, correr, quemar, nos permite acceder a viandas que en condiciones normales -es decir, faltando el ejercicio aeróbico- serían una bomba de relojería.
"Corro para poder beber abundante cerveza", podría ser una frase que muchos corredores suscribiríamos sin demasiadas reservas.

01 diciembre 2011

SOBRE LA MEJORA, EL PESO Y LA ALIMENTACIÓN


Consulto las estadísticas recogidas en el Sportracks, que recoge los datos del Garmin y observo que la velocidad media de los entrenamientos de noviembre de 2010 están en 5'02'' el mil; sin embargo, la media justo un año después, la recogida del recién acabado mes de noviembre está en 4'53'', a pesar de que en este último noviembre los kilómetros hechos son más del doble que en el mismo mes del año pasado. Por tanto, hay mejora. Algo similar ocurre en la comparativa del resto de los meses.
Un entrenamiento, un día cualquiera, puede salir bien; pero, igualmente, puede salir para olvidar, ahora bien, cuando se trata de medias temporales amplías la fiabilidad es mayor porque el campo de comparación se amplía.
Algo igual podría ocurrir con el peso corporal que también es conveniente ir anotando para establecer comparativas. Que el peso se estabilice año tras año o que, incluso, vaya bajando es lo que espera cualquier corredor que se precie, aunque el motivo no se centra básicamente en la estética, que es una cuestión que pronto se va desechando sino en la posibilidad de correr más tiempo y más rápido gracias a soportar cada vez menos kilos.
Con relación al peso, todos los corredores sabemos que éste dependerá mucho del entrenamiento, pero sobre todo de los hábitos alimenticios y éstos, sin llegar a planteamientos extremos, han de ser variados aunque provistos de ciertas reglas.
Por ejemplo, he comprobado personalmente que un atracón de hidratos de carbono de combustión rápida aumenta el peso corporal, por supuesto, pero que éste disminuye con facilidad después de varios entrenamientos concienzudos. Es nuestra gasolina.
Sin embargo, cuando se trata de una severa ingesta de dulces refinados -que además de hidratos de combustión muy lenta contienen excesiva azúcar no refinada y grasas saturadas- ese peso aumentado cuesta eliminarlo mucho más. Igual ocurre cuando se trata de bebidas espirituosas con una alta volatilidad de alcohol.
Toda energía acumulada en forma de ingesta si no se destruye -es decir, si no se entrena- va acumulándose en forma de lípidos por así está diseñado genéticamente nuestro organismo como resultado de la evolución de miles de años.
Por tanto, cada corredor sabe perfectamente lo que le conviene comer y que tipos de alimentos perjudican menos sus entrenamientos, asunto éste que habrá que tener muy en cuenta ahora en las fechas que se acercan porque no hay hogar, establecimiento o lugares de trabajo en los que no exista una exquisita bandeja de dulces altamente saturados y refinados, justo al lado de una botella de anís o coñac. Habría que preguntarse sobre el porqué de la existencia de tanto volumen calórico en Navidades.
¿Es fácil resistirse a todos esos manjares navideños? Por supuesto que no.
Por tanto, como ocurre con todos los pecados, más vale pecar algo que no estar permanentemente pensando en la conveniencia o inconveniencia de hacerlo.

13 noviembre 2011

SEGUIMOS CON LAS SERIES

Después de las series hablaré de las series. Parece una especie de tautología, pero son cosas muy distintas (¡qué rico es nuestro castellano!), aunque se digan y se escriban de la misma forma.

El viernes por la tarde-noche realicé mi sesión semanal de series. En Atarfe, como en las dos ocasiones. ¿Hasta cuando durará ese ímpetu? En realidad, espero que dure bastante porque, realmente, son muchas más las ventajas que los inconvenientes.

Los inconvenientes ya los conocemos: no se trata de rodar como nos gusta a casi todos, perdiéndonos por caminos y veredas; no consisten en correr a un ritmo trotón; no es posible ir al ritmo que te pide el cuerpo -el mio, invariablemente, me pido poco sufrimiento, como supongo nos pasará a todos; no es tan entretenido como correr en anchos campos y calles, pero no tiene por qué ser aburrido; y, por último y tal vez más importante: hay que tener decisión y voluntad.

Las ventajas tal vez sean muchas más las ventajas de las series pero se concretan en una: es más fácil ir a ritmos más elevados en competición. Esa es su gran virtud.



El pasado viernes decidí hacer dosmiles. Además, por motivos de agenda, el tiempo transcurrido entre las series y la siguiente sesión de rodaje de sábado sería muy corto, de algo más de 12 horas, por tanto, si quería rodar el sábado durante 14 kilómetros a un ritmo tranquilo, convenía no hacer locuras en las series porque las lesiones, en estas ocasiones, son más amenazadoras.

Así que hice tres de dos mil a un ritmo que no supuso nada del otro mundo: la más lenta 8'42'' y la más rápida 8'26, pero, eso sí, acabé sin un cansancio muy acusado, y lo más importante: las hice. Con anterioridad hice un rodaje de calentamiento de cuatro kilómetros y un rodaje posterior de enfriamiento de un kilómetro y algo.

Acabando las series con técnica de carrera, estiramientos y algo de abdominales se cierra bien el círculo y la sensación de deber cumplido pulula por todas partes cuando te diriges al coche.

Lo importante es no quemarse en este tipo de entrenamiento de calidad y conservar buenas sensaciones para la semana siguiente, que es la que anima a volver a la pista.

08 noviembre 2011

ULTIMO TRAMO DEL AÑO PARA NO RELAJARSE

Quedan apenas dos meses para que acabe el año, pero no podemos relajarnos en lo que a correr se refiere.
Particularmente, en estos meses suelo correr bastante afrontando fríos y lluvias y, particularmente, en Navidad -apenas ya mes y medio- la acumulación de kilómetros que suelo hacer cada año es alta ya que no suelo dejarme arrastrar por los fastos y ágapes de estas fechas. Así que el tiempo extra de estas fechas es de bastante entreno a pesar de que la luz del día se escape de las manos como una pompa de jabón.
De ahí que esté buscando alguna competición en diciembre para no perder el ritmo, a pesar de que deba desplazarme a provincias limítrofes o no tan limítrofes. Y eso es porque me temo que Córdoba, casi con toda seguridad, volverá a ser una opción fallida este año por motivos personales, pero mucho me gustaría estar en la ciudad califal porque estratégicamente es una buena opción para rebajar en algún minuto el tiempo cosechado en Granada dado su trazado más llano. Pero me temo que habré de esperar a Almería a no ser que en diciembre haya algo por ahí interesante y de perfil similar al de Córdoba.
Por lo pronto sé de la programación de aquella para olvidar Sevilla-Los Palacios a mediados de diciembre y la Media Maratón de Cieza en Murcia que, al parecer, tiene un recorrido llano. Bueno... son dos opciones que habrá que barajar.
Por lo pronto seguiré rodando como hasta ahora: alrededor de 50 kilómetros semanales, incluyendo los kilómetros basura de las series, e incluso, barajando la posibilidad de ir aumentando progresivamente el kilometraje semanal de cara al maratón que haré en 2012 que podría ser Madrid o, incluso, Sevilla. Desde ya descarto Málaga.
Otro factor a tener en cuenta en estas fechas es el de la alimentación. Lo digo por las fechas que llegan. Los corredores estamos en el mundo como cualquier ciudadano y, aunque, intentemos no pecar de exceso de calorías siempre es inevitable ingerir lo que no debemos ya que hay estímulos por doquier: en el trabajo, en los comercios, en la casa de familiares y amigos, en el propio hogar... Sin duda, hay que redoblar la contención aunque sin pasarse, que lo nuestro es afición y no profesión.
Pero ocurre que a mucha gente -lógicamente quien no corre- le cuesta comprender que rechaces una bebida espirituosa o algún dulce muy refinado y, sinceramente, es una tarea bastante ingrata -por lo menos a mí me lo parece- explicar que una dosis añadida de calorías basura nos perjudica a nosotros -los corredores- más que a ellos por una sencilla razón: nuestro organismo está acostumbrado a quemar las calorías buenas (hidratos de combustión rápida que apenas necesitan digestión, principalmente), de manera que en el momento que introduzcas calorías basura sufre un mundo para deshacerse de ellas, además de que suelen ser alimentos muy molestos para rodar a nivel de digestión. No se trata meramente de ganar más peso.
Sin embargo, hay opciones intermedias que pasan por buscar dulces no tan refinados y basados en alimentos más integrales y dietéticos que cada vez el mercado lanza con más insistencia, aspecto que hay que aprovechar junto a evitar comidas copiosas sobrecalóricas. De hecho, yo suelo comer chocolate negro todo el año y pocos días recuerdo que no haya tomado un par de cervezas, pero eso sí, son alimentos que metabolizo bien porque son naturales y no tienen las calorías indeseables de otros alimentos.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...