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22 febrero 2011

YA COMIENZA TODO

Que existir a veces es una putada, nadie lo duda. Existir no es más que estar. Eso lo saben los políticos menesterosos.
Carlos Castaneda en su saga sobre el indio yaki del desierto de Sonora, D. Juan, escribía acerca de las múltiples enseñanzas que obtuvo de ese "vulgar" indio. Le decía en más de una ocasión -y él, refinado estudiante de Antropología de la Universidad de Los Ángeles, escribía en su cuaderno de notas-, que de nada vale esconderse si todo el mundo sabe dónde estás escondido. Es cierto.
Por tanto, si hemos de escondernos más vale que no digamos ni dónde ni cuándo. Distinta cosa será que nos encuentren que para eso siempre está el azar que para Auster mueve muchos hilos del mundo. Porque nada enfurece más al político que un ciudadano escondido pero alerta, vigilante. Es a lo que se refería D. Juan, probablemente.
Entre las muchas clases de hipocresía, las mejores colecciones siempre la tienen los políticos. Si te cruzas con alguno en alguna ocasión cuando por descuido baja de su coche oficial (Dios te libre) te mostrará toda la gama. Pero entre toda esa gama siempre será su predilecta la que afirma que cuenta con los ciudadanos pero en realidad los ignora o, incluso, los desprecia.
No sólo son los sátrapas musulmanes quienes desprecian a su pueblo (es decir, les irrita que existan o estén escondidos, pero vigilantes), también es despreciado el pueblo en las democracias occidentales, aunque hay distinta gama de desprecios en éstas.
Tráiganme a una sociedad dormida, desinteresada, inculta y mal informada y le diré qué tipo de gobernante le corresponde. Por ejemplo, pongamos el caso de Andalucía.
Andalucía, ancestralmente, ha sido culta como así lo atestiguan las grandes civilizaciones que han echado raíces en estas ajadas tierras, pero es una cultura más práctica que reflexiva. Hemos sido los andaluces permeables a todo lo nuevo y todo lo malo y en ese laboratorio social han sacado siempre ganancia los menesterosos y pícaros. Y, claro, en esos menesteres los políticos "andazules" siempre están prestos y dispuestos. Sin embargo, lo más extraño es que tanta picaresca dure tanto tiempo. Treinta años ha. Igual que Mubarak. Casi medio PRI. Tres cuartos de Gadafi.
Siempre hay unas cuantas docenas de ciudadanos optimistas que piensan que las cosas pueden cambiar; pero también habrá otras cuantas docenas que pensarán que lo que ocurre en Andalucía es un mal endémico. Como Italia tiene el suyo.

YA COMIENZA TODO

Un compañero de trabajo me dice a media mañana, indignado, que la Junta ya está operando con una Agencia -la de Obra Pública- y que esa agencia aún no tiene estatutos y que por eso un sindicato -Safja- ha denunciado. Que esa Agencia ya tiene su propia página web y que ha licitado un tramo de autovía en Granada por valor de doscientos millones de euros (licita tanto la construcción como la explotación, que es algo preocupante). Y es que en verdad toda esta gentuza va a morir matando.
Advierto algo: será un año -hasta marzo de 2012- de muchos sobresaltos. Por tanto, átense bien a sus sillas porque el espectáculo acaba de comenzar, que hasta ahora tan sólo han actuado los teloneros.
A ver. Seguramente veremos en breve los concursos-oposiciones de consolidación "sólo" para el personal contratado de las Agencias; o bien, para todo el mundo "para cumplir con el requisito de la publicidad", pero sólo tendrán los suficientes puntos (mérito) en la fase de concurso: ¿quiénes? Los contratados (0,30 por mes por trabajar en la Agencia X). La oposición -capacidad- será más o menos: dos más dos igual a cuatro, aunque si se contesta cinco tampoco pasará nada. Al tiempo.
Además, si pasan por las sedes del partido en el poder y observan detenidamente verán colas de personas. Seguramente esas personas reclamarán que lo dieron todo por el partido y, ahora, lógicamente, irán a pedir su puesto, su estabilidad. Compañeros, por favor. Al tiempo.
Enumeren, si tienen tiempo, todos los cargos públicos que ostenta el partido en el poder -desde concejalías hasta consejerías- y concluirán que con las plazas públicas convocadas en las Agencias habrá más que de sobra para dar cobertura. Lógicamente, habrá gente honesta que vuelva a su trabajo que, sencillamente, no entre en ese juego. E, incluso, habrá gente de estas nuevas Agencias que vayan a la calle porque no importan un rábano. Al tiempo.
¿Y qué decir de los cuantiosos contratos que se harán en esas ocho agencias? ¿Qué decir sobre la fiscalización del gasto? Ya digo, será un año emocionante, para no olvidar. Al tiempo.
Lo sé, este articulo es raro: parece comenzar de una forma muy distinta a como acaba (aunque si se lee detenidamente tiene su lógica interna), pero me pregunto y pregunto ¿Es que es más normal todo lo que está pasando en la Junta?

17 febrero 2011

VENGA, PONGAMONOS DE ACUERDO POR UNA VEZ


Me apetece mucho ver pronto una estampa muy concreta. Ver esa estampa de aquí a un año aproximado. Sueño con verla, suspiro con verla. No tengo ningún interés político en ver al PP en el gobierno andaluz, sólo quiero ver a otros, quienes sean me dará igual. Me trae sin cuidado que los que caigan sean del PSOE porque tampoco tengo ningún interés político en eso, tan sólo quiero escuchar el ruido que hacen sus cebados cuerpos cuando caen. Como el que hacen los chopos.

Quiero ver a todos esos carguillos de tres al cuarto con aire de grandeza caer estrepitosamente al suelo. A todos esos concejalillos que han subido como la espuma (advierto que me la juego y me aparto del lenguaje del Instituto Andaluz de la Mujer, porque cuando uso el masculino uso el genérico, como siempre hemos hecho en este país sin necesidad de ser o parecer machistas ¿o es que es necesario reproducir aquí el artículo de Javier Marías?); a todo ese personal de confianza y asesoramiento especial; a todos esos que han entrado o están a punto de entrar por la puerta falsa de la Administración General; a todos esos paniaguados que alzan su pico buscando el maná de las arcas públicas. Me dará igual que sean del partido que son, tan sólo quiero verlos caer y escuchar el ruido que hacen sus suntuosos cuerpos cuan caen. Como el que hacen los olmos.

Deseo ver esa estampa a un año vista porque no soportaría ver más a tanto Delegado Provincial criado en las ubres de su partido paseándose con su coche oficial y pasando la factura de tanto combustible contaminante a los sufridos andaluces. Porque no soportaría ver más a tanto baranda en las Diputaciones cebándose con las plazas públicas tras su cese como concejalillos o alcaldecillos. Porque no quiero saber más de tantos manuales de uso feminista del lenguaje. Porque no admito más que trafiquen con mis impuestos e impongan la golfería institucional como sistema. Porque no deseo como ciudadano una Administración Pública manipulada por cuatro paletos políticos. En definitiva, porque ya estoy harto de ver a tanto sinvergüenza junto.

Y porque quiero que Andalucía despierte, que lleva ya demasiados años dormida.

Y deseo ver esa estampa por encima de cualquier otra cosa porque por el bien de todos no quiero seguir viendo esta tierra necesitada de personas decentes y honestas; de personas que crean en el derecho y en lo público; en la inversión privada y en los emprendedores. Que crean en el esfuerzo y en el trabajo. Porque no quiero que esta tierra me venga más a la mente cuando veo la rabia de las gentes de Egipto o de Grecia.

Porque rezumo impotencia y malaleche por los poros de ver tanto golfo aprovechándose del poder y del dinero público, ocupando plazas bien retribuidas sin mérito ni esfuerzo por el sólo hecho de pertenecer a un partido o que pertenezca al mismo el padre, el tío, el amigo, mientras que miles de jóvenes andaluces se dejan las pestañas en largas noches de estudio, mientras sus padres de desviven y gastan sus cuartos para que accedan a una plaza pública por oposición y mérito y para ello se desviven. Como toda la vida ha sido.

Porque me llevan los demonios comprobar cómo hay tanta gente en paro sin tener un euro que llevarse a la boca mientras que la golfería institucional de la Junta se aprovecha de ERES falsos y prejubilaciones imposibles.

Porque hoy he ido a comprar al pequeño comercio al que voy siempre y me lo he encontrado cerrado porque su modesto y agobiado dueño me dijo que le habían denegado en la Junta una ayuda para emprender e iba a tener que cerrar, mientras que el dinero ha llovido a espuertas sin control ni fiscalización interna y externa.

Porque hoy una persona querida, medio llorando, me ha dicho que el juzgado ha largado a dos vecinos ancianos de su piso -su única propiedad- por no poder pagar una hipoteca mientras que la golfería galopante de este cínico gobierno andaluz y su entorno atesoran parné sin control y probablemente lo envían a paraísos fiscales.

Porque de no ver esa estampa de aquí a un año voy a tener que coger el petate e irme asqueado como tendrían que hacer todas las personas que tengan un mínimo de decencia. Y yo no querría dejar esta bella tierra. Mejor que se vayan ellos que son los que la están prostituyendo.

Por tanto, pongámonos todos de acuerdo por una vez y al margen de colores políticos echémosles el año que viene.

Aunque sea lo último que hagamos juntos.

10 febrero 2011

LA JUNTA DE ANDALUCIA: ERE QUE ERE


La Junta de Andalucía acaba de inventarse una nueva modalidad jurídica: la autodenuncia. Lo ha hecho en el caso de la falsificación de Expedientes de Regulación de Empleo (ERES), previstos para empresas en crisis y que cuenta ya con treinta y siete casos irregulares y varios altos cargos del PSOE implicados.
Para quien no lo sepa, un ERE es un procedimiento jurídico reglado que sólo lo puede conceder un Administración Pública que es la que cuenta con la potestad administrativa necesaria y en Andalucía quien tiene las competencias es la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Empleo. Por tanto, es la Consejería de Empleo, normalmente a través de sus Delegaciones Provinciales, la que concede el ERE y fiscaliza la lista de las personas que pasarían a la jubilación anticipada con ayuda de fondos públicos una vez estudiada la situación económica de la empresa en cuestión. Estos fondos públicos han alcanzado en la Junta de Andalucía en los últimos años unos 700 millones de euros, que es la mitad de lo que costó traer el AVE a Sevilla. De ahí que estemos ante uno de los supuestos casos de corrupción más graves de la historia de España, no sólo por el dinero público utilizado sino por ser un asunto muy sensible que ningunea el drama del paro que viven tantos andaluces. Pero como en la Junta de Andalucía nadie se responsabiliza de nada y nadie suele dimitir optan por la nueva modalidad de la autodenuncia que es algo parecido a denunciarse a sí mismo si se comprueba que ha aparcado el coche en una zona de carga y descarga.
Los informes policiales denuncian que las irregularidades detectadas consistían en falta de fiscalización del dinero público ya que varios ERES los hacían a través de una Empresa Pública denominada IFA -hoy con nuevo nombre: Agencia Idea-, que al no pertenecer a la Administración General de la Junta de Andalucía gestionada por Empleados Públicos imparciales, carecía de los controles jurídicos necesarios basados en actos reglados que han estar instruidos con las suficientes garantías de imparcialidad y la potestad administrativa necesaria, de acuerdo con el procedimiento administrativo general. Además, se rechazaron algunos informes de la Intervención General de la Junta de Andalucía, que es el órgano de fiscalización interno del dinero público en Andalucía. Dijeron que no eran vinculantes.
Este tipo de cosas nos sonrojan a los andaluces y deberían de sonrojar a los dirigentes de la Junta de Andalucía, pero no es el caso. Acostumbrados como están a manejar durante treinta años el poder de Andalucía a su antojo, nada parece importarles ya que todo esto -y lo que no se sabe aún- lo llevan haciendo desde siempre y desde siempre ganan las elecciones, casi siempre sin despeinarse ¿Para qué cambiar de estrategia?
El PSOE de Andalucía me recuerda mucho al Partido Revolucionario Institucional de México que comenzó como un partido creado a partir de los ideales de la Revolución Mexicana de 1910 y que luchaba contra los grandes caciques que ahogaban al país y tras setenta años en el poder ser convirtió en el mayor enemigo de México, en su mayor cacique. En Andalucía han transcurrido treinta años desde que comenzó a gobernar el PSOE y esperemos que por el bien de las instituciones y de la democracia dejen de hacerlo el próximo año.
Luego dirán que lo que queremos es que entre a gobernar la derecha rancia del PP -esa que ha servido como excusa vergonzosa e intemporal a Chaves en sus atropellados discursos o que todos los Empleados Públicos que se manifiestan por toda Andalucía son seguidores del PP o, lo que es peor, batasunos, pero es que la ciudadanía en Andalucía ya está tan desesperada que incluso mucha gente de izquierdas está decidida a prestar el voto al PP sólo para evitar que siga esta gente en el poder.
Pero créanme si les digo que el asunto de los ERES o el atentado contra la Función Pública andaluza podrían no ser más que el principio de cosas que aún no se conocen sobre la forma de actuar de toda esta gente avariciosa y medradora tras treinta años de poder.
Además, se da la circunstancia de que en Andalucía no han existido medios de comunicación libres que denuncien todas las irregularidades de la Junta de Andalucía y los pocos que existen o han existido tienen muy poco seguimiento por el gran público. Con un Canal Sur -radio y televisión- al servicio del poder de la Junta de Andalucía han sabido ir tejiendo una red de clientelismo basado en las subvenciones, puestos de trabajo, prejubilaciones y demás prebendas compradas con el dinero público al tiempo que han ido creando reinos de Taifas por todos los rincones de Andalucía. Además su mensaje de que viene la derecha franquista y rancia ha calado en una ciudadanía, por lo general, poco crítica o a lo mejor desesperanzada. Incluso, han conseguido meter en nómina a los dos principales sindicatos de Andalucía, que son también del resto de España. Con esos ingredientes todo lo demás ha sido coser y cantar.
Sin embargo, en estos momentos las cosas parece que están cambiando. La Función Pública ha salido a la calle harta de tanto nepotismo y clientelismo; el ciudadano -principalmente el que habita en ciudades medianas y grandes- ya está al tanto de todos los tejemanejes; y el trabajador autónomo y por cuenta propia está comprobando cómo las políticas del PSOE le están dejando en la ruina. Además, los pensionistas están comprobando que aquello que les perjuraban no era más que bazofia porque sus pensiones cada vez menguan más y la "derecha franquista" hace tiempo que feneció.
Ahora hemos conocido el caso de las ERES, pero mañana conoceremos otra cosa; y pasado mañana otra. Será una batería incesante de irregularidades, aunque ellos seguirán culpando a la derecha o a los sindicatos fascistas. Pero, en fin, es posible que Andalucía ya esté despertando.

03 febrero 2011

LAS ENMIENDAS DE LA OPOSICIÓN A LOS DECRETOS-LEYES 5 Y 6/2010



El próximo día 16 de febrero se tramitará como Proyecto de Ley en el Parlamento de Andalucía el Decreto-Ley 5/2010, de 27 de julio por el que se aprueban medidas urgentes en materia de reordenación del sector público y el Decreto-Ley 6/2010 que complementa al anterior y que recoge los puntos negociados con UGT y CCOO, que no son los sindicatos más representativos en la Mesa General de la Administración General de la Junta de Andalucía que es el sector público al que afecta esta reordenación.
Estas dos normas legislativas, previstas tan sólo para asuntos que exijan extraordinaria y urgente necesidad (que no era el caso), técnicamente están en vigor porque ya fueron convalidadas por el Parlamento de Andalucía gracias al rodillo absolutista del partido en el gobierno, pero las movilizaciones de los Empleados Públicos de la Administración General de la Junta de Andalucía y el rechazo de los dos partidos de la oposición -PP e IU- han contribuido a que el gobierno andaluz utilice un artilugio legal -probablemente inédito en nuestra democracia- y lo tramite como Proyecto de Ley, algo extraño, ya que para ese fin hubiera bastado una iniciativa legislativa del ejecutivo andaluz (Proyecto de Ley) sin más.
No obstante, de lo que ahora se trata es de ver cómo se tramita este proyecto de ley el próximo día 16.
Lo lógico es que el PSOE, que es el partido en el poder lo maquille con elementos insustanciales e inmediatamente aplique el rodillo de la mayoría absoluta. Pero estaremos muy atentos al papel que interpretan tanto el Partido Popular como Izquierda Unida, principalmente, la coalición de izquierdas por pertenecer -en teoría- al mismo bloque ideológico del partido en el poder.
En consecuencia con sus planteamientos previos, el Partido Popular debería de no entrar en el juego de las enmiendas sino pedir directamente su derogación. No obstante, hace unos días me llegaron las enmiendas que el principal partido de la oposición ha registrado en el Parlamento de Andalucía y, en verdad, son enmiendas tan numerosas y profundas que bien podría considerarse que plantea una normativa totalmente distinta a la aprobada actualmente.
Sin embargo, me interesa mucho la posición de Izquierda Unida, no sólo porque durante ocho años representé a esta coalición en el Ayuntamiento de Pinos Puente como Concejal (cuatro años en el equipo de gobierno y cuatro años en la oposición) y me interesa su coherencia, a veces demostrada, sino también porque desde siempre ha sobrevolado la idea de que existe la posibilidad de que se alíe con el PSOE en un hipotético futuro gobierno en Andalucía si, como dicen las encuestas, el Partido Popular ganara las elecciones andaluzas, pero no por mayoría absoluta.
Podría darse esta situación, pero recordemos que la coalición de izquierdas ya tuvo la oportunidad de fortalecer el gobierno del Partido Socialista y no lo hizo cuando el PSOE no obtuvo mayoría absoluta, optando por la opción de presidir el Parlamento de Andalucía con el apoyo del Partido Popular. Fue la legislatura denominada de "la pinza".
Tras la lectura de las enmiendas propuestas por Izquierda Unida a la normativa de reordenación del sector público, lamento decir que no existe una contundencia acerca de la eliminación de los Decretos-Leyes citados. Es cierto, que otorgan a las Agencias un papel subsidiario a la Administración General, pero no pugnan por su eliminación y tampoco reniegan de que se pueda contratar personal ajeno a la Administración Pública para poder trabajar en dichas Agencias. No ofrecen una versión idéntica al PSOE pero sí similar, a pesar de que es más garantista en cuanto a las potestades públicas. Además, recogen algunas de las posturas de los sindicatos CCOO y UGT y eso siempre es criticable.
La solución en este asunto siempre es más fácil pero está claro que lo que Izquierda Unida pretende evitar es que ese personal contratado, que desea estabilizar el gobierno andaluz, sea despedido cuando, en puridad, debería serlo ya que la única vía para entrar en la Administración Pública es la oposición o el concurso-oposición. Por tanto, considero que con esa aquiescencia se equivocan por no apostar por una aplicación contundente de la normativa de la función pública y, por tanto, por una apuesta por los servicios públicos garantistas, imparciales e independientes del poder político.
En mi opinión, la única opción viable para reordenar el sector público pasa por aplicar la normativa de la función pública asentada en el Estatuto Básico del Empleado Público (que tampoco es la ley que esperábamos los empleados públicos) y en lo que esté aún vigente de la Ley 6/1985, de reordenación de la Función Pública de Andalucía, que es una ley muy limitada por sí garantista en cuanto al acceso a la función pública.
Esa opción pasa por establecer objetivamente sin son necesarias esas plazas públicas que hoy ocupan como personal contratado todas esas personas que prestan servicios en las empresas públicas, fundaciones y entes instrumentales, algo que dudo. Si así fuera, la opción es ofertar esas plazas a través de una Oferta de Empleo Pública gradual que integre tanto plazas libres como de promoción interna para los Empleados Públicos de la Administración General; es decir, como siempre ha sido. Todo ello en el ámbito de la Administración Pública General. Opino que esas plazas libres deben ser ofertadas por el sistema de oposición libre para que tengan las mismas oportunidades los andaluces y andaluzas que actualmente se forman en las universidades o centros de enseñanzas medias y que pretenden acceder a una plaza pública en igualdad de condiciones de acuerdo con los principios constitucionales de publicidad, igualdad, mérito y capacidad establecidos en la Constitución y en las leyes sectoriales de función pública.
Si por el contrario -que es la opción tal vez más razonable- se comprueba que esas más de 20.000 plazas no son necesarias, la opción pasa, inevitablemente, por la supresión de todas las empresas públicas, fundaciones y entes instrumentales y que las funciones vuelvan al lugar en el que siempre debieron estar: la Administración General de la Junta de Andalucía, que se iría configurando con esa Oferta de Empleo Público anual. No entiendo que quepan otras opciones.
No olvidemos que la Administración General es tan sólo una pequeña porción de los servicios públicos de Andalucía, ya que el volumen más amplio de personal la ostenta tanto el sector sanitario y el sector educativo al que no le afecta, por lo pronto, esta torticera reordenación del sector público que pretende el gobierno de la Junta de Andalucía.
Por tanto, si las enmiendas de los partidos políticos en la oposición no van en ese sentido, mucho me temo, que de aceptarse, nada aportarán a este galimatías creado por el ejecutivo andaluz y la función pública será la principal perjudicada.

24 enero 2011

HAN DE CAER TODAS LAS MÁSCARAS DE ESOS PÉTREOS ROSTROS (Publicado en el periódico digital: Por Andalucía Libre)


En esta región sumisa como pocas, los andaluces (y andaluzas) que aún estamos en la edad de trabajar y formarnos, hemos crecido bajo la batuta de una clase política provista de máscaras y poca dilección, pero tras treinta años de “régimen” (nunca es conveniente que un partido político, el que sea, permanezca tanto tiempo en el poder) las máscaras comienzan a ir desprendiéndose de esos pétreos rostros y a cada cual se le está viendo su verdadera faz. Quizá sea tarde, pero siempre es mejor tarde que nunca.
Los “regímenes” tienen la desventaja de autoinmolarse y morirse de éxito. Y esa muerte es probable que esté ya llegando a estas ajadas tierras. Entre otras cosas porque no es posible mantenerse tantos años vendiendo humo e involucionando.
Andalucía es una tierra afortunada, dotada de recursos naturales únicos como ya comprobaron las antiguas civilizaciones que hicieron patria por aquí. Una tierra que podría ser mucho más próspera y menos sumisa si hubiera tenido mejores gobernantes. Pero es necesario dejar claro que cada tierra tiene los dirigentes que elige y, probablemente, los que se merece. Es defendible que en la primera elegibilidad de un político o un partido concreto la culpa del desatino electoral sea de ese político o ese partido concreto, pero en segunda y sucesivas elegibilidades la culpa, por fuerza, ya tiene que ser del electorado, que conociendo como funciona ese político o ese partido, que aún sabiéndolo, sigue apostando por ese voto. De hecho, ahí tenemos el ejemplo de Italia con un Berlusconi dos veces reelegido por sus compatriotas. O el caso de Bush, que a pesar de que venció utilizando técnicas trapisondas en su primera elección, fue ampliamente reelegido en la segunda.
Pues bien, en Andalucía no ha habido una ni dos reelecciones sino múltiples. Es más, reeligiendo en esas múltiples ocasiones al personaje Chaves, probablemente el político más nefasto que ha habitados estas tierras y que en premio a sus servicios prestados retorna al gobierno de Madrid no se sabe bien por qué motivos.
Pero no pensemos, ni creamos que ha habido renovación en su partido. Todo lo contrario. Al mando del gobierno andaluz ha dejado a su buen amigo –otrora también Ministro de Trabajo como el mismo Chaves- José Antonio Griñán, Presidente del Gobierno de todos los andaluces, pero no elegido por éstos. Y es Griñán, quien ha tomado la decisión que está contribuyendo a eliminar esas máscaras de las que hablaba líneas más arriba. Esa decisión es la de reordenar el sector público andaluz, ámbito en el que no parece creer el Presidente. Una reordenación que está asumiendo de forma fraudulenta ya que de lo que se trata no es de reordenar sino de solucionar ese desaguisado de empresas públicas, fundaciones, entes instrumentales y no se sabe qué otras denominaciones que esconden no se sabe qué intereses confesables o no.
De la disección de ese colectivo –que en puridad ni se sabe con exactitud de cuantas personas se compone porque nadie se ha molestado en informar, pero se dice está compuesto de más de treinta mil personas- deducimos a su vez distintos intracolectivos a saber: personal de dirección o bien altos cargos, que lo forman básicamente personas del propio partido en el poder que han tenido algún tipo de cargo público (exalcaldes, exconcejales, exdiputados, exdelegados provinciales, excargos de todo tipo); personal laboral fijo o no, situados también en la órbita del partido como es el caso de algún delegado provincial que otro (muchos de ellos optaron a la condición de laboral fijo tras superar un concurso oposición a la medida); personal contratado, entre los que se encuentran personas que nada tienen que ver con el partido en el gobierno, al menos en apariencia; e incluso se afirma (yo no lo sé) que también hay personas afines a los sindicatos mayoritarios, es decir, UGT y CCOO. Pero el denominador común de todo este personal es que no pueden ser considerados empleados públicos en puridad, de acuerdo con la denominación que hace el Estatuto Básico del Empleado Público.
Lo que pretende el gobierno andaluz no es otra cosa que todo ese conglomerado de personal se convierta en empleado público en igualdad de condiciones a quienes sí lo son, es decir, quienes integran la Administración General que presta sus servicios en Consejerías y Delegaciones Provinciales y, últimamente, en alguna que otra Agencia Administrativa : Funcionarios y laborales fijos.
¿Y como lo harían? Es decir, ¿Qué harían para convertir a todas esas personas en empleados públicos? Muy fácil: hacerles concursos-oposiciones a la medida, es decir, montando una fase de oposición fácil y baremando de manera generosa méritos que sólo tendrán quienes opten a esa plaza. Y cuando eso ocurra estas personas ya serán de por vida empleados públicos en igualdad de condiciones de quienes han accedido a través de una oposición o concurso-oposición duro y selectivo. Al mismo tiempo, dejarán sin opciones a todos esos miles de jóvenes que cada año salen de las universidades, institutos o formación profesional, ya que las plazas públicas que deberían de salir a través de las anuales ofertas de empleo público ya estarán más que copadas por todo ese personal referido de la administración paralela indicada.
Todas estas personas de la calle podrán presentarse a esos concursos-oposiciones pero aunque aprueben la oposición, se quedarán sin plaza, es decir, que serán doblemente engañados. Por eso es tan importante que se derogue el Decreto-Ley 6/2010. Importante para el empleado público legal e importante para la ciudadanía en general.
Hay que evitar que todos esos intereses gubernamentales, contrarios a la ciudadanía, sigan su curso. No es permisible tener un gobierno que lejos de ser garante del empleo público es contrario a él, excepto, cuando se trata de beneficiar o situar a alguien de su zona de influencia; hay que evitar que el gobierno andaluz siga actuando como si fuera el amo del cortijo. Andalucía ya no puede seguir siendo el cortijo que ha sido en los últimos treinta años. Hay que buscar el cambio. Y, sobre todo, que caigan definitivamente todas esas máscaras de todos esos pétreos rostros.

Enlace de Por Andalucía Libre, tal vez el digital más comprometido con la información real de Andalucía, es decir, es información que oculta Canal Sur, El País, La Ser y otros medios afines.

19 enero 2011

SOMOS PELIGROSOS

Hace un mes (el pasado 17 de diciembre), un grupo de empleados públicos de la Junta de Andalucía –no más de cincuenta- nos dirigimos pacíficamente a Plaza Nueva de Granada, lugar en el que se encuentra la sede gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. La idea no era otra que hacer lo que estamos haciendo en todos los rincones de Andalucía: protestar ante el cargo público de turno –en este caso era el mismo Presidente de la Junta de Andalucía- que acudía para asistir a la toma de posesión del nuevo Presidente del máximo tribunal andaluz.

Durante toda la semana las consignas que nos intercambiamos a través de correo electrónico eran de máximo respeto y educación, lo que conllevaba no crear algarabía con nuestros potentes silbatos ya que allí se encontraban los máximos representantes del Poder Judicial y contra ellos no iban nuestras protestas. Además, circuló la idea de ir con alguna prenda negra para dar más solemnidad al acto de protesta en total convergencia con lo que allí se iba a celebrar.

Seguramente la concentración silenciosa hubiese consistido en algo ejemplar y virtuoso, pero no lo entendió así el Subdelegado del Gobierno de la provincia de Granada que, ajeno a nuestras inquietudes, decidió dar la orden de acordonar la plaza con un bueno número de efectivos policiales que venían con la lección bien aprendida: había que inmovilizar y alejar lo máximo posible a esos insumisos del sistema, a esos apenas cincuenta antisistema que vienen a boicotear el nombramiento del máximo responsable del Poder Judicial en Andalucía, a toda esa gente peligrosa con un largo historial delictivo sobre sus espaldas, se dijeron.

Y, efectivamente, así lo hicieron. Algunos policías estuvieron amenazantes en todo momento creando tensión donde no la había. E incluso pidieron algunos documentos de identidad, asegurando que estábamos infringiendo varios preceptos de la normativa sobre Seguridad Ciudadana e infringiendo el Derecho de Reunión, ya que no se había pedido autorización (¿Autorización para qué? ¿Para estar pacíficamente en silencio en la plaza sin obstaculizar el natural orden de las cosas? ¿Autorización para respirar?. En definitiva, que éramos un serio peligro para el sistema, las instituciones y la convivencia pacífica en general.

El resultado de aquella acción propia de un Estado policial está llegando ahora a los buzones de algunos compañeros y compañeras en forma de infracción administrativa con multa de 301 €. Lean, lean lo que le ha llegado a una compañera a la que pidieron el DNI:

HECHOS DENUNCIADOS: Del informe propuesta emitido por la Brigada Provincial de Información de la Jefatura superior de Policía de Andalucía Oriental en Granada, se desprende que, entre las 11,00 y las 12,00 horas del día 17.12.2010 y con motivo de la toma de posesión del nuevo Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, en Plaza Nueva de esta capital, unas 100 personas (supongo que en esa cifra están incluidos los propios policías, también funcionarios) se concregaron (no es una falta ortográfica, sino que viene así en el escrito) en contra de las medidas en el ámbito de la Función Pública, tanto nacional como regional, concentración que no había sido comunicada previamente a esta Subdelegación del Gobierno, siendo Vd. Una de las organizadoras (es compañera de trabajo y la conozco, y es una persona peligrosa donde las haya, añado yo; de hecho cuando anda por los pasillos de las dependencias todo el mundo busca un lugar en el que esconderse. Una batasuna, vamos. ) de la misma dado que portaba pancarta y se mostraba más activa, incumpliendo con su comportamiento los requisitos establecidos en la Ley de Derecho de Reunión.

Está claro que han perdido el norte y se muestran totalmente nerviosos. De ahí que esté justificado seguir protestando por nuestros derechos, a pesar de que nos consideren antisistema y batasunos.

11 enero 2011

"DILECTOS" TERTULIANOS DE CANAL SUR RADIO


Venía en el coche escuchando uno de esos programas de tertulias en los que los tertulianos -en muchas ocasiones sin nada qué decir- opinan porque son allí llamados y pagados para hablar de la actualidad. Para colmo este programa se desarrollaba en Canal Sur Radio que, como todo el mundo sabe, es la quintaesencia de la imparcialidad. Una suerte de medio de comunicación público que manipula al son que le indica su amo, que no es otro que régimen socialista montado desde hace treinta años en esta maltrecha tierra.
Y hablaban ni más ni menos que del Decreto-Ley 6/2010 que pretende torticeramente reordenar el sector público.
Venían a decir estos tertulianos -todos acólitos y adeptos al régimen- que los funcionarios andaluces eran unos corporativistas por defender sólamente sus intereses, cuando se trata de algo que es de todos. Y venían a decir también que Griñán es -sin rubor lo decían- una especie de baluarte de la reforma necesaria de la función pública andaluza, la cual necesitaba reordenarse urgentemente para prestar un servicio mejor y más fléxible a los andaluces. Aunque, sí, había que reconocer -decían también- que no se habían hechos las cosas del todo bien, que no había habido consenso, pero que ahora sí lo hay porque la norma está en el Parlamento, algo tarde, eso sí, pero en el Parlamento de todos los andaluces.
Y hasta ahí pude aguantar. Y aguanté porque esperaba también alguna opinión que dijera que lo que pretende Griñán es llevar a cabo una irreal reforma para enmascarar el mayor atentado conocido contra la función pública, buscando meter por la puerta falsa a miles de personas de su cuerda política y sindical, ninguneando los sistemas de acceso a la función pública. Y aguanté porque también esperaba oír que los sindicatos con los que pactan -UGT y CCOO- no son los más representativos en la Mesa de la Administración General de la Junta de Andalucía. Pero nada de eso dijeron, como era de esperar.
Así que cambié rápidamente el dial arrepentido de haberme detenido unos minutos en este vergonzoso medio de comunicación, mientras que, al mismo tiempo, suplicaba para que acabe de una vez por todas este régimen andaluz al que estamos sometidos los ciudadanos de bien, a pesar de que Canal Sur seguirá haciendo apología de él con el dinero de todos los andaluces.

23 diciembre 2010

INSURGENCIA EN LA FUNCIÓN PÚBLICA ANDALUZA


Los empleados públicos de la Administración General de la Junta de Andalucía jamás hubieran imaginado que serían los portadores de la insignia del inconformismo que atraviesa esta región silente como pocas, una tarea que siempre ha estado asignada a universitarios, sindicatos de clase o partidos de izquierdas. Pero ante la ausencia de actores el empleado público no ha tenido más remedio que salir a escena.

Y lo ha hecho porque quienes reparten los papeles a su antojo les quiere apartar también del escenario y ese trabajador silencioso y dócil ha acabado aferrándose a las tablas que no son otras que las calles, avenidas y plazas existentes a lo largo y ancho de esta ajada Andalucía que sufre como nadie treinta años de parcialidad y mal gobierno.

Y es que lo que está ocurriendo en la función pública andaluza tal vez sea uno de los mayores atentados a este sector desde la época de las cesantías. Muchos años de despropósitos y actuaciones oscuras de aquellos que dirigen con la larga batuta que ofrecen unas urnas repetitivas y acríticas. Muchos años fraguándose algo que a propios y extraños les daba miedo poner nombre, pero que finalmente ha sido bautizado. Y ese bautismo no ha sido otro que la aprobación de un Decreto-Ley -el 5/2010, modificado torticeramente por el 6/2010- que pretende dar el carácter de Administración Pública a una administración paralela sin potestades públicas, creada al margen de la única que debe de existir: la Administración General, integrada por funcionarios de carrera y laborales fijos, que han accedido al empleo público superando oposiciones y concursos-oposiciones que son los procedimientos reglados y consecuentes con el artículo 103.3 de la Carta Magna.

Pero un buen día en los despachos del poder a alguien se le ocurrió que sería más fácil escapar a ese control de legalidad (huida del Derecho Administrativo) y alejarse de ese colectivo que jamás se alinea con el poder público porque éste es parcial, efímero y pasajero mientras que la permanencia en el puesto es sinónima de imparcialidad, además de una de las bases de nuestro estado de derecho. Y dijeron basta. Y con ese basta, en la Junta de Andalucía se comenzaron a crear empresas públicas, fundaciones y sociedades mercantiles y a contratar sin control, al principio con algunas reservas, pero comprobado el silencio reinante alrededor y el acatamiento servir de quienes debieron de oponerse, la contratación se hizo en masa.

En pocos años esta administración paralela -y en mi opinión ilegal- fue conformando sus plantillas con personal contratado al margen de los principios constitucionales de igualdad, mérito, capacidad y publicidad, reservándose los puestos directivos para afines al partido que dirige el gobierno andaluz y que actualmente ocupan multitud de exalcaldes, exconcejales, exdiputados, exdelegados provinciales y muchos otros ex de procedencia no aclarada. En pocas palabras, un asalto a la función pública andaluza sin precedentes del que tendría que tener exacto conocimiento el ciudadano andaluz. Eso también lo están denunciando los empleados públicos.

Y en esa exacerbada contratación se les fue la mano. Hasta el punto de que se comenta que son más de veinticinco mil los que están ocupando una plaza pública sin haber superado oposición o concurso-oposición alguna para ocupar el puesto en el que prestan sus servicios. Por tanto, sin contar con los requisitos legales exigidos que permitan ostentad la necesaria potestad administrativa y el ejercicio de autoridad, que son atributos legales reservados al personal funcionario.

Y como el mundo ya lleva muchos años del revés, el Decreto-Ley citado pretende dar carácter de fijeza a todos esos trabajadores integrantes de esa nueva Administración, que seguramente será a través de un concurso oposición a la medida, imposible de no superar, mientras que a los empleados públicos profesionales se les ofrece -se les invita- a formar parte de ella aunque, eso sí, con carácter voluntario. Una voluntariedad envenenada porque pasarán a esta nueva administración emergente perdiendo la condición de funcionario o laboral fijo en ese nuevo puesto, teniendo -eso sí- la opción de volver a su puesto antiguo, aunque jamás les explicarán que cuando decidan hacerlo encontrarán un páramo en el que ya no crece la hierba y los buitres hace tiempo que dejaron de buscar en los escombros.

Opino que toda esta aberración jurídica no será más que la punta de lanza de lo que está por venir en el resto de la función pública andaluza, porque del éxito de este experimento torticero dependerá su ulterior traslado a otros sectores más magros como el sanitario o el educativo, que ya deberían ir remojando sus barbas.

29 noviembre 2010

LA TORTICERÍA JURÍDICA DEL GOBIERNO DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA

La torticería jurídica del gobierno de la Junta de Andalucía espreocupante. Tan ansiosos se muestran en querer introducir una norma injusta que yerran y hacen el ridículo jurídico y político a cada paso que dan.
En julio, con total alevosía, introdujeron por la vía de la urgente y extraordinaria necesidad una reordenación del sector público, que debieron previamente acordar con los sindicatos más representativos de la mesa sectorial de la Administración General de la Junta de Andalucía y con los dos partidos -Partido Popular e Izquierda Unida- con representación en el Parlamento de Andalucía. Pero no, apoyándose en la prepotencia que brinda gobernar durante treinta años sin interrupción, decidieron tramitar esa reordenación del sector público apoyándose en la figura legislativa del Decreto-Ley, regulado en el nuevo artículo 110 del reformado Estatuto de Autonomía de Andalucía y que es una copia casi literal de lo establecido en el artículo 86 de la Constitución, texto básico del que trae causa.
Pero no contaron con que el silente empleado público ya ha dejado de serlo y este colectivo a la vuelta de vacaciones comenzó una batería de protestas que no ha hecho otra cosa que crecer con el paso de los meses; y a medida que crecía esainsurgencia pacífica crecía aún más la tropelía jurídica que hay instalada en el Palacio de San Telmo.
En el pasado mes de julio fue aprobado el Decreto-Ley 5/2010 y ahora, a las puertas de Navidad, ha sido aprobado el Decreto-Ley 6/2010, que recoge lossurrealistas acuerdos pactados con los sindicatos mayoritarios de la Mesa General de la Función Pública, que no es el órgano -una nueva trampa- que debía de acordar nada referido al sector de la Administración General de la Junta deAndalucía, que para eso tiene su mesa sectorial propia, la cual ha sido evitada porque tanto UGT como CCOO son la cuarta y quinta fuerza sindical de la misma. Por tanto, acudiendo a la Mesa General de la Función Pública se quitaban de un plumazo a los sindicatos más representativos del sector, principalmente al CSIF, que es más votado y que fue invitado a una mesa de negociación-trampa.
Al parecer, la idea inicial del gobierno andaluz era que el nuevo Decreto-Ley 6/2010 asumiera el contenido del 5/2010 más los acuerdos pactados con UGT yCCOO e inmediatamente se enviara al Parlamento, para que -tal y como establece el número del artículo 110 del Estatuto de Autonomía "en el plazo improrrogable de treinta días subsiguientes a su promulgación" se convalide. Asimismo, este mismo artículo establece que el "Parlamento podrá acordar la tramitación de los decretos-leyes como proyectos de ley por el procedimiento de urgencia", que parece ser que era la idea del Presidente de la Junta. Sin embargo, el nuevo Decreto-Ley ha sido publicado y está en pleno vigor y no sabemos qué ocurrirá ahora en el Parlamento porque la chapuza jurídica es tan oscura que ya ni ellos se atreven a dar el siguiente paso.
Y, claro, la pregunta que nos hacemos todos es el porqué de la urgencia del Decreto-Ley 5/2010, cuando siendo aún "nasciturus" ya ha sido devorado por otro Decreto-Ley de similar naturaleza.
¿Pero qué está ocurriendo en los altos palacios autonómicos para que se produzca este desaguisado? Muy fácil: están muy nerviosos. Saben que el empleado público no va a detenerse y que el gobierno cada vez se tambalea más.
Estamos asistiendo, probablemente, al derrumbe de un régimen por lo que al margen de que los empleados públicos luchen por sus derechos ya existen voces, propias y ajenas, que quieren seguir adelante para acabar de una vez por todas con treinta años de despropósitos, prebendas, enchufismo, nepotismo,despilfarro y mal gobierno.

23 noviembre 2010

¡QUE ACABE YA LA FUNCIÓN!



Al margen del conflicto en la función pública andaluza, cada vez estoy más convencido que este régimen mal llamado socialista de la Junta de Andalucía está dando sus últimas bocanadas. Y lo saben.
No es posible que treinta años de mal gobierno siga su curso porque acabarán desmoronando los cimientos de esta conformista región y adueñándose de lo poco que aún respira y está latente en la sociedad civil.
El tiempo, gran constructor, dictará su veredicto y -espero- que ponga en su lugar a toda la golfería que ha danzado por estos lares haciendo y deshaciendo a su antojo, aprovechándose del duermevela que caracteriza a una gran parte de la población y comprando voluntades con subvenciones, rocios, feriasdeabril y prebendas. Utilizando la Administración como su cortijo y tergiversando la realidad con ese bodrio peligroso denominado Canal Sur.
Mucho habría que meditar sobre la necesidad de una Autonomía que ha estado en manos de bandoleros y asaltadores (ya sólo les quedaba por asaltar la función pública), verdaderos maestros en manipular las normas y prodigiosos predegistadores del engaño y la manipulación.
Si toda esta banda volviera a ganar las elecciones no habría más remedio que fugarse de esta región enferma en la que sólo avanza quien medra y satiriza a las personas decentes.


El tiempo, gran juzgador, deberá de poner a cada uno en su sitio; deberá de explicar el por qué de la permisividad del vergonzoso espectáculo de Marbella; del sonrojante y deleznable negocio de la Expo, del lamentable atentado a la playa del Algarrobico en Carboneras; del despilfarro sin control en asesores y cargos de confianza; del uso desmedido de coches oficiales, dietas, comidas y viajes; de la utilización irresponsable del dinero público.
Las personas decentes deberían de tomar las riendas de esta Andalucía maltratada; personas que no interpreten que el dinero público es suyo; personas que primen el esfuerzo y el mérito por encima de subvenciones y prebendas; personas honestas deberían de regenerar esta tierra que está a punto de claudicar.
Todos los tics de un régimen, pero con el agravante de que un verdadero régimen se suele girar en torno a posturas ideológicas concretas mientras éste que ha manejado los designios de Andalucía tan sólo lo ha hecho por el vil metal, sin otras inquietudes reconocidas. Da asco.

21 noviembre 2010

EMPLEADOS PÚBLICOS DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA TRAS LOS PASOS DE GRIÑÁN.Granada 21 Noviembre.





Andaluces levantaos. Así reza una de las estrofas del himno de Andalucía que los socialistas cantaban cuando a principios de los ochenta se mostraban ansiosos por reivindicar la autonomía para esta tierra. Con el tiempo hemos comprendido el por qué de tal ansiedad. Ahora los empleados públicos profesionales (a los que llamo así para distinguirlos de los paniaguados) esa estrofa se la cantan a ellos, además, de la canción-símbolo de Jarcha: sin ira libertad.
Porque estamos hablando de un nuevo régimen. Un régimen construido a lo largo y ancho de treinta largos años. Un régimen que comienza a hacer aguas e intentamos tambalear los empleados públicos profesionales.
El domingo, 21 de noviembre, en Granada, alrededor de 500 empleados públicos profesionales acudían a protestar a Griñán que llegaba a la ciudad a presentar a su candidato a la Alcadía -que dicho sea de paso jamás alcanzarán porque Granada hace tiempo despertó-. Quinientos empleados que haciendo dejación de su día de descanso acudían en una mañana plomiza a las puertas del Palacio de Congresos y Exposiciones, tras renunciar el PSOE a utilizar el primer lugar propuesto con el fin de evitar las pitadas: el Parque de las Ciencias.
¿Y con qué nos encontramos en ese lugar? Nos encontramos con los símbolos de cualquier régimen dictatorial que se precie: policía, mucha policía, amén de una ingente guarda pretoriana montada por el propio PSOE, que actuaron como verdaderos matones a la salida de Griñán, que como las inmundas ratas salía en su reluciente Audi A-8 blindado -doy fé- de los garajes, lugar en el que hubo algún que otro altercado y ciertos momentos de tensión.
Los empleados públicos profesionales estuvieron haciendo guardia en la puerta principal del Palacio de Congresos y Exposiciones desde las 11,00 -algunos desde antes, incluso- hasta pasadas las 14,30 bajo una ingente cantidad de decibelios expulsados por vuvuzelas, pitos y otros artilugios propios de eventos deportivos de masas.
Muchos de los allí asistentes no esperaban esa asquerosa chulería en los gestos de decenas de afiliados y afiliadas que iban saliendo del recinto. Otros ya sabíamos de ella y no nos sorprendíamos. Y, lógicamente, las caras más conocidas del socialismo granadino fueron los más homenajeados con frases duras y contundentes (pude escuchar algunas como: ladrón-ladrona; chorizo-choriza; sinvergüenzas, entre otras muchas). En ese sentido la policía censuraba a muchos militantes para que no provocaran con gestos ofensivos a los manifestantes. Bien por la policía, que al contrario que en Torretriana hace algunos días, estuvo muy correcta y comprensiva con los manifestantes. Lógicamente, no deseo afirmar con estas palabras que todos los afiliados socialistas tengan esa actitud sobrada y chulesca. En absoluto. Tengo amigos socialistas y siempre me han parecido personas sensatas y educadas, pero sí es cierto que existe una feligresía que, protegidos por su gobierno y beneficiados por prebendas inconfesables, actúan como el amo del cortijo dentro de lo que creen y sienten como su territorio soberano.
Dentro del recinto Griñán hablaba y mentía sobre el servicio público, arrogándose él, su partido y su gobierno como los más protectores de los funcionarios y del servicio público en general. Y esas frases ya recuerdan a esas grandes mentiras históricas de oscuros líderes que mentían para seguir manipulando y engañando a las masas.
Lo que está ocurriendo en los actos de la verdadera función pública andaluza es un fenómeno que tarde o temprano se esperaba que ocurriera en esta Andalucía silente. Con una universidad dormida, una izquierda servir, unos sindicatos subvencionados y una ciudadanía ausente o desilusionada, nadie esperaba -y menos que nadie el gobierno andaluz- que fueran los empleados públicos, siempre tan acomodaticios, los que enervarán la bandera de la libertad que esta casta lleva treinta años mangoneando. Ojalá a esta iniciativa apolítica y ciudadana se le vayan sumando más colectivos de empleados públicos (SAS, sector educativo, Justicia, Universidades) y ciudadanos, porque es notorio que aquello de las barbas de vecino siempre ha acabado cumpliéndose.
Seguimos en la lucha.

19 noviembre 2010


Hoy, viernes, el periódico El Mundo ha publicado una carta que les envíe ayer sobre la vergonzosa manipulación de Canal Sur (una de las televisiones y radios públicas más manipulada y al servicio del golferío de la Junta) en el conflicto que mantienen los Empleados Públicos de la Junta de Andalucía con el gobierno andaluz por causa de ese ilegal Decreto-Ley 5/2010 que pretende meter por la puerta de atrás a más de 30.000 paniaguados. A ver qué os parece, que ha tenido su repercusión mediática.


MANIPULACIÓN INFORMATIVA DE CANAL SUR EN EL CONFLICTO DE LA FUNCIÓN PÚBLICA ANDALUZA

Sr. Director:

En esta Andalucía silente gobernar medrando y manipulando es tremendamente fácil. Pero, si además, se controla un medio de comunicación público la tarea casi se convierte en placentera.

La RTVA, cuyo buque insignia es Canal Sur TV, está sostenido con los impuestos de todos los andaluces pero controlado de forma partidista por un gobierno cínico que obtiene rédito electoral y mediático. Y para muestra la vergonzosa manipulación por parte de los servicios informativos de Canal Sur – televisión y radio- en la espectacular y permanente protesta contra el Decreto-Ley 5/2010 que están llevando a cabo los empleados públicos de la Administración General de la Junta de Andalucía en respuesta al mayor atentado contra la función pública desde la eliminación de la cesantía.

El día de la macro-manifestación de Sevilla, el pasado 13 de noviembre, el informativo de Canal Sur TV de las 20,55 horas, se refirió de pasada a este espectacular evento en cuarto lugar, mereciendo mayor atención los dos mil manifestantes pro-saharaui en Madrid y la liberación de la premio nobel de la paz camboyana. Pero, no contentos con ese ninguneo informativo dijeron: “miles de manifestantes”, sin atreverse a apostillar lo que sí afirmaron medios como éste: que la cifra superaba los treinta mil y que había sido una concentración histórica. Y algo similar hicieron hace unos días en la manifestación del día 17 de noviembre, celebrada en Granada con este mismo fin. De nuevo se limitaron a informar de pasada, bajando la asistencia a una cifra irrisoria. Pero, en fin, de qué podemos extrañarnos a estas alturas, tras treinta años de delirio gubernamental.. Si Andalucía, algún día, dejara de ser silente se eliminarían las barreras y se cumpliría la estrofa del himno que proclama una Andalucía libre. Ojalá este despertar de la función pública andaluza sea el principio.

José Antonio Flores Vera

Empleado Público de la Junta de Andalucía



18 noviembre 2010

LOS EMPLEADOS PÚBLICOS DE LA JUNTA SON TRATADOS COMO DELINCUENTES: EL MUNDO AL REVÉS


Agresión policial en Torretriana a empleados públicos de la Junta de Andalucía (día 18/11/2010)

Paradojas de la vida. Y de la política.
Ha tenido que ser una norma contraria a la función pública constitucional la que esté poniendo patas arriba a la Junta de Andalucía y quitando caretas.
En esta Andalucía silente, el clientelismo político y subvencionado ha danzado a sus anchas durante treinta años. Si acaso, hubo unos pocos años de esperanza, que son los coincidentes con la transición política. Pero la realidad es que los andaluces se libraron de un franquismo para entrar en una dictadura supuestamente democrática.
Una Andalucía que ha estado comandada por quienes han tenido todo el cinismo necesario de ofrecer el elixir del sueño y del silencio. Una especie de pacto mafioso o chino que ha posibilitado que se llenen barrigas y bolsillos sin freno. Pocos adivinarían que en este régimen, los funcionarios, tan acomodaticios y desinteresados fueran los que abrieran la caja de los truenos cuando ese papel siempre ha estado reservado a la Universidad y, últimamente, a los antisistema, que siempre tienen la de perder.
Lo que está ocurriendo en la función pública -pero también en la sociedad andaluza- es una auténtica rebelión y lo visto hoy en Torretriana, en Sevilla, no es más que el comienzo de una situación que probablemente se torne cada vez más violenta porque al ladrón hay que detenerle como sea )de hecho tras como muestra el vídeo de los sucesos de Torretriana no sea más que el colofón). Y aquí el ladrón ha sido toda esa golfería anquilosada en las instituciones de la Junta de Andalucía, una casta rancia e iletrada; ambiciosa y embustera que han utilizado los recursos como les ha venido en gana.
Es demencial. Los empleados públicos, que accedimos creyendo en el sistema legal, hemos tenido que ver cómo las oficinas públicas se han llenado de intrusos, de verdaderos vividores adosados al partido en el poder. Ver cómo utilizan a sus anchas los coches oficiales; ver cómo se autoadjudican sueldos millonarios; ver cómo cobran hasta la última dieta; cómo cobran la productividad que debería corresponder a los trabajadores; y lo peor de todo ha sido ver cómo todo ello lo han hecho -y están haciendo- con total prepotencia y altivez.
Comprobar cómo a un iletrado alcalde le regalan un puesto púbico de directivo sin tener la titulación adecuada -tal y como ha denunciado la Cámara de Cuentas- y ver cómo los hijos de los dirigentes, a su vez, obtienen otro cargo mientras miles de jóvenes mucho más preparados y honrados vagan por las colas del paro ante la impotencia de sus padres.
Esta gentuza se ha ido apoderando de la sociedad civil con la misma táctica caciquil de los dictadores hasta el punto de que si ellos no obtienen beneficio, cargos o gloria no dejan títere con cabeza. Como en las mejores dictaduras están presentes en todos los frentes. En eso son especialistas. Y en ese clientelismo han integrado a sus dos sindicatos comparsas: CCOO y UGT, ambos de glorioso pasado pero de triste papel contemporáneo.
Hay que decir basta ya. Y desde aquí animo a todo empleado público andaluz, ya sea del SAS, de la Universidad o del sistema educativo a que se alcé contra esta golfería, porque han de saber que ellos serán los próximos en sufrir el acoso que estás sufriendo los empleados públicos de la Administración General.
¡ No nos pararán !

LA JUNTA DE ANDALUCÍA COMIENZA A DAR MUESTRAS DE NERVIOSISMO



El gobierno andaluz está cada vez más nervioso. Están cometiendo el error de no unificar el mensaje que quieren mostrar ante la espectacular movilización de los empleados públicos de la Administración General de la Junta de Andalucía.
La Consejera de Presidencia vino a decir que los más de 30.000 manifestantes de Sevilla del pasado día 13 de noviembre no habíamos comprendido el Decreto-Ley 5/2010, es decir, que la Consejera tiene un ejército de iletrados e iletradas trabajando en la Administración andaluza; y hoy, la Consejera de Hacienda y Administración Pública ha dicho que las movilizaciones se deben al malestar que nos provoca saber que perderemos mucho dinero en la paga extra de diciembre. Pero en absoluto esta movilización está demandado cuestiones económicas porque será el Poder Judicial el encargado de enjuiciar si las salvajes rebajas de sueldo se ajustan a la legalidad o no. Lo que se está reclamando es muy sencillo: unos servicios públicos garantistas y profesionales y la eliminación de esa Administración paralela compuesta por paniaguados y afines al partido del gobierno. Luego, ¿no están dando síntomas de estar muy nerviosos?
Además, hoy jueves, se convoca la Mesa General de la Función Pública. Que será un paripé montado por la Administración y estos sindicatos afectos al poder de la Administración que cada vez tienen más color amarillo. Será invitada la central sindical CSIF, que es la mayoritaria en la Junta de Andalucía pero, en mi opinión, ésta no deberá de, ni tan siquiera, llegar a sentarse si uno de los puntos de la orden del día no es la discusión sobre la posible derogación del Decreto-Ley canalla.
Mientras tanto los empleados públicos seguimos en la brecha. Con fuerza. Tal y como se ha demostrado en la tarde-noche del miércoles, en la que más de 2.000 han recorrrido la Gran Vía granadina -desde la Plaza de Isabel la Católica hasta la sede de la Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía (antiguo edificio de La Normal)-, bajo amenaza y posterior lluvia y un ruido ensordecedor de vuvuzelas, pitos, voces, cánticos y muchas pancartas. Una vez más se ha demostrado que no es necesaria la presencia de sindicatos representativos para aunar reivindicaciones sindicales.
La lucha (porque se trata ya de una lucha) va en aumento, en la misma medida que la mirada sorprendida de este nefasto gobierno andaluz, que tiene por bandera el hundimiento de la sociedad civil a cambio de su pertinaz permanencia en el poder.

16 noviembre 2010

LOS EMPLEADOS PÚBLICOS DE ANDALUCÍA DESTAPAN LA CAJA DE LOS TRUENOS


La encarnizada protesta de los empleados públicos andaluces resume y sintetiza todo poso de silencio que se ha ido acumulando en esta Andalucía silente y rociera a lo largo de muchos lustros.
El andaluz medio se ha acostumbrado a vivir con la omnipresente y ramplona Junta de Andalucía, que lejos de ser una institución legalista siempre se ha dedicado a asuntos contrarios al interés público. Asuntos que poco a poco van saliendo a la luz.
El primero con magnitud considerable que ha salido a la luz pública es el que están denunciando los cuarenta mil empleados públicos profesionales que emplea la Administración General. Y ese asunto no es otro que el vergonzoso nepotismo que el gobierno andaluz y sus adláteres han ido desarrollando a lo largo y ancho de treinta años de reinato ininterrumpido. Pero más vale tarde que nunca.
Lo que probablemente no sospecha el gobierno andaluz es que el empleado público, harto de tanto ver y callar, ya ha destapado la caja de los truenos y no hay día en el que no se denuncien abusos y corruptelas. Los correos electrónicos de los empleados públicos arden cada día en varias ocasiones. Y eso es porque la unidad que ha conseguido provocar el gobierno de Andalucía en éstos no tiene límites y se están denunciando todos los atropellos, prebendas, corruptelas y demás canalladas que se han ido llevando a cabo a lo largo de los años. Y eso que aún no se ha destapado la caja de los truenos de esos dos otros monstruos del funcionariado andaluz: el Servicio Andaluz de Empleo y el Sector Educativo. Cuando eso ocurra ya no existirá títere con cabeza.
En esta región se ha visto como normal -ya lo he denunciado en anteriores artículos- que cualquier exalcalde, exconcejal, exdiputado o lo que exloquesea -y los hijos y familiares de todos éstos- al día siguiente de cesar en su mandato, automáticamente, obtenga una excelente plaza pública bien retribuida, sin esfuerzo, sin cumplir los requisitos legales constitucionales y sin que se sepan exactamente sus funciones. Esas maniobras de asalto y ocupación del sector público de Andalucía ha creado la friolera de más trescientos entes, entre empresas públicas, sociedades, agencias, fundaciones y otras formas jurídicas que se nos escapan y muchos ya han obtenido la fijeza por la vía del derecho laboral (personal laboral fijo). Ha sido el acto de bandolerismo más importante que ha tenido la historia de Andalucía, y el ciudadano tiene derecho a saberlo porque todo eso lo están haciendo con sus impuestos. Si la gente de la calle supiera en qué se gastan sus impuestos, más de una torre palacial en la que todos estos sinvergüenzas descansan sus gordas posaderas ya estarían derribadas. Si supieran las comidas, los viajes, los coches oficiales, los gastos exorbitados y todo lo que derrochan ya habría ardido más una torre de marfil.
Los empleados públicos de Andalucía ya están comenzando a contarlo porque tienen el poder para hacerlo. Conocen el aparato administrativo como la palma de su mano. Conocen todos los resortes para derribar a este gobierno trepador. Lo que se tarde en hacerlo será lo de menos. Porque al final se conseguirá.
Es lo más parecido a una revolución pacífica. Algo inédito en esta región complaciente y comprada.

11 noviembre 2010

CUANDO LA JUNTA DE ANDALUCÍA DECIDE CONFUNDIR A TODO EL MUNDO

En la entrada anterior ha habido tres comentarios. Pocos, para el asunto que tenemos entre manos, si bien han sido tres comentarios densos, respetuosos y muy interesantes, aunque lo que más me ha sorprendido es la condición de quienes los firman. Los tres se caracterizan por la corrección y el uso de la razón contenida en los mismos.
El primer de ellos se debe a la pluma de un empleado público del Estado, representante de CCOO en la AGE -Administración General del Estado-, que en un tono muy positivo y autocrítico reconoce que en su sindicato firmante del acuerdo con la Junta de Andalucía se tenía que haber discutido con las bases, que es uno de los elementos básicos del funcionamiento democrático de un sindicato de clase como CCOO.
El segundo comentario, podría considerarse como la voz de las personas que pretenden entrar en la Administración Pública a través del esfuerzo máximo que supone acceder por medio de un sistema reglado en el que debe primar el mérito y la capacidad. Y con este comentario hay que hacer una valoración especial, ya que lo que está ocurriendo en la Junta de Andalucía echa por alto la expectativas de miles de jóvenes que deciden probar acceder a la función pública andaluza.
Pero el tercer comentario me ha sorprendido gratamente, ya que entraba en juego la tercera voz de este asunto. Si en el primer comentario se alzaba la voz de un representante sindical de CCOO -que, insisto, es uno de los dos sindicatos (junto a UGT) firmantes de un acuerdo que no convence a casi nadie-, y el segundo comentario se debía a quienes aún no están dentro de la función pública, pero tienen el derecho legítimo a estarlo, en el tercero se alzaba la voz de una persona que trabaja en una de esas empresas públicas que están en el punto de mira de todos los empleados públicos de la Administración General de la Junta de Andalucía. Y su discurso -sinceramente- me ha parecido razonable y sensato. Al mismo le voy a dedicar algunas lineas.
Decía este trabajador de una empresa pública que ni conocía a nadie ni era ex de nadie, que es algo de lo que estoy convencido porque podría existir algún equívoco en mi entrada anterior, pudiendo dar a entender -involuntariamente- que todos esos 35.000 que se evalúa hay en las empresas públicas son ex o conocen a alguien. En absoluto es así. Con la entrada anterior denunciaba a los que estaban ocupando plazas ilegalmente y sí son ex o conocen a alguien del partido en el gobierno, que son los que realmente deben de preocupar por el bien de una función pública legal y honesta y por el bien de una ciudadanía que tiene todo el derecho a contar con empleados públicos que hayan accedido cumpliendo los principios de mérito y capacidad.
Dicho esto hay que decir lo siguiente: la Junta de Andalucía no sólo ha utilizado las empresas públicas para introducir a mucha de su gente sino que también lo ha hecho para contratar sin control. Y, lógicamente, a esas personas contratadas -como es el caso de nuestro anónimo comunicante- no se les puede reprochar que no hayan rechazado el trabajo ofrecido: le han ofrecido un contrato y, lógicamente, han accedido porque todo el mundo tiene derecho a trabajar. El problema es otro, que entronca con lo que comenta este trabajador en cuanto a que no realiza funciones públicas. Lógicamente, no puede realizar funciones públicas porque no posee el carácter ni la potestad administrativa necesaria que sólo ofrece el sistema legal al funcionario público de carrera -ni siquiera al personal laboral fijo-.
Por tanto, en su situación y en la de tantos cientos de trabajadores emerge la irresponsabilidad de la Junta de Andalucía que debe cumplir la legalidad y no la cumple. Resumidamente dicho: la Junta de Andalucía debe de abstenerse de contratar como si fuera una empresa privada y, por el contrario, debe de ofertar las plazas que necesite por medio de la herramienta jurídica correcta: la oferta de empleo público, que es lo que no está haciendo o lo está haciendo con cuenta gotas.
Seguramente que este trabajador que nos envía un comentario preferiría, sin lugar a dudas, poseer una plaza de funcionario que no pertenecer a un colectivo -que como él mismo comenta- podría tener los días contados porque es probable que a trabajadores como a él la Junta no le ofrezca estabilidad aunque sí se la proporcionará a todos sus afines.
Y es que, tal y como titulo esta entrada, la Junta de Andalucía se ha especializado en confundir a todo el mundo con un único y exclusivo fin: dejar asentados a sus afines. Esa es su única intención. Por tanto, trabajadores como nuestro amigo informático también podría ser en poco tiempo una víctima propiciatoria.

09 noviembre 2010

EL NEPOTISMO IMPARABLE O CÓMO ASALTAR LA FUNCIÓN PÚBLICA

Sería interesante hacer un estudio de cómo esta gente de la Junta de Andalucía se ha ido adueñando del sistema profesional de acceso a la función pública. Se trata, sin duda, de un trabajo continuado que copiaron de sus mayores en el gobierno del Estado, que desde su llegada al poder en 1982 -más en concreto, desde que aprobaron la Ley de Medidas Urgentes para la Reforma de la Función Pública de 1984- no han hecho otra cosa que introducir a los suyos en las distintas Administraciones Públicas por la vía de los hechos consumados y utilizando todo tipo de tácticas: desde la designación política de Directores Generales hasta la contratación de personal eventual y, posteriormente, la torticera e interesada utilización de la libre designación, que para colmo es un sistema de provisión de puestos de trabajo. En este último caso, al menos, se exige ser funcionario de carrera, y no dudo de que en algunos supuestos la libre designación haya sido acertada, pero en otros muchos casos ha servido para hacer plazas a la medida del funcionario o funcionaria propuesto. También fueron los iniciadores de las empresas públicas y fundaciones.
No obstante, en la Junta de Andalucía han rizado el rizo de manera bestial, inicialmente, con medidas puntuales que posibilitaron que muchos interinos -los pata negra les llamaban. Muchos de ellos acólitos suyos- pudieran acceder con el paso de los años a la función pública tras sumarles méritos múltiples. Hubo casos en los que el interino llegaba a jubilarse y aún no había sacado su plaza. Plazas que eran interinas, pero jamás cubiertas por personal funcionario que iba accediendo a través de una oposición legal. Lógicamente las opciones para gente de la calle eran menores al tiempo que si incumplía lo que las leyes de función pública establecían para el interino: ocupar la plaza mientras no hubiera titular. En todo caso una solución muy puntual.
Además, en la Junta de Andalucía han utilizado múltiples procesos para ofrecerles trabajo a sus acólitos. Uno de los más jugosos y mejor pagados ha sido la designación de Delegados Provinciales de las distintas Consejerías. En muchos casos, el Delegado propuesto cuenta con un puesto de trabajo -casi siempre peor pagado- y obtiene con su nombramiento unos privilegios jamás soñados en su puesto anterior: coche y chófer, dietas, viajes, comidas, alta productividad y un excelente sueldo...y claro, el cambio siempre es más favorable. Pero en otros casos -muchos- el Delegado o Delegada no posee trabajo alguno y, de la noche a la mañana, se encuentra con una cuantiosa nómina -incluso la productividad que cobra quintuplica a la del empleado público profesional- y todos los privilegios que antes describía. En estos casos el cambio de situación era totalmente espectacular. Incluso proveyeron mecanismos de acceso para que casi todo acólito pudiera ser Delegado Provincial: tener una licenciatura en cualquier disciplina o bien haber sido concejal de algún lugar, por pequeño fuere. Es decir, se atinaba en la mayoría de los casos. Con esta estrategia, al mismo tiempo que se ofrecía un trabajo bien remunerado sin oposición ni problemas de acceso se controlaba la Delegación en cuestión.
Posteriormente, conocedores de que no había suficientes puestos para todos comenzaron a crear las empresas públicas y fundaciones -que sumultaneaban con la contratación de personal eventual y nombramientos de Delegados Provinciales, Directores Generales, Secretarios Generales y un largo etcétera-. Es probable que al principio -muy al principio- algunas cabezas pensantes dentro del seno del PSOE y de la Administración andaluza, planearan la necesidad de crear empresas públicas para fines más o menos lógicos y honestos (por ejemplo si hay que limpiar el margen de un río es defendible que se cree una empresa pública o bien para atender asuntos como la asistencia sanitaria urgente por la dificultad y rigidez del horario, aunque eso no significa que no sea necesario poner en marchar el sistema legal de acceso a la función pública que sigue siéndola), pero una vez advertidas las múltiples ventajas de crear empresas públicas y el poco control de los órganos fiscalizadores existentes, se fueron creando por cientos y ya no con el fin de desarrollar una labor especializada sino con el único fin de que fuera el nicho de nuevo empleo para afiliados, exalcaldes, exconcejales, exdiputados y muchos ex, hasta exmujeres, exmaridos, excuñados, en fin, todos los ex que se le pueda ocurrir al atento lector entraban en las empresas públicas. Ahora a la mayoría de esa gente la quieren hacer fijar por medio del Decreto-Ley 5/2010. E incluso, muchos de ellos ya son fijos porque les han sacado concursos a su medida y ya son laborales fijos. Algunos de ellos están ahora como Delegados Provinciales, ganado aún más.
Hablamos tan sólo del caso de la Junta de Andalucía, pero en Diputaciones y Ayuntamientos la sangría ha sido bestial. Por ejemplo, un chico de mi pueblo, sin formación ni inquietudes, que desde pequeño pertenece a las Juventudes Socialistas y es contratado para trabajar en la sede del PSOE, acaba de empleado público en Diputación como personal laboral. Ahora es asesor de su grupo provincial, además de concejal. Sigue sin haber pisado la universidad pero le han asegurado un puesto de por vida.
Mientras tanto, miles de chicos y chicas andaluces se rompen la crisma a diario para estudiar, agotan los recursos económicos de sus padres haciendo másteres inútiles y, como mucho, acabarán poniendo copas en un bar o archivando legajos en un sucio y oscuro sótano cobrando al mes no más de 600 €, luego ¿no estamos, entonces, ante una dictadura y un nepotismo bestial?
Jóvenes y suficientemente enchufados como es el caso de un conocido político granadino que sin oficio llegó a las más altas cúspides de las instituciones y, finalmente, le buscaron un retiro genialmente retribuido. Ahora es su hijo el que comienza a ocupar cargos.
No sé si hay jóvenes que lean este blog -seguro que sí- pero si lo hacen o lo hacen sus padres les doy un consejo: que estudien inglés, que cojan las maletas y se vayan de esta región enferma. Para no volver o, en todo caso, volver como los turrones, sólo en Navidad. Os aconsejo.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...