08 julio 2009

UN ARTÍCULO CON UN PAR



No sé si habéis -permitidme que os tutee, porque aunque a muchos os conozco, a quienes no, tengo la sensación que también- leído el último artículo de Arturo Pérez Reverte en el El Semanal, que es donde habitualmente escribe. Porque no tiene desperdicio.
Os voy a poner el enlace, pero antes me gustaría comentarlo y que vosotros-as lo hagáis después de leerlo.
Ya conocemos la labia y la pluma que gasta el amigo cartaginés. Que no tiene pelos en la lengua y que dispara con la misma pólvora que utiliza su personaje Alatriste.
Yo no lo había leído, pero me lo fotocopió un compañero de trabajo y lo deveré de un tirón en el autobús urbano cuando regresaba a casa.
Resulta que escribe -muy bien, por cierto- lo que pensamos muchos -yo diría que casi todos- sobre esa gentuza -ese es su título- que despilfarra el dinero público, que utiliza coches oficiales, que comen y viajan como nuevos ricos a costa del erario público. Una clase dirigente que se ha procurado un estatus, con independencia del color que defiendan y que para colmo pertenecen a una generación más que mediocre -excepto raras excepciones- de dirigentes muy alejados de la verdadera vocación pública y totalmente apegados a privilegios y favores materiales, esos que ellos mismos se han dado. Pero no diré más. Mucho mejor leer el artículo de Pérez Reverte pinchando en este enlace y luego comentáis:


7 comentarios:

  1. Chapó para Reverte, por cierto he leído todos sus libros y casi todos sus artículos. Me quedo descansando cuando leo a este señor, que sin pelos en la lengua, dice las cosas muy clara, para que se le entienda vamos.
    No había leído este, te agradezco que lo hayas compartido con nosotros.
    Gracias por tus palabras en mi blog y un abrazo.

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  2. Bueno, no dice nada nuevo o que no sepamos. Muy identificables con los pepiños, leires pajines y demás especímenes progres , iletrados, incultos pero envalentonados que para más escarnio el bendito pueblo se encargó de multiplicar en autonomías, diputaciones forales, diputaciones provinciales ect.
    Yo me pregunto, si sabemos y somos conscientes de que está patulea de gañanes está viviendo y medrando a nuestra costa, por qué cuando llega el momento vamos cada 4 años como borregos a que nos engañen ?
    No seremos nosotros los tontos y ellos los listos???
    Por cierto acertada crónica de la carrera de Dílar. Los isquio de la pierna derecha me han impedido correrla esta año.saludos cordiales.

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  3. Paco, he destacado este artículo porque me parecido significativo que una persona célebre conserver altas dosis de sensatez y piense lo que pensamos los demas. Todos los años voy a Madrid y cuando paso por la Carrera de San Jerónimo veo coches oficiales y restaurantes de lujo siempre repletos de esta gente y cuando piensas a qué se dedican con los fondos de los contribuyentes da asco.
    Nadie mejor que tú sabe que el correr el mayor estímulo. Deseando estoy que llegue mañana para poder disfrutar mis doce kilómetros por la Vega. Saludos

    Alfredo, pero no sólo pepiños y leires pajines - ésta en particular me parece una advenediza sin idea de lo que dice, una actriz de la política-, sino camps, bárcenas, agags -no olvidemos a ese impresentable-, zaplanas. El meollo del asunto no está en la ideología. Yo no defenderé a ninguno ya que me parecen más o menos igual todos, incluída la monarquía.
    Esto es un circo Alfredo, del cual pagamos la entrada y no tenemos derecho a asistir al espectáculo.
    Espero que lo de tu isquiotibial no sea importante. La prueba de Dílar, después de dura y calurosa, un desastre de organización. Saludos.

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  4. José Antonio:

    Excelente, sensacional, muy clarividente el artículo de Reverte.
    Antaño, casi todos los domingos lo leía en El Semanal, tanto a Reverte como a Javier Marías (ahora en El País). Podías estar de acuerdo o en desacuerdo, pero sus crónicas y/o reflexiones eran imponentes. No había desperdicio por ninguna de las partes.

    Lo que Reverte "vomita" es su gran hastío hacia esa nueva sociedad de mal-políticos que, únicamente están para degradar al Estado, y de camino insultar a los votantes y a todos los ciudadanos en general.
    Han creado una cultura del endiosamiento personal que, sólo utilizan esas lujosas vestimentas (y otros enseres del erario público) para enaltecerse y creerse una superioridad a todas luces inexistente.

    Los del PP, todos con esos trajes estilo Camps o con esos lustrosos vestidos (ellas) de Versace o similares. Los gemelos de oro en los puños de sus camisas los delatan.
    Los del PSOE, intentan emular -sin complejos- a los del PP. Las vestimentas de Fernández de la Vega o de la González Sinde, son un ejemplo de la gran "solidaridad socialista" en época de crisis.

    Creo que estos artículos -como el de Reverte- debían de amplificarse y repartirse un poco más entre todas Sus Señorías. Yo incluso, pediría a los ujieres que los fotocopiasen y se los dejaran en esos escaños senta-posaderas.

    Saludos republicanos, por supuesto.

    Toni Sagrel.

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  5. Toni, esa es una buena propuesta. Yo si fuera ujier del Congreso lo haría aunque me jugara el puesto.
    Da tanto asco lo que está pasando en España que casi merece la pena mirar a otro lado.
    Saludos republicanos.

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  6. No voy a decir que D. Arturo se pase demasiado en su artículo, porque dice algunas verdades palmarias, pero tiene su peligro esa actitud de odio-desprecio a la clase política en general, que ha degenerado, es cierto, muchísimo en los últimos años. Pero es eso o la barbarie. Esa materia prima, que es lo que hay (y agarrémonos para lo que viene), o la eliminación del Parlamento y su sustitución por... ¿qué?
    Roderick.

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  7. De acuerdo Roderick, por suerte vivímos en una democracia, el sistema político menos malo. Pero hacemos bien por exigir que esto mejore, precisamente para que no desmejore y se desprecie. Esta gentuza, como diría Reverte, que utiliza la política para su bienestar personal hay que decirles que se vayan porque, por suerte, existe en la clase política gente que merece la pena. Poca, pero la hay. Saludos.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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