19 febrero 2013

RELATOS DE INVIERNO

ORÍGENES

Hace poco tuve la suerte de encontrarme con un tipo de lo más especial. Resulta que mi compañero de oficina Luis es aficionado a la historia y está metido de lleno en la investigación y estudio del origen de sus ancestros. 
Para ese fin ha considerado que la mejor opción es estudiar el Catastro de Ensenada porque en éste aparecen los propietarios que han tenido las tierras de su pueblo de origen  en periodos históricos diversos y través de éstos ir conociendo, con la ayuda de la heráldica, hasta donde se remonta su apellido. Una tarea que le fue facilitada por el tipo con el que tuve la suerte de encontrarme gracias a él. Resulta que éste había elaborado un método basado en la historiografía, la heráldica y la genética para determinar nuestra procedencia y me invitó a ofrecerme voluntario. Y como curioso que soy y apasionado por la historia y nuestros orígenes no lo pensé ni un momento. Sus herramientas son completísimas bases de datos historiográficas, herádicas y genéticas, que a través de un software muy complejo van intercalando los datos hasta mostrar muestras casi perfectas.  
Tras un breve estudio de los apellidos paternos y maternos sobre 'los que suele haber mucho falseamiento histórico', me dijo, acabó por extraerme unas muestras sanguíneas para determinar el ADN, no sin antes advertirme que tendría que aceptar sin paliativos y con objetividad cuales eran mis orígenes ya que se trata de un método muy sofisticado y prácticamente infalible. Me hizo firmar un documento de asentimiento.
Para tal fin, dijo, lo mejor es anclarse en un apellido que pudiera tener más visos de autenticidad. Y fue así como ancló el apellido de Gallego, que es el segundo de mi madre. Y he aquí el informe literal: 

1. Los primeros apellidados 'Gallego' llegaron a estas tierras sobre 1510 con motivo de la repoblación tras la expulsión de moros y judíos.
2. Esos gallegos descienden de la antigua Castilla imperial, la que tenía salida al mar (la zona oeste de la actual Galicia; de ahí el apellido. Desde el siglo XII se puede concluir que no hubo cruce de razas, de acuerdo con la lectura genética y los rasgos actuales del caso estudiado (o sea yo). 
3. Los apellidados Gallegos, lógicamente, no siempre tuvieron ese apellido. Un exhaustivo estudio concluye que, con anterioridad, no contaban con apellido alguno sino que como solía ser habitual entre la plebe, solían nominarse como hijos de.. (por ejemplo, Pero hijo de Jimeno), que era lo habitual. El apellido gallego se adquiere cuando engrosan la lista para repoblar las nuevas zonas ocupadas, como método para distinguir de donde procedía cada contingente de personas. 

4. De acuerdo con la genética mostrada, con anterioridad los antepasados del estudiado se enmarcan dentro del pueblo Visigodo; pero hay que indicar que aquí sí existen mezclas de sangre, dándose casos muy curiosos. Hay datos genéticos que evidencian orígenes Visigodos pero también una fuerte presencia de genes propios de individuos pertenecientes al pueblo celta que tenían mucha presencia en la zona indicada y que rechazaron la invasión romana con más éxito que otros pueblos de la antigua Iberia como es el caso de turdetanos o carpetanos que habitaban en la zona sur y centro, respectivamente. 

5. Anclando la rama Celta, se evidencia que hay rasgos vacceos, pueblo celtíbero que venía a ocupar lo que podría ser la zona que hoy día identificamos como Castilla-León (Palencia, Zamora, Valladoilid, León...), aproximádamente. Asimismo, se denotan cruces con otros pueblos de origen celtíbero, algo muy común por entonces; en ese sentido se evidencian rasgos arévacos, cuya capital-fortín, como sabemos, era Numancia. 
6. Por tanto, cabe concluir que el estudiado presenta rasgos genéticos propios de pueblos íberos (Vacceos, Arévacos), muchos de los cuales son de procedencia Indoeuropea y Visigoda -ramificación del pueblo Godo de origen Centroeuropeo-, descartándose genética de origen romana o árabe, por referirnos a las civilizaciones más persistentes en la actual España. 


18 febrero 2013

CUANDO RUGE LA MARABUNTA

La ola de insultos y abucheos por parte de ciudadanos anónimos a políticos en las calles y plazas de este país no es más que la secuencia lógica tras lo que está cayendo. Algo que se veía venir y que no ha hecho más que comenzar una vez abierta la veda. 
Es lamentable que el detonador haya tenido que ser la crisis, porque los privilegios de políticos, miembros de la Casa Real y miembros de la totalidad de las instituciones (ya ninguna se salva) de este país no es nueva. De hecho, un país serio y con una democracia fuerte -que no es el caso de España-, debería de haber depurado ya hace tiempo toda esta permisividad y ruines privilegios, aunque lamentablemente no ha sido así. 
Los acontecimientos que puedan suceder a partir de ahora pueden ser imprevisibles ante el hartazgo de la ciudadanía que ve cómo a diario les esquilman sus derechos, les suben los impuestos, le roban parte del salario, pierden su puesto de trabajo, le desahucian y otras perrerías, mientras que sigue inamovible o aumenta el estatus de toda esta gentuza que siguen aprobando medidas a favor de ellos mismos y eso es totalmente intolerable. 
No es positivo que la ruga la marabunta porque eso puede traer consecuencias lamentables. Lo normal sería que hubiera resortes legales sólidos y un verdadero sistema jurídico basado en el Estado de Derecho, pero como en España eso jamás se ha conocido, a la marabunta no le queda más remedio que rugir y con ese rugido se llevará por delante a propios y a extraños. Es lo que tiene no hacer los deberes a su debido tiempo, como ocurre con los malos estudiantes.
Me sorprende que la gente parezca darse cuenta ahora de lo que estaba ocurriendo en este país. Por ejemplo, yo ya llevo años defendiendo en mis artículos -aquí y en prensa- que los privilegios en este país de la clase política, monarquía y tal eran superlativos y en ocasiones me sentía totalmente solo en mis aseveraciones. Pareciera que la mayoría de la gente mirara para otra parte, o bien, que la mayoría vivíamos con un estatus económicamente sólido que nos hacía relativizar los privilegios de nuestros representantes. 
Y ahora de pronto, cuando a todos nos tocan el bolsillo nos surge toda esa indignación que se ha ido acumulando con el paso del tiempo. No diré que eso esté mal porque es mejor que las cosas ocurran a que no ocurran nunca, pero sospecho que toda esta ola de indignación hará más daño a quien no esté protegido o blindado por el sistema. 
El que lo esté, a lo sumo perderá algo en el camino, pero nada cambiará a fondo si no es el propio sistema el que persiga su propia regeneración. Un ejemplo para ilustrar esta última aseveración: la Casa Real está totalmente amenazada por los negocios que se les va descubriendo relacionados con el caso Nóos -algo que yo siempre he sospechado y he escrito-, pues bien, la única forma de que todo se destape no es camuflando sino regenerando; y la única regeneración posible sólo es posible si existe una admisión de lo que cada vez va a ser más evidente; o el caso de los ERES de Andalucía, asunto en el que el gobierno andaluz sigue manteniendo que eran cuatro chorizos, pero que el sumario demostrará que no era así y era el propio gobierno el principal actor. Y como eso tarde o temprano se sabrá, lo ideal sería que el propio gobierno andaluz lo acabara reconociendo caiga quien caiga; o el asunto de la doble contabilidad del PP, partido que está con la espada de Damocles sobre su cuello y a merced del propio Bárcenas, que si se ve atrapado acabará por demostrar que esa contabilidad 'b' existía. Y como vivir en esa duda permanente sería muy negativo para el propio gobierno de la nación, lo justo sería que hubiera un reconocimiento, dimisiones y elecciones anticipadas.
Estas serían formas de regeneración, que irían seguidas de severas reformas constitucionales para no volver a caer en lo mismo. Pero mucho me temo que eso jamás pasará porque tenemos una clase dirigente tan cobarde, arrogante y apegada a sus intereses y con tan poco sentido de Estado, que siempre preferirá que el sistema se hunda antes de que se hundan ellos, su familia y su fastuoso patrimonio y privilegios.  Porque si esto se hunde como todo parece indicar, ellos ya tienen asegurado su futuro económico, que para eso están los paraísos fiscales, ¿para qué creéis que se mantienen si no?   

17 febrero 2013

UN RESFRIADO (O EL FIN DEL MUNDO)

Lejanos parecen esos caminos de invierno
Si nos ponemos melodramáticos, un vulgar resfriado puede suponer el fin del mundo para un corredor habitual. Tanto o más como la llegada de una fecha fatídica para una secta o una tribu perdida en algún rincón del mundo. 
Sin embargo, lo más inquietante no es ni de lejos esa semana o diez días que se pierden sin correr o sin poder disfrutar de la emoción de una prueba deportiva; lo más inquietante es cómo la memoria se centra más en los últimos siete días de inactividad que en -por ejemplo- el mes anterior cubierto de kilómetros por esos caminos de Dios. Luego, te acabas preguntando ¿por qué será la mente la sutilmente selectiva?
Pasados unos días, todo volverá a la normalidad (porque al final todo vuelve a la normalidad) y la memoria, con la misma facilidad con la que olvidó todos esos rodajes repletos de kilómetros, volverá a centrarse en ellos y acabará ninguneando los días de obligado reposo. Probablemente este trabajo oculto de la memoria es lo que hace que todo sea más llevadero y cotidiano.  

14 febrero 2013

CINE: 'EL FRAUDE' (USA, 2012)

'El Fraude' no es una película llamada a ser una obra maestra, pero cuenta con calidad, es honesta en su argumento y en lo que quiere transmitir. Una película con un argumento sólido y claro, que no se pierde en florituras como otras de similar género, cuando de los mundos de los negocios y de la corrupción en los mismos se trata.
No estamos en esta ocasión ante políticos corruptos (¡se agradece el descanso!) sino ante la corrupción en el mundo de los negocios que, como todos sabemos, van de la mano normalmente.
Pero aquí en esta película de 2012, su director, el neófito, Nicholas Jarecki -que también es el guionista- ha querido contar de forma clara y contundente, esa turbia personalidad y grandes dosis de cinismo que suelen mostrar los grandes hombres de negocios. 
Un rico hombre de finanzas que, en esta ocasión, está interpretado por el conocido galán de Hollywood, Richard Gere, que en el inicio de su senectud ha optado a papeles desastrosos, si bien en esta ocasión parece sacar el hacha de guerra de sus mejores interpretaciones de sus años más jóvenes. Sin embargo, en mi opinión, se ha perdido la oportunidad de que Susan Sarandon, esposa del acaudalado, aburridísima y entregada a las causas sociales, cumpliendo el cliché; se ha perdido la oportunidad, decía, de que esta actriz muestre su enorme potencia interpretativo. No comprendo por qué el director no ha querido darle más protagonismo, aunque no sería descabellado afirmar que la razón pasaría por no robar protagonismo al actor principal, dotado con menor talento interpretativo. 
Volviendo a la peli, hay que decir que se deja ver muy bien y que tiene el metraje adecuado; es más, no hubiera desmerecido nada si se hubiera alargado otros diez minutos más, que hubieran venido bien para atar algunos cabos. No obstante, esa no es razón para restarle su mejor mérito: la claridad del guión y la buena puesta en escena.
Excelente, en mi opinión, la banda sonora del autor Cliff Martinez, que ya nos deleitó con la banda sonora de 'Driver'. 

13 febrero 2013

LIBRO: 'ABSOLUCIÓN', DE LUIS LANDERO

Los libros de Landero siempre me dejan poso. Es una literatura que destripa con bisturí preciso muchos elementos de este arte. E igual que se dedica con profusión a analizar el alma humana, de pronto surge un elemento cotidiano de por medio (el grupo Pascual, por ejemplo) y te deja perplejo al mismo tiempo que admirado. Y es que pocos autores como Landero saben ir de lo etéreo a lo material en tan poco margen de espacio. 
'Absolución' no me parece lo mejor de Landero (me sigo quedando con 'Juegos de la edad tardía', difícil de superar), pero si de las mejores y, quizá, la más peculiar. Una obra no larga, pero con una intensidad extenuante. Esas trescientas dieciocho páginas son extremadamente intensas y cada palabra, cada frase, están escritas con manos de experto cirujano. No es una novela que se pueda o se deba leer en un par de tardes.
Quizá por eso me gusta la literatura de Luis Landero, un autor consagrado en nuestras letras hispanas que se toma su tiempo entre novela y novela; y hace bien, porque su proceso de creación debe ser extenuante y exigente. 
En Landero nos podemos identificar todo el que tenga algo que preguntarse, porque no existen en sus libros personajes épicos ni irreales, sino personas que desde su normalidad buscan siempre tres pies al gato. No buscan gloria ni dinero, sino una solución definitiva a sus complejas almas. 
En 'Absolución', Lino, su protagonista, inicia una huida que no sabe si es física o interior; que no sabe si es para atrás o para adelante, pero está claro que esa huida es necesaria porque como le decía el Sr. Levin, pertenece a ese género de personas que necesitan escapar, como sea y de donde sea, aunque la contraposición a esa reflexión la tenemos en Pascal que entendió que toda desdicha radica en no saber quedarse en un mismo lugar.
¿Interesantes teorías, no?   

11 febrero 2013

EL VOTO TE HACE CÓMPLICE

Seguramente que a estas alturas, poca gente habrá que se sorprenda de la subida de sueldo de Rajoy en los años más críticos de esta crisis, según ha revelado él mismo sin despeinarse -a pesar de que seguimos sin saber cuánto cobró supuestamente en negro-.  
No sorprende que eso sea así, pero, particularmente, a mi me sigue sorprendido la dura estructura de la cara de toda esta rapiña que nos está gobernando, con independencia de qué gobierno se trate. Hace ya mucho que dejé de considerar que quien entra a gobernar lo hace para buscar una mejora en la sociedad con sus hipotéticas buenas ideas. En todo caso, esa es la gran mentira que sostienen en sus solemnes e hipócritas discursos. Lo lamentable a día de hoy es que haya aún ciudadanos que les crean y les siguen ofreciendo su voto cada cuatro años. Yo ese asunto ya lo tengo totalmente claro y no voy a seguir contribuyendo a que toda esta clase política corrupta siga robando a manos llenas. Como todo ciudadano he votado y he creído, pero ya no. Que no cuenten conmigo. 
Muchos sostendrán que la democracia sigue siendo el sistema político menos perverso, que no votando vamos a provocar que entre un personaje tipo Berlusconi, que si no seguimos ejerciendo nuestro derecho al voto (¡que frase más pomposa y vacía, por Dios!), que lo que hay que hacer es exigirles que cumplan lo que prometieron, bla, bla, bla, nada más que palabras sostenidas y mantenidas por el mismo sistema, es decir, por ellos mismos, para seguir instalados en sus privilegios, en sus sobresueldos, en sus prebendas, en sus comisiones, en su gratis total, en sus aforamientos, en sus impunidades, en sus irresponsabilidades penales, a consta de los impuestos del pueblo. 
Y es que, probablemente, en España no hay remedio. No lo ha habido nunca. No lo hubo cuando se intentó cambiar el orden político con la entrada de la 1ª y 2ª República y no lo hay ahora, cuando se suponía que teníamos el futuro de cara y a nuestro favor. Pero no contábamos con una cosa: que este país está históricamente podrido y que quienes menos se creyeron la democracia son, precisamente, quienes nos han gobernado desde la entrada en vigor de la Constitución en 1978. 
Será porque no existe esa pretendida vocación política que consiste en darse al pueblo sin esperar ningún premio; será porque el político en este país es una suerte de individuo -o individua- ambicioso que sabe que conseguirá su sueño de riqueza material si entra en política; será porque no existe democracia directa y real sino una especie de partitocracia que no cumple ni por asomo con la democracia interna que manda la Constitución en su artículo 6; será porque nuestra sociedad ve con buenos ojos las practicas corruptas y los políticos, como no puede ser de otra forma, surgen de nuestra sociedad; será porque el individuo es vanidoso y voluble por naturaleza y no tiene la fuerza ética suficiente ni la moral necesaria para negarse privilegios y oscuras prácticas; será por lo que fuere, pero este país está institucionalmente corrompido y podrido y no hay institución que a estas alturas ya se salve. El objeto es y seguirá siendo abrazar el becerro de oro al cual se llega fácilmente por la vía del poder, por la vía de la política, la gran empresa, la banca y los partidos políticos. 
Por tanto, que nadie se le ocurra ya a estas alturas reclamar los valores democráticos con los que nos han engañado durante tantos años, porque ya vamos conociendo en qué consiste esta pretendida democrática: elevar los privilegios de unos cuantos elegidos -nunca mejor dicho- a costa de machacar a la mayoría, principalmente, las clases medias que son las que históricamente sostienen a los países. 
Que esto pueda acabar en una especie de explosión de la ciudadanía no es probable, principalmente, porque la ciudadanía no cuenta con los medios necesarios para ello, al margen de manifestaciones y otras vías correctamente políticas (para frenarlas ya se encargará el estado policial que están montando). Ocurrirá por tanto, que cada vez habrá más divorcio entre la clase política, empresarial, bancaria e incluso sindical y la ciudadanía, pero el poder político se seguirá retroalimentando con las elecciones supuestamente democráticas de listas cerradas, validando como representativos los votos válidos que se depositen en las urnas, sin que sea importante para ese poder que la abstención y la apatía ciudadana vaya en aumento.
Es lo que hay. Particularmente el único camino que considero viable, ante la imposibilidad de un exilio exterior, es adscribirme al interior, como suele ocurrir en las dictaduras. 

10 febrero 2013

CUANDO EL VIENTO TE PLANTA CARA

Van Gogh 
La tirada del sábado consistió en 20 kilómetros. Realmente es difícil salir en estas fechas, no por el frío, al que nunca he respetado demasiado, sino por el viento. Como ya he dicho en varias ocasiones, considero al viento como el mayor enemigo del corredor; al menos de este corredor. Y si el viento es frío, del norte, además de detenerte, romperte el ritmo, te deja helado y todo el calor corporal y muscular que has ido 'fabricando' a través de los kilómetros se evapora en minutos; incluso, si llega a penetrar en los pulmones no te deja respirar de forma regular. Sí, todo en él es odioso.
Pero a pesar de eso, ataviado con ropa técnica de frío (malla larga Asics, térmica, segunda capa Nike, guantes y gorro Ronhil y braga para el cuello) conseguí hacer la ruta que quería hacer a un ritmo de 4'48'', que me resultó muy cómodo. De hecho, me encontré aún más cómodo en los primeros trece, con un promedio más rápido (en torno a los 4'35''), gracias a que por esa zona de la Vega, más escorada al sur, el viento apenas era perceptible. Pero al enfilar en dirección norte, en los alrededores de Valderrubio ya el viento lo tuve de cara casi todo el tiempo y el terreno se picó de forma perceptible. Fueron siete kilómetros muy duros, en los que el ritmo decreció de forma ostensible.    

La idea inicial es programar un tirada semanal de un mínimo de 20 kilómetros con el fin de preparar un hipotética maratón, que no sé con seguridad si haré ni en qué ciudad lo haría. Pero siempre que he decidido correr esta prueba, he considerado acertado no proponerme inicialmente cuál haré, pero sí ir programando tiradas largas para pasar progresivamente de los 20 a los 25 y de los 25 a los 30 o 32, que es el mínimo exigible para afrontar un maratón con garantías de acabarlo sin necesidad de arrastrarse por los suelos. Tampoco descuidaré el trabajo del tren inferior, algo que he descuidado en las tres grandes citas a las que he acudido (MAPOMA, MARASEVILLA Y VELETA). 
No negaré que deseo que este tiempo climatológico hostil vaya pasando para ir programando mejor los entrenos.

09 febrero 2013

EL CARNAVAL DE CÁDIZ ES ÚNICO

Aquí, servidor, lleva ya años siguiendo el concurso de agrupaciones del Teatro Falla, como principal espectáculo de los Carnavales de Cádiz, que cada febrero son fieles a su cita. 
Me gustan las chirigotas, las comparsas, los coros y los cuartetos. Me apasionan. He visto a alguna agrupación en directo y, aunque suene a vanidad, me adelanté a mi ti tiempo y fui el primer concejal de la provincia de Granada que trajo un coro a actuar a mi pueblo, Pinos Puente, del que era Concejal de Cultura. Aquello deslumbró por novedoso; y curiosamente, a partir de entonces, muchas agrupaciones comenzaron a desfilar por Granada y provincia, ya que hasta mediados de los años noventa, estas agrupaciones se reatroalimentaban en su zona de influencia y, como mucho, se extendía a algunos pueblos de Sevilla, cercanos a la provincia de Cádiz, como es el caso de Carmona, que también cuenta con tradición en este aspecto (de hecho, una chirigota de allí ha llegado ha ganar en Cádiz algún que otro primer premio). 
He ido a conocer La Viña expresamente, influenciado por las letras de sus agrupaciones y puedo decir que allí rezuma carnaval por los cuatro costados. Cádiz vive el Carnaval, no hay duda. Además, es la provincia de Andalucía que más me gusta. 
Este año, ha habido un enorme nivel en la final y los letristas se han volcado, como cabía esperar, en la corrupción política y bancaria, los desahucios, los líos de la monarquía...Sin duda, las Carnavales de Cádiz son un excelente altavoz de cómo está la sociedad, en una provincia en la que el paro azota de manera más grosera que en otros lugares. Y todas estas denuncias están revestidas de buenos ritmos y excelentes voces, en algunos casos, como suele ocurrir en el caso de las comparsas, que es la agrupación que destila más talento artístico y donde los prestigiosos letristas (Aragón, Ares, entre otros) afinan más su pluma.    
Por tanto, nada mejor que hoy para insertar dos actuaciones míticas. La primera, la chirigota del conocido chirigotero del barrio de La Viña, Manolo Santander, con aquella célebre chirigota de 1998, 'La familia Pepperoni' y ese, también mítico, himno del Cádiz C.F que cantaron en aquella ocasión. Un himno que, incluso, se suele cantar en el Carranza. 
En segundo lugar una de las que más me ha gustado, que es aquella de Manolo Gálvez 'Los Enterradores del Siglo XX', del año 2000. 
Si os gusta este tipo de espectáculo, seguro que hará vuestras delicias.       

  


05 febrero 2013

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA PROGRESIVA MASIFICACIÓN DE LAS PRUEBAS DE FONDO

La entrada anterior, a cuento de la crónica de la primera prueba del Circuito de Diputación, ha generado algún que otro comentario polémico, siendo deducible cierto nerviosismo o indignación -o ambas cosas- por el declive que están sufriendo algunas míticas pruebas del Circuito, por mor de la crisis, o al menos, amparándose en ella. 
Es cierto que el número de corredores que se han sumado a las últimas ediciones ha sido exponencial. Pero eso es positivo. Aunque todo lo que es positivo, también conlleva sus sombras de negatividad, principalmente, cuando se trata de aglomeración de personas. 
Que el correr popular esté calando en la población es bueno, muy bueno; eso significa que hemos dado el paso para ser mejor ciudadanos, cuidarnos más, alejarnos del temido sobrepeso y las consecuencias que éste conlleva en forma de colesterol, triglicéridos, tensión alta y demás síndromes metabólicos que se desarrollan en el organismo la inactividad, la mala alimentación, los malos hábitos y el estrés de la vida diaria. 
Que la crisis haya hecho también que mucha gente abandone la dura cuota de los gimnasios u otras aficiones caras también tiene su parte de razón. Sea lo que fuere, el caso es que cada vez corre más gente, de todas las edades, de todas las condiciones, de todas las ideologías, de todas las alturas y peso, de todas las profesiones... Eso, qué duda cabe, es positivo. 
Pero ocurre que los organismos públicos, obsesionados con el no-gasto, cada vez dedican menos fondos para estos eventos; es decir, había más fondos cuando corría menos gente, lo que supone un claro contrasentido. Hay que reconocer la lacra de la deuda municipal, que es elevada y traidora, pero hay que intentar racionalizar (señores munícipes) y gastar menos allá donde no se debe, para gastar allá donde se debe. 
Y, claro, cuando no se gasta donde se debe, como viene ocurriendo en la mayoría de las pruebas de fondo, surgen los problemas, la indignación y la defraudación. Es decir, algo muy similar a lo que pasó el pasado domingo en Armilla.
Nos decía un comentarista anónimo -entre otras cosas- que para los que iban más despacio no había camisetas ni Cruzcampo y demás cosas, que sí las hubo para los que íbamos algo más rápido. Y, sinceramente, creo que llevaba mucho razón: ellos también pagaron su cuota; la misma que pagó el primero. Por tanto, es de justicia que le correspondiera su bolsa del corredor -o lo que va quedando ya de ella-, sus cervezas e, incluso, su foto, porque creo recordar que sólo hubo foto para los que llegaron por debajo del minuto 48, más o menos (no obstante, hay que decir que algunos, como yo, llegando diez minutos antes, tampoco fuimos 'premiados' con foto). Y de ahí la indignación de mucha gente que está comenzando a correr, que es cuando más valoras la camiseta y la foto. A esa gente es a la que hay que atender con más ahínco, con el fin de que no pierda el interés y vuelvan de nuevo al sobrepeso, los malos hábitos y la inactividad.Pero ocurre que la organización pasó alto este asunto. Cualquiera podría sostener que no dudaron en cobrar la inscripción, pero sí en entregar los regalos correspondientes. Y eso, lógicamente, jode
Pero ¿qué hacer para que eso no vuelva a ocurrir? Lógicamente, lo primero es lo que mantenía más arriba: subir el presupuesto; lo segundo, intentar buscar soluciones a tal acumulación de personas corriendo por calles no diseñadas para que corran muchos cientos (más de 1200 en Armilla), porque eso es un inconveniente para todos. 
He escuchado voces diciendo que habría que limitar la participación por tiempos, pero eso me parece descabellado en este deporte de base popular, porque ¿dónde habría que fijar el límite? ¿En los que atesoren 50 minutos en diez kilómetros? ¿En los que atesoren 45? ¿O en los que atesoren 40? Si eso fuera sí, una persona que atesore 40, podría ver con malos ojos que le fuera estrechando el paso por una calle angosta otra que atesore 50, pero a su vez, el que atesore 30 le ocurrirá igual con el que atesore 40; y el que atesore 30 sería mal visto por las gacelas keniatas si, hipotética, se dignaran correr este Circuito. No, esa no es la solución porque con intención e ideas hay espacio para todos. Sí podría serlo, estructurar la carrera de manera seria y contundente en base a cajones, como viene siendo habitual en las grandes pruebas de alta participación. O bien, dar salida por tiempos, en función del tiempo de cada cual. Pero para esos fines, todo el mundo debería de respetar milimétricamente la norma, algo que sabemos no suele ocurrir por estos lares. 
Imagen típica Maratón de New York

Se busque la solución que se busque, a la organización del Circuito de Diputación le vendría muy bien ir diseñando planes de futuro para dar solución a los muchos problemas con los que se va a ir encontrando ante la cada vez más progresiva masificación de las pruebas. 
No obstante, no se trata de un problema que tenga solamente el Circuito de Granada, lo tienen también otros organismos y ciudades. El problema de la masificación afecta cada vez más a pruebas largas, como es el Medio Maratón o el Maratón mismo (lo he vivido en Córdoba hace poco), pero también en estas pruebas se han dictado las mejores soluciones organizativas. De hecho, no existe prueba más masificada que el Maratón de Nueva York (corren más de 60.000 personas de todo el mundo) y todo el que ha participado allí habla cosas excelentes de la organización. E, igualmente, ocurre con el de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla o San Sebastián. 
Por tanto, aprendamos de los grandes si queremos que este deporte popular vaya a más.                  

04 febrero 2013

XXV PRUEBA DE FONDO 'LA INDUSTRIAL DE ARMILLA' (3/02/2013)

La noche anterior no tenía claro si tenía ganas o no de correr en Armilla. Pocas veces corro la primera carrera, el frío es intenso en estos días, no me apetece madrugar para correr, un amigo que se llama Cecilio con el que habíamos celebrado su santo días antes y, para colmo, mis piernas llevan pocos kilómetros en enero, a pesar de que estoy 'trabajando' con buenos ritmos personales.  
Así que cuando a eso de las dos de madrugada, acababa de ver -como un ritual más que tengo cada año- 'Atrapado en el tiempo', con la historia de la marmota y tal, me fui a la cama con la duda más que razonable sobre si levantarme, 'viajar' con el coche cuatro o cinco kilómetros y sumergirme en ese río multicolor de corredores en que se esta´convirtiendo cada año el Circuito de Diputación. Acudieron alrededor de 1400. Qué locura. 
Si, tradicionalmente, la primera prueba está muy poblada de gente, no era de extrañar que esta prueba batiera todos récords, cientos de corredores y corredoras animados por la cercanía, los pocos kilómetros y la necesidad de hacer algún deporte que, no siendo especialmente gravoso en cuanto a la economía, te ofrezca múltiples satisfacciones, que falta hacer vista la situación del país y el irrealismo de su clase política. 
Pero resulta que para mi sorpresa a las nueve de la mañana estaba más que descansado -me valen seis horas de sueño- y ese domingo tenía que correr unos diez kilómetros, tras los quince que hice el sábado contra el viento a una media de 4`52`` el mil. 
Y a Armilla me fui. 
Un recorrido feo, feísimo; y una mañana destemplada. Curiosamente provista de un sol claro y diáfano, pero la nulidad de nubes en el cielo dejaban traspasar un finísimo y gélido frío del norte que cortaba como cuchillas, el mismo que ya me abofeteó en mi entrenamiento del sábado por la desierta y gélida Vega de Pinos Puente. 
Imaginaba que no habría diez kilómetros -nunca los hay-, pero no sospechaba que ni tan siquiera llegara el recorrido a nueve. 
Cuando al enfilar la estrecha calle, un poco picada, se apreciaba el globo de 'Cruzcampo', miré el GPS y apenas habíamos corrido ocho kilómetros y unos cuantos cientos de metros más. Imaginé con buen criterio que la organización nos derivaría por algunas calles para, de esa forma, cumplimentar los nueve kilómetros y setecientos u ochocientos metros que calculaba habría, pero muchos corredores que iban a mi paso y yo al de ellos, comenzaron a apretar, que es lo que hace mucha gente cuando ve la meta porque ésta da alas, como esa bebida energética; yo preferí mantenerme en mi rito de 4'15'', que marcaba el GPS en ese momento, para intentar guardar fuerzas en el último kilómetro, pero el último kilómetro era ese. 
Cuando menos lo esperé me di casi de bruces con la meta, mientras pensaba que la organización no ha tenido ni tan siquiera la decencia de completar no ya los diez kilómetros, sino los nueve. 
La organización por SMS entiende que mi ritmo ha sido de 4'09 el mil, pero me fió más de la realidad descrita por mi GPS: 4'19'', mucho más coherente con mi actuación en la primera prueba del Circuito. 
Lo importante: 1. Haber acertado por acudir a la cita; 2. Sentirme bastante cómodo corriendo a ese ritmo, un pelín más bajo que el fijado en la Media Maratón de Córdoba, en el pasado mes de noviembre.  


ARMILLA, EL PUEBLO QUE SE SIGUE DISPUTÁNDOSE UN ALCALDE 

02 febrero 2013

UNA 'BONITA' HISTORIA FICTICIA O REAL -QUE BIEN PODRÍA SER UN TROZO DE LA HISTORIA RECIENTE DE NUESTRO DECADENTE PAÍS-

Manuel C. es un joven que no sabe qué hacer con su vida. Tiene ambiciones, lo presiente, pero se siente encerrado en su pueblo. Hijo de padres pertenecientes a la clase medía más básica, sus sueños le trasladan a lugares que sabe no podrá alcanzar si no estudia, trabaja o se esfuerza sobremanera. 
El régimen franquísta está dando sus últimas bocanadas y se presume que el caudillo también; y su amigo Alfonso, que es algunos años mayor que él y muy avispado le insiste que en España pronto va a haber cambios importantes, pero no acierta a decirle qué tipo de cambios se avecinan. En realidad nadie lo sabe, porque el heredero político de Franco es el Príncipe Juan Carlos y se presume que éste seguirá más o menos el régimen de su padre político. Pero puede que no se así, según algunos expertos. 
Pero, ¡oh, sorpresa!, ya hay quien especula con la posibilidad de que se monte una democracia de corte europeo. Es una noticia que le llega por una vía muy fiable. 
Así que animado con esa noticia, entiende que lo mejor es matricularse en la Facultad de Derecho, porque considera que es el lugar idóneo para partir de una posición sólida si, efectivamente, comienzan las libertades políticas. 
Cuando aún no han llegado los exámenes del primer semestre en la facultad, comienza a haber cambios en el país. Se especula con la posibilidad de una transición que transite desde la dictadura hacia la democracia y, efectivamente, muerto el caudillo y tras tímidos intentos de perpetuar su régimen, comienzan conversaciones con gentes que está en el exilio y en el país. Lógicamente, Manolo que no ha sentido jamás la necesidad de irse fuera porque no posee demasiada convicción política ni tiene demasiadas inquietudes intelectuales, se interesa por el nuevo asunto. Y el nuevo asunto consiste ni más ni menos que en la legalización del PSOE en primer lugar; y con el tiempo, tal vez la legalización del PCE. Pero Manolo tiene ambiciones, considera oportuno pasarse por el local que ha montado el PSOE en el centro de la ciudad, cuando salga de clase del Derecho Político I. Y así lo hace.
Allí, tan sólo hay dos o tres personas. Gente barbuda y vestida de manera informal, casi proletaria. Para su sorpresa, se encuentra con su amigo Alfonso que en ese momento está hablando con un amigo que se encuentra en el exilio, en Francia, de nombre Felipe, cree escuchar. Alfonso, le saluda con la mano y le dice que se acerque, entregándole al mismo tiempo una ficha. Cuando Alfonso cuelga, le dice que rellene la ficha cuanto antes, que no sea tonto. Manolo, que no es muy avispado, pero sí ambicioso, la rellena y orgulloso se va a su casa. Ya pertenece al PSOE embrionario. 
Los acontecimientos se suceden de forma muy rápida y en pocos meses se impulsa una Constitución de corte europeo y se celebran las primeras elecciones generales. Y, claro, como hay poca gente aún en las filas del partido, Manolo opta a un puesto importante por su ciudad. Le dicen que por pocos votos que saquen él sale seguro. Y así es. 
En casa, sus padres y hermanos se muestran orgullosos de su gesta. Saben que su hijo y hermano apenas tiene mérito alguno y que no es una persona muy lista, pero ya es diputado nacional, con la carrera recién terminada además. Ya es un padre de la patria. 
Todos se extrañan de que esté situado donde está, pero son las oportunidades de la nueva democracia y Manolo a pesar de ser torpe no ignora que su futuro y el de su familia ya está solucionado. El negocio de la democracia ya ha comenzado para él. 

                                                          Por José Antonio Flores Vera


UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...