10 agosto 2012

RELATO DE VERANO

VIDA DE PALOMA

En la Plaza de la Trinidad de Granada –que frecuento a diario y no por devoción- pueden congregarse en una sola mañana unos cuantos cientos de paloma, de todos los colores y pelajes. Lógicamente, son incómodas para casi todo el mundo, principalmente no porque sea un ave molesta ni guste violentarse ante la presencia humana. Por lo general, es tranquila y suele ir a lo suyo, que no es otra cosa que echarse una miga al pico o algún otro alimento sólido. Sin embargo, son odiadas por lo corrosivo de sus defecaciones, que nada perdonan ya sean trajes recién entrenados, monumentos o estatuas.
            Son tribales, como se sabe, pero en ocasiones hay alguna un poco más independiente y es eso lo que observé el otro día: había una paloma solitaria que, además, estaba tranquilamente sentada en una caja de cartón que, horas antes había sido recipiente de algún tipo de fruta, de las muchas fruterías que pululan por la zona.
            El qué hacía allí la paloma, cómodamente sentada en la caja no llegue a advertidlo con rigor. Al principio pensé que se encontraba indispuesta y que había optado por alejarse de la manada, pero deseché rápidamente esa idea cuando observé que iba y venía de la caja con bastante frecuencia. Estuve un rato observándola y durante el mismo no hacía otra cosa que salir de la caja y con tranquilidad buscar algo que echarse al pico y volver a la caja. No es fácil adivinar el estado anímico de una paloma por la expresión de su cara –entre otras cosas porque no suelen tener expresión- pero para mí que esa paloma era distinta al resto. Por lo pronto, mucho más independiente, menos previsible y más ajena a todo ese guirigay que montaban sus congéneres alrededor de una miga de pan. Ella iba tan a lo suyo que pareció casi poético. Y es que como ocurre con las personas, también hay palomas singulares e independientes.
            Al día siguiente me asomé de nuevo a ese lugar en el que estaba la curiosa paloma en su caja y ya no estaba, ni ésta ni la caja, demostrándose, que un día es mucho tiempo para este tipo de ave, que vive al día, pero para mí tengo que esta singular paloma, con independencia de cuál haya sido su destino, optó por seguir su vida independiente, al margen de la manada.   

09 agosto 2012

CINE: LOS IDUS DE MARZO (USA, 2011)


        Cuenta la tradición que el emperador romano, Julio César, fue advertido por el interprete de astros para que se guardara de 'Los Idus de Marzo', tras un fatídico sueño de su esposa, pero el emperador no pareció afectarle la amenaza que se ceñía sobre él, dado lo seguro que estaba de su entorno y de lo poco que quedaba para que el fatídico marzo expirara.
   Pero ocurrió la tragedia, tal y como había predicho el vidente. Julio César, ignoraba que a su alrededor se estuviera conspirando contra su vida y mucho menos podía imaginar que el brazo ejecutor fuera su delfín y protegido Brutus que fue el que finalmente acabó con su vida a las puertas del Senado. No va de historia romana esta película, igualmente denominada “Los Idus de Marzo”, pero sí va de traiciones y engaños. Nada novedoso cuando se trata de un trhiller político hollywoodiense, pero sí si todo el entramado se atisba desde la mirada, no del político, sino de uno de sus hombres de más confianza, forjador de su campaña y su particular 'Brutus'. Pero nos queda una seria duda al acabar la película sobre el asunto de las traiciones: ¿quién traiciona a quién?
     La mirada sobre la realidad norteamericana está muy bien diseñada en esta película, una vez más, por un actor y director comprometido con su tiempo, George Cloney, mucho más conocido por su gancho físico, pero que sería injusto no atribuirle un fuerte compromiso y un sentido crítico en muchas de sus películas, tal y como ya expresó en ‘Buenas noches,  y buena  suerte’ o ‘Syriana’. No en vano, el actor goza de un buen espejo en estos menesteres de la crítica y la investigación de asuntos públicos turbios y  ese espejo no es otro que su padre, periodista de investigación de prestigio que, seguramente, ha  marcado esa impronta denunciante en el actor y director.          
     Por lo demás, no creo que estemos  asistiendo a una película excesivamente brillante. Hay una buena historia, aunque, nada original y una obra bien construida, alejada de la vulgaridad, pero lo que realmente me parece brillante en esta película es su espectacular elenco de interpretaciones que elevan la película a un lugar más alto del que le corresponde por su temática. Desde la creíble interpretación de Geoorge Cloney, en el papel de candidato demócrata a la Presidencia de EEUU hasta el breve papel de Paul Giamatti, pasando por el camaleónico Philip Seymour Hoffman, y el protagonista, el ya consagrado joven actor, Ryan Gosling, que ya nos convención en 'Drive', todos los actores rallan a un alto nivel y eso posibilita que la película se sostenga muy bien.
Por tanto, si queremos  comprender mejor cómo funciona la alta política y comprobar que 'Los Idus de Marzo' siguen vigentes, mejor ver esta peli, que algo nos aportará para comprender qué es lo que hay en la mente del político, de cualquier político (posiblemente nada más que poder y dinero, vaya usted a saber).

08 agosto 2012

Decía yo el otro día en el artículo de Ideal que había cierta coherencia entre el papel de la llamada "rojilla" (o "rojita") y la situación económica de España dentro de los países occidentales y eso mismo estoy detectando de alguna manera en otros deportes, principalmente, en los que España ha sido hasta ahora potencia, medalla olímpica o campeona mundial. Sí, existe cierta decadencia, cuando ya estábamos acostumbrándonos a los seguros éxitos de nuestros representantes.
Por ejemplo, ahí está el caso de los 1500 en atletismo, prueba que, aunque siempre acaben ganando los atletas africanos, siempre ha habido alguna representación española, pero en esta ocasión por primera vez en muchísimo tiempo no ha sido así. Esa misma sensación la podemos trasladar a los deportes colectivos como el balonmano, el waterpolo o el hockey sobre hierba, disciplinas en las que España ha escrito grandes páginas del olimpismo. Pero, lógicamente, estamos hablando del caso de los hombres, porque si alguien va a salvar el honor español, ese alguien serán las féminas, que están obteniendo unos resultados extraordinario, tanto en los deportes individuales como en los colectivos. De todo me quedo con las representantes de natación -normal y sincronizada, balonmano y waterpolo. Increíble el papel de éstas en estos dos últimos deportes, en los que, con independencia de lo que hagan a partir de ahora, han hecho morder el polvo a las grandes potencias femeninas de ambos deportes. Impresionante.
Por tanto, se ve claro un devenir futuro en el deporte español, en el que el género masculino parece entrar en decadencia, mientras que el femenino, bastante pacato hasta ahora, comienza a codearse con el máximo nivel de la élite mundial, algo que ya se ha demostrado en otros deportes como son el baloncesto, a pesar de que no estén representadas en Londres.
Otro gran fiasco ha sido el tenis masculino. Que no acudiera Nadal no es excusa para que nuestros destacados jugadores, siempre presentes en los primeros puestos de la ATP, no hayan obtenido medalla alguna.
Lo del fútbol mejor no comentarlo, porque ha sido de un ridículo sonrojante.
Lo que está ocurriendo en España con el deporte puede tener varias explicaciones. La primera sería pensar que la economía del país está lastrando el deporte no profesional (el profesional en nuestro país está, incomprensiblemente, hiperprotegido). Se han recortado las becas ADO y las competiciones internas son apenas inexistentes porque no interesan a casi a nadie. Un ejemplo es que de las 16 componentes del equipo español de balonmano, 11 van a emigrar a otros países europeos, que es un aspecto muy similar a lo que está ocurriendo con los jóvenes españoles con mejor preparación. Otra explicación de lo que pudiera estar ocurriendo es que España se ha estancado en la orbe mundial, mientras que otros países con peor índice deportivo, están avanzando a un paso más rápido. Eso parece muy evidente en el atletismo.
Por tanto, si la cosa no se remedio, en pocos años, seguiremos teniendo probablemente la mejor liga del mundo de fútbol, con jugadores de todos los sitios obscenamente pagados, la mejor selección de fútbol con talentosos jugadores españoles hiperprotegidos e hiperretribuidos conviviendo con una mediocridad cada vez más preocupante en el resto de los deportes.
¿Es exagerada mi reflexión? ¿Qué opináis?    

EL EXTRAORDINARIO CASO DE FÉLIX SÁNCHEZ



Estoy siguiendo con atención las pruebas de atletismo en las Olimpiadas de Londres 2012 y ya casi superada la frustración ante el pésimo papel de la gran mayoría de nuestros atletas olímpicos (pareciera que en España ya no haya ánimo, vocación o talento para dedicarse a la élite atlética, algo a lo que ha contribuido mucho los recortes), me centro en las enormes actuaciones de los mejores atletas del mundo. Pero de entre todos, uno de ellos, me ha llamado la atención de forma poderosa. Se trata del excelente vallista dominicano Félix Sánchez. Y lo ha hecho por la épica, por su capacidad de reinventarse y de resurgir de sus cenizas como un Ave Fénix glorioso. Que haya revalidado el oro tras su triunfo en Atenas 2004 en la difícil y competida prueba de los 400 metros vallas me ha parecido algo extraordinario, a punto como está de cumplir los 35 años (los cumple este mismo mes de agosto). De hecho, su espectacular llanto en la ceremonia de entrega de medallas lo dice todo ¡Cuántas cosas no habrán pasado por la cabeza de este excelente y elegante atleta en esos pocos minutos que dura el himno!
            Lloró por su abuela –que en realidad fue su verdadera madre-, la cual falleció horas antes de competir en Pekín 2008 y, seguramente, lloró por toda esa travesía del desierto que ha debido pasar desde las anteriores olimpiadas hasta ahora, manteniéndose fiel a su país, a pesar de que como muchos de sus compatriotas nació en Nueva York y podría haber optado por representar a USA, algo que intentó en sus inicios, si bien la competencia era mayor. De todas formas, ha estado venciendo durante muchos años a aquellos pudieron ser sus compatriotas rivales
            Lo que me parece más extraordinario de todo, y lo que más me cautiva, es esa capacidad de reinventarse  a la me refería antes. Uno recuerda al Félix Sánchez de principios del año 2000. Un aguerrido y orgulloso joven que se “comía” a los excelentes atletas contemporáneos que poblaban la vuelta a la pista envallada. Ese toque exótico, por representar a un país sin tradición atlética alguna le confiere una especial relevancia, como ocurría con el recordmán de altura, el cubano Sotomayor (2 metros y 45 centímetros es su récord, aún imbatido).  Todos los rivales de Félix Sánchez de entonces han ido desapareciendo de la élite mundial y ahora hay una nueva generación, tales como el norteamericano Michael Tinsley, el puertorriqueño, Javier Culson o el británico David Greene, por citar tan sólo a los que entraron por detrás de él, todos ellos bastante más jóvenes. Pero Félix Sánchez pareciera que no entendiera de etapas ni de pasado y vuelve a imponerse en unas olimpiadas, ocho años después. Es algo mágico. Y Fascinante. Ese es el verdadero espíritu olímpico y es por eso por lo que hay que amar los juegos.            

07 agosto 2012

CORRER Y SU MEMORIA

El pasado domingo madrugué para correr. Como lo hice el sábado. Reconozco que me encanta correr por la mañana en agosto, cuando te encuentras los campos y los caminos desperezándose y compruebas que cuando estás en la mitad de tu recorrido, el sol despierta de golpe a todos los seres vivos que pueblan la ruta, ya sean pájaros, plantas o personas. Esa transformación súbita me motiva de manera particular. 
Comienzas a correr a eso de las nueve o nueve y algo y vas descubriendo los claroscuros de la mañana -que a veces deposita rocío en las hojas-, pero a medida que pasan los kilómetros esos claroscuros se convierten en un amarillo de sol de agosto y ya pocos seres vivos se atreven a asomarse. El perro del 'Camino Real', permanece en su caseta y los pájaros veraniegos dejan de cantar, mientras que el rocío desaparece de las hojas, pero yo sigo mi ruta kilométrica, acumulando metros y metros, sin darle tregua al recién "estrenado" forer. 
Casa de Remedios -en invierno con el parral mutilado por el frío-, desde donde inicio mi ruta (FOTO DE GOOGLE EARTH).
El sábado fue un día glorioso. Hice la ruta acostumbrada de los sábados de agosto. Salí de Pinos Puente, en un punto a la salida del pueblo, en un lugar en el que ya sólo existen las dos últimas casas de la población por esa latitud, en el camino de Fitena a espaldas del Restaurante La Cruz de Granada, de grato sabor en mis recuerdos; en ese lugar, a esa hora, suelo encontrarme al panadero que deja atada una bolsa de pan en la reja del bonito patio -cubierto por una  frondosa parra veraniega- de Remedios, una anciana delgada y activa, que allí vive y que de alguna manera comparte ruta conmigo. Remedios me recuerda a mi abuela Carmen, que también era delgada y sabia y tenía un parral en su patio, que nos cobijaba en los tórridos veranos. Allí estudiaba y ella me arengaba  para que me esforzara cada día. Remedios apenas anda cada día trescientos metros; yo quince kilómetros. Pero ambos nos comentamos nuestras proezas. Porque es proeza para ella andar con su bastón esos trescientos metros cada día, a pesar de sus más de ochenta años. La veo andar en verano y la veo andar en invierno bajo un tiempo cruento. Yo salgo del coche, que aparco junto a la puerta de su casa y me abrigo hasta los ojos. Y ella, ya se dirige con su bastón a andar esos trescientos metros, que a veces triplica, ya llueva o nieve. Comenta que le duelen las piernas, pero yo le digo que la mejor medicina es andar y que visite menos el ambulatorio. Creo que me hace caso porque la experiencia le dicta que quien da consejos debe predicar con el ejemplo. Si me ausento una semana, Remedios me pregunta por mi ausencia y entonces le digo que he estado lesionado, de viaje o muy ocupado. Conoce a mi madre; de hecho se casaron el mismo año.  Y enfrente de donde parto, la enorme casa de José Antonio "El Lobo", hermano de mi buen amigo, el sabio cronista de la ciudad al que un buen día le dediqué un artículo en Ideal, que emocionó a él y a su familia. Manolo "El Lobo" es persona alegre y noctámbulo. 'Ya no te veo, sólo leo tus artículos. Los leo porque escribes muy bien', me dice el otro día cuando el andaba, intentando rebajar su peso y su glucosa. Sin embargo, a mi pregunta de sí sigue siendo noctámbulo me asegura que sí y que monta buenas fiestas flamencas en su casa como buen bohemio. Me autoinvito a una de ellas, porque sé que me admitirá.
 Su hermano, José Antonio, que es de otro costal, más rudo e iletrado, ya comienza su tarea infatigable en sus hazas, con su tractor ya ajado y su peón casi sordomudo que siempre me saluda, porque es viejo conocido. Justo enfrente de su enorme casa dejo mi coche.


El abuelo, al fondo, Pinos Puente, bajo la atenta mirada de "El Piorno" (FOTOGRAFIA DE PANORAMIO).  
Uno cuando corre, no lo hace sólo por el placer de hacerlo sino porque está ya unido a un terruño y cada metro que avanza lo conoce como la palma de su mano. Sabe donde se acelera el agua de la acequia y sabe en qué sitio de sombra podrá detenerse a beber agua de la botella que lleva agarrada a su cintura. Ese sitio de sombra, el sábado, fue "El Abuelo", ese centenario árbol, perdido en algún lugar entre Fuente Vaqueros, Valderrubio y Pinos Puente, que mi amigo Paco, con su gracejo habitual le llama el olmo negro, sin que sepa o sepamos de qué tipo de árbol se trata, un árbol casi sagrado que incluso podemos ver desde Google Earth. Allí se refugian los agricultores de los pueblos colindantes cuando recogen sus cosechas bajo el sol de julio y agosto como han hecho a lo largo de generaciones y allí me refugié yo el pasado sábado para beber de la cantimplora adherida a la cintura. Eran casi las 11 y el sol cromaba de amarillo ese largo y polvoriento camino que me conduciría a Ánzola. Faltaban más de siete kilómetros para acabar mi ruta de quince.
No se trataba de otra cosa que de un sábado de agosto sagrado, dedicado al correr, dedicado a mis raíces, prolongado con visita al pueblo para tomar un café, para comprar productos exclusivos en el mercado de "Pepico", para hablar con viejos conocidos. Un ajuste de cuentas con la memoria. 
Pero hoy domingo, como decía, madrugué para irme a hacer la ruta de "los olivos" -entre el Pantano del Cubilla y Caparacena- que estaban silenciosos -sino ausentes- a esta hora. Subía sus breves y durísimas rampas de hasta un 20% de inclinación, según el Forer- y desde allí, en ocasiones veía el Veleta. Sabía que ese domingo, cinco de agosto, era la prueba y sentía a partes iguales nostalgia y temor. Allí estaba yo el año pasado, subiendo esas rampas. Cuando llegué a casa, desde la terraza de mi ático, desde donde veo muy bien el Veleta, busqué los prismáticos para comprobar cómo refulgían los metales de los coches en la alta carretera de montaña. No podía ver corredores a esa distancia, naturalmente, pero mentalmente me veía en esas rampas,  pensando que allí podría estar de nuevo y admitiendo que, aunque me lo planteé, no he tenido la suficiente fuerza mental este año como sí la tuve el año anterior. Luego, me dije, es hora de que te plantees hacer un maratón, lechón. Sin embargo, concluía, que sí haré alguna mañana de agosto un entrenamiento en la zona del Veleta para, así, pulgar mi arrepentimiento por no haber estado allí este año.

06 agosto 2012

CRISIS ECONÓMICA Y FÚTBOL (IDEAL 6/8/2012)


La actualidad manda. Y la actualidad es la publicación en Ideal de este artículo con temática muy actual y que reflexiona sobre las relaciones entre el fútbol de élite y la crisis económica, con alguna que otra propuesta. Lo dejo para vuestra consideración si no habéis tenido la oportunidad de leerlo en papel. 

CRISIS ECONÓMICA Y FÚTBOL  

La estrepitosa eliminación de la denominada “rojilla” en los actuales Juegos Olímpico de Londres tiene cierta lógica interna, mucho más coherente con el papel económico que está jugando nuestro país en la liga de los ricos países occidentales. Una especie de vaticinio de lo que podría ser el fútbol español del futuro como paradigma de lo que será –si no lo es ya-  nuestro país en el plano económico.   
            En una situación financiera como la que atraviesa España, el fútbol de élite también está en entredicho, principalmente, porque se trata de una actividad que no es concebible sin grandes sumas y pareciera que este sector se rige por una velocidad económica distinta a la del resto de los grandes sectores económicos del país. Seguramente no tenga mucho que ver esa protección económica y fiscal de la que gozan los grandes clubes en España con los éxitos internacionales del fútbol español, pero voces hay que consideran que sin esa blandura fiscal las cosas podrían ser muy distintas, sin que eso suponga menoscabar el talento de un irrepetible grupo de jugadores.
            El fútbol no debe considerarse de dominio público y cada vez tendrá menos sentido que las instituciones públicas –y en este momento económico aún menos- favorezcan parte del entramado económico de los grandes clubes, principalmente, porque no es sostenible apoyar económicamente con dinero público a clubes que no son más que acaudaladas empresas que abonan cifras millonarias a sus trabajadores –los jugadores-. No es el caso de todos los clubes, pero a día de hoy todavía existe un excesivo número de clubes profesionales que reciben subvenciones millonarias de las instituciones públicas, o bien, estos clubes utilizan costosas instalaciones deportivas municipales que, en buena lógica, deberían concebirse para que puedan ser utilizadas por los ciudadanos contribuyentes que, en última instancia, son los sostenedores económicos de las mismas. Otra cosa muy distinta es la potenciación del fútbol base que, al contrario que del de élite, necesita  de la intervención pública para poder subsistir.
            El fútbol de masas como un espectáculo más debe ser costeado por  sus seguidores, como ocurre con cualquier otro espectáculo. Este axioma podría no entenderse bien en los años en los que fuimos ricos, pero conviene que vayamos comprendiéndolo si queremos interpretar bien los tiempos venideros. Es así como se entiende en buena parte de los ricos países de nuestro entorno, donde algunos clubes –como es el caso del Manchester United en el Reino Unido- cotizan en bolsa como cualquier otra empresa que quiera rentabilidad. Válidos también son los ejemplos  de las  grandes franquicias deportivas norteamericanas que basan su viabilidad en criterios económicos más que en deportivos.       
            Lógicamente, siempre habrá quien entienda que el fútbol de masas, más allá de ser una actividad privada y un espectáculo que hay que pagar para disfrutarlo, se trata a su vez de una forma rápida y eficaz de fomentar el buen nombre y la economía de una ciudad, pero ese argumento -que es razonable- por sí sólo no parece que sea suficiente como para justificar subvenciones públicas millonarias ni para mantener un laxo control fiscal de los clubes, principalmente porque el mecanismo interno de éstos, en los tiempos que corren, nada tiene que ver con una pretendida labor de fomento social sino con las grandes cifras que, además, en más ocasiones de las necesarias no tienen una ejemplar transparencia. 

05 agosto 2012

¿HA MERECIDO LA PENA VOLVER AL CINE PARA VER LA ÚLTIMA ENTREGA DE EL CABALLERO OSCURO?

Digamos que yo soy un tipo que hace algún tiempo dejó de ir al cine, harto de comportamientos indeseables de algunos espectadores y, por qué no decirlo, cierta pereza. Además, muy pocas cosas de lo que entrenan me interesan realmente como para pagar 7 € y prefiero que aparezca en DVD o BD, que es cada vez antes. Así que, como he contado en alguna ocasión, me hice de una buena pantalla y un buen HC y, aunque con algún tiempo de retraso, lo veo casi todo. 
Pero hoy he vuelto al cine. Animado por la poca afluencia y porque tras quedar maravillado con la anterior entrega, también dirigida por Nolan e interpertada practicamente por los mismos actores -excepto Heath Ledger porque en esta última entrega no aparece el 'The Joker'-, por esos motivos, decía, me animé a ir. 
Y, sí, no hay que negar que saborear ese olor especial a palomitas y el espectáculo de la enorme pantalla y el sonido me han vuelto a deleitar. Para colmo, en las fechas en las que estamos, apenas había público y éste -a excepción de algún niño que se aburría con la película- hoy ha sido correctísimo (me pregunto si no será porque estábamos allí los que no solemos ir casi nunca y aprovechamos estas fechas). Pero, he decir, que la película no me ha deleitado tanto. Un portento de presupuesto, medios, efectos especiales y todo lo demás, pero no me ha llegado a gustar como la anterior. Es más, en algunos momentos -excesivamente larga- me ha llegado a aburrir por predecible y excesivamente peliculera. 
Lógicamente la han salvado sus excelentes interpretaciones, porque nunca decepcionan actores como Gary Oldman, Michael Caine o Morgan Freeman, por hablar de los más veteranos. Interesante también el papel de la "austeniana" Anne Hathaway.
No diré que haya sido un frustado reencuentro, pero cuando salía a la calle sentía que no me estaba perdiendo mucho por no ir de manera habitual a ver pelis a la gran pantalla. Pero, bueno, se trata tan sólo de una opinión y un parecer personal.

04 agosto 2012

¡QUE NOS ABRASAMOS!




A ver, ¿hay alguien por ahí en esta calurosa mañana de sábado? Que me he ido a correr. Antes que las chicharras comiencen su BSO particular. Voy a hacer unos 15 kms. por la Vega granadina y luego me tomaré en alguno de los buenos bares de mi pueblo un café mientras leo Ideal. Pero antes, he programado ésto: 
Me jode decirlo: pero España está peor de lo que creíamos todos. Fijaos: 

El cada vez más decepcionante Rajoy y su atribulado equipo de palmeros dice que tenemos que reducir en los próximos tres años -incluido éste, que ya va acabando- 102.149 millones de €. Pero nuestro techo de gasto para 2012 es de 126.792 millones de €. Es decir, que si hacemos sencillas cuentas aritméticas comprobaremos que lo que se quiere reducir es una burrada y una insensatez que nos situará un peldaño más abajo que los griegos y portugueses juntos. Está claro que este tío y este gobierno son un banda de chalaos y no nos cuentan la verdad, porque nada más que para 2013, que será el año perro de verdad, quieren reducir 39.000 millones de €, es decir, en torno al 38 por ciento del presupuesto para ese año. Lógicamente, contando conque las CCAA colaboren -algo que dudo- y no gasten más de lo que ingresan, que es lo que están haciendo desde hace lustros ¿Podrán, entonces, la casta seguir manteniendo su sistema partitocracio y sus privilegios políticos, sus chiringuitos clientelares y demás derivados?   
Y esos vaticinios en el mejor de los casos. Suponiendo que el Estado recaude lo que pretende recaudar con la subida del IVA y otros impuestos, cosa harta improbable por la evidente caída del consumo que va a haber en los últimos cuatro meses del año y hay gastos que aumentarán como son los casos de los intereses de la deuda pública y la ayuda económica al desempleo.  
¿Que harán entonces? ¿Quitar la otra paga a los empleados públicos? Bien, éstos -nosotros- se empobrecerán más, consumirán menos y el Estado no podrá llegar a los objetivos de recaudación que pretenden. No olviden que son una cifra aproximada de 3 millones de personas, dentro de una población activa de poco más de 18 millones de personas, es decir, entre el 17 y el 18 por ciento del total. Y eso suponiendo que esos otros 15 millones de personas del sector privado que tienen trabajo puedan seguir consumiendo al ritmo actual, algo que dudo, dada la carestía de la vida, la bajada de retribuciones y la subida de impuestos. Ellos verán lo que se hacen, que son los que elegimos para gobernar.          
    

03 agosto 2012

UNA CUESTIÓN DE PESO


Para los corredores siempre hay una cuestión de peso en nuestra mente. Al peso físico me refiero. Es lógico que sea así. No sólo porque nos parece más estético estar delgados si corremos habitualmente, sino porque un menor peso siempre posibilitará que podamos correr mejor y castigar menos nuestros miembros inferiores. Pero no todo el mundo tiene una predisposición genética a perder peso y a estar delgado. Por lo general, la mayoría de la gente aumenta de peso con la edad por una razón muy sencilla: por poco que se coma, siempre se ingieren más calorías que las que realmente gastamos, principalmente, en la época histórica en la que estamos, en la que todo es más cómodo y hay tantos aparatos mecánicos, electrónicos y eléctricos que hacen nuestra existencia más cómoda, pero que también posibilitan que nos movamos menos. Todo lo positivo también tiene algo negativo. Un ejemplo muy sencillo: el mando a distancia que tienen todos los aparatos del tipo que sean, hacen muy sencilla nuestra vida, pero tienen el inconveniente que no hay mover el culo en absoluto para conectarlos, desconectarlos o graduarlos. Además, se da la circunstancia que la comida que consumimos cada vez es menos natural y, por el contrario, está más repleta de elementos químicos que no ayudan nada a nuestra dieta natural, así que todo sumado produce consecuencias catastróficas. No se trata de lo mucho o poco que se coma sino del tipo de productos que se consumen, ya que todas las calorías no son iguales.
Los corredores, a pesar de que gastamos más calorías que la media, no somos de otro planeta -bueno, algunos sí- y sucumbimos también a esa vida cómoda, a esa comida basura y a esa bebida azucarada que se encuentra por por todas partes, hasta el punto de que hay que hacer un verdadero esfuerzo para no sucumbir. 
De todo esto no te das cuenta de forma inmediata, es decir, no te das cuenta en los inicios como corredor. Compruebas -y comprueban- que vas perdiendo peso, pero con el tiempo te das cuenta que no es suficiente, bien porque te estancas, o bien, porque, incluso, coges algunos kilos si te descuidas un poco.  Sí, para la población en general estás delgado, pero es posible que no lo suficiente para el intramundo que gira en torno al corredor.Lees y te documentas y acabas llegando a la conclusión que la única manera de poder acercarte a tu peso forma -como siempre dice nuestro amigo Paco Montoro- es controlar también la alimentación. 
Mucha gente me pregunta si los corredores hacemos dietas específicas y les contestó que en absoluto; es más, no es conveniente porque, en mi opinión, todas las dietas adolecen de defectos y evitan que ingieras algún alimento básico para nuestro organismo. Lo que hacemos -les digo- es comer de manera sana, evitar atiborrarse y, sobre todo, evitar determinados tipos de alimentos (frituras, grasas saturadas, golosinas, frutos secos en abundancia, bollería industrial, comida basura, el tapeo...etc.). Lógicamente, cuando les enumeras toda esa retahíla de alimentos, la mayoría considera que, en su caso, es misión imposible, pero yo opino que en absoluto es necesario el consumo de todos esos alimentos que lo único que provocan es mal alimentarte y hacer que ganes peso (he de decir al hilo de esto, que casi me escandaliza los alimentos que habitualmente come la gente que, además, no hace ningún deporte). 
En lo que respecta a mi caso particular -que en absoluto soy un purista de la alimentación-, no me supone ningún esfuerzo añadido apartarme de estos productos, pero he decir que tampoco los desdeño si se tercian en determinadas ocasiones. Por ejemplo, nunca los desdeño cuando viajo por placer ya que siempre me intereso por la gastronomía del lugar, sea la que sea. 
En cuanto al peso, puedo hablar de mi caso particular por si a alguien le resulta útil. Cuando comencé a correr en serio -después de muchos años de inactividad y actividades contrarias a la comida sana, estaba en torno a los 92 kgrs. (mido 186 centímetros). Al poco tiempo de correr de manera habitual, bajé a los 87 u 88 y más progresivamente me estanqué en los 84 u 85.  En 2006, acabé el año con 83,7;  en 2007, que fue el año de mi primer maratón, lo cerré en 83,5, pero curiosamente, en 2008, que intensifiqué la actividad, cerré en 84,5. Sorprendentemente, un año después -el año de mi segundo maratón- lo acabé en 85,3 y en 2010 en 84,1. 
El año pasado -el 2011-, fue un año poco equilibrado, llegando a pesar en mayo 86,7  y en diciembre 82,1; y de esa manera, un tanto irregular comencé 2012. Hay que admitir que no siempre se coge peso porque se tenga más grasa. Puede ser que se tenga más músculo, pero la sensación de delgadez siempre pasa por tener la menor grasa posible. Así que dije que había que ponerse manos a la obra y fue el pasado junio cuando comencé a reflexionar y  a documentar y comprendí que había un principio muy básico -basiquísimo diría yo- al que se referían desde grandes maestros de la nutrición -Grande Covián- hasta grandes campeones profesionales -Martín Fiz- y aficionados -Francis Tovar-: había que gastar más calorías que las que se ingieren. Pero, a pesar de ser un axioma de fácil construcción, no es tan fácil llevarlo a la práctica, ya que es muy importante que los corredores ingiramos los nutrientes y los oligoelementos necesarios para que nuestra dura actividad física no acabe por enfermarnos. Así, que creo que dí con la tecla para bajar de peso (ahora, estoy en torno a los 80 y quiero bajar a los 78): bajar mucho más la ingesta de hidratos de carbono, principalmente, en la cena, alejarse, practicamente, por completo del tapeo a mediodía los siete día de la semana (lógicamente, advirtiéndoselo antes a los amigotes y compas de oficina), aumentar el consumo de proteínas -sin que sea necesario llegar a la malsana dieta Dukan-, aumentar el consumo de fruta, eliminar carnes que no sean magras,  eliminar todo el alcohol de las bebidas espirituosas y no atiborrarme en ninguna de las comidas. Con anterioridad, hace años que ya había eliminado de la dieta normal todos esos alimentos basura que antes enumeraba. 
Lo que he decidido no hacer, porque por ahora no es necesario, es eliminar la cerveza, aunque, sin tapa claro, y preferentemente en casa que es el lugar donde yo puedo controlar con qué productos sólidos la acompaño. Lógicamente, unido a una carga de kilómetros de no menos de un maratón semanal -es decir, la suma de kilómetros semanales-, si es posible.
¿Llegaré a ese peso propuesto con este plan? Estimo que sí. Al menos voy camino de ello. Pero, aconsejo, que cada uno adapte su propio sistema, el que le vaya bien.                   

02 agosto 2012

UNA MAGRA TAREA PARA AGOSTO

Magra tarea me propondré este agosto. Leía en el blog de mi amigo y álter, el proteico Lens, que un periodista de Ideal, apellidado Barrera, se ha propuesto escribir cincuenta post seguidos y que él mismo intentará que haya uno por día a lo largo de todo agosto, por lo que he pensado que sería buena idea sumarme a esa iniciativa ahora, precisamente, en agosto, cuando la sesera está más seca y hay mucho menos que contar. Mucho más mérito, por tanto, que hacerlo en otro mes del año en el que la aluvión de temas están al orden del día. 
Será una tarea difícil y fácil al mismo tiempo. Difícil porque no todos los días tiene uno algo que contar que merezca la pena; y fácil porque es costumbre en un servidor escribir a diario o casi. Magnífica ocasión,  por tanto, para escribir a diario, como debería hacer con mi muy futura novela y que no hago (atascado estoy en las 90 páginas). 
Lógicamente para tan titánica tarea, habrá que tocar muchos temas y me propondré que a pesar de que haya que escribir a diario lo que cuente no sea  vomitivo o un mero recorte de periódico, que no es la norma de este blog como sabéis los más antiguos del lugar. Luego, entre asuntos relacionados con el correr -actividad en la que estoy muy activo en agosto-, reflexiones, críticas, denuncias, cine, música, relatos breves de verano, artículos....y un largo etcétera, espero que haya material suficiente para rellenar todo este cálido y ausente agosto. Sé que no somos muchos los que nos asomamos a diario a la red en general y en particular a esta esforzada bitácora, pero sería mucho de agradecer que los pocos que seamos se exterioricen con algún que otro comentario, que siempre es la sal y la pimienta de esta ensalada. Lógicamente, en las ausencias será más complejo, pero como hay soluciones para todo, las poco probables ausencias -en agosto intento atrincherarme en casa- serán suplidas con programación de entradas que es lo que habitualmente hago cuando viajo.
Vayamos pues a la tarea, sirviendo esta entrada como segunda del mes.   

01 agosto 2012

CINE: GRUPO 7 (ESP, 2012)


Me arrepiento de no haber visto esta película mucho antes. Es realmente soberbia. Cruda y real como la vida misma, que era la máxima aspiración de su director, el sevillano Alberto Rodriguez, que me convención hace unos años con '7 vírgenes' (¿por qué está el 7 tan presente en las películas?)  
Cuando acabas de ver Grupo 7 te sonrojas si alguna vez has pensado que todas las películas españolas son 'españoladas'. Desde luego, desde hace mucho tiempo, yo no pienso así, y eso es mérito de memorables películas como ésta o 'Celda 211' y 'No habrá paz para los malvados', por citar sólo algunas de las últimas. Pero hay muchas más que nada tienen que envidiar al buen cine de Hollywood, porque al malo -que es la mayoría- le ganan por goleada. 
Pero que Grupo 7 sea una excelente película no es sólo 'culpa' de su director y su guionista, Javier Cobos, es también 'culpa' de ese soberbio actor que es malagueño Antonio de la Torre, un animal de la cámara que con un poco de suerte debería de estar en lo más alto del cine mundial. Seguramente, de mucho le habrá servido ser periodista de profesión, principalmente, por su olfato y genial adaptación a cada uno de los papeles que hace, ya sea de gordo, de payaso violento o de policía duro y corrupto. 
Había escuchado mucho hablar del insultantemente joven Mario Casas, pero jamás le había visto en una interpretación. Y hay que decir que este chico gallego tiene mucho talento, que exterioriza muy bien a través de un ágil dominio de su imagen ante la cámara. Escucharemos muchas cosas buenas de este joven actor. 
Grupo 7 tiene todos los ingredientes para penetrar en las pupilas del espectador. Una Sevilla preExpo, un mundo marginal de droga y un grupo de policías que no desean saber nada con las buenas formas, con capacidad para ser condecorados y denunciados de manera simultánea. Además, subyacen historias personales que no pueden considerarse de forma aislada porque tienen mucho que ver con las vidas privadas de sus dos máximos protagonistas y con su arriesgada profesión, aspectos ambos que no pueden tener comportamientos estancos en la vida del policía arriesgado y corrupto. 
Lástima que estemos en un momento tan malo para el cine y todo lo que sea arte, dados los recortes, la subida  del IVA venidera y demás, y digo, lástima, porque una película como ésta debería de ser obligatoria para todo aquel quiera entender el inframundo que en ocasiones nos rodea y que, por lo general, no vemos. 
La Expo de Sevilla fue el comienzo de muchas cosas nefastas para este país. Fue el inicio de un  vorágine de pelotazos y corrupción política aún sin investigar a fondo. Fueron los años de las vacas gordas en España y, probablemente, una de las causas de estos lodos en las que todos intentamos nadar para que no nos engullan. Y aunque la película no se centra en corrupción política, sí expone muy a las claras la imagen que se quería dar de una ciudad, como Sevilla, en la que confluían -y es posible que aún confluyan- muchas perversiones, siendo una de ellas la droga y el camelleo a baja escala (los ricos jamás se pinchan, decía la puta de la película), que para los políticos era más una cuestión estética que moral, ya que Sevilla en poco tiempo se iba a vestir de largo para todo el mundo y su centro de la ciudad dejaba mucho que desear. 
Una película que hay que ver, sin demora.        

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...