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28 agosto 2012

LITERATURA: 'EL CEMENTERIO DE PRAGA', DE UMBERTO ECO

 
Cuando comencé a leer 'El cementerio de Praga' aún no había entrado el verano, y temía que esta lectura densa y lenta pudiera traspasar esta frontera estacional. Así ha sido. Por medio han entrado nuevas lecturas, más frescas y menos complejas, pero siempre ha estado ahí de fondo la última novela del buen escritor e intelectual italiano Umberto Eco. Para verano hay otras lecturas mucho más recomendables  pero, concluida ésta, ya puedo opinar sobre esta compleja novela. 
Si consideramos su temática, no bastaría con afirmar que es políticamente incorrecta. Una novela que ha suscitado muchas críticas, no por su valor literario, que lo tiene  y mucho como ahora explicaré, sino por su temática. Pero a mí no me parece nada mal que un intelectual se plantee, analice y escrute asuntos turbios de nuestra historia, y es eso lo que ha hecho Umberto Eco en esta novela, abordando el escabroso asunto del antisemitismo en el siglo XIX que pudo ofrecer un caldo de cultivo muy apropiado a la maquinaria de exterminio nazi. 
Reconoce el escritor italiano que casi todos los personajes son reales y los que no lo son, se alimentan de otros que sí han existido. La historia que se cuenta existió y se documentó. Por tanto, lo que ha hecho el escritor italiano es una magnífica y compleja novelación de todo lo que se fue cociendo, principalmente, a partir de la Revolución Francesa y la revolución italiana de Garibaldi. Es historia, pero también 'microhistoria', si se le puede llamar así. Además, no tendríamos que sorprendernos ante la historia contada en primera y en tercera persona de un sátrapa desdoblado en varias personalidades porque es un tipo de personaje que está aún muy presente en nuestra sociedad. Seguramente hay un sátrapa en cada uno de los altos políticos que nos gobiernan y deciden sobre nuestras vidas y nadie parece escandalizarse por ello, luego ¿por qué íbamos a escandalizarnos de las aventuras y desventuras del supuesto Capitán garibaldiano Simonini?  
Comentaba antes sobre el valor literario. Si consideramos que la literatura tiene uno de sus argumentos básicos en la buena utilización de las palabras y la estructura, estamos ante un fenómeno literario: palabras exactas y contundentes para una historia difícil de contar y una estructura que sólo está al alcance de literatos de mucho nivel, como es el caso de este peculiar intelectual. Porque no es nada fácil usar un personaje desdoblado en dos y, al mismo tiempo, traerlos y  retrotraerlos a distintos momentos históricos a través de un simple diario. Esa complejidad argumental y de construcción literaria me ha sorprendido sobremanera.
Un consejo: un libro que hay leer, pero mejor esperar a temperaturas menos tórridas dada su densidad y gravedad temática.    

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