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18 septiembre 2020

NUEVA SELECCIÓN DE RELATOS

 Ante el panorama desolador de la cultura, de la que forman parte los libros, el antídoto es la creatividad; y seguir publicando lo creado. Mi opción, como ya he manifestado en varias ocasiones, seguirá siendo Amazon. Sí, es cierto que a Amazon se le apunta como uno de los culpables del panorama de los libros por su afán acaparador, y es posible que no falte razón en esa acusación, sin embargo, se trata de una plataforma gran divulgadora que ayuda a autores independientes, como es mi caso en la actualidad; una ayuda que sin esta plataforma sería muy difícil de conseguir. No soy ni de lejos un autor best-seller (ni creo que lo sea nunca, entre otros muchos motivos, porque mi literatura va por otro camino), pero con Amazon consigo llegar a más lectores y a lugares más lejanos. Y si eso pasa de vez en cuando, creedme que la satisfacción es enorme.

  Además, pocas o ninguna editorial pierde la oportunidad de colocar sus libros en la plataforma sabedores de que es una opción muy interesante.

Por tanto, he decidido publicar de nuevo en esta plataforma, tras haber publicado hace muy poco 99 días que podrían cambiar el mundo, el cual ya tenéis desde hace algún tiempo a vuestra disposición al precio mínimo que Amazon permite.

La próxima publicación, ya anunciada en alguna ocasión, será una colección de entre diecinueve y veinte relatos cortos y microrrelatos, inéditos; o al menos inéditos por mí, ya que algunos de ellos ya han sido publicados en libros de antologías, así como en prensa, como indicaré a continuación. 

La relación provisional de la selección de relatos cortos y micorrelatos que estará publicada en Amazon, probablemente, para comienzos de otoño son  los siguientes: 


I. Pérdida y olvido. Relato publicado en la antología de los relatos seleccionados del concurso de relatos convocado por la Consejería de Presidencia de la Junta de Andalucía.

II. Un extraño a mis ojos. Relato publicado en la antología sobre la violencia doméstica publicada por la editorial madrileña Leibros. 

III. Melancolía del perro vagabundo. Relato seleccionado en el especial de Nochebuena del periódico Ideal.

IV. Tu pueblo solo está en tu mente. Relato seleccionado en el especial de Nochebuena del diario Ideal.

V. La presencia. Relato publicado en una antología de relatos de terror de una editorial española.

VI. Caminos opuestos. Microrrelato seleccionado en el concurso de Microrrelatos de la Abogacía española.

VII. Exhorbitantes privilegios. Micorrelato incluido seleccionado para la antología anual de la Abogacía española. Libro publicado por Editorial Aranzadi. 

VIII. Encuentro en el bulevar. Inédito.

IX. El templo románico. Inédito.

X.  Ismael y  Roberto. Inédito.

XI. Navidades en Marte. Inédito.

XII. No una noche más. Inédito.

XIII. Paisaje de invierno. Inédito.

XIV. Las Cuatro Esquinas. Inédito. 

XV. Santa Claus no más que uno. Inédito. 

XVI. Tanatopraxia. Inédito.

XVII. Todo es desorden. Inédito.

XVIII. Vida de paloma. Inédito. 

XIX. Varías vidas. Inédito. 


Espero que los títulos, a la espera de un mejor veredicto final, sean de vuestro interés. 



24 octubre 2017

LA DESPEDIDA (RELATO INCLUIDO EN EL LIBRO CONVERSACIÓN EN LA TABERNA Y 41 RELATOS)

LA DESPEDIDA 

     Cuando Roberto miró para atrás comprendió que no tenía que haberlo hecho. Fueron tantos los recuerdos que se agolparon de pronto en su mente que tendría que haber evitado que afloraran. Pero no pudo evitarlo. Se dijo que tan sólo lo haría una vez: echaría un pequeño vistazo y, luego, no volvería a mirar de nuevo. Pero bastó con esa sola mirada breve para que el torrente salvaje de los recuerdos se le agolpara de pronto en las sienes y las hicieran casi estallar. En ese momento no quiso mostrar ningún tipo de debilidad porque siempre había odiado mostrar sus sentimientos en público. No por el hecho de haber nacido hombre, nada de eso. Tan sólo se trataba de una simple convicción estética. Cuando era pequeño había visto a mucha gente exponer ridículamente sus emociones en público y siempre había visto todo eso con desagrado. Principalmente, siempre le había parecido poco estético mostrar esos sentimientos en los cementerios. Era comprensible llorar a lo que se marcha, a lo que se marchita, a lo que ya jamás se va a volver a ver, pero de ahí a montar un espectáculo delante de conocidos y desconocidos había un abismo. Y él, precisamente, se encontraba en ese momento en un cementerio; y fue en ese lugar, cuando ya salía hacia el exterior, en el que había osado mirar atrás,no pudiendo evitar soltar alguna lágrima. Habían sido tantas las horas juntos, tantas las aventuras y las desventuras,tantos los viajes realizados en su compañía,tantas las visitas al taller...,para acabar siendo desguazado en aquel triste cementerio de coches a la salida de la ciudad.

30 octubre 2014

MICRORRELATO: 'TODOS LOS SANTOS'

Cuando vi pasar a aquellos niños con aquellas calabazas con ojos, volví a odiar el invento de Halloween. Me encontraba sólo en casa, viendo por enésima vez en el deuvedé aquella grabación en blanco y negro de Don Juan Tenorio y Doña Inés, esa obra célebre de Zorrilla. Veía a esos niños vestidos como los que ves en las películas norteamericanas y me dio pena al pensar que no se haya podido conservar la tradición  literaria patria. No porque yo considerara que no fuera atractiva toda esa parafernalia de Halloween (un atractivo cartón piedra)  sino porque sufría al comprobar la poca sensibilidad hacia nuestros clásicos, derrotados por otra tradición más frívola y lejana ¿Si a los niños de mi época nos aterrorizaba esa historia de muertos que vuelven a la vida, por qué a los niños de ahora no les aterroriza? ¿O es que ni tan siquiera la conocen? Eso me preocupó aún más. En cambio van por ahí con una calabaza con atributos de cara humana, que más que terror causan risa, diciendo a todo el mundo eso de 'truco o trato'. ¿Qué leche es eso de truco  o trato?, me pregunté.
En cambio, aquellos golpes en las paredes, aquel cementerio gótico, esos muertos que con un magnífico aspecto vuelven a la vida, sí que era terrorífico. Gozabas al tiempo que temías que volvieran a poner por enésima vez aquellas películas teatralizadas. 
Tocaron a la puerta mientras pensaba en todo eso. Al principio, consideré no abrir, ya que sería el enésimo niño que aquella noche aparecería con el 'truco o trato', pero opté por hacerlo. 
Al otro lado de la puerta me encontré a un niño y una niña; el primero vestido de Don Juan Tenorio y la segunda de Doña Inés. Y ambos portaban en sus manos una calabaza con  un rostro más ridículo que terrorífico.         

23 septiembre 2014

MICRORRELATO-FÁBULA (HIPOPÓTAMO): LA MALDITA DIETA.

Dan coloreado
De gaharu.subcultura.es
Desde que llegó a sus manos aquel folleto, Julio no podía quitarse el tema de la cabeza. Desde siempre había soñado con hacer dieta, por lo que encontró en aquella información la excusa perfecta para comenzar. Estaba totalmente convencido, ya que no soportaba verse en la edad adulta con el peso y la falta de forma de sus progenitores. 
Sin embargo, había un problema: aquella dieta mandaba comer sólo carne. ¿Carne? ¿No le habían dicho desde niño que la carne genera estrés nutricional en los de su especie, que los volvía violentos? Pero no había vuelta atrás, su decisión ya estaba tomada.
Al poco tiempo fue fruto de las miradas de sus vecinos y familia. Se le veía realmente estilizado, pero también le observaron un carácter cada vez más agrio y taciturno. Con el paso del tiempo, su delgadez fue a más, pero también su comportamiento fue empeorando y cuando quiso echar marcha atrás ya no pudo. Se había convertido en un violento ser delgado y atlético, que cada vez disfrutaba más de la compañía de los leones.   

07 julio 2014

MICRORRELATO-FÁBULA (RATA COMÚN): LA PRIMA REMOTA

Alejandra no soportaba ver esa fotografía, la cual guardaba como paño en oro en su baúl de la esperanza, pero al mismo tiempo era tal la fascinación por ella que no podía evitar contemplarla un par de veces al día. 
En la misma aparecía su prima Indira, su prima hindú que ella no conocía en persona. Le fascinaba comprobar su suave y limpio peaje blanco, sus bigotes perfectamente alineados y armoniosos, sus finas uñas limpias y pulcramente tratadas con la más delicada manicura, su delicada cola, su mirada cándida y limpia..., pero lo que más admiraba de su remota prima era la ternura que se adivinaba en la fotografía. 
Sabía por sus padres que Indira había triunfado en la difícil y clásica sociedad de la India, donde la buena casta -si no se poseía- tenía por fuerza que ser suplida por la belleza. Y de ese último aspecto, Indira, estaba más que sobrada.
Sin embargo, la fascinación que sentía por su prima no hacía más que acrecentar su tristeza y desdicha, sobre todo cuando tras contemplar por enésima vez la fotografía, pasaba ante cualquier espejo y apreciaba cómo su triste y deslucido pelaje gris, sus tiesos y arrugados bigotes y su descarnada y rectilínea cola, le anunciaban con severidad y contundencia el lugar tan insignificante que ocupaba entre el común de los roedores.  



LEE LOS ANTERIORES MICRORRELATOS FÁBULA: 

CUCARACHA

HIENA

SERPIENTE

ELEFANTE

LORO

LOBO

BUITRE

LEÓN


02 junio 2014

MICRORRELATO-FÁBULA: (CUCARACHA): LA MISIÓN

Lo único cierto es que Ramona había desaparecido. Nadie sabía qué había podido pasar. Cuando se supo hubo mucho revuelo en la comunidad. Todos sabían del riesgo que suponía llevar a cabo esa misión. Era algo que se aceptaba con entereza. Salieron para la misma veinte, las más preparadas, pero volvieron sólo diez. Otras nueve habían sido aplastadas por un enorme zapato humano, con una escoba o, incluso, envenenadas con algún líquido frío y viscoso que salía de un bote a través de un minúsculo orificio. Nada que objetar. La misión en ese archivo de antiguos libros y legajos era muy arriesgada, todas lo sabían. No se podía luchar contra el destino. Se sumaron las bajas y se recuperaron los cuerpos -o partes de ellos- de las nueve malogradas para homenajearlas y honrarlas por los ritos ancestrales, pero nada se supo de Ramona. Es más, era la primera vez que no se había recuperado un cuerpo o parte de él. Todo el mundo estaba de los nervios, hasta que un buen día llegó una carta. Era de la desaparecida. Se miraron unas a otras sin comprender hasta que, finalmente, Gertrudis, su amiga de alma, se decidió a leerla: 
'¿Cómo va todo por ahí, chicas? Sé que habéis llorado mi desaparición, pero no sufráis por mí. Sigo donde me dejasteis. No sé cómo ocurrió, pero lo cierto es que comencé a leer uno de esos viejos libros del archivo. Trataba de un humano que por la mañana al levantarse se había convertido en uno de los nuestros, ¡uno de los nuestros! ¡No os parece impresionante!. No creeríais lo importante que fue esa historia y su autor para sus congéneres. Y tras ese viejo libro leí otro y después otro. Desde entonces no he podido parar de leer. ¡Nuestra historia entre los humanos es tan interesante....¡            

23 abril 2014

MICRORRELATO-FÁBULA (SERPIENTE): LA DUDA DE EVA

Para Eva fue muy sorprendente ver aquel grabado en su escuela. Había escuchado de sus ancestros aquella historia maldita y antiquísima acerca del paraíso y la manzana, pero jamás la había comprendido.
Y seguía sin hacerlo. Tampoco nadie supo explicarle por qué su familia y ella misma se arrastraban por el suelo mientras las demás especies poseían varios miembros que les posibilitaba andar separando la panza de la tierra. Tenía que averiguar qué pasó en el pasado para que eso fuera así.  
Casualmente esa misma tarde una amiga le propuso ir al cine. Emitían la película 'Noé', protagonizada por ese actor que tanto le gustaba, ¿cómo era su nombre? '¡El que protagonizó 'Gladiator'!', le comentó a su amiga que tampoco recordaba su nombre. 
Tras ver la película y comprobar que en la misma aparecían imágenes en las que las de su especie reptaban en dirección a esa gran arca huyendo del diluvio comprendió que no todo estaba perdido. Se lo tenía que contar a su familia. 


No os perdáis los anteriores: 

Elefante

Loro

Lobo

30 marzo 2014

MICRORRELATO-FÁBULA (ELEFANTE): TRAIDOR A LA ESPECIE



Dibujo de Javi Trelis

-¿Fue usted quien sacó el marfil del país?
-No, señor fiscal. Esa acción siempre corría a cargo de la banda a la que aludí en mi declaración ante la policía.
-¿Entonces, qué papel representaba usted en esta trama?
-Yo era quien suministraba el material.
-¿Suministraba el material?
-Sí. Era quien se encargaba de atraer a los poseedores de marfil.
-Es decir, ¿a los elefantes?
-Sí, señor. Así es.
-Pero, ¿no se da cuenta que esa acción, además de delictiva, le convierte en un traidor a los ojos de su propia especie?
-Lo sé, señor fiscal. Ahora comprendo que mi ambición ha ido demasiado lejos. Yo quería salir  a cualquier precio de aquella aldea perdida en algún lugar de África. Y ahora me encuentro con que me está vetado entrar. Ni tan siquiera para ver a mis ancianos padres que, además, me entregaron su marfil para que yo buscara un futuro mejor. Ahora sé que la he jodido.

23 marzo 2014

MICRORRELATO-FÁBULA (LORO): MI INVESTIDURA


Mi historia es muy curiosa. Me llamo Loro Sierra Morena, porque en una finca de ese lugar nací y es el lugar donde vivo, como ha hecho desde siempre mi familia, desde que aquel aventurero español trajera a mis bisabuelos desde el lejano Ecuador.  Yo vivía tranquilamente mis placenteros días, aprendiendo cada día un par de palabras, pero un día llegó esa carta. Nadie lo creyó al principio, ni tan siquiera el cartero, pero la carta era para mí. No cabía duda. Un sobre de tamaño atípico de grueso papel y color verde oliva, adornado por grandes letras inglesas rezaba: Destinatario: Mr. Loro Sierra M. Pero lo más incomprensible es que en el remite se leía: 'House of Lords'. The Palace of Wetsminster. London. UK'. En el interior, una breve tarjeta de papel estucado, que llevaba sobreimpresionado el símbolo de la Corona británica, decía en español y en inglés:'Mr. Loro Sierra M. se le comunica que la sesión constitutiva de la Cámara de los Lores tendrá lugar el próximo uno de abril. Rogamos su preclara presencia con el fin de investirlo oficialmente por orden de S.A.R. la Reina. Firmado: el Letrado Mayor del Reino'.  Lógicamente, se creó un fuerte revuelo entre mi familia y mis amigos. No se hablaba de otra cosa en tres kilómetros a la redonda. Pero el mensaje estaba claro.
               Ni la evidencia de una inocente confusión ortográfica, ni la constatación cierta de que el destinatario de la misiva fuera Mr. Lord Sierra Mackclemore, afincado en Gibraltar y que poseía una finca de recreo colindante a la nuestra, sirvieron para justificar la improcedencia de mi nombramiento como Lord de la Corona Británica, toda vez que la solemnidad del acto y la rigidez del derecho británico impedían sustraer el título de Lord a quien ya había sido investido como tal. 

17 marzo 2014

MICRORRELATO-FÁBULA (LOBO): EL ESTIGMA DE MI NOMBRE

Mi mayor estigma fue siempre ser lobo y llamarme Pedro. Ya desde lobezno, los demás compañeros de la escuela disfrutaban de lo lindo con la paradoja. '¡Que viene el lobo!' o '¡Que viene Pedro!' Porque en realidad es completamente antagónico pertenecer a esta especie y llamarse así. No echemos la culpa al cuento ni a la sinfonía de Prokófiev. Más bien echémosla a mis padres, que no tuvieron demasiado tacto al llamarme con ese nombre. Podrían haber elegido Isidro, que es el nombre de mi propio padre, o Alberto, que es el de mi abuelo, pero no, decidieron que mi nombre fuera Pedro y eso me ha marcado desde siempre. Me pregunto si no habría disfrute en la familia al decidir el dichoso nombre. 
Cuando me presentan a alguien, el chiste siempre está servido. Es más, soy yo mismo el que se anticipa contándolo. Qué remedio. Pero el colmo fue el recochineo en mi última entrevista de trabajo. Resulta que soy guardia de seguridad -para más abundancia- y el gerente de la empresa, ahogándose  de risa, no dudó en preguntarme: ¿Si das una señal de alarma, a quién debemos de creer: a Pedro o al lobo?    

09 marzo 2014

MICRORRELATO-FÁBULA (BUITRE): LA DESHONRA DEL CLAN

Nunca comprendió el oficio a que se dedicaba su familia desde la noche de los tiempos. Ni el por qué de esos ceños fruncidos cuando él -según parecer de todos- iba contracorriente. 
No regir la funeraria familiar y negarse a esperar paciente a que manaran clientes de la nada sin mover una uña, siempre había sido mal visto por todos. Como era mal visto ayudar a alargar la vida de esos futuros clientes, mientras el resto de los miembros de su clan aguardaban pacientemente a que ese hipotético cliente se convirtiera en una una realidad. 
¿Por qué era tan impopular por querer salvar vidas?, se preguntaba en la soledad de la aldea africana en la noche oscura. Recordaba las palabras represoras de su madre: 'Tu no has venido al mundo para salvar vidas, sino para aguardar a que éstas desaparezcan de la faz de la tierra. Esa es nuestra misión en la tierra'.  Ni las de su padre, mucho más duras si cabe: 'Eres la deshonra de la familia, la deshonra de todo nuestro clan. Eres como en anticristo a nuestros ojos'. 
La voz de la enfermera negra lo sacó de sus cavilaciones. 'Dr. Buitre, su última operación ha sido todo un éxito. Enhorabuena'.            

02 marzo 2014

MICRORRELATO-FÁBULA (LEÓN): EL DÍSCOLO DE LA MANADA

Con este primer microrrelato-fábula inicio un nuevo -quién sabe- subgenero de microrrelato, que seguramente no es nada nuevo, pero sí novedoso aquí. Hay muchas opciones, tantas como animales nos rodean y el microrrelato es un género divertido y corto -pero exigente, ya que no puedes desperdiciar ni una mínima palabra- que disfruto escribiendo. Tengo ya unos cuantos previstos. A ver hasta dónde llegamos. Empezamos con el león, como rey que dicen que es -esperemos que no como el Borbón-.  




Cuando padre león llegó a la cueva, sabía que su vida ya había dado un vuelco.
Siempre había sido respetado por la comunidad de leones, como ejemplar preeminente. Había defendido con éxito a su leona del cortejo de los demás leones e, incluso, de los más jóvenes  y había educado lo mejor que supo a su cuantiosa manada. Pero aquello último era insostenible. Una situación imprevista que, últimamente, le había convertido en el individuo menos respetado del grupo y en el hazmerreir de todos. El motivo de toda su desgracia y  desvelo era uno de sus hijos de la última manada, un joven león de tres años, el cual le había salido díscolo e irreverente. Había hablado con él con todo el tacto del mundo; había evitado, como represalia, que se emparejada con leona alguna e, incluso, como última medida radical lo había amenazado con el ostracismo y el destierro. Pero todo resultó infructuoso. Su hijo seguía en sus trece: había decidido, de manera irreversible, ser vegetariano.

23 febrero 2014

MICRORRELATO: CAMINOS OPUESTOS



         Cuando ambos acabamos la carrera, me dijo: "vente conmigo". "¿Adónde?" le pregunté. "Al despacho de mi padre". Rehusé. Le dije que iba a opositar para Inspector de Policía. Él se rió despectivo. Era mi mejor amigo. Con el paso del tiempo, mientras yo apenas podía pagar mi hipoteca y mi primer y único coche me traía de cabeza, él invertía sus elevadas minutas en inmuebles y coches de alta cilindrada. El lujo era su talón de Aquiles. Hacía mucho tiempo que no le veía, pero sabía por la prensa que a pesar de su antigüedad y prestigio como abogado, sus negocios le habían apartado de los tribunales. Hoy todo el mundo lo ha visto en televisión esposado y con la cabeza cabizbaja. Hacienda acaba de licitar todos sus bienes. Ha sido mi detención más difícil desde que entré en la policía.


participa_microrelatosfebrero2014.jpg(Este  microrrelato ha sido seleccionado como finalista del mes de febrero en el VI Concurso de Microrrelatos sobre abogados organizado por el Consejo General de la Abogacía española, abierto a nivel nacional e internacional. Acceder a la página.)

17 febrero 2014

UN RELATO GÓTICO BREVE: UNA REVELACIÓN INQUIETANTE

     En una visita rutinaria a casa de mi madre, ésta me soltó dentro de una conversación circunstancial: 'yo nunca he sentido miedo de dormir aquí sola en la casa en la que hemos vivido toda la familia. Dicen que los muertos a veces regresan, pero eso yo no lo he visto. Tan sólo en una ocasión, cuando estaba en la cama, vi unas sombras muy oscuras junto a las cortinas de la ventana que da al balcón'.
          Fue una revelación inquietante.
          No me la esperaba y me quedé helado. No sé si por la forma tan casual en que lo dijo o por la revelación en sí.
          -¿Unas sombras? -le pregunté-.
          -Sí, unas sombras muy negras, que se movían un poco.
          -Madre, seguramente que lo que se movía eran las cortinas. Sobre todo si estaba la ventana abierta.
          -No, las cortinas no se movían porque era en invierno, uno de los días más fríos.
          -Es probable que fueran los claroscuros que forman los faros de los coches al pasar por la calle.
          -Estoy acostumbrada a ver el reflejo de los faros de los coches que entran por las ranuras de las ventanas. Precisamente la luz que entra es clara y no oscura.
          -Pero..¿tenían alguna forma humana? -me atreví a preguntar-
          -Sí. Al principio me pareció que sí, pero luego se tornaron sin forma alguna, como una especie de círculo. Les hablé.
          -¿Cómo que le hablaste?
          -Sí. Les pregunté que a qué venían.
          -Madre, ¡por Dios!. ¿Le hablaste a unas sombras?
          -Sí. Podrían tratarse de espíritus de muertos. A veces nos visitan para comunicarnos algo.
          Escruté el rostro de mi madre. Siempre había sido sensata. Era una persona ya mayor pero no parecía ninguno de los males que deprecian la mente de las personas mayores, tales como el Alzheimer o la demencia senil.
          -¿Y qué paso? -me esforcé en no ser condescendiente-
          -Les pregunté: ¿Qué queréis? ¿A qué venís?
          -¿Hubo alguna respuesta? ¿Alguna señal? ¿Algún movimiento?
          -No nada. Pero desde que les hablé no han vuelto a aparecer.    

         Posteriormente seguimos hablando de cosas insustanciales, de ésas que se hablan 
con los padres o con algún miembro de la familia. Sin embargo, no he conseguido quitarme esa revelación de la mente.   

11 febrero 2014

RELATO BREVE: NATURALEZA

Allá, donde apenas no alcanza la vista. Cerca de la vaguada que acoge generosa la torrentera de las aguas caídas durante el otoño. Por donde los caminos se bifurcan. Uno de ellos se pierde en la maleza y seguir su rastro se me antoja imposible. Pareciera que por ese sitio no ha pasado jamás un alma; ni tan siquiera un animal, deduzco. En cambio, el otro es espacioso y muestra señales de acoger en su seno el paso continuo de personas, animales e, incluso, ruedas de carros. Pero, curiosamente, no lleva tampoco a ningún sitio y a simple vista cualquier observador atento deduciría que hubiera sido mucho más práctico e inteligente haber abierto el paso por el camino que se pierde en la maleza. 
Una vez superada la vaguada y los caminos, surge un pequeño promontorio que acaba en picacho en forma de cono. Allí se resguardan las aves migratorias en sus descansos, después de llevar miles de kilómetros en sus alas para buscar climas cálidos. Pero jamás se ha visto postrada en el picacho a ningún ave no migratoria, de esas que aguantan los climas tórridos a la par que los fríos. Se podría deducir que existe toda una teoría de la cortesía entre ellas. 
Tras el picacho, emergen cientos de olmos negros. De color grisáceo con la salida del sol, estos árboles se vuelven oscuros a la puesta. Pero de noche su color es totalmente negro. Es entonces cuando de sus ramas salen toda una amalgama de sonidos. Por una parte, son las propias ramas las que parecen aullar al viento; pero en otras ocasiones, son graznidos de distintas aves y por encima de esos graznidos el acompasado ulular del búho real, que orgulloso y enorme se convierte en el rey de la oscura noche.     
Aquellos lugares deben de ser muy bellos para la vista, de esos en los que se pueden encontrar los materiales para construir los sueños.Pero jamás los visité.  

12 noviembre 2013

RELATO: TU PUEBLO ESTÁ EN TU MENTE

        Te detienes  a la salida del pueblo, en algún lugar perdido entre olivos. Quieres tomar aliento para poder continuar corriendo y completar la ruta de diez kilómetros diseñada. Es uno de esos momentos de euforia en el que dejas que tus ojos se paseen entre el verdor de los olivos y se relajen mirando en lontananza. Una especie de premio por los cinco kilómetros conseguidos al tiempo que la antesala de los cinco por conseguir.
            Los ojos, con voluntad propia, se detienen en un punto: las últimas calles del pueblo, de tu pueblo; familiares y extrañas al mismo tiempo. Pero distintas. Cada vez más distintas, más lejanas en tú pensamiento.
            Te sientes aturdido de pronto. Los sentimientos de euforia de un minuto antes ahora son de aturdimiento, de desposesión. Es tu pueblo, pero no lo reconoces. Podrías admitir sin problemas que tus años de ausencia en él lo han transformado. Obras, nuevos diseños de mobiliario urbano, nuevas construcciones de edificios, relevo generacional....Pero no es eso lo que tú aprecias, no es eso lo que sientes. Son otras calles, otras gentes. Es otro pueblo. Y si es otro pueblo ¿quién eres tú? ¿Dónde están guardados todos esos años allí vividos? ¿Dónde los recuerdos? ¿Los amigos? ¿La familia? Si el pueblo es otro, entonces, el pasado se ha revertido. ¿Otra dimensión? ¿Otra secuencia?
           Desistes de seguir corriendo. No puedes hacerlo. Alejarte no es ahora lo adecuado. Acercarte sí. Y te adentras en las calles, en las plazas, entre la gente. Pero el resultado es aún más desolador.
           Sabemos cuando se nos mira como a desconocidos. Vas a un lugar nuevo y hay algo en los ojos de los demás que te dicen que no te conocen, que nunca te han visto por allí. Que eres un extraño.
            Un extraño.
            Entre la gente.
            En las calles y en las plazas.
         En los bares te atienden de manera distante. Lo percibes al momento. Quisieras sentir la cercanía en el trato que sienten los lugareños. Pides un café y te lo sirven. Pero ese café es neutro. Casi inhumano. Sin calor.
           Sin calor.
           Sin esencia.
           Un extraño.
          Te aproximas a un rostro que crees reconocer, pero ese rostro no reconoce el tuyo. Llamas a ese rostro por su nombre. Estás seguro de saber quién es. Es uno de tus amigos de la infancia. Con él jugaste durante muchos años. Lo agarras por los hombros y lo miras. Le dices: ¡soy yo! Pero el individuo se zafa de tí como puede. Cree que eres un loco. Y de pronto te sientes como debió sentirse George Bailey. Nada ha existido. Porque no has nacido.
            Un extraño.
            Sin pasado.
            Sin futuro.

          Alguien pasa a tu lado y te mira con expresión cercana. Atisbas un  gramo de esperanza. Es un hombre mayor que se conduce a duras penas apoyado en su callado. Le preguntas qué está pasando. Te mira con entendimiento y te habla con un tono de voz hueco que no has escuchado jamás. Te dice: 'Tu pueblo está en tu mente'.   

30 octubre 2013

UN CUENTO GÓTICO:LA APUESTA (II)

(Continuación. Pincha aquí si aún no has leído la primera parte) Así, que siendo ya casi la medianoche y en la más absoluta oscuridad del pueblo, enfilaron una larga y embarrada calle, que al poco se convertía en un estrecho camino cuando se superaban las últimas casas del pueblo. Atravesaron varios campos y cruzaron varias acequias, que en ese momento mostraban un caudal inusual a causa de la lluvia de los últimos días, y al final de una de las últimas cuerdas de olivos, ya se podía vislumbrar recortada bajo la tenue luz de la luna la silueta de la negra puerta de hierro del cementerio, coronada en lo alto por una ajada cruz de hierro enmohecido. Tendrían que llegar hasta esa misma puerta y rodear la tapia más septentrional para poder acceder al recinto por una de las más bajas del mismo que se alzaba irregularmente en un vado.
               Entre bromas y algún que otro aullido jocoso, los cuatro amigos despidieron al quinto, mientras que éste con movimientos lentos e inseguros trepaba a la fácil tapia y de un salto que sonó seco y lejano, entró en el interior del cementerio. Todavía se le podía ver volviendo sus asustados ojos hacia sus amigos mientras se adentraba por las estrechos pasillos que dejaban las tumbas entre sí. En una mano llevaba un madero carbonizado para escribir la palabra convenida en los maderos del ataúd y en la otra un hierro puntiagudo, que con ayuda de una piedra clavaría junto a la tumba elegida, según el contenido propuesto de la apuesta. La oscuridad, el lugar, la noche cerrada y la capa volando al viento del infeliz, que se adentraba a pasos inseguros en aquel siniestro lugar, ofrecían a los amigos un espectáculo sin igual. Pero cuando el amigo ya no se percibía, tragado por la oscuridad del sagrado lugar, en dirección al rincón más escondido del mismo para encontrar la tumba propuesta, los amigos, divertidos y satisfechos, se dieron media vuelta y se dirigieron a sus respectivas casas.
               La apuesta concluía con la visita al cementerio a primera hora de la mañana para comprobar que todo se había hecho de acuerdo con lo convenido; que encontrarían la palabra escrita en los vetustos maderos del ataúd y el hierro clavado junto a la tumba.
               A la mañana siguiente, a la hora convenida, el grupo se había citado al rayar el día en la plaza del pueblo para, desde allí, dirigirse al cementerio. Pero el ejecutante de la apuesta no se presentó. Uno de los amigos aludió a que era probable que se hubiera quedado dormido; otro a que el miedo que habría pasado le impedía salir de su casa, de manera que divertidos los cuatro allí citados se dirigieron al cementerio. Saltaron por la misma tapia por la que la noche anterior había saltado su amigo; recorrieron los estrechos pasillos que dejaban entre si las tumbas y tras unos minutos llegaron a la zona de 'los ahorcados'. El lugar en sí, ya era siniestro a plena luz del día, por lo que no podían ni imaginar cómo sería en la noche cerrada. Se dirigieron, no sin temor, a la tumba del Conde de Cubillas y cuando aún no habían llegado, pudieron ver la imagen más horrible que jamás habían visto y que, probablemente, jamás verían.
               Asustados y perplejos a partes iguales encontraron a su amigo en posición fetal con el cuerpo aterido de frío y humedad. Sus desencajados ojos mostraban la misma imagen del terror y sus manos estaban semienterradas en la húmeda tierra, observando con horror que sus dedos habían perdidos sus uñas, las cuáles, ensangrentadas, se mostraban clavadas en la tierra. Su amigo estaba muerto y ahora una pregunta tediosa iba tomando forma en la mente de cada uno de ellos. Horrorizados y con la mirada ausente, miraron a la tumba abierta del Conde de Cubillas, en cuyo extremo afloraban dos maderos viejos y sucios. En uno de ellos estaba escrita con carbón negruzco la palabra 'maldito', que había sido la propuesta, y junto al cuerpo de su amigo pudieron ver el hierro clavado en la tierra.
               Pero volvamos a la película de los hechos, al momento de la noche anterior, en el que los cuatro amigos veían al desafortunado penetrar entre los estrechos pasillos del cementerio, perdiéndolo poco a poco de vista, porque ninguna explicación oficial u oficiosa podrá ser tan esclarecedora sobre lo que realmente ocurrió en aquella soledad tan ominosa y terrible que la propia narración de los hechos.

               Cuando el amigo volvió la cabeza ya no pudo contemplar a sus cuatro amigos. Por tanto, comprendió que ya no había vuelta atrás. Se sintió el ser más solitario del mundo. Así que sabedor que tenía una misión que cumplir y que quería cumplirla cuanto antes, se dirigió hacia la zona de las tumba de 'los ahorcados'. La imagen que penetró por sus asustados ojos era terrible: una miríada de viejas y decrépitas tumbas desperdigadas a lo largo y ancho de un terreno irregular, protegidas cada una de ellas por una irregular valla de puntiagudos y oxidados hierros, que actuaban a modo de penitencia de quienes habían dispuesto de su vida sin permiso del Altísimo. Cuando los ojos se acostumbraron a la oscuridad, pudo ver en un extremo  la tumba del Conde de Cubillas a la que se dirigió raudo y decidido. Era una tumba imponente, propia de alguien adinerado e importante, a pesar de que se encontraba en un estado desastroso, creando ese aspecto aún más desasosiego. Entró en ella por el amplio espacio que dejaban los hierros abiertos y rotos de la valla y, a través de un amplio espacio abierto en la propia lápida, penetró en el hoyo en cuyo interior se esparcían las decrépitas maderas del ataúd. Intentó no fijar la vista en aquella espeluznante  oscuridad, pero no pudo evitar contemplar las deshilachadas y amarillentas sábanas de la mortaja. Tal y como estaba previsto, escribió la palabra 'maldito' en uno de los maderos con el carbón que llevaba en la mano izquierda y, sin demora, salió al exterior para disponerse a clavar el hierro en la parte más blanda de la tierra que rodeaba la tumba. Cogió un trozo de lápida y comenzó a golpear el hierro, el cual no encontró apenas resistencia en la tierra. Los golpes del trozo de mármol de la lápida contra el hierro en aquel lugar silencioso y a esa hora de la noche sonaban a crimen secreto y eso le inquietó aún más, pero intentó quitarse de encima esos pensamientos y acabar cuanto antes. Así que cuando se aseguró que el hierro estaba totalmente clavado en la tierra, se incorporó para salir de allí lo más pronto posible con la sensación de haber cumplido su deber pero aún temblando de miedo, el cual no había desaparecido ni un segundo desde que entró en el recinto. Todo lo contrario.
               Entonces fue cuando ocurrió lo más inesperado. Comprobó como el impulsó que había tomado para incorporarse fue baldío porque algo o alguien le asía la capa y no le dejaba avanzar ni un centímetro. Su mente se le nubló y sus piernas se quedaron sin fuerzas. Gritó todo lo que pudo y suplicó que le soltaran, pero sus súplicas no obtuvieron respuesta favorable. Sin tener valor suficiente para volver la vista y comprobar qué estaba ocurriendo, intentó deshacerse de la capa, pero atribulado como estaba, tan sólo conseguía asegurar aún el más nudo adosado al cuello hasta el punto de casi ahogarle. Sabía que no tenía apenas otros recursos que seguir suplicando. Sollozó hasta quedarse apenas sin voz, mientras que notaba que sus mejillas se bañaban del suave tacto templado de sus propias lágrimas. Igual sensación sintió en la entrepierna; y humillado y derrotado se dio por vencido. Se arrojó al suelo vencido y en posición fetal percibió la humedad de la tierra en su vientre y cómo la ya de por sí cerrada oscuridad fue apagándose aún más, hasta perder el conocimiento por completo. Aún pudo sentir su corazón latir endiablado, pero los párpados cayeron ya de forma estrepitosa y la conciencia, tan turbada unos minutos antes, dio paso a la inconsciencia.
              
                 'Junto al cuerpo de su amigo pudieron ver el hierro clavado en la tierra'. En ese lugar habíamos dejado el horrible descubrimiento de sus amigos para pasar a narrar los hechos que verdaderamente ocurrieron. Así que esos perplejos amigos, tan atribulados como estaban, no podían imaginar que aún les quedaba por ver algo que les situó en el terreno de la incomprensión o, tal vez, de la culpa.
               Probablemente, a cada uno de ellos, a pesar de que jamás lo manifestaron durante el resto de sus vidas, les hubiera gustado haber explicado que lo que le ocurrió a su amigo fue un suceso paranormal, algo inexplicable, pero que pudiera estar relacionado con el castigo infringido por la violación indebida de aquel lugar, tal y como prohibían la iglesia y el ayuntamiento. Sin embargo, lo que les inundó de torrenciales sentimientos de culpabilidad durante todas sus vidas fue comprobar cómo su desgraciado amigo, actuando con la razón perdida por el miedo a aquel lugar y el de aparecer como un cobarde  a los ojos de sus amigos, no se percató de que el puntiagudo hierro que, con tanta facilidad había penetrado en la húmeda tierra, también estaba atrapando y enterrando de manera irreversible un trozo de su propia capa, cuya negra textura iba mezclándose con la del lodo de manera implacable.      

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...