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22 marzo 2018

EL BLOG, LA CASA LITERARIA DEL ESCRITOR.

Resultado de imagen de BLOG LITERARIO    La base de mi producción literaria siempre ha sido el blog. Es algo que intuía como fundamental, más que saberlo con certeza. Comencé a administrar el primer blog (Diario de un corredor) allá por el año dos mil cinco, si no recuerdo mal, una época en la que los más puristas, los más contrarios a todo lo que fuera digital, lo calificaban como algo parecido a la seudoescritura (por cierto, también lo decían cuando irrumpieron los procesadores de texto). Una época en la que no existían las redes sociales tales como Facebook o Twitter, y ni mucho menos LinkedIn, Pinterest o Instagram. 
    Aquel primer blog, que partía de un planteamiento lo más literario posible relacionado con las sensaciones que yo experimentaba cuando corría -y que después se convirtió en la génesis de mi libro Corriendo Entre Líneas-, fue introduciendo poco a poco todo lo que me gustaba, ya fuera cine, música,  libros y series (apenas había series por entonces, pero las pocas que habían eran extraordinarias, por ejemplo, Dr. en Alaska), pero también escribía mucho sobre política. No en vano yo fui concejal hasta dos mil tres y aún la tenía en el mi torrente sanguíneo. Eran otros tiempos. Poco a poco fui escribiendo ahí relatos, poesía, artículos y otras cosas que luego he aprovechado y sigo aprovechando para mis libros. 
    Y hago esta reflexión porque últimamente estoy muy en contacto con comunidades de escritores y escritoras interesados en muchos aspectos del marketing digital y los más especializados, algunos de ellos con plataformas profesionales de formación, aluden a la importancia de que el escritor tenga un blog propio (si es posible con un dominio exclusivo), que es la base de su creación, su plataforma de autor, su casa literaria, lo denomino yo. Y lo dicen, precisamente, en una época en la que las redes sociales ya parecen haberse comido por completo al blog, algo que no es cierto en absoluto, todo lo contrario, está saliendo cada vez más reforzado, sobre todo gracias a la especialización y a la extensión con la que se puede escribir en él. Digamos que en un plano real imaginario, las redes sociales son el bar a donde vas a tomar unas cañas y hablas de todo sin apenas profundidad ni compromiso, mientras que el blog es la biblioteca, la librería, el lugar donde se presentan libros, la sala de exposiciones...Todos esos sitios a los que acudes de manera voluntaria y porque te interesa lo que allí se cuece. Así de fácil. 
     La reflexión también viene a cuento de la extraña y perversa vorágine que se está produciendo en torno al autobombo en las redes sociales de los cientos de escritores que se autopublican o no, hoy en día. Lo puedo entender porque yo soy uno de ellos y también las utilizo (cada vez con más cautela y seriedad, eso sí), pero gracias a que soy un tipo que intenta reflexionar y recular, he caído en la cuenta que ese autobombo es cansino y rechazado (¡compra mi libro, compra mi libro!) si no viene acompañado de contenidos de calidad y propuestas literarias y editoriales serias e interesantes, lo que ya no sería en sí autobombo sino toda una muestra del trabajo que tiene que exponer todo escritor (o todo el que se dedique a la creación) que se precie. Una herramienta muy valiosa, perfectamente adaptada a los nuevos tiempos, que está acabando con el elitismo literario propio de publicaciones especializadas en las que solamente tenían cabida los escritores y críticos vinculados a la editoriales más potentes, casi siempre con un interés comercial concreto. Digamos que con el blog se ha logrado que pueda escribir más gente, que realmente le interese escribir y lo haga de forma habitual, y que de otra forma no hubiera podido mostrar su trabajo. También es extensivo a otras facetas creativas. Ahora bien, otra cosa distinta es trasladar todo ese trabajo literario a un libro exitoso o, al menos, publicable. No todo aquel que administra un blog acaba publicando un libro, pero sí todo aquel que acaba publicando un libro tiene -o debería- administrar un blog. Es un asunto muy importante. De hecho, ya he estructurado un futuro libro breve sobre el tránsito o traspaso del contenido del blog al libro, basándome en mi propia experiencia.             

06 enero 2012

EL MUNDO DE LAS MARCAS


Alguna vez he escrito por aquí acerca de mi fascinación por las marcas, pero no tanto por el nombre en sí, sino porque detrás de cada marca existe un largo recorrido de investigación, de marketing, de trabajo, de esfuerzo, de personas, de una determinada forma de entender la vida, el negocio o las relaciones. Además, se de la circunstancia que las marcas van unidas de manera indeleble a un país o época concreta y muchas de ellas están tan presentes en nuestra vida que no escapan a la influencia del cine, la literatura o el arte. Es más, algunos productos suelen ser denominados con el nombre de la marca más que por el nombre propio del género, asunto éste que seguramente capte el interés también de de sociólogos. Y, pensando en ello, se me ocurrió hacer una lista de las marcas de bienes duraderos que me rodean y, realmente, me ha dejado sorprendido, ya que acostumbrados como estamos a estar rodeados de todo tipo de artilugios y objetos, no nos paramos a pensar que cada cosa que atesoramos, por lo general, tiene su marca concreta.
          Os aconsejo que hagáis ese ejercicio y comprobaréis con sorpresa la cantidad de marcas que os rodean y que obviamente aunque no queramos nos convierte en consumistas. Seguramente de muchos de esos objetos podríamos prescindir, pero es probable que de otros no. Lo que si está claro es que todos contribuyen a aumentar nuestro nivel de vida y bienestar.
            La clasificación se puede hacer de distinta forma: por objetos, por grupos, por zonas o por grupos funcionales, que es la opción que yo he elegido, aunque siempre centrado en los productos duraderos:        


ELECTRODOMÉSTICOS GRANDES:

Bosch, Zanussi, Fagor. Cata, Philips

ELECTRODOMÉSTICOS PEQUEÑOS:
 
Bosch, Fagor, Jata, Ufesa, Philips, Princess, Braun

AIRE- CALOR:

Daikin, Garza, Rowenta, Ferroli, Jata, Orbegozo.

IMAGEN Y SONIDO.

Sony, Sennheiser, Yamaha, Denon, Piooner, Koss, Grado, Panasonic, Quad, Zenith, Apple.

INFORMÁTICA-GADGETS:

HP, Apple, Compaq, Creative

GPS, RELOJES, ELECTRÓNICA CONSUMO: 

Garmin, Sigma, Calypso, Lotus, Philips, Sanitas, Exacta.       

TELEFONIA –Fija, Móvil-

 Siemens, Philips, Nokia, Samsung  

VEHÍCULOS A MOTOR

 Toyota, Kymco,

MARCAS DE DEPORTE

La mayoría no son bienes duraderos como es el caso de todo lo que utilizamos los corredores para entrenar, pero aún así enumero: Specialized –MTB-, Asics, Saucony, New Balance, Brooks, Adidas, Mizuno, Nike, Joluvi, Joma, Boomerang.    

11 mayo 2010

UN CONSEJO HETERODOXO




En esta entrada seré heterodoxo porque seguramente el asunto que trataré no interese a nadie o, tal vez, despertando alguna curiosidad no se considerará crucial ni relevante y no despertará interés alguno, excepto para los amantes del buen sonido.
Pero para mí sí es de interés porque está relacionado con la música. Y, además, porque tengo la fea costumbre de aconsejar cansinamente algo si considero que es algo interesante y aconsejable. Porque me gusta transmitir el poco conocimiento que atesoro sobre algo que, en mi opinión, puede merecer la pena.
Pero no, no se trata de uno de esos grupos extraños del heavy internacional que de vez en cuando dejo caer por este sitio virtual y que a pesar del esfuerzo que sé que hace a Abel no le dicen ni mú.
Se trata de algo que he adquirido recientemente, ideal para amantes de la buena música y del buen sonido: unos auriculares HI-FI de la marca norteamericana Grado, que pasa por ser para muchos especialistas una de las dos o tres marcas más prestigiosas del mundo. Uno de los pocos auriculares artesanales -se hacen a mano en New York- que cuentan con un diseño totalmente cutre y retro, que es inversamente proporcional a su calidad; un diseño que nos podría recordar a esos cascos de la II Guerra Mundial o, incluso, de la Primera, pero que suenan como los ángeles. No en vano, las mejores revistas especializadas internacionales, como son el caso de What HI-FI? Y OnOff, los premian con la máxima distinción al tiempo que lanzan críticas pasionales sobre su calidad.
Llevaba mucho tiempo husmeando por Internet, comparando esta marca con otras como Sennheiser -que ya conozco y poseeo-, Audio Téchnica, Beyerdinamic, AKG, Denon, Pioneer o la británica Goldring, pero finalmente las mejores críticas y calificaciones en cuanto a relación calidad-precio fueron para estos auriculares. Así que consultando en esas revistas que suelo comprar mensualmente -principalmente What HI-FI?- finalmente me decidí por uno de los más premiados, los Grado SR 80i, feos como ellos solos, pero ya digo dotados de un sonido maravilloso. Una delicia para el oído, geniales para escuchar tanto heavy metal como música clásica.



Unos auriculares que emocionan cuando se escuchan tal y como había leído en muchas ocasiones pero que me negaba a creer. Ahora me lo creo porque lo experimento y por eso los aconsejo.
Lógicamente, su rendimiento se podrá disfrutar plenamente con una cadena HI-FI "seria", si es posible con más de 30 watios reales por canal.
El inconveniente es que no posible encontrarlos en las tiendas de electrónica y sonido convencionales, sino que habrá que acudir a alguna muy especializada, o bien, a través de sitios especializados en sonido de la red.

03 junio 2009

LOS CENTROS DE NUESTRA VIDA

Cuando finalizaba la compra esta mediodía en el supermercado Alcampo - que es mi supermercado de referencia-, reflexionaba acerca de la distinta idiosincrasia que existe en los grandes supermercados, a los que vamos a comprar la mayoría.
Si hace algunas entradas reflexionaba acerca de las marcas, en las grandes superficies existe también como una especie de marca propia en cuanto a trato, puesta en escena y relación con el cliente. Esa "marca propia" no es en absoluto improvisada. En mi opinión, responde a una forma de entender la relación comercial con el cliente, muy variopinta en función a la gran superficie a la que te dirijas. Incluso está muy relacionada con la calidad de los productos, pero sobre todo con el precio que pagas por ellos.
Veamos el resultado de esa reflexión.




Comencemos por el Corte Inglés. Todos sabemos que es el más caro, pero el que mejor atención al cliente dispensa. Y, lógicamente, el trato es bastante más elegante y refinado que el dispensado en otras grandes superficies. Incluso, la forma de actuar de sus vendedores y vendedoras, que presentan siempre un aspecto aseado y, ya digo, elegante. Incluso, en las cajas, en los momentos de mayor estrés o acumulación de clientes, las formas siempre son correctas. Y algo muy destacable, no es muy común encontrarse a dos vendedores o vendedoras o cajeras participándose de sus andanzas familiares, rutinas cotidianas o comentarios más o menos rosáceos del programa de moda de las cuatro de la tarde. En definitiva, existe un buen trato profesional y una clara disciplina y jerarquía entre los trabajadores. Además, la presencia en las secciones de vendedores siempre es alta, al contrario de lo que ocurre en otros centros comerciales. Estos centros responden más al concepto "capitalista" de venta, cuidando bien su aspecto, si bien no llegan al lujo y la apuesta por el detalle de centros europeos como "Galerias Lafayette" parisinas o el mítico "KaDeWe" berlinés.




Sigamos con Alcampo. En mi opinión es el que posee los productos de marca más económicos y mayor surtido muestra. En sus pasillos es casi imposible encontrarse vendedor-a alguno (no me refiero a la sección de alimentación, que no es común encontrarse a vendedores por los pasillos en ninguno de ellos), sino a secciones en las que, normalmente, se echa en falta la presencia de algún profesional.
Sin embargo, el trato en sus cajas es correcto y ofrecen ayuda para embolsar los productos, gracias a un sistema automático, rudimentario pero útil. Y una cosa importante que valoro: al igual que hacen el Corte Inglés o Hipercor, saludan al cliente que llega.
Además, no he descubierto hasta ahora demasiada conversación particular entre cajeras, que muestran un semblante profesional adecuado, a pesar de que la clientela de Alcampo es mucho más variopinta que la de El Corte Inglés. Además, su servicio post-venta no ofrece ningún problema tampoco: dentro del plazo establecido, siempre devuelven el dinero, igual que El Corte Inglés.
Sin embargo, no muestran sus centros una imagen tan cuidada como el primer centro del que hablo, ni en los centros ni en los aparcamientos, luego, algo cuesta que sea más económico. No obstante, es un centro comercial que dispone, en mi opinión, de la mejor relación calidad-precio. Sin embargo, cuando he debido comprar productos de calidad y que dispongan de un I+D solvente, siempre me he inclinado por este centro, aún sabiendo que su precio es mayor. Pagas la calidad y la buena atención post-venta, lógicamente.




Otra gran centro comercial es Carrefour -todavía me es más fácil llamarle Continente-. Es un centro comercial que cada día me gusta menos. Sus precios -los precios de las marcas, no los de sus marcas blancas- son muchos más elevados que los de Alcampo y muy similares a los de El Corte Inglés o Hipercor. Y con diferencia es el que peor atención suele prestar en sus secciones, al margen de la alimentación.
En ocasiones, cuando he ido a interesarme por algún producto en alguna sección, me ha dado la impresión que el raro vendedor o vendedora que me ha atendido, pasaba más bien por allí. De hecho, en más de una ocasión, me he ido completamente desesperado al ver que nadie aparecía. Disponen de una especie de minimostradores por sección, pero raramente allí hay alguien. Y, cuando finalmente, adquieres algo y te lo han de llevar a casa, la espera puede en ocasiones descorazonadora.
El comportamiento en cajas es diverso: en ocasiones frío y en otras amable, pero rara vez te saludan antes de que tu les saludes a ellos. En pocas ocasiones ayudan embolsando los productos, algo que es crucial para un patoso como yo. Por lo demás, al igual que Alcampo, tampoco muestran unas instalaciones o aparcamientos demasiado cuidados, si bien en los nuevos centros parece se están esmerando algo más.
Sin embargo, sí es plausible -igual que ocurre en Alcampo-, el buen fondo editorial del que disponen. Me atrevo a decir que mayor que en algunos centros de El Corte Inglés, si bien éste gana por goleada en cuanto a fondo discográfico y videográfico.
En cuanto a grandes superficies, básicamente dedicadas a alimentación, siempre me ha producido curiosidad Mercadona, principalmente, por un factor muy destacable: el marujeo de sus cajeras y vendedoras, e incluso, cajeros vendedores. No siempre es así, pero sí muy común. En pocos lugares como en estas tiendas me he informado tan de primera mano del contenido de los últimos ataques del corazón rosa. De hecho, una imagen muy común es contemplar a una cajera embarazada, hablando delicias sobre su nuevo retoño mientras embolsa, que eso sí, para mí es el preferido en ese aspecto, algo vital para un patoso...en fin, como decía antes, que es vital recibir esa ayuda. Ese dato, junto a una buena selección de artículos propios, y el hecho de que esté al alcance de la mano, lo hacen aconsejable, aunque no es conveniente acudir a estos sin unos unos buenos auricularesescuchando, si es posible, lo más trallero de Metálica. Sus aparcamientos suelen ser insufribles por estrechos y difíciles.



Si "bajamos" a otros centros como Lidl o Aldi, la configuración es totalmente distinta en cuanto al trato de sus empleados, cajeros, cajeras, etc., No se puede afirmar que el trato sea incorrecto, pero no existen demasiados elementos de elegancia, cortesía o meros saludos. Saludan si saludas. Pero me encantan sus productos. Y sus precios.
Lidl es un Supermercado alemán y allí se ven por doquier, poseyendo una estética muy similar a ésta. De hecho, en Alemania suelen pasar por ser Super de precio medio-alto. Sin embargo, aquí sus productos ofrecen un precio estupendo, siendo su calidad también excelente. Siempre procuro ir a Lidl o Aldi, a pesar de que sé que no voy a encontrar excelentes instalaciones ni diseño alguno. Es lo que menos me importa.
Últimamente he frecuentado el hermano gemelo de Lidl, el Aldi, de origén danés. Por la sencilla razón de estar cerca de mi domicilio. Y me ha sorprendido gratamente. Presenta productos españoles de una calidad impresionante: anchoas del cantábrico, de Laredo o Santoña y aceitunas caseras de El Arahal, sin aludir a excelentes tortillas de La Rioja o espárragos de Cortes - Navarra -. Su configuración es muy parecida al Lidl y el trato también muy similar.
Por tanto, amigos y amigas, mucho donde elegir, en función de nuestros intereses, bolsillo, cercanía.... Todos los nombrados y muchos otros que aquí no se nombran.Y cada uno con una puesta en escena diferenciada.
¿ Cuál es vuestro preferido ?

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...