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14 mayo 2021

ESCRIBIR ¿PARA QUÉ?

¿Por qué escribimos los que escribimos?  ¿Pretendemos hacernos famosos? ¿Vivir de la literatura? ¿O, sencillamente, escribir es nuestra rendida vocación?

Nada de eso. O, al menos, nada de eso encaja en mi concepción de escribir.

No hace mucho, me planteé no seguir escribiendo, pero al poco caí en la cuenta que lo que no quería, por ahora, era seguir publicando, en un mundo en el que cada vez es más difícil vender libros, mucho menos si no son de un género demandado, que no son muchos: histórica, thriller, romántica y poco más, y todo eso si hablamos de géneros literarios, porque no haré referencia a otro tipo de seudoliteratura, de libros que se venden como churros porque lo firma un alguien determinado con mucha hondura mediática, pero carente de talento literario. 

Sin embargo, no me refiero a nada de eso. Me refiero a gente normal que escribe y que lo hace, casi siempre, de manera independiente, como es mi propio caso. Y que, además, no frecuenta ninguno de esos estilos, sino otros que salen de mi propia concepción de la literatura, historias o libros que me gusta escribir porque sí, sin ataduras ni directrices del mercado. A eso me refiero.

Y por eso decía que confundí no escribir más con no publicar por ahora; y mucho menos me interesa vagabundear por las redes sociales para que compren mis libros, ni decir cosas que puedan parecer interesantes para captar lectores. Nada de eso. Yo no sé hacer eso, pero tampoco quiero. Mis lectores son los que son y serán los que serán, nada más. Y a estas alturas, ya sé quién no me va apoyar jamás, por muy cercano que esté a mí. Lo realmente emocionante es que un buen día entres en Amazon y compruebes que alguno de tus libros ha sido descargado o leído (que no es lo mismo), en algún lugar del territorio donde opera Amazon Estados Unidos, Amazon México o Amazon Alemania, o cualquier otro lugar. Eso sí que es emocionante. Y lo es porque sabes que quien está comprando tu libro es alguien que no sabía segundos antes que tú existías (y sigue sin saberlo) y tan solo le interesó la temática o el argumento del libro, que es lo que realmente debe de existir para el lector. Eso es muy emocionante, pero tampoco tiene nada que ver con escribir en un sentido puro.

Siempre he concebido la literatura como algo muy relacionado con el libre albedrío y la libertad de elegir. Cuando comienzo a leer una novela, al margen de los autores que tengo como referencia, jamás veo la biografía del autor, previamente. La leo sin más, porque no busco que ese autor me impresione ni saber qué ha hecho o está haciendo con y en su vida. Simplemente busco que su novela, su libro me diga algo, me llene, y que esa lectura me haga descubrir buena literatura y si es novedosa, mucho mejor.

Y por eso, tras reflexionar un buen rato sobre ello, decidí que iba a seguir escribiendo porque estaba confundiendo los conceptos. 

Escribir siempre. 

Como algo que nace del interior, a pesar de que no soy el tipo que piensa que me moriría sin escribir, como muchos dicen, nada de eso; ni que escribir sea para mí el aire que respiro; el aire es aire, que es una sustancia invisible y vital que necesitamos para vivir, y escribir es otra cosa: algo que nos gusta y nos reconforta, pero nada más.

INVENTANDO HISTORIAS

Me he inventado muchas historias a lo largo de mis años como escritor. Historias cortas e historias largas, y es eso lo que siempre me ha gustado hacer: inventarme historias, esa es la esencia de escribir. 

Y como no me gusta demasiado el mercado editorial, me da una pereza enorme enviar manuscritos a no sé quién para que los publique; no, no tengo paciencia para eso. Ni la suficiente energía (que nace de la paciencia). Y por eso me convertí en un autor independiente.

Esto que escribo no es mi credo, pero sí parte de él. O no, nunca se sabe. 

23 abril 2021

25 noviembre 2020

CUENTO NAVIDEÑO: UN ENCUENTRO MISTERIOSO (AMAZON, 2019)

 



Más de setecientas descargas ha obtenido este cuento navideño en Amazon (que lamentablemente no siempre está gratuito, eso depende de la plataforma) a lo largo de once meses, desde que se publicó a finales de noviembre del año pasado. España, por supuesto, es el país donde más se ha descargado; en segundo lugar, en México, con un buen número de descargas, así como en Estados Unidos. También se ha descargado en otros países como Italia, Canadá o Alemania y algún otro que no recuerdo. Su mes fuerte es diciembre, es lógico. La primera versión contaba con un final que no me satisfacía (y a otra gente que opinó, tampoco) y en la segunda, que es la actual, el final fue muy otro. A qué esperas para descargarlo. Antes, asegúrate de que está gratuito si no quieres pagar 0,99 € por un cuento, cosa que no te aconsejo. A quien le guste leer en papel más que en digital, anunciaros que está incluido en mi próximo libro de relatos Pérdida y olvido, que será publicado en los primeros diez días de diciembre.

10 julio 2018

EL TEMPLO ROMÁNICO (MICRORRELATO)


EL TEMPLO ROMÁNICO

Fue extraordinario que en la pequeña aldea, que constaba de ocho o diez casas y una tienda -que era al mismo tiempo bar y bazar-, le dieran la llave de aquel ajado templo del principios del siglo VI ¿Es que no temían que cualquier desequilibrado con un mero cortauñas acabara con aquellos frescos románicos bien conservados adosados a las cuatro paredes? Se ve que no, que en la aldea era todo bondad. Tenían sus datos, su documento de identidad, pero aun así el riesgo existía. Pensaba en ello cuando abría la enorme puerta del espacioso templo perdido en el monte y en el que la tradición situaba el enterramiento de  Pelayo, Rey de Asturias e impulsor de la Reconquista cristiana. El templo, gloria y orgullo de la zona, estaba desprovisto de mobiliario alguno y parecía sostenerse tan sólo con los contrafuertes del ábside.
 Tras dedicar unos pocos minutos a vagabundear por el silencioso y oscuro recinto, desprovisto de claraboya y cristales por los que pudiera penetrar la luz ya mortecina de la tarde, consiguió obtener una respuesta a la pregunta sobre el riesgo de dar la llave a cualquier desconocido, admitiendo que lo difícil no era entrar en aquel sitio misterioso sino salir. Entonces comprendió de golpe que aquellos tranquilos habitantes de la aldea no eran todo bondad, como pensó. Pero lo pensó demasiado tarde.

13 mayo 2018

AUTOR: SALVADOR FREIXEDO (ORENSE, 1923)

Imagen relacionadaEn esta inmersión que, de vez en cuando, hago en la obra de escritores singulares y, por tanto, desconocidos para el gran público hoy le toca el turno a Salvador Freixedo, un gallego universal de Orense que cuenta con ¡95 años! y aún sigue escribiendo, defendiendo y desvelando asuntos que, mucho me temo, no son del gusto de opinadores políticamente correctos, por lo que, de ahí, su lugar remoto antimediático. 
Curiosamente no descubrí a Salvador Freixedo leyendo ninguno de sus libros, sino a través de YouTube, que es algo muy común hoy día, dado el nivel más que mediocre de las televisiones actuales y el poco o nulo eco por parte del stablisment oficial literario a este tipo de autores. De hecho, lo descubrí en un programa de televisión de finales de los gloriosos ochenta presentado por el controvertido y peculiar Fernando Sánchez Dragó y que se llamaba El mundo por montera, un programa de libros de los varios que ha presentado el escritor español en diversas cadenas y al que le debemos mucho en ese aspecto. Lo que le escuché a Salvador Fleixedo me hizo 'buscarlo' en el universal canal de vídeos y, gracias a ello, lo puede ver en diversas charlas, conferencias, simposium, programas de televisión de países hispanoamericanos, programas de radio y un largo etcétera. Es tan profusa la biografía creadora y tan proteica la actividad de este gallego exjesuita que cuesta seguirle el rastro. Uno de los aspectos por los que este escritor no es conocido por el gran público -pero sí por el especializado- es por su faceta vinculada a la investigación "ovnilógica', como gusta llamar a él. Sin embargo, su interés no está en la aparición o avistamientos de naves y seres presumiblemente venidos de otros mundos o dimensiones, aspectos en los que admite fraudes,  sino en la repercusión exopolítica, es decir, en el asunto conspiratorio que nos ocultan gobiernos y ejércitos de las potencias más importantes del mundo. Solo he leído, hasta ahora, textos parciales de este escritor, pero es conocida su capacidad de derribar mitos y cuestiones en apariencia indiscutibles, comenzando por la propia iglesia, la católica, que lo acogió en su seno durante muchos años y a la que renunció -o fue expulsado, no se sabe muy bien- por considerar que se apartaba de su fin principal. Al pertenecer a los jesuitas, la orden más culta y leída, el acervo intelectual forjado en las más prestigiosas universidades del planeta de este autor es enorme, así como su agilidad mental, bastante atípica en una persona que va camino de los cien años. Es tanta que no es fácil seguir sus charlas por el volumen de datos que intercala e ideas que pugnan en su mente por salir.
No obstante, Salvador Fleixedo no siempre se dedicó al asunto conspiratorio relacionado con los OVNIS, nada de eso. En 1957 escribió un libro titulado 40 casos de injusticia social, que fue publicado en la Cuba prerrevolucionario y que le sirvió para ser expulsado del país, en aquel momento gobernado de forma tiránica por Fulgencio Batista. Pero lejos de amedrentarse, siguió con sus publicaciones polémicas, hasta que llegó el momento en el que decidió escribir un libro titulado Mi iglesia duerme, que fue el que provocó su expulsión de la Orden de los Jesuitas en 1968. Ese libro, por supuesto, fue prohibido en la España de Franco y obtuvo muchas controversias en varios países hispanoamericanos. Por tanto, libre de ataduras religiosas, se dedicó a lo que realmente quería, que no era otra cosa que desenmascarar mentiras y engaños de los gobiernos, sobre todo vinculados al tema OVNI, asunto sobre el que demuestra haber investigado sin descanso y gracias a esto, por lo que ha vivido, le ha sido revelado e investigado, se permite el lujo de afirmar que desde los años cuarenta hay varias razas malignas de extraterrestres trabajando con determinados ejércitos potentes, sobre todo con el de Estados Unidos y que esas razas malignas -porque también las hay buenas, opinión que comparte con otros investigadores como Sixto Paz o J.J. Benitez, aunque éstas no establecen acuerdos con los gobiernos ni ejércitos- lo único que buscan es socavar y manipular al humano, al considerar que la Tierra es una granja para ellos. Suele afirmar que si no abrimos los ojos lo conseguirán y que son muchas y malvadas  las políticas de gobiernos y corporaciones para entretenernos con tonterías mientras se apoderan de nuestras vidas. Visto lo visto, no va muy mal encaminado, en mi opinión. 
Estos son los libros que ha publicado hasta ahora (datos de Wikipedia): 




  • 40 casos de injusticia social (1957)
  • Mi iglesia duerme (1968)
  •  Amor, Sexo, Noviazgo, Matrimonio, Hijos: Cinco Realidades en Evolución (1970)
  • Extraterrestres y creencias religiosas (Extraterrestres y religión) (1971)
  • El diabólico inconsciente (Parapsicología y religión) (1973)
  • Visionarios, místicos y contactos extraterrestres (La religión entre la parapsicología y los OVNIS) (1977)
  • Israel, pueblo contacto (1978)
  • 60 casos de OVNIS
  • ¿Por qué agoniza el Cristianismo? (1983)
  • Diccionario sulfúrico
  • Curanderismo y Curaciones por la Fe (1983)
  • ¡Defendámonos de los dioses! (1984)
  • Las apariciones de El Escorial (Las Apariciones Marianas) (1985)
  • Religión, política y microcefália
  • El Cristianismo: un mito más (1986)
  • Los curanderos (1987)
  • La granja humana (Ellos, los dueños invisibles de este planeta) (1988)
  • La amenaza extraterrestre (1989)
  • Interpelación a Jesús de Nazaret (1989)
  • Apariciones religiosas : mito o realidad? ; una explicación a fenómenos como el de Villa Alemana (1989)
  • Los contactados (1991)
  • Los hijos de la Nueva Era (1992)
  • Los OVNIS, ¿una amenaza para la humanidad? (1992)
  • Biografía del fenómeno OVNI (1992)
  • ¿Qué son los OVNIS? (1993)
  • Fenómeno OVNI: Evidencias (1993)
  • En los límites del universo (1994)
  • OVNIS y dioses depredadores (1995)
  • Las religiones que nos separan (1995)
  • Videntes, visionarios y vividores (1998)
  • Un gallego llamado Cristóbal Colón, redescubridor de América (2002)4
  • La Expaña de Z (2010)
  • Teovnilogía (2012)
  • Iglesia, ¡despierta! (2015)
  

31 marzo 2018

LOS NUEVOS SUPERVENTAS LITERARIOS

   En ocasiones, si me coge de paso, acudo a un conocido centro comercial a ojear libros, sección que ha ascendido desde la primera la cuarta planta, tal vez, porque en la primera ocupaban un espacio importante y, total, para lo que se venden; o, quizá, porque de esa manera el cliente potencial rastrea todas las plantas y acaba comprando cosas innecesarias. Cuando se trata de genios del marketing nunca se sabe, pero yo me inclino por la primera solución. En fin, fuere lo que fuere, el lugar donde están ubicados los libros en este centro comercial no es el asunto al que me quiero referir en esta nueva entrada, sino a la lista de los más vendidos en la modalidad ficción que, reconozco, también suelo mirar de vez en cuando. Y, en esta ocasión, miré e hice la fotografía del listado que, apreciados amigos y lectores, podéis ver aquí debajo.

No hay texto alternativo automático disponible.
Ya casi nunca me sorprende el susodicho listado. No, desde que entraron en él libros que no sería muy exacto adscribirlos a la literatura pura, tal y como algunos la concebimos, si bien, sobre gustos literarios cada cual es muy dueño de tener sus preferencias, por supuesto. Sin embargo, en esta ocasión sí me sorprendí. No estoy diciendo que mi sorpresa sea sinónimo de indignación, contrariedad, disgusto o nada por el estilo, nada de eso, sobre todo porque siempre he considerado que estar en la lista de los más vendidos tiene su mérito y su trabajo, ya sea literario, de prestigio o, exclusivamente de marketing.

Como decía, útimamente, estas listas han estado ocupadas por libros que derivan de otros géneros o subgéneros, tales como histórica comercial (muy distinta a la narrativa histórica más seria), romántica, literatura para jóvenes adultos y cosas por el estilo. Por tanto, los títulos de literatos consagrados y que escriben género literario más puro, sobre todo novela a secas, ya costaba verlos en estas listas y si lo estaban, apenas lo hacían unas cuantas semanas. La sorpresa en esta ocasión ha sido ver la irrupción con fuerza de nuevos literatos que derivan de Internet, en concreto de las plataformas de autopublicación, sobre todo de la de Amazon, en la que yo suelo publicar también pero sin el éxito de éstos (espero tenerlo algún día cuando publique novela romántica o negra). En la susodicha lista hay un autor, Javier Castillo, que ocupa la primera y la tercera posición con dos novelas de similar título y, según he leído, de similar temática. Mucho se comenta sobre el éxito de este joven malagueño, ajeno por completo al mundo literario, si es que éste aún existe, y hay opiniones para todos los gustos, pero lo que sí parece unánime es que su éxito se ha basado en un canal de YouTube y en las redes sociales. No sé cómo escribe y nada diré hasta que lo lea, si es que lo leo algún día, pero en Amazon cuenta con cientos de opiniones y yo siempre me suelo fijar en las más bajas. Sé que todos los libros con muchas opiniones siempre tienen malas, eso es una fatalidad a la que no escapa nadie pero, en este caso, me ha sorprendido sobremanera la enorme cantidad de opiniones contrarias a la calidad de las novelas de este escritor, muchas de las cuales, he de decir, porque me gusta la buena educación y las formas, me parecen venenosamente desproporcionadas, porque también aquí juega la envidia, que no olvidemos es el deporte nacional de este país, no el fútbol. El caso es que gracias a que ha vendido miles de eBooks, una editorial atenta -quizá una de las que le rechazó sus novelas cuando no lo conocía nadie- ha decidido ficharle y está vendiendo por miles. Dicho esto, tampoco era eso de lo que quería hablar o no al menos en exclusiva, sino de la desaparición en estas listas de gente importante y consagrada de nuestras letras o de las foráneas. En la lista que vi y fotografié, además del ya perenne, Fernando Aramburu con su exitosa novela Patria, solo se asoma y casí tímidamente el bueno de Juan José Millás, consagrado literato que aún cuenta con su público,  a pesar de que sus obras últimas ya no tienen la calidad de las primeras, en mi opinión, pero ni atisbo de lo último de mi admirado e imprescindible Antonio Muñoz Molina, Un andar solitario entre la gente u obras recientemente publicadas de gente como Paul Auster, 4,3,2,1 que ha desaparecido pronto, por no hablar de la última novela de Javier Marías, Berta Isla o la aún reciente de Almudena Grandes, Los pacientes del Doctor García, por poner tan solo ejemplos célebres de escritores que siempre han estado ahí. Luego, ¿qué está ocurriendo? En mi opinión, lo que está ocurriendo es que sí, que se lee aún bastante en este país, a pesar de que las estadísticas digan lo contrario, pero que hay una desviación en cuanto a gustos literarios, influenciada sobre todo por la irrupción de Internet, las RRSS y las plataformas de autopublicación en la que cualquier autor con habilidad, si no para escribir, sí para moverse bien por este mundo cibernético puede triunfar. Y si escribe bien, hablaríamos de un triunfo doble. 

20 noviembre 2017

NADA HAY ESCRITO SOBRE GUSTOS LITERARIOS

El día que el océano te mire a los ojos  Hace unos días acudí al FNAC del Centro Comercial Nevada de Granada, y a pesar de que no había apenas clientes porque era un día de semana y el personal se encontraba en plena jornada laboral o, tal vez, aguardando en casa la siguiente jornada, en un extremo de la tienda una escritora joven firmaba los gruesos ejemplares de su obra a un buen número de adolescentes, que hacían cola, no demasiada, pero sí destacable dado el día y lo poco que se lee en España, pensé. Me interesé por saber el nombre de la autora, pero me era tan desconocida como lo somos la mayoría de los escribimos. Publicaba en una editorial grande y consagrada y, por lo visto, gozaba de notable éxito de ventas.     
    No me preguntéis por su estilo literario, pero estaba englobado en algo relacionado con joven adulto, que no sé bien si es romanticismo mezclado con algo de erotismo, supongo, o quizás no sea eso, sino historias comunes que por lo que sea encandilan al joven lector. El caso es que este tipo de autores son los que más venden hoy día y tienen una legión de seguidores, muchos de ellos fraguados en las redes sociales, principalmente Youtube. Nada que objetar. La gente que se gasta sus cuartos en un libro tiene sus razones. Y no seré yo quien elabore discursos seudointelectuales sobre las tendencias de lectura de la gente. La realidad es la que es e -insisto- no seré yo quien discrepe o la intente cambiar. Principalmente, porque se trata de libros, que si bien no pertenecen a la órbita que prefiero, libros son; y en segundo porque no creo que sea necesario ni positivo envidiar las ventas de otros autores, tan solo porque la mayoría no lleguemos a ellas. Porque -me dije, mientras observaba aquella cola-, algo latentoso tendrá quien escribe una novela gorda y consigue venderla, a pesar de que el precio no baje de 20 €. Sobre todo, si tenemos en cuenta que a la vista de lo que presencie quien la compra no es gente con poder adquisitivo propio, sino adquirido en la mayoría de los casos. Es decir, gente joven que con 'la paga' o como se denomine eso que dan los padres a los hijos semanalmente, se apañan para salir un finde y poder hacerse con el libro de su autora o autor favorito, dando prioridad a un libro en vez de otra cosa más nefanda. Porque -seguí reflexionando-, ¿quién posee la verdad absoluto de las cosas y de la literatura en este mundo tan complejo y a la vez heterogéneo? ¿Quién tiene aquí la potestad de elegir los gustos de literarios de los demás? 
    He leído por ahí críticas puristas a este tipo de literatura. Críticas que derivan casi siempre de la ortodoxia literaria y me ha parecido percibir algo de envidia sobre esas buenas ventas, a las que no llegan muchos autores de los llamados consagrados, que son casi siempre los que hacen las críticas. He de decir que no me interesa ese tipo de literatura, la cual, obviamente, tiene una edad y un público, pero que a mí no me interese no significa que deba despreciar ni el trabajo de estos autores -autoras, la mayoría- ni la preferencia lectora de tanta gente. Es más, ojalá muchos pudiéramos poder firmar nuestros libros ante una cola de lectores un día de semana en una casi vacía y desangelada tienda-librería de un centro comercial.              

25 octubre 2017

LIBRO: NOVELA DE AJEDREZ (1941). AUTOR: STEFAN ZWEIG.

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     Stefan Zweig (Viena, 28 de noviembre de 1981- Petrópolis -Brasil-, 22 de febrero de 1942) fue un escritor e intelectual judío nacido en Austria. En la Austria que ocuparon las tropas nazis de Hitler. Por tanto, ni que decir tiene que hubo de salir por piernas, dado que ya es conocido que los regímenes dictatoriales procuran atenazar en primer término a intelectuales, escritores, artístas y otras personas de alma y expresión libre, las cuales -como es lógico- son las más críticas y contrarias al régimen opresor. Por tanto, nuestro buen escritor hubo de coger las maletas, por su doble condición de intelectual y judío. Por aquel entonces ya contaba con un enorme prestigio en Europa y el continente americano, que  fue donde acabó, curiosamente en Brasil, lugar en el que se suicidó, al parecer, al comprender que no había salida para Europa tras la invasión nazi, aunque sí la hubo, como todos sabemos. 

    Su obra es amplia, no ingente, pero sí amplia, dado que como buen intelectual no solo se dedicó a escribir sino también a arengar con conferencias e intervenciones públicas. Una de sus novelas más famosas es la que vengo a glosar aquí "Novela de ajedrez", una novela corta de no más de cien páginas que escribió un año antes de fallecer, que he devorado en un par de tardes y que en consonancia con la crítica es merecedora de elogios por mi parte. Una técnica narrativa muy depurada y un asunto, con el ajedrez de fondo, que engarzar con dos mundos opuestos: el del un campeón mundial en la ficción llamado Mirko Czentovicz, negado para toda actividad intelectual que no sea el ajedrez, y el misterioso Señor B., un tipo curioso, perteneciente a una alta estirpe familiar austriaca perseguida por la GESTAPO y que arrastra una relación con el ajedrez neurótica harto curiosa. Relación que el buen escritor austriaco desarrolla muy pormenorizadamente en esta breve novela que responde a la máxima que la calidad literaria nada tiene que ver con la extensión. Por tanto, si estáis interesados en la literatura europea de la primera mitad del siglo XX, no debe faltar entre vuestras lecturas esta novela, que a mí a nivel personal me ha parecido muy interesante, además de ilustrativa sobre un periodo histórico concreto que hay que superar, pero no olvidar.  

20 noviembre 2014

CORRER EN OTOÑO (IDEAL, 20/11/2014)

El otoño. Esa estación tan especial. Los árboles desnudos, las hojas caídas, la luz melancólica...Unas zapatillas, algo de abrigo y tus piernas, tu corazón y tus pulmones..
Si no habéis tenido la ocasión de leer en la edición en papel de Ideal mi artículo de hoy, aquí lo reproduzco.

CORRER EN OTOÑO 


Si hay una estación en la que me guste correr, ésa es el otoño. Disfruto corriendo todo año -y ya lo hacía con regularidad mucho antes de que se pusiera tan de moda- pero en otoño correr es distinto.
            Es posible que sea la luz especial del cielo o el amarillo marchito de las hojas de los árboles, aunque estoy casi seguro que lo que realmente hace del otoño una época especial para correr -y para vivir- es la dulce melancolía de sus días. Todo ese lento despliegue de colores y olores que se pueden sentir a cada paso.
            Si recorres un camino, lo encuentras alfombrado de pobladas y apretadas hojas, hasta el punto de no dejar ver ni un palmo de tierra; y si atraviesas un pequeño puente y observas el manso fluir del riachuelo que hay debajo, escuchas el sordo rumor del agua y eso hace que te sientas integrado y desintegrado al mismo tiempo en esa naturaleza tan incipiente a primera vista.
            Es el mismo riachuelo que has visto en verano y en primavera, incluso en invierno, pero al mismo tiempo es otro. Y es entonces cuando te dejas llevar por tus pasos y te ilusiona pensar que a la vuelta volverás a presenciar de nuevo el espectáculo del rumor del agua bajo tus pies. En esas circunstancias tan excepcionales, ni encarar las cuestas se convierte en suplicio alguno.
            Y si te adentras en terreno de la Vega, en algún lugar entre los términos municipales de Pinos Puente y Fuente Vaqueros, que no ha sufrido los atroces atentados de la urbanización, el placer para la vista es inigualable cuando presencias en lontananza las desnudas alamedas bajo ese color otoñal tan peculiar. Transitas por caminos de tierra cubiertos de hojas secas y húmedas y el silencio es tan sólo interrumpido por el crepitar de las mismas al ser aplastadas por los pies. A todo este espectáculo para los sentidos se suele sumar el humilde y emocionante olor a leña quemada de los cortijos, tan propio de esta época. Pocas cosas son tan hermosas si lo que te gusta es correr o, tal vez, dar largas caminatas por ese entorno.
            En otras ocasiones, por lugares menos yermos,  lo que contemplas es lo que ya te sabes de memoria: el breve cerro, rocoso y pelado, que cambia de aspecto cuatro veces al año, dependiendo de la estación. Sin embargo, en otoño no sólo  cambia sino que sus tonos grisáceos lo convierten en otro distinto. Alojas la vista en él y te cuesta reconocerlo.
            Como cuesta reconocer la vereda del río que estás acostumbrado a ver todo el año. Ésta ahora es más íntima, y eso es porque en otoño todo es más transido y  efímero. Nada rebosa vida como sí lo hace en primavera, pero al mismo tiempo hay mucha vida en toda la naturaleza que vas contemplando; una vida casi decadente, a punto de extinguirse, pero que contiene esa vitalidad de la que carecen los cuerpos cuando van a marchitarse. Todo muy extraño. 
            Y si hay un momento aún más extraño, ése es el del ocaso. El negro manto de la noche no llega de golpe como en el invierno, porque en otoño en el horizonte las nubes dibujan un color anaranjado como si aún tuvieran nostalgia del verano. Y cuando cae la noche, en ocasiones, ésta es oscura y en otras la brillante luna le confiere una luz casi primaveral.

            Todas esas cosas tan dispares tan sólo es posible contemplarlas en otoño. Mientras corres.    

25 octubre 2014

TUITERATURA

Cuando existen iniciativas originales no todo está perdido. Y si esas iniciativas apuntan hacia la creatividad, al crear por crear; y asocian las redes sociales y la literatura;, cuando ocurre todo esto, decía, hemos de estar enhorabuena e, insisto, no todo está perdido en un mundo en el que cada vez se valora más el tener que el ser, lo efímero por lo perdurable, lo material por lo inmaterial. 
Y una de esas iniciativas es 'Tuiteratura', la sección que dirige Jesús Lens, dentro del programa de Jesús Vigorra, El Público de Canal Sur Radio. 
A mi me gustan estos retos, me gusta crear, probarme, jugar con las palabras, contar pequeñas historias y más si esas pequeñas historias, ocurrencias, frases, etc....vienen acotadas por el espacio como ocurre en Twitter. 
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Porque es a través de esta mediática red social cómo se participa. Cada semana la última palabra del tuit ganador de esa semana da pie al nuevo concurso, que ha de introducir obligatoriamente esa palabra. Divertido ¿no? Hay toda una semana para enviar tuits con esa palabra desde cualquier parte del mundo -porque ya sabemos que Twitter es universal-. Yo he participado en varias ocasiones y he llegado a la final en tres. Y esta semana me ha tocado ganar, con la palabra 'cuatrillizos'. 

Este ha sido el tuit ganador que envíe: 

'A pesar de que nacieron cuatrillizos, ella siempre insistió que aquella noche no fueron más que cuatro gatillazos'. 

Una microhistoria sencilla, pero curiosa...Satisfecho por haber ganado, pero sobre todo por haber participado.         

05 octubre 2014

MOMENTOS MÁGICOS

El pasado sábado a eso de las nueve de la noche competí en Granada, pero en realidad no lo hice. Es fácil de entender, pero también difícil, como bien saben testigos presenciales -Paco, Paquillo, Meli, María...- y como también saben testigos no presenciales -Luís Alberto-. 
El caso es que, como si hubiera sido teletransportado (tendré que dejar de ver películas de ciencia-ficción), me ubiqué corriendo en calles señeras de Granada para hacer un total de 5600 metros en un tiempo de 23 minutos y 47 segundos, a una media de 4'15'' el mil, datos que no me parecieron nada mal y que están mucho en consonancia con los mejores tiempos, a pesar de que este año -aunque se está remontando- no es ni de lejos mi mejor año deportivo.
Pero lo importante fue que ese yo teletransportado (¿o imaginado?) lo pasó muy bien gracias a varios factores: la ciudad nocturna, el buen tiempo, el deporte favorito..., pero sobre todo el disfrute de la buena compañía. Todo a pedir de boca. Una noche de esas extraordinarias, de las que entran pocas en un kilo, como se podría decir en lenguaje más coloquial y castizo. 
La noche antes, a una hora aproximada y a pocos kilómetros de allí, mis piernas reales se encontraban corriendo bajo el manto oscuro de la Vega granadina con frontal en la frente y eso también resultó mágico. Está claro que esto de correr por la noche se está convirtiendo en algo adictivo. Seguramente porque te reconcilia con el ser más ancestral que está agazapado en lo más hondo de todos nosotros; ese que, en algún momento, salió por primera vez de una caverna y se topó con el azulado reflejo de la luna en un río poco profundo y eso provocó su primera emoción inolvidable. 
Son momentos mágicos, decía. Esos momentos que otros aspectos menos interesantes de la vida nos impiden ver. Esos momentos que alguna gente jamás lleva a vivir; es más, que jamás llegan a imaginar que puedan existir. 
Momentos sencillos y que están ahí a nuestro alcance, pero que una venda oscura y sólida nos impide ver. Una venda que está fabricada por los más perniciosos enemigos que nos roban el tiempo, el alma, el espíritu y la felicidad y que nos hacen pensar que están ahí para adornarnos la vida, pero lo único que hacen es arrebatárnosla. Esos enemigos adquieren muchas formas y por eso es tan difícil de advertirlos. En ocasiones se visten de cosas materiales, ya sean grandes coches lujosos, grandes objetos carísimos, que en realidad sólo sirven para hacernos más desventurados y apartarnos de lo que realmente importa, y en otras ocasiones no son más que supuestos entretenimientos que salen de la caja tonta o de compañías nocivas que con el propósito -dicen- de entretenernos lo único que hacen es alienarnos y apartarnos de lo más vital e importante. 
Por eso, esos mágicos y sencillos momentos adquieren tanta importancia. 

04 junio 2014

CONCURSOS LITERARIOS

Advierto que esta entrada es de consumo propio, retroalimentada y específica, muy específica. Inicialmente de interés para quienes suelan frecuentar, conocer e interesarse por los certámenes literarios. O a lo mejor ni tan siquiera de interés para éstos. En todo caso, no la haré excesivamente larga porque me gustaría que todo el mundo la pudiera leer, propios y extraños. Al menos por aquello del interés general. A ver si consigo hacerla interesante.

Hay que decir que hay escritores consagrados que jamás se han presentado a ningún concurso literario. Y hay escritores totalmente desconocidos que suelen ganar muchos de estos certámenes. Leía el caso de un escritor totalmente desconocido para el gran público que llevaba ganados más de mil, creo. Por su parte -por ejemplo- Pérez-Reverte no suele frecuentarlos y todo el mundo sabe lo que vende. Arthur Conan Doyle, tampoco obtuvo nunca en vida ningún premio, a pesar de que su personaje Sherlock Holmes formaba ya parte del imaginario colectivo de Londres, Inglaterra y medio mundo.  Por tanto, no seré yo quien defina dónde está la calidad literaria. 
Los grandes certámenes, donde hay dinero y fama, están previstos para nombres conocidos y más que concursos son premios. Y, por tanto, suelen premiar una trayectoria o gente vinculada a la editorial que sustenta el certamen. Pero también es cierto que hay certámenes de mucha importancia que lo ganan gente hasta ese momento desconocida pero con mucho talento literario. Éstos certámenes suelen ser los más prestigiosos y auténticos y es importante que no se pierdan.   
Por su parte, los certámenes de ámbito más pequeño, generalmente local o regional, no están pensados para gente consagrada. Es posible que sea la rampa de lanzamiento, pero generalmente no. Por tanto, a este tipo de certámenes se presenta gente sin nombre, pero eso no significa que no posean talento literario. Hay de todo. Y también hay de todo en cuanto a la apreciación de los obras que se presentan. Más que nada porque esos jurados tampoco son profesionales. Por lo general, esos jurados están compuestos por gente interesada en la literatura y que como tales tienen sus gustos literarios concretos. De ahí que no siempre quien gana sea el que más talento literario aporta sino el que más gusta a esos lectores del jurado. O, incluso, es posible que gane quien más encaja en la forma de concebir la literatura que tienen los miembros de ese jurado (no profesional). Uno es lo que lee o ha leído durante toda su vida. 
Por lo general, este tipo de certámenes más de ámbito local y regional suelen ser de relato corto. Entre otras cosas porque no hay suficiente gente o tiempo para leer no sé cuántas novelas. El relato corto se lee más rápido y más rápidamente también se capta la esencia del texto. Hablo de relato corto libre, ya que los que se atreven a enviar un relato libre a un concurso con modalidad específica (terror o que la trama se tenga que desarrollar en el Valle de los Pedroches), no lo ganarán por bueno que sea el relato.

Pero hacer más gráfico todo esto, hablaré de mi corta experiencia personal que es la que más conozco. Por lo general, nunca me han interesado demasiado los concursos (será porque una vez formé parte de uno), pero comprendo que es una forma de extenderte públicamente. Y porque a quienes nos gusta escribir nos gusta publicar, aunque escribir -al menos para mí- sea lo más importante (pero, ojo, también publicar). Por tanto, midiéndolo mucho, desde hace algún tiempo, he optado a presentarme a alguno de relato corto -también lo hice en artículo periodístico, pero de éstos hay menos-.
Y no me puedo quejar. sabedor que es difícil ganarlos (por varios motivos que ahora no valoraré), me he sentido a gusto con un segundo premio o tercer premio o con formar parte de la publicación que se ha hecho para integrar a los finalistas. En ese sentido ha habido un porcentaje alto de acierto, pero en otros casos -hay  que decirlo- la respuesta ha sido el silencio. Nada que objetar. Se trata de un juego en el que se gana o se pierde, y si cuando un relato mío ha sido seleccionado o ha ganado algún premio he considerado que no es para tanto, tan sólo que ha gustado a un puñado de personas del jurado no profesional, también he pensado de similar forma cuando ha ocurrido al contrario. 
Sin embargo, dicho esto he de decir que también me he equivocado en alguna ocasión enviando algo a un concurso -cosa, ya digo, que no hago con mucha frecuencia, sólo cuando me apetece o tengo algo que enviar-. Y esa equivocación me ha pasado hace poco. No diré nombres ni lugares.
Envíe un relato de corte histórico muy vinculado a la localidad -que conozco bien- que convocaba el concurso y quedé satisfecho. Pero no reparé o no recordé que el jurado -que sé como funciona en ese caso concreto-, no iba a tener en cuenta la singularidad -no digo la calidad, que en eso no entro y es siempre subjetivo-, ya que se trata de un jurado al que le cuesta salir de un tipo de literatura en concreto, esa que utiliza muchas metáforas y tiene una impronta de prosa poética (el fervor de su mirada se encendió como si se tratará de un fuego fatuo, por ejemplo), de hecho todos los años suele ganar un relato de este tipo. Mucho 'poeta' en ese jurado, cosa que ya sabía. 
Así que nada más enviarlo me arrepentí, pero ya estaba hecho. Abrigué la posibilidad de que el jurado hubiera cambiado, pero no, no lo había hecho. No lo ha hecho en muchos años. Por tanto, todo el trabajo de documentación para el relato de siete páginas de nada sirvió. Todo esfuerzo por dejar entrever en el mismo una época importante por un hecho casual que aconteció en la localidad de nada sirvió. Y sí, eso sí me fastidio. No tanto que el  relato no hubiera sido seleccionado -lo cual siempre admito porque son las reglas del juego-, sino que no se hubiera sabido ver su singularidad. Allá ellos. No volverá a pasar. 
En todo caso, ya digo, lo importante es escribir. Lo demás es siempre añadido y secundario.                 

21 marzo 2013

RELATO: CUANDO LAS PALABRAS SON HUECAS




Escribía hace unos días una entrada que denominé 'Una mujer guay'. Era el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y yo me encontraba en un bar tomándome una 'milnoh' (que es como le decimos en Granada a la muy sabrosa Alhambra 1925 Reserva). En fin, que prometí continuar con lo observado en aquel bar y surgió un relato, que como sabéis, siempre juega con la realidad y la ficción, intercambiando ambas. 

CUANDO LAS PALABRAS SON HUECAS

Era viernes, ocho de marzo, y yo me encontraba tomando una 'milnoh' en una bar del centro mientras leía Ideal. Al fondo del amplio local la televisión, de forma atronadora, como queriendo llamar la atención de los clientes, no cesaba de dar noticias sobre los papeles de Bárcenas y  el caso Nóos, en fin, toda esa cantinela informativa con la que nos afean el día  y de la que quieren que coparticipemos todos para ver si es posible que tengamos de una vez por todas conciencia de pueblo unido contra la corrupción política.
               En algún momento de las noticias salió hablando una tipa de un partido político -no importa cuál a estas alturas- informalmente vestida, pero muy bien vestida, bien maquillada y luciendo su nutrida melena que se agitaba con disimulado desorden cada vez que giraba ufana su cabeza para atender a las formales preguntas de los periodistas. Se trataba de una declaración oficial de esas que los partidos acostumbran a dar cuando se celebra algo que consideran importante. Se le veía cómoda y hablaba con mucho aplomo porque era el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y ella estaba hablando de la mujer trabajadora y sus derechos. Cómodamente sentada y sintiéndose importante, con gesto adusto y solemne se refería a las conquistas sociales conseguidas en torno a la mujer trabajadora y que tan sólo su partido había conseguido hacer efectivas en este país, mientras que determinados partidos -decía- lo único que han hecho es poner obstáculos a los derechos de la mujer trabajadora. Yo ya estaba comenzando a cansarme porque la escuchaba más a ella que a mí propio pensamiento interior, que intentaba ordenar la información que leía en el periódico.
               Por un momento estuve a punto de decirle a la chica joven que atendía la barra y las mesas ella sólita que bajara el volumen, pero observando el agobio que tenía ésta, atendiendo a los clientes de la barra, a los de las mesas, preparando tapas en una plancha, poniendo el lavaplatos, cobrando, y un largo etcétera, me pareció violento e inmoral interrumpirla. Además, era  el día de la Mujer Trabajadora, su día. Por tanto, lejos de decirle que bajara el volumen, alcé mi mirada del periódico y me puse a observar cómo aquella chica se multiplicaba haciendo todas esas cosas al mismo tiempo y pensé que probablemente no cobrara más de 500 € al mes, si es que los cobraba, tras muchas horas de trabajo. También pude advertir que de cuando en cuando, en los pocos segundos de asueto que conseguía arañar de su endiablada tarea,  miraba de soslayo a la tele con gesto de hastío o de indignación, que eso no lo pude advertir con claridad. Posteriormente dirigí de nuevo mi mirada a la política que aún seguía hablando en la televisión cada vez con mayor seguridad,  verborrea y solemnidad sobre la mujer trabajadora y sus derechos. Cuando acabara su intervención le esperaría su coche oficial y, seguramente, se iría a celebrar con sus compas de partido lo bien que había hablado. Por su parte -pensé- a la chica del bar, con un poco de suerte, tal vez, estando ya la noche cerrada, vendría a buscarla su novio en una desvencijada moto y, probablemente, pocas fuerzas le iban a quedar para celebrar nada, entre otras cosas, porque nada había que celebrar.
               Y entonces es cuando estuve a punto de arrojar el platillo de la tapa a la pantalla del televisor, pero no lo hice porque con toda seguridad ese daño se lo hubieran imputado a la camarera y tan sólo le hubiera faltado eso para completar el día, su día.  


ACTUALIZACIÓN: ARTÍCULO -RELATO PUBLICADO EN IDEAL EL DÍA 26/3/2013

13 marzo 2013

NUMANCIA, CIUDAD DE LOS ARÉVACOS

Este fin de semana acabé de leer 'Numancia', la extensa novela histórica del zaragozano José Luis Corral; había leído bastante sobre esta ciudad celtíbera y su lugar en la historia de la antigua Hispania, e incluso visité el lugar, pero gracias a la documentada novela de este buen autor he conseguido entender el mito de Numancia y lugar en la historia como símbolo de resistencia en pos de la preservación del orgullo y la libertad. 
Nos situamos en el año 133 a.C, cuando la pequeña y brava ciudad de los arévacos, fortificada en lo alto de un cerro y rodeada por tajos y cauces de ríos -entre ellos el Duero-, sucumbe a la perfecta máquina militar de 65.000 hombres capitaneados por Publio Cornelio Escipión, el único general  capaz de llevar a cabo la misión encomendada por el Senado romano. Pero no fue nada fácil, porque la primera potencia política y militar del mundo conocido comenzó a hostigar a la orgullosa ciudad veinte años antes, en el año 153 a.C, sucumbiendo siempre ante los aguerridos guerreros celtíberos, que es el nombre que utilizaba Roma para denominar a gran parte de las tribus hispanas que habitaban en nuestra piel de toro; obviamente, hacían una enorme simplificación, toda vez que la antigua Iberia estaba habitada por distintas etnias, todas ellas distintas entre sí, pero a la vez con el denominador común de proceder de territorios indoeuropeos.
Arévacos, turdetanos, carpetanos, belos, titos, vacceos, vascones, astures, lusitanos y un largo etcétera vivían y morían como podían en la piel de toro, hasta que dejaron de perder su entidad cuando la maquinaria usurpadora e invasora romana decidió que había que civilizar a toda esas mesnadas bárbaras. Y así fue. 
Quienes primeramente sucumbieron -¡qué casualidad!- fueron los turdetanos, pueblo que habitaba en un territorio que coincide en buena parte con lo que es hoy el territorio andaluz; posteriormente sucumbieron con cierta facilidad los carpetanos, territorio coincidente en gran parte con lo que hoy  día es Castilla- La Mancha. Pero encontraron muchos obstáculos y beligerancia los romanos en territorio arévaco y vacceo. Por contra, no sucumbieron astures o vascones, que contaban con una orografía privilegiada y que se convertía en su mejor escudo. 
Lógicamente, todas estas secuencias históricas hubieron de dejar una impronta importante a la configuración de lo que pocos años más tarde fue la Hispania Romana. 

Pero volviendo a Numancia y al libro de José Luis Corral. Decía, que su lectura me ha ayudado a conocer, gracias al manejo fiel de las fuentes del escritor, ese proceso histórico que transcurre entre los 153 a 133 a.C. Por lo general, la simplificación histórica nos ha acostumbrado a pensar que ese cerco de veinte años fue algo permanente y que las luchas fueron ininterrumpidas, pero nada más lejos de la verdad, ya que en ese largo periodo de tiempo, Roma atraviesa muchas vicisitudes dentro del régimen de la República. Se suceden cónsules -algunos de ellos de la plebe- y se suceden generales; surgen periodos de crisis políticas y económicas, que influyen mucho en la impronta invasora de esa maquinaria militar que era Roma. Lógicamente, antes como ahora, hacía falta un ejército bien entrenado y por tanto bien pagado, pero no siempre era posible mantenerlo. Por su parte, Numancia, no contaba con ejército profesional alguno y la unión entre pueblos de la celtibería era prácticamente inexistente; es más, muchos de ellos jamás habían tenido ningún tipo de contacto. Pero ocurre que en Numancia conocían el terreno como nadie y gracias a ello conseguían derrotar una y otra vez a la omnipotente Roma a través de las emboscadas y los ataques por sorpresa, porque sabían que ninguna posibilidad tenían en campo abierto ante un ejercito profesional, mucho más numeroso y mejor equipado. 


He de reconocer que desde siempre me ha parecido interesante el mito de Numancia, tanto o más que el mismo mito de la Hispania prerromana. Sin embargo, en Numancia se resume todo aquello que hay de desconocido y oscuro de ese momento histórico, del cual no hay excesivas fuentes (las pocas que hay son romanas: Estrabon y Tito Livio, principalmente)  y ha tenido que ser la arqueología la que poco a poco nos esté ofreciendo luces sobre la configuración de todos estos pueblos. 
Se de la particularidad, además, que gran parte de estas ciudades ibéricas desaparecieron y pocas de las actuales están construidas sobre el solar de aquellas. El ejemplo más claro está en la misma Numancia que pese a que se creyó durante un tiempo que sus ruinas se escondían en la actual Soria -e incluso Zamora-,  el arqueólogo e ingeniero español Eduardo Saavedra, consiguió situar su ubicación exacta, que se encuentra a nueve kilómetros de esta ciudad castellana, en Garray, siendo el conocido arqueólogo alemán Schulten quien supo situar con mucha precisión los distintos campamentos romanos que cercaron la ciudad, así como las empalizadas, fosos y demás construcciones militares que contribuyeron decisivamente a la victoria final de los romanos. 

Y hoy día, cuando han transcurrido más de dos milenios, uno intenta imaginarse el coraje, ardor y orgullo del pueblo numantino y no puede más que admirarse e, incluso, sentir tristeza ante ese verdadero elixir de libertad que mostraron, prefiriendo morir de hambre y frío o, sencillamente, acabar con sus propias vidas, antes de sucumbir ante quienes consideraban unos intrusos que nada le iban a aportar por muchas civilización, leyes y modernidad que pudieran aportarle. Esa es la grandeza de este pueblo y la que verdaderamente me subyuga. En sus meses finales, sabían que estaban sólos, que todos las ciudades próximas habían sucumbida a Roma, pero pese a todo, siguieron luchando hasta el final, conscientes de que la muerte era la mejor recompensa que les podía esperar. Lucharon como 'numantinos'.  
Y todo eso lo narra Corral de manera admirable.       

13 febrero 2013

LIBRO: 'ABSOLUCIÓN', DE LUIS LANDERO

Los libros de Landero siempre me dejan poso. Es una literatura que destripa con bisturí preciso muchos elementos de este arte. E igual que se dedica con profusión a analizar el alma humana, de pronto surge un elemento cotidiano de por medio (el grupo Pascual, por ejemplo) y te deja perplejo al mismo tiempo que admirado. Y es que pocos autores como Landero saben ir de lo etéreo a lo material en tan poco margen de espacio. 
'Absolución' no me parece lo mejor de Landero (me sigo quedando con 'Juegos de la edad tardía', difícil de superar), pero si de las mejores y, quizá, la más peculiar. Una obra no larga, pero con una intensidad extenuante. Esas trescientas dieciocho páginas son extremadamente intensas y cada palabra, cada frase, están escritas con manos de experto cirujano. No es una novela que se pueda o se deba leer en un par de tardes.
Quizá por eso me gusta la literatura de Luis Landero, un autor consagrado en nuestras letras hispanas que se toma su tiempo entre novela y novela; y hace bien, porque su proceso de creación debe ser extenuante y exigente. 
En Landero nos podemos identificar todo el que tenga algo que preguntarse, porque no existen en sus libros personajes épicos ni irreales, sino personas que desde su normalidad buscan siempre tres pies al gato. No buscan gloria ni dinero, sino una solución definitiva a sus complejas almas. 
En 'Absolución', Lino, su protagonista, inicia una huida que no sabe si es física o interior; que no sabe si es para atrás o para adelante, pero está claro que esa huida es necesaria porque como le decía el Sr. Levin, pertenece a ese género de personas que necesitan escapar, como sea y de donde sea, aunque la contraposición a esa reflexión la tenemos en Pascal que entendió que toda desdicha radica en no saber quedarse en un mismo lugar.
¿Interesantes teorías, no?   

07 enero 2013

LIBROS: CASO CERRADO, DE CÉSAR GIRÓN

En estos días navideños pasados, donde el tiempo se dilata, he acabado varias lecturas iniciadas en el mes anterior. Una de ellas ha sido "Caso Cerrado", la novela del granadino César Girón, último premio Internacional de Novela Negra 'Ciudad de Carmona', y a cuya presentación acudí a mediados de octubre. Avalada como estaba por Jesús Lens, miembro del jurado que otorgó el premio, le hinqué el diente casi en cuanto me hice de ella; y ciertamente, estamos ante una enorme novela de género negro, una 'Granada de Trhiller', como bien escribió César en mi ejemplar cuando le pedí la dedicatoria del libro. 
Una novela de estructura compleja y muy imaginativa. Partiendo de un suceso real acaecido en la Granada franquísta de 1969, un homicidio -es probable que asesinato- perpetrado en las proximidades de Río Darro -lugar en el que apareció el cadáver-, en las faldas de la Alhambra y muy cerca del Paseo de los Tristes, ha servido como argumento para que el escritor granadino desarrolle una novela de 400 páginas, muy copiosa en datos jurídicos -se observa bien la profesión del autor- y lugares imprescindibles de la geografía de la ciudad de Granada, campo en el que el autor es experto y autor de varios libros sobre calles, monumentos, lugares históricos y la propia historia de esta ciudad milenaria. 
El ejercicio llevado a cabo por César Girón conlleva un esfuerzo literario titánico, tanto por el buen número de personajes como por los minuciosos datos y estructura milimétrica que la novela soporta. Además, como buena novela negra, nada es lo que parece y cada página es una nueva oportunidad para sorprenderse de los vericuetos y la complejidad que esconde el alma humana. 
Seres dispares que pululan por la ciudad de la Alhambra henchidos de secretos y pasiones. Y de fondo una Granada imbuida en pleno franquísmo, en el que la justicia no aflora de forma automática y donde la ley, la moral y esa misma justicia casi nunca van van de la mano. 
Pero como también ocurre en toda buena novela negra, existen seres idealistas, personas inasequibles al desaliento que intentan no detenerse ante nada ni ante nadie si creen que de esa forma se consiguen algunos gramos de dignidad, sensatez y justicia. 
Y todo lo encontraremos bien repartido y estructurado en esta novela de copiosa documentación y enormes y bien trabajados diálogos, contada en primera persona la mayor parte de ella por su principal personaje, el abogado Celso Costa. 
Por tanto, si andáis buscando algo emocionante para leer y que además sea de género negro, no tenéis elección. Os la aconsejo.

30 diciembre 2012

RELATOS BREVES DE INVIERNO

LA COLA DEL INEM

En una rutinaria mañana, a eso de las 12 horas y en plenas Navidades, el antiguo empresario de la construcción Fernando Colmenerejo se encuentra en la cola del INEM de su localidad. Justo tres personas detrás, se encuentra el que fuera su oficial jefe de albañilería, Rafael García, que fue durante diez años su encargado y persona de mayor confianza. 
Fernando Colmenerejo mira para atrás de manera distraída mientras espera su turno para que le sellen la revisión para seguir poder cobrando el desempleo y reconoce enseguida el rostro de su antiguo oficial de albañilería, el cual hojea o parece que hojea un periódico gratuito que le acaban de entregar en la entrada de las oficinas. 
Es una situación violenta, porque parece que ambos se han visto, pero aquellos que durante tantos años compartieron tantas cosas, tanto profesional como personalmente, no parecen tener el más mínimo interés en saludarse, después de cómo acabaron las cosas entre ellos. Uno se refugia en la lectura del periódico y al otro le basta con no volver a mirar atrás, ya que al no poseer la nuca ojos, no existe peligro de ver.  
Sin embargo, de pronto, se produce una situación violenta. Ninguno dos la esperaba, pero en un pis pas, las dos personas de la cola, que se interponían entre ambos, se retiran de la misma y se dirigen a otra ventanilla. De esta manera, entre ambos ya no hay nadie y aunque la nuca del antiguo empresario de la construcción sigue sin tener ojos, la situación del antiguo oficial jefe de albañilería, es mucho más complicada: ya no es posible mantener los ojos clavados en el escuálido periódico, imitando leer por enésima vez la efímera prensa gratuita.
Así que violentado, el antiguo oficial jefe decide retirarse de la cola y de esa manera, perder el derecho a cobrar el desempleo ese mes, toda vez que es el último día para la revisión y la ventanilla está a punto de cerrar.
Sale de la cola con enérgico enfado, diciéndose para sí mismo que ese tipejo le iba a estar puteando toda su vida.

27 diciembre 2012

RELATOS BREVES DE INVIERNO (EN DOS ACTOS)


¡QUÉ BELLO ES VIVIR! (O CENA DE NOCHEBUENA EN DOS ACTOS BREVES)

Primer Acto

           Nada más asomar la cabeza en el hall de la casa, ya se apreciaba ese agradable olor que vaticina una cocina a pleno rendimiento; incluso, la temperatura es alta en toda la vivienda debido a los elevados grados de los fogones. El calor va en aumento por la cada vez mayor presencia de miembros de la familia que  para celebrar la Nochebuena se reunirán,  al menos, una vez al año. Curiosamente muchos de los hermanos, cuñados, sobrinos y primos no se han visto apenas a lo largo de los trescientos sesenta y cinco días y, lógicamente, tienen pocas cosas en común, pero la tradición es la tradición. Al menos, mientras vivan los progenitores.  Lo haremos por ellos, es la frase más utilizada por todos.
        Preparadas las viandas, comienza la cena para aproximadamente 13 personas, entre adultos y niños; y con ella comienzan las primeras conversaciones, que parecieran forzadas, según observaría un testigo imparcial. 

  Segundo Acto

        Rompe el hielo la madre y abuela; la progenitora y dueña de la casa. Mujer de bastante edad, la experiencia le ha enseñado que es ante una buena mesa cuando pueden ocurrir las mejores y las peores cosas. Consciente de ello comienza a hablar nada más sentarse todos a la mesa:
        -Bueno, ¿qué tal vuestras vacaciones? -hace la pregunta genéricamente a grandes y pequeños-
      Los niños son los primeros en contestar: ¡ya no tenemos cole hasta enero! es la frase más utilizada; pero los adultos siguen guardando silencio. Así que la madre y abuela cambia la estrategia, consciente de que muchos de sus descendientes y parejas apenas se han saludado.
       -¿Y qué tal el trabajo? -pregunta dirigiéndose en concreto a los adultos?
      -¿Qué trabajo mamá? ¿No sabes que lo perdí hace nueve meses? -contesta secamente el hijo mayor ante la inquisitiva mirada de su esposa-.
     -Pero los demás sí lo conservamos. Siempre piensas que las preguntas solo van dirigidas a ti -le reprende con dureza el segundo de los hermanos-.
     -Sí, claro que lo conservas. No todos pudimos disfrutar de tus privilegios -se defiende el hermano mayor-.
      -¿A qué privilegios te refieres? -le pregunta molesta a la esposa del segundo de los hermanos-.
     -Nadie ignora en esta casa que mientras yo me tuve que quedar cuidando el pequeño negocio familiar al enfermar mi padre, tu esposo querido pudo acabar la carrera de Veterinaria en Córdoba -contraataca el mayor de los hermanos-.
     -Sí, claro. Yo no tuve que joderme, quedándome en casa a cuidar de papá cuando tuvo la trombosis cerebral -intervino la hermana pequeña-. Por si no os acordáis tuve que dejar la carrera de Derecho en segundo, ya que el hermanito cerebro tenía que acabar Veterinaria.
   -Que yo tenga más inteligencia que vosotros dos juntos, no es culpa mía -dijo con malicia y mordacidad el veterinario-.Jamás pudisteis aceptar eso. 
    -Siempre has sido un miserable, un creído y un mal educado -terció el hermano mayor-.
  -No te permito ese tono....-dijo el segundo de los hermanos, haciendo ademán de levantarse de la silla-.
    -¿Vas a agredirle, en vez de estarle agradecido? -le preguntó amenazante la esposa del hermano mayor-.
     -Te dije que era mejor que no viniéramos a comer esta noche -le reprendió el joven esposo a su esposa, la hermana menor de la familia-.
     -No hubiera sido mala idea, de todas formas nadie te hubiera echado en falta -dijo con intencionada maldad la esposa del segundo hermano, que jamás tragó al joven esposo de su cuñada-.     
    El padre que no podía articular palabra desde la trombosis cerebral, comenzó a hacer grandes aspavientos con las manos, hasta el punto de tirar la sopera. Tal era su enfado ante el espectáculo que estaba presenciando, impotente y dolido. Mientras tanto, la madre, que con tanta ilusión había preparado la cena para la reunión familiar de Nochebuena, no pudo evitar dejar la mesa llorando, dejando caer la silla al suelo al levantarse enérgicamente.
    Mientras tanto, en la Primera, el aspirante a ángel de primera clase, Clarence, saltaba desde el nevado puente a las frías y turbulentas aguas del río, emulándole inmediatamente un atormentado George Bailey.
     No ajenos a la situación, los niños perdieron progresivamente el interés por el juego y la sopa dejó de elevar al aire sus anárquicos hilos de vapor que presagiaban un sabroso y cremoso sabor.    


(ESTE RELATO ES PURA FICCIÓN, PERO QUIÉN SABE SI, EN OCASIONES, LA FICCIÓN NO ES MÁS QUE UNA TORPE IMITACIÓN DE LA REALIDAD).  

Por José Antonio Flores Vera

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...